Descartes: El Método, la Duda y el Fundamento del Conocimiento Moderno

Racionalismo vs. Empirismo: Dos Caminos hacia el Conocimiento

El racionalismo es una corriente de pensamiento que se desarrolló en Europa Continental durante el siglo XVII. Se considera que René Descartes es el padre del racionalismo y, con él, de la filosofía moderna. Las características básicas del racionalismo son: afirmar la primacía de la razón, dando menos importancia a los sentidos; aceptar la existencia de ideas innatas; y mantener que la razón es el instrumento único para conocer la realidad.

Para Descartes, la razón es la facultad de juzgar y de distinguir lo verdadero de lo falso, naturalmente igual en todos los hombres. Los elementos fundamentales que definen el racionalismo son:

  • La existencia de ideas o verdades innatas: Son ideas que no provienen de la experiencia, sino que se activan cuando esta se produce. Conocemos que estas proposiciones son verdaderas sin necesidad de usar los sentidos. En este caso, la razón es universal, es decir, está presente y es característica de toda la especie humana.
  • Oposición al criterio de autoridad: La razón se opone a la imposición de creencias por la tradición o la opinión de una persona de gran prestigio. La razón es lucidez y claridad, capaz de detectar equivocaciones y falsedades.
  • El modelo de conocimiento matemático: Descartes concibió una ciencia universal que tomaba como modelo a las matemáticas, ya que estas suponen claridad, certeza y verdad definitiva, eliminando así cualquier tipo de factor subjetivo o de prejuicios.
  • Primacía de la razón sobre los sentidos: Los sentidos suministran información, pero esta resulta confusa por sí sola y tiene que ser interpretada por la razón. La razón es la justificación filosófica del conocimiento. Para que un conocimiento sea válido, en su producción tiene que intervenir la razón.

Diferencias Clave entre Racionalismo y Empirismo

Fuente del Conocimiento
Racionalismo: Reside en la razón y desconfía de los sentidos.
Empirismo: Procede fundamentalmente de la experiencia sensible.
Conocimiento de la Realidad
Racionalismo: A través de las ideas.
Empirismo: A través de las percepciones.
Ideas Innatas
Racionalismo: Afirmación de su existencia.
Empirismo: Negación de su existencia (la mente es una tabula rasa).
Confianza en los Sentidos
Racionalismo: Desconfianza.
Empirismo: Confianza.
Modelo de Conocimiento
Racionalismo: Modelo deductivo (matemáticas).
Empirismo: Modelo inductivo (física).
Papel de la Intuición
Racionalismo: Proceso fundamental del conocimiento intelectual.
Empirismo: Se prioriza el conocimiento sensorial.
Posibilidad del Conocimiento
Racionalismo: Es posible alcanzar un conocimiento cierto y universal.
Empirismo: El conocimiento es probable y está limitado por la experiencia.

El Método Cartesiano: La Búsqueda de la Certeza

Origen y Necesidad del Método

Descartes explica en el Discurso del método por qué cree necesario un método sobre el cual construir su filosofía. Las ciencias toman sus principios de la filosofía; no obstante, según Descartes, la filosofía no está construida sobre principios sólidos, ya que los temas tratados han sido históricamente objeto de disputa. Descartes defendió la razón, poder del cual disponen todos los seres humanos, como la única vía fiable de acceso al conocimiento, vía que nos permite juzgar y distinguir lo verdadero de lo falso. No obstante, para llegar a la verdad de las cosas mediante la razón se necesita un método riguroso.

El Camino hacia el Método

Descartes describe su itinerario intelectual en tres momentos:

  1. La educación proporcionada por los jesuitas le ofreció un conocimiento serio de las materias que se estudiaban, pero esos estudios le llenaron de dudas e incertidumbres.
  2. Se dedicó a estudiar en el “gran libro del mundo”, viajando y observando las diversas costumbres y opiniones.
  3. Decidió estudiar en sí mismo, pues pensó que la verdad se encuentra en la propia razón y en los pensamientos.

Las Cuatro Reglas del Método

En la elaboración del método, recurrió a la lógica y las matemáticas. El objetivo de Descartes es aumentar el conocimiento y evitar el error. Para conseguirlo, construyó el método con la razón como única vía del conocimiento, defendiendo dos modos fundamentales de operar con ella: la intuición y la deducción. Las reglas del método tienen que ser sencillas y fáciles para que cualquiera las pueda entender y llevar a la práctica. En el Discurso del método, consideró que con cuatro reglas era suficiente:

  1. Regla de la evidencia: No aceptar como verdadero nada que no se conozca con evidencia, claridad y distinción, evitando la precipitación y los prejuicios.
  2. Regla del análisis: Dividir cada una de las dificultades en tantas partes como sea posible para su mejor solución.
  3. Regla de la síntesis: Conducir ordenadamente los pensamientos, comenzando por los objetos más simples y fáciles de conocer, para ascender gradualmente hasta el conocimiento de los más compuestos.
  4. Regla de la enumeración: Realizar enumeraciones tan completas y revisiones tan generales que se esté seguro de no omitir nada.

La Duda Metódica y la Primera Certeza

Descartes convirtió la duda en la base de su método; utilizó la duda para encontrar la certeza. En la primera regla del método, enuncia cómo utiliza la duda: “no aceptar como verdadero nada que no se conoce como evidente, evitando la precipitación hasta que el objeto no se presente en mi intelecto como claro y distinto”, es decir, que no ofrezca ninguna duda. Su duda es metódica: no permanecerá siempre, sino solamente hasta que se encuentre el fundamento que le permitirá estar seguro. Se trata de una duda universal, que se aplica a todo conocimiento y que supone una etapa previa en la búsqueda de la certeza.

