Moralidad, Libertad y Principales Teorías Éticas

Ley, Moral y Libertad

Nuestra personalidad es la manera de identificarnos, la cual posee una parte genética (temperamento) y una parte adquirida (carácter) que puede cambiar dependiendo de nuestras acciones y hábitos. Estos hábitos van moldeando nuestro carácter, diferenciándose entre: virtud (hábito bueno) y vicio (hábito malo), que son tratados en las leyes y la moral.

Las leyes son normas elaboradas por la sociedad, de carácter obligatorio para todos, para regular su conducta y hacer posible la convivencia. La moral son normas personales de conducta, dirigidas por nuestra conciencia, existiendo ocasiones en las que actuamos en contra de nuestras ideas, pudiendo sentir remordimiento al desobedecerla.

Además, estas normas legales son creadas por otras personas, actuando la persona de manera heterónoma, es decir, obedeciendo las normas impuestas por otros. Las normas morales las creamos nosotros de acuerdo con nuestra conciencia, siendo una persona autónoma cuando elabora por sí misma sus normas de conducta.

Una característica humana es su libertad, pudiendo las personas elegir lo que desean hacer, teniendo una doble dimensión:

  • Libertad negativa, es una “libertad de”: Libertad como ausencia de coacción, no existiendo ningún obstáculo que les impida actuar libre de presiones o amenazas.
  • La libertad positiva, la “libertad para”: Ser libre para elegir nuestros objetivos, relacionada con la autonomía, pues solo tenemos libertad cuando podemos decidir por nosotros mismos.

Esta libertad nos hace responsables de las decisiones que tomamos, justificando nuestra elección y asumiendo sus consecuencias, al poder actuar de forma libre.

La Ética como Filosofía Práctica

La ética reflexiona sobre la actuación humana, siempre que sea libre y pretenda ser guiada por el bien para que sea adecuada moralmente.

El fin último del ser humano es la felicidad. Desde la ética, la felicidad es el bien de la persona cuya finalidad es dirigir su conducta hacia el bien, que es el fin último del ser humano, teniendo unas características ese bien del que depende la felicidad del ser humano:

  • Un bien completo: debe abarcar nuestras aspiraciones.
  • Un bien duradero: no depende del tiempo ni de las circunstancias.
  • Un bien auténtico: que excluya todo mal.

Además, existen diversos tipos de bienes para alcanzar la felicidad:

  • El bien útil: La utilidad es el género de bondad que predicamos de las acciones que sirven para obtener un fin concreto de un modo eficaz.
  • El bien deleitable: Su bondad es la de lo deleitable: la bondad es lo que es deseado porque causa placer o satisfacción.
  • El bien honesto: Acciones que se buscan por sí mismas, apareciendo como buenas, deseadas, independientemente de las repercusiones afectivas que producen en nosotros.

El Orden Moral

La moralidad necesita de nuestra racionalidad para buscar la verdad y convivir, actuando moralmente cuando la racionalidad y la libertad guían nuestras acciones, siendo necesario que para lograrlo el ser humano ha de contar con dos ayudas:

  • Ley moral natural: Principios adecuados al carácter de la persona, diferenciando entre las acciones que ayudan a nuestro desarrollo (bien moral) de las que lo dificultan (mal moral).
  • La conciencia moral: Capacidad para diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal, siendo el origen de sentimientos como el arrepentimiento o el remordimiento, permitiendo adecuar nuestra conducta a la ley moral natural.

En la ley moral se da el primer juicio práctico que establece que el bien ha de buscarse y hacerse, y el mal ha de evitarse, conocido como sindéresis, que se concreta en otros más específicos referidos a las inclinaciones naturales del ser humano. Estas inclinaciones responden a las tres dimensiones que nos constituyen:

  • Viviente: trata de defender la vida, mantenerla y mejorarla.
  • Animal: mantener la especie y, en el caso de tener descendencia, defenderla y educarla.
  • Racional: trata de buscar la verdad a través de la inteligencia, la afectividad, al igual que organizar la convivencia social y vivir de acuerdo a ella.

