Jean-Jacques Rousseau: Vida y Pensamiento
Biografía de Rousseau
Jean-Jacques Rousseau nació en Ginebra en 1712 en el seno de una familia con inclinaciones artísticas. Su madre murió al nacer él, lo que le generó un sentimiento de culpabilidad en su etapa adulta. Su padre se marchó de Ginebra para evitar ser detenido por la justicia tras herir a un vecino en una discusión. Rousseau quedó bajo la custodia de su tío, quien lo envió a estudiar con un cura rural. Su primera experiencia con la justicia fue cuando lo azotaron por algo que no había hecho; este suceso marcó un antes y un después en su vida. Entró como aprendiz de un grabador. La imagen que él da de sí mismo es la de un continuo doliente y víctima. La naturaleza era lo único que calmaba su espíritu; por el contrario, relacionarse con los demás le causaba intranquilidad. Su salud física tampoco le acompañó; estaba obsesionado con su enfermedad. Su vida amorosa empezó cuando tenía 16 años y se enamoró de Mme. Preocupado por la educación, dejó que sus hijos se criasen en el hospicio. Los últimos años de su vida transcurrieron entre la pobreza, la soledad y la angustia. Cuando murió, hubo opiniones a favor y en contra.
Filosofía de Rousseau: Estado de Naturaleza, Propiedad y Educación
Él sigue con el esquema de división entre estado de naturaleza y de civilización, pero invirtiendo los términos de Hobbes. Para Rousseau, es mejor la vida en estado de naturaleza, un estado en el que el individuo es bueno. La propiedad nos lleva a abandonar la buena vida natural para establecernos en la mala vida civilizada. La propiedad privada es el origen de todos los males sociales. En su opinión, los individuos son una mezcla de sentimiento y razón.
En cuanto a la educación, Rousseau sostenía que:
- En los hombres, la educación debe impulsar ese sentimiento natural para llegar a la sabiduría y bondad.
- En las mujeres, la educación debe reprimir los sentimientos naturales para que florezcan los de los hombres.
- Las niñas tienen que ser orientadas hacia la función de buenas esposas y madres.
El hombre necesita ser educado en la libertad para poder ejercerla, mientras que la mujer, al no tener derecho a la vida política sino a la doméstica, necesita ser adiestrada en la obediencia y paciencia. Rousseau es el teórico de la democracia radical. La democracia y la libertad son asunto de la política y les incumben a los hombres. La sumisión es asunto de la vida cotidiana y les incumbe a las mujeres.
Thomas Hobbes: El Contrato Social y el Leviatán
Contexto y Obra Principal
Thomas Hobbes (1588-1679) vivió la época de la revolución científica. Viajó por Europa, donde conoció a Descartes y Galileo. En Francia escribió su obra más importante: Leviatán.
El Estado de Naturaleza y el Contrato Social
Hobbes utiliza el mismo método para el conocimiento de la vida social que Galileo, el cual consta de dos pasos:
- Descubrir las partes mínimas del objeto.
- Descubrir cómo a partir de las causas se genera algo.
En la vida social, las partes mínimas son las pasiones: el amor y el odio. Por lo tanto, todos somos iguales, ya que tenemos las mismas pasiones, lo que crea luchas entre unos y otros porque no hay suficientes. Todo se rige por las pasiones. Esta situación es de libertad, pero también de inseguridad, y para salir de ella se necesita el contrato social. Damos toda nuestra libertad a un poder absoluto que nos asegure nuestra seguridad.
En el estado de naturaleza, no existe la familia, solo la relación entre madre e hijo. Hobbes dice que la familia comienza a existir después del contrato social y que la autoridad en ella, en principio, corresponde tanto al padre como a la madre, pero como no se puede obedecer a dos, recae en el padre.
Immanuel Kant: Razón Teórica y Práctica
La Ciencia y los Juicios Sintéticos a Priori
¿Cómo es la ciencia? Razón teórica. Kant dice que la ciencia consta de juicios sintéticos a priori. Los juicios sintéticos aumentan nuestro conocimiento sobre el mundo y los juicios a priori no necesitan de la experiencia para saber que son verdad.
Para Kant, los juicios se clasifican de la siguiente manera:
- Juicios analíticos: Aquellos en los que el predicado está contenido en el sujeto. Si lo negamos, incurrimos en contradicción. Son siempre a priori.
- Juicios sintéticos: Aquellos que nos dan informaciones nuevas. Podemos negarlos sin incurrir en contradicción. Tradicionalmente, se consideraban a posteriori.
Kant cruza la clasificación y establece que los juicios de la ciencia son sintéticos a priori. Son sintéticos porque nos dan nueva información sobre el mundo y a priori porque no necesitamos de la experiencia para saber que son verdaderos.
Condiciones Trascendentales del Conocimiento
Para poder llegar a formular estos juicios de la ciencia han de darse dos tipos de condiciones: de orden empírico y de orden trascendental. Con esto, Kant pretende terminar una discusión que había empezado en el siglo anterior. Kant establece las condiciones trascendentales que nos posibilitan la sensibilidad y el conocimiento científico para indagar si es posible la ciencia metafísica. Son las siguientes:
- De la sensibilidad: espacio y tiempo.
- Del entendimiento: categorías.
- De la razón: ideales de la razón pura (Dios, alma y mundo).
La razón tiene la tarea de agrupar y organizar lo aportado por los sentidos. Dios, alma y mundo son los llamados ideales de la razón pura. Kant dice que no nos olvidamos de ellos. No podemos hablar de estos temas, pero tenemos que suponer algo acerca de ellos porque nos sirven para regular nuestra vida moral para la razón práctica, para ayudarnos a portarnos bien.
La Moral Kantiana: El Imperativo Categórico
Kant, por razón teórica y práctica, entiende que son una sola razón que realiza dos actividades distintas. La razón práctica dice cómo tenemos que comportarnos. En el primer caso hablamos de juicios descriptivos de la ciencia; en el segundo, de juicios prescriptivos, de mandatos, de la moral. La moral ordena, se dirige por imperativos.
Este mandato se denomina imperativo categórico, que no depende de nada; no tenemos que actuar por interés, sino porque debemos hacerlo así. Solo actuamos bien cuando hacemos lo que debemos por deber; esto consiste en actuar de tal manera que la norma que empleamos pueda ser elevada a ley universal y esto sea válida para todos.