Fundamentos del Conocimiento y la Moral: Un Recorrido Filosófico de Descartes a Kant

René Descartes: Racionalismo y el Método de la Duda

El filósofo racionalista defiende la existencia de ideas innatas, la autonomía de la razón —a la que considera dotada de una luz natural (lumen naturale)—, y apuesta por el método científico como el único camino para llegar a la verdad. Así, Descartes parte de la duda para alcanzar la certeza. La duda será, pues, su punto de partida y su método.

La Duda Metódica Cartesiana

Descartes parte de la duda como método para llegar a la verdad, ya que este es el único camino para dejar atrás los prejuicios que acompañan al ser humano y que dificultan el acceso al conocimiento verdadero. Solo puede afirmarse que algo es verdadero si se presenta a la mente como claro y distinto, de tal modo que no quede ninguna duda sobre su evidencia.

La duda cartesiana posee cuatro características esenciales: es universal, metódica, teorética e hiperbólica. Descartes duda de todo: de la existencia de un mundo exterior, de los sentidos y de las matemáticas. Llega a la conclusión de que solo Dios está libre de toda sospecha, eliminando la hipótesis del genio maligno y haciendo de la perfección de Dios el criterio de garantía de la verdad.

Un Dios perfecto no podría engañarnos. Por lo tanto, la duda conduce a la afirmación de una realidad exterior al ser humano, del cogito (un sujeto pensante y que duda, ese mismo que no es capaz de distinguir entre la vigilia y el sueño), y de las ideas innatas, como las matemáticas. El problema del error, dice Descartes, no está en la razón, sino en la falta de un método adecuado.

La Primera Verdad Evidente: Cogito Ergo Sum

Descartes llega, a través de su método, a una primera verdad evidente. De lo único de lo que no podemos dudar es de que dudamos, lo que demuestra la existencia de un sujeto pensante, es decir, del cogito. Esto se resume en la frase: cogito ergo sum. Es posible que no exista una extensión o un ser divino en el cielo, pero de lo que no cabe ninguna duda es de que existe una sustancia pensante.

Partiendo de esta primera certeza, Descartes afirma la existencia de otras dos sustancias, o modos de ser, el cuerpo y el alma. Por lo tanto, existen tres sustancias:

  1. Res cogitans: El pensamiento, la mente. Lo primero que se conoce.
  2. Res extensa: El cuerpo, la materia.
  3. Res infinita: El alma, Dios.

La duda es el único método para acercarse al conocimiento cierto, al permitir al ser humano desprenderse de los prejuicios que arrastraba, y que le lleva a afirmar la existencia de una primera verdad indudable: cogito ergo sum, pienso, luego existo, la primera verdad evidente de la historia de la filosofía moderna. El pensamiento, la mente, es para el filósofo el lumen naturale (luz natural), capaz de conocer con mayor certeza que los sentidos.

David Hume: Empirismo y Teoría del Conocimiento

Hume mantendrá que podremos hacer de la filosofía un saber firme al modo de las ciencias naturales si la fundamentamos en el conocimiento de la naturaleza humana.

Teoría del Conocimiento

Hume llama percepciones a los contenidos de la mente y los divide en impresiones e ideas (imágenes débiles de las impresiones). Mediante la imaginación y la memoria podemos hacer que las impresiones aparezcan de nuevo como ideas.

Para Hume, la imaginación es la facultad que más determina nuestro modo de considerar el mundo y está sometida a las leyes de la asociación, que rigen la aparición de las ideas en nuestra mente:

  • Ley de la semejanza.
  • Ley de la contigüidad.
  • Ley de la causa y efecto.

El conocimiento humano se divide en dos tipos:

  1. Conocimiento de las relaciones entre ideas: Da lugar a la matemática, se basa en la razón, es independiente de la experiencia y permite alcanzar proposiciones necesarias.
  2. Conocimiento de las cuestiones de hecho: Depende de la experiencia, no puede trascender los límites de lo percibido y no es un conocimiento necesario, pues siempre cabe que se dé algo contrario a lo que hasta ahora hemos experimentado.

El Emotivismo Moral

Hume se pregunta en qué medida la razón o el sentimiento es el fundamento de la moral. La mayor parte de filósofos anteriores defendieron el racionalismo moral, teoría para la que la distinción entre lo bueno y lo malo tiene su origen en la razón.

Hume comienza señalando que ciertamente la alabanza o censura moral parecen estar relacionadas con la utilidad de la cualidad o de la acción moralmente valorada, y se premian o se castigan en función de sus consecuencias. Aquí la razón tiene algún papel, pues puede encontrar qué medios debemos utilizar para conseguir lo beneficioso para la sociedad; sin embargo, el fundamento último de la moral reside en el sentimiento.

Immanuel Kant: La Filosofía Crítica y el Deber

La piedra angular de la filosofía de Kant, a veces llamada filosofía crítica, está recogida en su obra Crítica de la razón pura, en la que examinó las bases del conocimiento humano y creó una epistemología individual.

Epistemología Kantiana: Juicios Analíticos y Sintéticos

Al igual que los primeros filósofos, Kant diferenciaba los modos de pensar en proposiciones analíticas y sintéticas.

Proposiciones Analíticas

La verdad de este tipo de proposiciones es evidente, porque afirmar lo contrario supondría plantear una proposición contradictoria. Tales proposiciones son llamadas analíticas porque la verdad se descubre por el análisis del concepto en sí mismo.

Proposiciones Sintéticas

Las proposiciones sintéticas, en cambio, son aquellas a las que no se puede llegar por análisis puro, como en la expresión ‘la casa es negra’. Todas las proposiciones comunes que resultan de la experiencia del mundo son sintéticas.

Juicios A Priori y A Posteriori

Las proposiciones empíricas dependen tan solo de la percepción (a posteriori), pero las proposiciones a priori tienen una validez esencial y no se basan en tal percepción. La diferencia entre estos dos tipos de proposiciones puede ser ilustrada por la empírica ‘la casa es negra’ y la a priori ‘dos más dos son cuatro’.

La tesis central de Kant en la Crítica de la razón pura consiste en que resulta posible formular juicios sintéticos a priori.

Los objetos, en sí mismos, no tienen existencia (el noúmeno es incognoscible), y el espacio y el tiempo pertenecen a la realidad solo como parte de la mente, como intuiciones con las que las percepciones son medidas y valoradas. Además de estas intuiciones, Kant afirmó que un número de conceptos a priori, llamados categorías, también existen.

Las intuiciones y las categorías se pueden emplear para hacer juicios sobre experiencias y percepciones (el fenómeno), pero, según Kant, no pueden emplearse para que se apliquen sobre ideas abstractas o conceptos cruciales como libertad y existencia sin que lleven a inconsecuencias en la forma de binomios de proposiciones contradictorias, o antinomias, en las que ambos elementos de cada par pueden ser probados como verdad.

La Ética del Deber

En la Metafísica de la ética, Kant describe su sistema ético, basado en la idea de que la razón es la autoridad última de la moral. Afirmaba en sus páginas que los actos de cualquier clase han de ser emprendidos desde un sentido del deber que dictase la razón, y que ningún acto realizado por conveniencia o solo por obediencia a la ley o costumbre puede considerarse como moral.

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