Cuando actuamos, realizamos un juicio práctico para reflexionar sobre nuestras actuaciones, guiándonos la virtud de la prudencia, evitando así actuar con precipitación.

El Sujeto Moral

El protagonista de la ética es la persona, cuyo objetivo es conducir su vida para conseguir el ideal de excelencia moral. Por ello, para vivir moralmente, es imprescindible:

  • Desarrollar la capacidad para juzgar las circunstancias en las que se da la actuación para poder elegir correctamente.
  • Adquirir virtudes que la voluntad necesita para actuar moralmente.

Por ello, mediante los hábitos morales desarrollamos nuestra personalidad. De ahí que, realizando actos moralmente buenos, vamos adquiriendo virtudes y, en caso contrario, vamos adquiriendo vicios, desarrollándonos correctamente si las actuaciones están guiadas por las virtudes morales.

En nuestra actuación influyen tanto la razón como las pasiones, siendo necesarias, pues las actuaciones humanas también dependen del estado afectivo, debiendo integrarlas. De ahí que el equilibrio entre ambas produce un equilibrio interno de la persona, mientras que su desequilibrio altera el buen uso de la razón y la acción moral, siendo necesario actuar integrando razón y afectividad como signo de madurez y de responsabilidad.

Por ello, en la relación entre responsabilidad y moralidad hay que atender a tres cuestiones:

Aspectos del Juicio Moral

Para determinar la bondad o maldad de una acción, la ética analiza los siguientes elementos:

  • Objeto: fin que especifica la acción desde el punto de vista moral.
  • Intención o fin: el que ha tenido la persona al realizar la acción. Los actos moralmente buenos unen un buen objeto con una buena intención, mientras que una mala intención afecta a la moralidad de un acto.
  • Circunstancias: elementos que rodean la acción, cuyas circunstancias pueden disminuir o aumentar la gravedad de un hecho.

Relación entre el Fin y los Medios

Si los medios son moralmente malos, la bondad del fin no los justifica ni los convierte en buenos, debiendo diferenciar entre los fines de la acción y sus consecuencias.

Alcance de la Responsabilidad

La responsabilidad de una acción aumenta según sus consecuencias.

Principales Concepciones Éticas

Éticas Eudemonistas

El eudemonismo (del griego eudaimonia, “felicidad, placer”), se centra en la relación entre la acción y el bien.

Ética de la Virtud

Para Aristóteles, el bien supremo es la felicidad, planteando que la actividad más perfecta de todas debería ser la theoría o contemplación de la verdad, es decir, el desarrollo de nuestra razón. Por tanto, la vida más feliz será aquella en la que se dedica tiempo a pensar y a buscar la verdad, coincidiendo con la felicidad, aunque esta contemplación sea difícil de alcanzar. Existe, sin embargo, una felicidad imperfecta que consiste en guiar la vida para desarrollar virtudes éticas, mediante hábitos, pudiendo construir nuestra felicidad si nos acostumbramos a elegir bien cómo actuar.

Según Aristóteles, para elegir correctamente debemos huir de los excesos, procurando elegir el término medio (virtud), debiendo emplear la razón para encontrarlo y ejercitar la prudencia.

Tomás de Aquino presenta una visión diferente de la ética aristotélica de las virtudes, centrándose en buscar el fin último, siendo este bien infinito Dios. De ahí que la felicidad perfecta consistiría en la visión plena de Dios, no siendo posible en esta vida. Por ello, una felicidad imperfecta consiste en una vida ordenada según las virtudes morales.

Hedonismo o Epicureísmo

El término proviene del griego hedoné (‘placer’). Su principal representante es Epicuro de Samos, para el que el placer es el principio y el fin de la vida feliz, consistiendo en la ausencia de temor y de dolor, planteando varios tipos de placeres:

  • Los placeres dinámicos: resultado de la satisfacción de una necesidad, diferenciándose entre: naturales y necesarios, naturales pero innecesarios, y ni naturales ni necesarios. Según Epicuro, para ser felices tenemos que centrarnos en satisfacer nuestros deseos naturales y necesarios de forma controlada.
  • El placer estático: equivale a ausencia de dolor y turbación. Esto último es el estado de ataraxia (estado de calma caracterizado por la ausencia de turbación).

