Teoría de la iluminación de San Agustín de Hipona resumen

La existencia de Dios y ideas ejemplares


/ Al igual que Platón, san Agustín se interroga de la siguiente manera: ¿cómo puedo juzgar la belleza de alguna cosa si no conozco la belleza en sí misma? Las sensaciones son privadas, individuales (lo que para uno es frío, para otro es calor), pero las verdades universales, las verdades eternas, son comunes para todos. Por ejemplo, las verdades matemáticas no son mías, ni tuyas, sino que son de todos./ El ser humano es consciente de la variabilidad de su naturaleza, y encuentra en su interior verdades inmutables, por tanto, las ideas del ser humano son superiores al propio ser humano. No podemos conocer la verdad inmutable, si no se halla iluminada por el sol. Platón afirma que ese sol es el Bien y para san Agustín, en cambio, es Dios. Es decir, no podemos conocer las verdades eternas, inmutables y necesarias por medio de la experiencia mudable, temporal y contingente; el ser humano puede conocer las verdades eternas por iluminación divina.

5 vías/ Las cinco vías de Tomás de Aquino son cinco argumentos o caminos diferentes para demostrar la existencia de Dios. Las formula de la siguiente manera:/ Primera vía. Argumento del motor inmóvil. Los sentidos nos muestran que hay cosas que se mueven. Las cosas son movidas por algo o por alguien. En la serie de cosas movidas por otro no podemos llegar hasta el infinito, luego tiene que haber algo que comience el movimiento (el motor inmóvil). /Segunda vía. Vemos seres que son efectos, luego tienen que haber sido causados por algo. La cadena de causas/efecto que forman estas cosas deberá tener un principio (causa incausada)./Tercera vía. Las causas nacen y mueren, vamos, que pueden ser o no ser (son contingentes). Pero las cosas contingentes deben su existencia a otras cosas. Por ejemplo, la estatua al escultor. Ahora bien, en la serie de cosas que deben su existencia a otro ser debe existir un ser que sea principio y causa de todo (ser absolutamente necesario)./Cuarta vía. Hay cosas más o menos perfectas. Estas cosas deben su perfección a otras. En esta cadena de deudas no podemos extendernos hasta el infinito. Tiene que existir un ser que sea causa de las perfecciones de los demás./Quinta vía. Las cosas inertes tienden hacia un fin. Pero las que carecen de entendimiento sólo pueden tender a un fin si alguien las dirige. Luego tiene que haber algo que las dirija.

Libertad y problema del mal


/Para san Agustín el ser humano está formado por dos substancias diferentes, el alma y el cuerpo, pero lo primordial es el alma. Debido al pecado original, el alma está sometida al cuerpo. El ser humano no puede buscar su salvación únicamente por medio de sus fuerzas, tiene necesidad de la gracia de Dios. Sin esta gracia, la voluntad quebradiza humana está obligada a hacer lo que le dicte el impulso del cuerpo./ El pensamiento agustiniano acerca de la libertad, al igual que en otras cuestiones, es un pensamiento teológico, que nada tiene que ver con las reflexiones actuales acerca de la misma. /En contra de los maniqueos (religión que profesó) señala que el origen del mal no se halla en Dios, sino en la libertad del ser humano. Sin embargo, el origen del bien no se halla en esa libertad humana. El ser humano debe manifestar una tendencia hacia el bien y para el ser humano ese bien es Dios.


libert. Dispone de libertad para poseer a Dios, pero si no lo consigue cae en la desdicha. Cuando sirve a Dios, el ser humano es libre y consigue la felicidad; cuando no lo hace, se convierte en esclavo de su cuerpo. En definitiva: podemos hacer el mal sin ayuda de nadie, pero para hacer el bien necesitamos la ayuda de Dios.

CH


Agustín nacíó en el 345 en Tagaste, en el África romana, era hijo de un pequeño propietario pagano y de madre cristiana, la futura santa Mónica. Se puede decir, pues, que el pequeño Agustín vivíó en su propio hogar los dos mundos que en todo el Imperio se estaban entrelazando./ A los diecinueve años se hizo adepto al maniqueísmo. Maní y sus seguidores defendían dos principios igualmente fuertes y en lucha constante: el principio del bien y el principio del mal. Defendían, pues, un rígido dualismo. Posteriormente, abandonó el maniqueísmo (aunque la influencia maniquea estará latente en todo el pensamiento agustiniano) y aceptó una opción bastante extendida en el mundo en declive en el que vivíó: el escepticismo. Una vez especializado en gramática y retórica, ejercíó como profesor en su ciudad, después en Cártago, y en el 383 se trasladó a Roma, donde abríó una escuela. Ese mismo año comenzó a leer obras de Plotino. Pero el cambio más radical en su vida se produjo en el año 387, cuando después de escuchar atentamente diferentes sermones de san Ambrosio en la catedral de Milán, se convirtió al cristianismo. Más adelante fue consagrado sacerdote y, posteriormente obispo Hipona. Murió en el año 430, cuando los vándalos asediaron la ciudad de Hipona.

