Sentido negativo de la crítica limitación del uso teórico de la razón a los fenómenos

LA CRÍTICA DE LA METAFÍSICA PURA (las consecuencias del cambio de método).
La Metafísica general u Ontología solo puede llega a ser una ciencia si limita el uso del conocimiento a priori al ámbito de los objetos sensibles. Porque desprende del conocimiento a priori necesariamente, ya que no conocemos lo que las cosas son en sí mismos, sino solo fenómenos.Es decir los conceptos a priori no se pueden aplicar a todo ente sino solo a objetos sensibles. De esta manera, la ontología no será posible como ciencia del ser en cuanto ser, sino como ciencia del ser en cuanto fenómeno, pero como esto no puede ser, la metafísica no puede ser una ciencia.En cuanto a los principios del entendimiento, que regulan el uso de los conceptos puros, la metafísica general solo los puede considerar como principios o leyes generales de la naturaleza, nunca como leyes o principios del ser en cuanto ser.La Metafísica especial, como se ocupa del Mundo como totalidad, del Alma y de Dios (a los que Kant llama Ideas), situados más allá de toda experiencia posible, no podrá constituirse como ciencia.Los objetos representados por estas Ideas pueden pensarse sin contradicción, aunque no les puede corresponder ninguna intuición empírica.La razón no ha llegado a formarse estas ideas de forma arbitraria, sino que responden a una necesidad de la razón, ya que buscan lo incondicionado que la razón exige a todo lo que de condicionado hay en las cosas en sí.Esto quiere decir que nuestro conocimiento científico solo puede tener la forma de un sistema en el que la verdad de un enunciado está condicionada por la verdad de otros.Si el primer enunciado expresa un hecho particular, buscaremos su explicación en una ley general y, luego por otra más general aún, hasta llegar a los principios del entendimiento que regulan el uso de nuestros conceptos a priori.Ahora bien, la razón no se detiene ante ellos, sino que exige que se explique la razón de ser, el fundamento último, incondicionado, tanto del Sujeto, que pone el concepto a priori como del Objeto. Pero como dentro del ámbito del conocimiento la palabra ser, solo puede emplearse en el sentido de ser fenoménico esta pregunta carece de sentido.Por tanto, la pregunta sobre el ser nunca podrá ser conocida, pero si pensada. Si nos hiciéramos estas preguntas la razón entraría en contradicción consigo misma:


En relación con el Mundo podemos responder con argumentos igualmente válidos tanto si son afirmativos como negativos: son las antinomias de la razón.
·Lo mismo ocurre si nos preguntamos por el Alma: son los paralogismos de la razón.
·Si intentamos demostrar la existencia de u Dios creador (ideal de la razón), veremos como todas las pruebas que afirman su existencia terminan suponiendo un argumento ontológico, y cómo este es manifiestamente erróneo desde el punto de vista lógico.
En fin, sin hacer la distinción entre fenómeno y la cosa en sí, y sin admitir que únicamente podemos conocer aquello que las cosas son para nosotros, las Ideas del Mundo, Alma y Dios, no pueden ser siquiera pensadas sin contradicción. Esto demuestra la imposibilidad de la Metafísica como ciencia del Alma, del Mundo y de Dios.Ahora bien, aunque estas ideas no pueden ser conocidas, sino sólo pensadas, tienen, dice Kant, un uso regulativo como horizontes de la investigación cinetífica.

LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO
La intuición intelectual es la capacidad de penetrar inmediatamente en el ser inteligible de las cosas, solo tiene sentido si se atribuye a un intelecto que, en el acto de intuir crea la cosa y, por tanto, la conoce inmediatamente en su ser en sí. Nosotros carecemos de este tipo de intuición. Nuestra facultad de conocer, solo dispone de una intuición finita, sensible, necesitada de la presencia del objeto y de la afección de nuestros órganos sensoriales, cuyo resultado es la sensación.Solo conocemos inmediatamente objetos sensibles.

Todo nuestro conocimiento empieza por la experiencia

Ahora bien, no todo lo que hay en nuestra intuición sensible procede de la experiencia, sino que hay en nuestra facultad de intuición sensible ciertas formas a priori a las que los mismos objetos tienen que adecuarse si es que han de poder ser intuidos.
En la Estética Trascendental de la CRP intenta demostrar que el espacio y el tiempo son las formas a priori de la sensibilidad que hacen posible la intuición.
Existen 2 modos de sensibilidad: el sentido externo por el cual representamos en el espacio objetos exteriores a nosotros; y el sentido interno por el cual intuimos en el tiempo nuestros estados psíquicos.

