El Proyecto Filosófico de Descartes: La Búsqueda de la Certeza
El objetivo fundamental de Descartes es construir una filosofía cierta y segura, que abarque todos los ámbitos del saber humano. Pretendía establecer un sistema estructurado de verdades, asentado sobre principios indudables.
El Árbol de la Ciencia Cartesiano
Descartes compara su proyecto con un árbol, conocido como el Árbol de la Ciencia. En esta analogía, las partes del saber se distribuyen de la siguiente manera:
- La Metafísica: Sería la raíz (a pesar de la cientificidad de Descartes, los racionalistas postulan ideas innatas que pertenecen a la metafísica).
- La Física: Constituye el tronco.
- Las Ramas: Incluyen la mecánica (física de lo inerte), la medicina (física de lo vivo) y la moral (física del espíritu, que incluye sentimientos y emociones).
Descartes posee una concepción universal y práctica del saber. Además, defiende el mecanicismo, sosteniendo que tanto el universo como los seres vivos son máquinas perfectas.
La Necesidad de un Método Universal
Todas las verdades del nuevo sistema tienen que ser descubiertas por la razón. De ahí la necesidad de un nuevo método, que tomará de las matemáticas su modelo por la certeza y evidencia de sus principios, y el orden y rigor de sus demostraciones.
El método de Descartes parte de la unidad de la razón (guía del ser humano). Descartes se plantea por qué la razón es única, pero existen diferentes ciencias, y llega a la conclusión de que la diversidad científica se debe a las diferentes metodologías empleadas. Puesto que la razón es única, el método debe ser universal y único para todas las ciencias, por lo que intenta unificar todas las ciencias en una sola, denominada la Mathesis Universalis (ciencia general del orden y la medida). Esta confianza plena en la razón, que implica una autonomía de la razón (pensar por nosotros mismos), se contrapone al criterio de autoridad (acudir a Aristóteles, Platón, etc.) utilizado en épocas anteriores.
El Método Cartesiano: Reglas para la Recta Conducción de la Mente
Definición y Propósito del Método
Descartes define método como “un conjunto de reglas que nos permiten conducir en orden nuestros pensamientos”. Estas reglas están destinadas a emplear rectamente las operaciones de la mente, pues la mente por sí sola es infalible y no puede errar. Sin embargo, podemos desviarnos del recto camino de la reflexión racional por los prejuicios, las pasiones o la impaciencia. En tales casos, la mente se ciega y no emplea correctamente sus operaciones naturales (intuición y deducción). De ahí que las reglas sean de gran utilidad.
Para la elaboración de su método, Descartes se inspira en el método matemático, buscando certezas absolutas y evitando todo aquello que esté sujeto a duda. El método elaborado por Descartes es un proceso estructurado que consta de cuatro reglas:
Las Cuatro Reglas Fundamentales
Evidencia
Funciona como una especie de prólogo. Descartes afirma que no podemos aceptar nada que no se presente de forma clara y distinta. Será evidente todo aquello de lo que la razón no puede dudar. Nuestro saber queda reducido a las ideas evidentes, cuya característica es la claridad y la distinción.
Análisis
Consiste en descomponer un problema hasta llegar a sus elementos últimos, las ideas claras y distintas. Es decir, ir de lo complejo a lo simple para examinar más fácilmente las ideas presentadas en el paso anterior.
Síntesis
Consiste en una reconstrucción del conocimiento, yendo de lo simple a lo complejo, encadenando las ideas claras y distintas de manera ordenada.
Enumeración
Tras todo este proceso, Descartes establece que debemos hacer una recapitulación de los pasos anteriores, revisando cada proceso para asegurarse de que nada de lo realizado es incorrecto.
La Duda Metódica como Camino hacia la Certeza
Propósito y Naturaleza de la Duda
Una vez enumeradas y explicadas estas reglas, Descartes procede a aplicarlas a la filosofía. La primera regla del método impone la exigencia de eliminar todo aquello que no sea absolutamente evidente, es decir, que admita la más mínima duda. Por eso, Descartes va a dudar hipotéticamente de todo. Solo aquellas verdades que resistan esta duda podrán ser aceptadas como principios firmes y sólidos de su filosofía.
Por consiguiente, Descartes utiliza la duda como procedimiento metodológico para buscar la verdad indubitable. Su duda es, por lo tanto, una duda metódica (cuya finalidad es llegar a un principio del que no podemos dudar) que se contrapone a las dudas escépticas (que no buscan resolución).