Razones para la Duda

Descartes propone tres razones principales para dudar:

  • La falibilidad de los sentidos: Las experiencias procedentes de los sentidos no son seguras, pues a veces nos engañan.
  • La dificultad de distinguir la vigilia del sueño: A menudo, los sueños son tan vívidos que no podemos estar seguros de si estamos despiertos o soñando.
  • La hipótesis del genio maligno: Podría existir un ser sumamente poderoso y astuto que empleara toda su industria en engañarnos constantemente.

La Primera Certeza: Cogito, ergo sum (Pienso, luego existo)

Descartes necesitaba encontrar una verdad de la cual fuera imposible dudar, y encontró una verdad indudable: la verdad de su propia existencia como sujeto que piensa y que duda. Explica que, si duda de alguna cosa, es porque piensa, y en este acto de pensar va implícita la propia existencia. Por tanto, el principio que permite superar la duda es lo que constituye el primer principio de la filosofía, una evidencia inmediata a la que se accede por la intuición.

La verdad “pienso, luego existo” es el primer principio de la filosofía cartesiana, su primera certeza. Para Descartes, todo lo que se concibe con la misma claridad y distinción que esta proposición es verdadero. De esta manera, se establece el criterio de certeza, a partir del cual construye el resto de conocimientos. Antes de Descartes, cualquier construcción filosófica tenía que atender a criterios como la tradición, las autoridades y la experiencia. Desde Descartes, el único criterio válido es el racional, apoyado en unas reglas metódicas.

La Superación del Solipsismo: La Existencia de Dios

Tras dudar de todo, Descartes descubre que existe él mismo como ser pensante, pero no sabe aún si existe algo más. Cae, por lo tanto, en un solipsismo provisional. Inmediatamente, intenta mostrarse a sí mismo que no está solo, y lo hace demostrando que, además de él, existe Dios. Finalmente, la bondad de Dios garantizará la creencia en la existencia de las cosas físicas y de las otras mentes, superando de este modo la duda metódica.

Solipsismo: Teoría idealista subjetiva según la cual solo existen el yo y su conciencia, de modo que el mundo objetivo, incluidos los demás seres humanos, existe únicamente en la conciencia del individuo.

La Idea de Dios (Res Infinita)

Entre las ideas innatas, Descartes se encuentra con la idea de infinito y perfección. El ser humano, siendo finito e imperfecto, posee sin embargo esta idea. Descartes argumenta que dicha idea no puede proceder de un ser imperfecto, por lo que debe haber sido puesta en él por un ser que posea realmente dichas perfecciones: Dios. Así, concluye Descartes: “Del hecho que yo poseo una cierta idea de un ser perfecto, es decir, Dios, se demuestra con evidencia que Dios existe”.

Argumentos sobre la Existencia de Dios

Descartes prueba su existencia mediante dos argumentos fundamentales:

  • El argumento de la objetividad de las ideas (o argumento gnoseológico): La idea como realidad objetiva requiere una causa real proporcionada. Así, la idea de un ser infinito requiere una causa infinita, y la idea de un ser perfecto ha sido puesta en mí por un ser que reúne todas las perfecciones que yo pueda pensar.
  • El argumento ontológico: Tomado de San Anselmo, este argumento sostiene que todos tenemos la idea de Dios como un ser que reúne todas las perfecciones. Una de estas perfecciones es la existencia; por tanto, Dios ha de existir necesariamente (o no sería un ser perfecto).

El Dualismo Cartesiano: La Unión de Alma y Cuerpo

Descartes señala que la característica de los cuerpos es la extensión (ocupan un espacio), mientras que la sustancia del alma es el pensamiento (es inextensa). Así, cuerpo y alma son realidades distintas con naturalezas no coincidentes: el cuerpo no puede pensar y el alma es la esencia del ser humano, que puede existir sin el cuerpo. Según Descartes, pensar no depende de nada material, por tanto, “el alma es enteramente distinta del cuerpo, y hasta más fácil de conocer que este, y, aunque el cuerpo no existiera, el alma no dejaría de ser todo lo que es”.

Descartes expone una concepción dualista del ser humano, compuesto por dos sustancias independientes: el alma (res cogitans o sustancia pensante) y el cuerpo (res extensa o sustancia extensa). Decir “soy” equivale a afirmar “soy una mente, un alma, un intelecto o una razón”.

El Problema de la Interacción

Aunque la naturaleza de ambas sustancias requiera que estén separadas, el grado de integración del cuerpo con el alma es tan estrecho que ambas forman una unidad sustancial. Por ejemplo, una herida en el cuerpo causa dolor en la conciencia, y el deseo de comer (un estado mental) produce la necesidad física de alimento. Se trata de una verdadera unión que expresa una relación de interacción entre alma y cuerpo.

Este dualismo dejó abierto un gran debate. La princesa Isabel de Bohemia preguntó a Descartes cómo era posible que el alma y el cuerpo interactuasen si son tan diferentes. Descartes respondió con ambigüedad, remitiendo en última instancia a Dios. En su obra Las pasiones del alma, intentó explicar esta interacción a través de la glándula pineal, situada en el cerebro, que consideraba la sede del alma. Aquí se registrarían todas las actividades que, a través de los nervios y la sangre, pasarían al resto del cuerpo.

Libertad y Mecanicismo

El dualismo de Descartes condiciona también la libertad de la voluntad humana. En relación con el cuerpo, todo se rige por leyes naturales, que son mecánicas. Solamente el alma es libre, con capacidad de iniciativa, y controla las acciones del cuerpo. El cuerpo, como un mecanismo, puede ser objeto de estudio y de experimentación científica.

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