Como toda experiencia placentera es siempre breve y limitada, Epicuro planteó que solo el placer estático da la felicidad, siendo los mejores placeres los espirituales.

Estoicismo

Para los estoicos (ej. Zenón de Citio, Séneca), la filosofía es el camino de la felicidad, consistiendo en vivir según la razón, es decir, teniendo en cuenta las virtudes éticas, pues solo la virtud asegura el equilibrio y la paz interior, mientras los demás bienes son indiferentes. Es la ética del autodominio, inspirada en la necesidad de eliminar el sufrimiento.

Emotivismo Moral y Utilitarismo

A partir de la Modernidad, surge el emotivismo moral, centrando las actuaciones en el deseo de experimentar placer o evitar el dolor, teniendo como representante a David Hume.

Tras ello, aparecerá el utilitarismo de Bentham, que propone que el bien coincide con lo más útil para la mayoría, siendo bueno aquello que produce placer y evita el dolor. Por ello, lo moralmente correcto depende de la cantidad de placer y de dolor que producen nuestras actuaciones, debiendo procurar la mayor felicidad para el mayor número posible de personas.

John Stuart Mill considera que la felicidad consiste en el placer del mayor número de personas, diferenciándose en la forma de entender los placeres, pues son cualitativamente muy distintos entre sí. Además, creía que los placeres superiores nos diferencian al tener mayor valor que los relacionados con la satisfacción de nuestras necesidades materiales.

Éticas No Eudemonistas

Estas éticas defienden que la actuación humana no puede ser consecuencia del bien, sino del cumplimiento del deber.

Ética del Deber (Kant)

Kant establece que la ética tiene como finalidad encontrar principios universales, válidos para todos en cualquier momento y circunstancia, pensando que las éticas materiales presentan una serie de inconvenientes o características:

  • Son hipotéticas: pues no hay actos absolutamente buenos, sino que solo son buenos si nos ayudan a alcanzar el objetivo que se plantea.
  • Son heterónomas: porque las normas de conducta no las elige la persona, sino que vienen dadas por el bien supremo que debemos perseguir.
  • Son a posteriori: Para saber cómo debemos comportarnos, tenemos que basarnos en la experiencia, no siendo posible saber con anterioridad qué es bueno o malo si no lo hemos experimentado antes.

Para evitar estos inconvenientes, Kant elaboró una ética formal:

  • Necesaria: pues las normas éticas no deben depender de ninguna condición, sino que han de ser universalmente válidas.
  • Autónoma: Cada individuo debe ser capaz de elaborar sus normas, sin que se le imponga lo que tiene que hacer. Solo así será verdaderamente libre, respetando la moral y su dignidad.
  • A priori: Pretende elaborar una propuesta ética válida independientemente de la experiencia, sin depender de las circunstancias.

La generalización de las leyes morales se da en la ética formal, indicándonos la forma que deben tener las leyes que cada persona debe elaborar, siendo la clave de la ética kantiana la idea del deber, independientemente de los efectos que puedan producir.

Esta es una ética racional, independiente de la experiencia, siendo el único deber que mueve la voluntad el imperativo categórico: “Actúa de forma que tu actuación se convierta en norma de conducta universal”.

Ética del Discurso

Ante las dudas sobre el respeto a la pluralidad cultural y las normas que hacían imposible una ética universal y formal, surgieron corrientes que defienden la necesidad de construirla, debiendo cumplir dos condiciones:

  • No imponer una perspectiva cultural o ética determinada como solución a los problemas morales.
  • No apoyarse en “reglas morales”, sino en razones que se puedan debatir.

La función de la ética consiste en alcanzar la justicia, aquí y ahora, estableciendo un método racional universal que ayude a diferenciar los límites de lo que se debe o no permitir. Este método sería el diálogo “libre de dominio”, no sometido a ningún tipo de poder entre los implicados, cuyas normas respeten la pluralidad cultural de esa sociedad democrática y alcancen una ética universal.

