Teología agustina

2.EL PROBLEMA DE LA RELACIÓN ENTRE FILOSOFÍA Y TEOLOGÍA

2.1.El planteamiento del problema en el Siglo XIII


-Este problema se planteó seriamente en el siglo XIII, a raíz de la entrada en escena de la filosofía aristotélica:

El pensamiento aristotélico se descubre en Occidente gracias a las traducciones y comentarios que se hicieron de sus obras a lo largo del Siglo XII y de la primera mitad del Siglo XIII. Aunque Aristóteles antes del Siglo XII no era totalmente desconocido en Europa, el conocimiento que se tenía de él era muy reducido porque de todas sus obras, sólo eran accesibles algunos libros de lógica.

Este descubrimiento hizo imprescindible abordar el problema de la relación entre filosofía y teología. La filosofía se les prestó por primera vez como algo totalmente diferente e independiente de la teología. Y no sólo como algo diferente e independiente, sino incluso antagónico: ya que entre las doctrinas aristotélicas y las enseñazas teológicas había oposición en temas tan importantes como el origen del mundo o el destino del hombre.

2.2.La síntesis de filosofía y teología realizada en este siglo

-Los pensadores del Siglo XIII defendieron la alianza entre filosofía y teología, realizando una síntesis armónica de las dos.

-Realizar esta síntesis implicaba construir una teología natural.

-La teología natural era una teología racional distinta de la teología dogmática. La diferencia entre teología dogmática y teología natural consiste en que, mientras que la primera se basa en la Revelación religiosa (vertida en la Biblia) y establece dogmas mediante la fe, la segunda se basa en la razón y justifica esos dogmas a través de demostraciones.

-La teología natural era una parte de la filosofía, porque, aunque su objeto (Dios) es teológico, su fuente (la razón) y su procedimiento (la demostración) son filosóficos. Para los pensadores medievales sistemáticos, la metafísica culminaba en la teología natural, que constituía, por tanto, la cima de la filosofía.

2.3.La ruptura de la síntesis filosófico-teológica en el Siglo XIV

-Pero la síntesis realizada por estos pensadores no fue duradera. Hubo dos líneas de pensamiento que se opusieron a ella: el misticismo y el criticismo
:

La primera, el misticismo, surgíó en algunos medios religiosos, y se decantó por intentar una aproximación a Dios por vía irracional porque en algunos medios religiosos, surgíó el temor de que la alianza entre filosofía y teología pudiera desembocar en una racionalización de la religión que le quitara el papel a la fe.

La segunda, el criticismo, se desarrolló en los ambientes filosóficos del silgo XIV bajo el impulso del movimiento nominalista. Ockham es el filósofo nominalista más destacado.

La génesis del criticismo nominalista


-La teología natural dependía de otras dos partes de la filosofía: la lógica y la metafísica:

La lógica es la parte de la filosofía que se ocupa de estudiar el razonamiento demostrativo. Como la tarea de la teología natural era demostrar mediante argumentos racionales determinados artículos de la fe, la teología natural dependía de la lógica. El filósofo que se dedicaba a la teología natural tenía que servirse de la lógica para plantear correctamente sus argumentos a favor de esos artículos.

La metafísica, la teología natural dependía de ella en la medida en que constituía su culminación


 -En el Siglo XIII se produjeron dos acontecimientos relacionados con estas disciplinas:

La primera experimentó un desarrollo que consistíó en:

En el Siglo XIII en el Occidente se tuvo por primera vez un conocimiento completo de la lógica aristotélica. Este conocimiento es uno de los factores que favorecieron el desarrollo de la lógica. En el Siglo XIII aparecieron comentarios a la lógica aristotélica, asó como manuales y tratados. Autores como Pedro Hispano, además de cultivar la lógica aristotélica, introdujeron un tipo de “moderno” de lógica: la lógica de términos o lógica terminista. Esta lógica será empleada más tarde por los filósofos del Siglo XIV (Ockham).

La segunda fue objeto de una condena por parte de la Iglesia: la famosa condena de 1277 (dirigida en particular contra algunas tesis averroístas y avicenianas que se enseñaban en la Facultad de Artes de la Universidad de París). Esta condena puso de manifiesto la incompatibilidad de algunas doctrinas metafísicas, de origen greco-árabe, con la teología dogmática; y promovíó, en consecuencia, una actitud negativa hacia la metafísica.

-Esa actitud negativa hacia la metafísica dio como fruto, en el siglo siguiente, una crítica destructora dirigida contra ella: los filósofos del movimiento nominalista sometieron a examen crítico las metafísicas de los pensadores del Siglo XIII, y rechazaron, tanto sus doctrinas ontológicas, como sus argumentos planteados en el campo de la teología natural.

-Para llevar a cabo este examen crítico, los nominalistas utilizaron como instrumento la lógica, en la que eran expertos (Ockham escribíó una “Suma de lógica” que se cuenta entre los tratados de lógica medievales más importantes).

Consecuencias de la crítica ejercida por el nominalismo


-Las consecuencias inmediatas de la crítica ejercida por los filósofos nominalistas fueron dos:

la destrucción de la teología natural.

Ockham y otros autores nominalistas llevaron a cabo un análisis crítico de las argumentaciones presentadas en el campo de la teología natural por los filósofos del siglo anterior. La conclusión que extrajeron de su análisis fue que las supuestas pruebas o demostraciones que estos filósofos habían planteado para justificar racionalmente determinados artículos de la fe no se sosténían, y que, en el mejor de los casos, sólo conténían una cierta “probabilidad”.

Como la teología natural constituía el vínculo entre la filosofía y la teología dogmática, su destrucción significó la ruptura de la síntesis entre ambas.
La teología a partir de este momento tendrá que conformarse con establecer sus dogmas sobre la única base de la Revelación, sin pretender apoyarlos en argumentos racionales suministrados por la filosofía.KOokk

la destrucción de la metafísica de las esencias, asimilada y adaptada por los pensadores cristianos a partir de fuentes griegas.

Ockham emprendíó un ataque sistemático contra ella porque, siguiendo el espíritu de la condena de 1277, juzgó que esta metafísica no tenía cabida en la filosofía y la teología cristianas, porque contradecía doctrinas teológicas fundamentales.

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