Fe y razón


La búsqueda agustiniana de la verdad no es solo contemplativa, es fundamentalmente activa, no supone únicamente conocimiento, sino también fe y amor. Hay que conocer la verdad no solo para conocer el Todo; es necesario conocer la verdad, también, para obtener la tranquilidad y el sosiego que necesita el alma./ La teoría del conocimiento esta orientada hacia la noción de seguridad. Y como la seguridad a de ser absoluta, no puede basarse unicamente en los sentidos, también en la fe. La razón y la fé han de ir unidas, puesto que a Dios se llega mediante la revelación y, después, esa revelación, trata de entender y racionalizar al ser humano./  Des de el comienzo de la cristianidad siempre se a puesto de manifiesto la necesidad de que el cristiano debe entender aquello en lo que cree. Dicho de otra forma: la fe, en principio, no debe rechazar a la razón, y la razón también, en principio, no debe rechazar la fe. El creyente debe preguntar y responder de una manera razonada acerca de Dios, y esa debiera ser la actitud de todos los creyentes cultos. El filosofo cristiano no establece una distinción entre fe y razón.
La fórmula adecuada entre fe y razón seria la siguiente: creo para entender, y entiendo para creer./ La búsqueda de la verdad no es un objetivo especulativo para Agus, sino que tiene autentica necesidad de ella, es decir, la verdad ofrece al ser humano la verdadera felicidad.


Razón y fe


Tomás de Aquino entiende que la razón y la fe representan dos conceptos distintos de conocimiento. Por un lado, Santo Tomás afirma que son conceptos distintos porque la fe se basa en la revelación sobrenatural, mientras que la razón es una facultad que corresponde a las personas sobre la base de su propia naturaleza, pero, sin embargo, sostiene que no son divergentes porque entre ellas no puede darse contradicción, dado que tienen un origen común: la fuente de la verdad(Dios)./ Los tipos de conocimiento pueden diferenciarse por los siguientes aspectos: -por su origen. El conocimiento racional tiene su origen en la abstracción. La fe, sin embargo, en la iluminación divina, esto es, en una gracia que la divinidad otorga a las personas. -Por su acto. El de la razón consiste en comprender el sentido de las cosas o seres. El de la fe en creer o aceptar las verdades reveladas con ayuda de la gracia divina. -Por su objeto. En la razón son los seres o cosas que aparecen ante los sentidosy el entendimiento, o sea, los que se pueden percibir o demostrar por nuestras capacidades cognoscivas. Mientras que el objeto de la fe es aquello que no es evidente, verdades reveladas fundamentadas en la autoridad divina.

ciudad terrena y ciudad de Dios. La entrada de Alarico en Roma, en el año 410, destruyendo la ciudad, causo una gran crisis en el mundo de Occidente. Los vristianos fueron culpados de la caída del Imperio romano, puesto que fue el Dios cristiano el responsable de la derrota, y no los dioses paganos, ya que con estos últimos Roma no había conocido mas que progreso, renombre y notoriedad./ Agus escribió su obra «La ciudad de Dios» como respues a esta acusación por parte de los paganos. Entiende la historia como la lucha de dos ciudades: la ciudad terrena y la ciudad de Dios. La ciudad terrena, formada por aquellas personas que se aman a si mismos antes que a Dios. Por otro lado, la ciudad de Dios, formada por aquellas personas que aman a Dios sobre todas las cosas, inclusi de ellos mismos. Esta ultima obtendrá la salvación./ Ambas ciudades están en disputa hasta el final del tiempo, que se proguzca la definitiva victoria de la ciudad de Dios.

Felicidad y posesión de Dios. Agus trata esta temática en su obre «de la vida feliz». Esta temática de felicidad es muy recurrente en todo el mundo clásico./ Todos los eres humanos buscan felicidad, pero cada cual la sitúa en lugares y actividades diferentes: éxito en los negocios, reconocimiento social, jugar a videojuegos, etc. Frente a esta diversidad, Agustín de Hipona, al igual que Platón y Aristóteles, propone la vía del conocimiento como único camino a la felicidad.

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