Los Nuevos Retos de la Ética

Actualmente, la vida social presenta un marco complejo. Siendo factores del mundo y la cultura actual los siguientes:

  • Interdependencia y complejidad: Desde el siglo XX se da este fenómeno entre las diversas áreas de la actividad humana. Además, el desarrollo tecnológico ha tenido una importancia fundamental, pues las innovaciones han provocado la desaparición de barreras y nuevos retos.
  • Las sociedades de riesgo: La globalización ha dado lugar a un pluralismo social y cultural, proporcionando riqueza, aunque también posturas intolerantes. Por ello, el estado del bienestar se encuentra en crisis, pues la inestabilidad económica pone en duda la promesa de satisfacer las necesidades de los ciudadanos.
  • La sociedad de consumo: El consumo es clave en la forma de vivir nuestra sociedad actual, disminuyendo la capacidad de vivir en sociedad y de involucrarse. Este modelo de sociedad se dirige hacia una industrialización que supone riesgos, debiendo centrar la atención en la persona, en su singularidad e indefensión ética.

Actualmente, existen diversos campos de la ética aplicada en los que se trabaja:

Bioética

Analiza problemas morales relacionados con la vida, reflexionando sobre ellos, planteando normas o principios de la bioética:

  • Principio de autonomía: siempre que sea posible, debemos permitir que las personas decidan por sí mismas.
  • Principio de beneficencia: todo lo que hagamos debe estar dirigido a hacer el bien, ayudando a los demás y favoreciendo sus intereses.
  • Principio de no maleficencia: nuestras actuaciones nunca deben producir daño ni perjudicar a los demás.
  • Principio de justicia: en nuestras acciones debemos tratar de dar a cada persona lo que le corresponde, evitando un trato desigual.

Aplicar estos principios puede ser complicado, pues lo que beneficia a unas personas puede perjudicar a otras, debiendo crearse comités de bioética que recogen diferentes puntos de vista sobre el problema para tomar la decisión más justa.

Ética Ambiental

El desarrollo económico y la búsqueda de recursos ha tenido efectos sobre nuestro planeta, siendo urgente una ética del medioambiente para equilibrar ese desarrollo, evitando que la actuación del ser humano en la naturaleza pueda provocar efectos negativos para su supervivencia, siendo tratado como un tema moral.

Esta naturaleza debería ser tratada como patrimonio de la Humanidad, teniendo la responsabilidad de transmitirse a generaciones futuras, teniéndose en cuenta el principio de responsabilidad: “Actúa de manera que las acciones permitan la supervivencia humana en nuestro planeta”.

Ética Profesional

Reflexiona sobre el comportamiento que deben seguir los trabajadores en el desarrollo de sus funciones, siendo importante actuar moralmente al tener gran repercusión en la vida de los demás. Para regular el correcto comportamiento y evitar conductas inadecuadas, se elaboran reglas conocidas como códigos deontológicos.

Ética Empresarial

La actuación empresarial tiene gran importancia ética, puesto que sus prácticas influyen en la vida de muchas personas. Esta ética empresarial reflexiona sobre los problemas morales que pueden darse en el mundo de los negocios, ofreciendo pautas para guiar las decisiones empresariales.

La deshumanización de las condiciones laborales requiere una ética empresarial y del trabajo, para desempeñar el trabajo en condiciones favorables. Por eso, muchas empresas han desarrollado códigos de conducta para regular la actuación entre empleados, sirviendo de guía.

Ética de las Comunicaciones y la Informática

El desarrollo de las tecnologías ha influido en nuestras vidas, modificando el modo de vivir y relacionarnos con los demás, proporcionando ventajas pero también situaciones moralmente problemáticas, intentando éticamente orientar nuestra conducta en el mundo tecnológico.

Además, el aumento de redes sociales necesita de una reflexión sobre su buen uso, promoviendo el respeto, la privacidad y la integridad de la información, lo cual incluye:

  • Publicar información verdadera.
  • Evitar exponer la privacidad de otros.
  • Respetar la variedad de opiniones.

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