El espacio

Todo cuanto aparece en nuestro conocimiento aparece en el espacio. Toda cosa está en relaciones espaciales, las cuales tienen unas leyes propias, toda cosa en el espacio es acorde con la constitución propia del espacio.

El tiempo

Todo cuanto aparece en nuestro conocimiento aparece en el tiempo. Toda cosa está en una determinada relación de tiempo con otra, todo está sometido a sus leyes.Determinadas cosas que están sometidas al tiempo no lo están al espacio. El espacio es condición solo de la experiencia externa, mientras que el tiempo es condición de la experiencia en general. El espacio y el tiempo, las formas a priori de la sensibilidad, no son conceptos sino intuiciones puras, no dependen de la experiencia. Son singulares: abarcan todos los espacios y tiempos. En conclusión en la sensibilidad hay:

Una materia, las sensaciones, y una forma, el espacio y el tiempo

El resultado de la unificación y ordenación de las sensaciones en el espacio-tiempo es la intuición empírica, cuyo objeto es el fenómeno, que es el objeto de la experiencia. Esto no se puede confundir con el noúmeno o cosa en sí.
No intuimos, por tanto, las cosas en su ser, sino en su aparecer.
El objeto de una intuición empírica es siempre un fenómeno. El ser que vamos a ver figurar en nuestros juicios se refiere siempre al ser fenoménico de las cosas, nunca a su ser nouménico, inteligible.Nuestra capacidad de conocer no se reduce a la sensibilidad. A través de ella los objetos nos son dados, pero nosotros pensamos esos mismos objetos, los determinamos, decidimos lo que son en un juicio.
Esta determinación la realizamos por medio de conceptos y la facultad de los conceptos, es el entendimiento.
El objeto de una intuición sensible es siempre un esto, al yo existente, pero indeterminado, que nosotros podemos determinar reconocíéndolo, porque disponemos de una representación general que es el concepto.
Es lo que hacemos en el juicio.
Con los conceptos nos referimos a objetos de la experiencia, pero eso no significa que todos nuestros conceptos procedan de la experiencia. Si fuese así no podríamos tener nunca un conocimiento conceptual a priori de los objetos, no podríamos formular nunca juicios acerca de ellos cuya validez fuese independiente de la experiencia y, no sería posible la metafísica como ciencia, ni tampoco la ciencia.La actividad del entendimiento cuando hace juicios presupone unos conceptos puros, entonces la posibilidad de un conocimiento conceptual a priori de los objetos de la experiencia es posible.
Kant intentará demostrar en la AT que los conceptos de unidad, pluralidad, totalidad, realidad negación, limitación, sustancia, accidente, causa, efecto, acción recíproca, posibilidad, existencia y necesidad, son conceptos puros o categorías del entendimiento, que no proceden de la experiencia, sino que están presupuestos en toda experiencia posible de objetos sensibles.Estos conceptos puros son las formas a priori del entendimiento. De esta manera nuestra experiencia adquiere carácter de necesidad y universalidad.Kant los llama categorías.
Así como el tiempo es la forma de la sensibilidad las categorías son la forma a priori del entendimiento que tiene que ser válida para todo fenómeno. De lo que se sigue que el tiempo y las categorías son los principios válidos para todo fenómeno. No son 2 conocimientos distintos, sino dos aspectos constitutivos del conocimiento, porque este es intuición y concepto a la vez.
La relación entre la forma a priori del entendimiento y la forma a priori de la sensibilidad es:
las impresiones que nos son dadas en la experiencia son una multiplicidad. La percepción de cualquier objeto no solo es multiplicidad, sino recorrer la pluralidad de las impresiones enlazándolas unas con otras.
Esta función de enlace la realiza el concepto. Los conceptos de objetos son empíricos y su validez está ligada a las impresiones. Pero los conceptos a priori son la forma pura de la pluralidad de impresiones.Los principios del entendimiento puro son juicios a priori que expresan la unidad del entendimiento puro con la intuición pura. No son solo juicios a priori, sino juicios sintéticos a priori.La actualidad unificadora del entendimiento Kant la llama la apercepción transcendental que remite a un yo pensante que acompaña a todas nuestras representaciones. No es un a sustancia.Para terminar, las consecuencias que se derivan para la metafísica a partir de lo expuesto anteriormente Kant las expone en la DT, donde demuestra que si, tal y como ha ocurrido en la metafísica, la facultad de conocer se rige por los objetos, la razón entra en contradicción consigo misma.

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