Los Tres Niveles de la Duda
Descartes habla de la existencia de tres niveles de duda progresiva:
- A nivel de los sentidos: Los sentidos nos engañan; no debemos fiarnos de ellos.
- A nivel de las cosas: A veces confundimos el estado de sueño y vigilia, lo que nos hace dudar de la existencia del mundo exterior.
- A nivel de las verdades lógicas y matemáticas (2+2=4): Descartes amplía este proceso de duda con la hipótesis del Genio Maligno y Engañador, que nos hace cuestionar las verdades más lógicas y las matemáticas.
El Primer Principio Indubitable: El Cogito
Evidencia del Cogito
Tras este proceso de duda, Descartes llega a un principio del que no se puede dudar: el “Cogito, ergo sum” (“Pienso, luego existo”). Sin embargo, este principio lo lleva al solipsismo, ya que solo puedo asegurarme de que existo yo, pero no de que existen otras mentes (otros ‘yoes’). Ante este problema, Descartes recurre a Dios y nos presenta lo que considera la idea innata más importante: la idea de sustancia.
Metafísica Cartesiana: Sustancia e Ideas
La Definición de Sustancia
Descartes define la sustancia como “aquello que existe por sí mismo y no necesita de otro (excepto Dios, en el acto de la creación) para existir”. Es decir, cuando hablamos de la definición de sustancia en sentido estricto, hablamos de Dios.
Tipos de Sustancia
Descartes divide la sustancia en dos tipos:
- Sustancia Infinita (Dios): Cuya propiedad fundamental es la perfección y que no tiene modos (cualidades del atributo).
- Sustancia Finita: Compuesta por dos realidades distintas:
- Res Cogitans (Sustancia Pensante): Cuyo atributo (propiedad fundamental) es el pensamiento y sus modos son la voluntad, el entendimiento, etc.
- Res Extensa (Sustancia Extensa): Cuyo atributo es la extensión y sus modos son la finitud y el movimiento.
Clasificación de las Ideas según su Origen
Descartes también clasifica las ideas según su procedencia. Encontramos tres tipos:
- Ideas Adventicias: Proceden del exterior (datos que nos aportan los sentidos), por ejemplo, la idea de “mesa”.
- Ideas Facticias: Son ideas que construye la mente a partir de otras (ej. un centauro). Ninguna de estas ideas podría servir como punto de partida indiscutible.
- Ideas Innata: Ideas que están en la mente desde siempre. Pueden servir como punto de partida. Estas ideas están en el pensamiento, pero no pueden ser elaboradas por el pensamiento. Por lo tanto, es imprescindible que exista otra realidad distinta al pensamiento que sea la causa de las ideas, y esa realidad es Dios.
Entre las ideas innatas, Descartes descubre las ideas de perfección e infinito, a partir de las cuales demostrará la existencia de Dios.
Las Pruebas de la Existencia de Dios
Demostraciones de la Existencia de Dios
Descartes ofrece tres pruebas para demostrar la existencia de Dios:
La Idea de Perfección e Infinito (Argumento Gnoseológico/Causal)
Las ideas de perfección e infinito solo pueden ser causadas por un Ser Perfecto e Infinito. Tales ideas no pueden provenir de la nada, ni ser elaboradas por el yo (que es imperfecto porque duda), ni provenir del mundo, ya que tanto el yo como el mundo son imperfectos y finitos.
La Contingencia del Yo (Argumento Cosmológico/Causal)
El yo existe. Si yo me hubiera dado la existencia a mí mismo, me daría también todas las perfecciones. Pero yo no soy perfecto. Luego no me di la existencia a mí mismo. Tampoco depende esa existencia en último término de mis padres, pues esto nos llevaría a indagar por la causa de su existencia y así hasta el infinito. Por lo tanto, hay que concluir en la existencia de Dios como causa última de la existencia del yo. Esta cadena causal infinita debe romperse con una Causa Primera: Dios (vías tomistas).
Argumento Ontológico
Se basa en el principio de no contradicción. El punto de partida es la existencia de Dios: como parte de la esencia de Dios está la existencia, al afirmar que Dios es el Ser Perfectísimo, estoy afirmando que Dios existe. Por el principio de no contradicción, no puedo negarlo. La conclusión es que Dios existe no solo en el pensamiento, sino también en la realidad, como consideraba San Anselmo de Canterbury, ya que para el Ser Perfectísimo, existir en el pensamiento implica necesariamente existir en la realidad.
