Razón vital y razón histórica de Ortega


A partir de 1923 la filosofía de Ortega se manifestó en la doctrina del Ratiovitalismo.
Con este término, Ortega intenta integrar la vida y la razón como dos dimensiones igualmente importantes de la realidad humana. Ortega rechazó la razón pura de los racionalistas porque pretende analizar la realidad en busca de la estabilidad y renuncia a pensar lo que verdaderamente interesa, la vida humana, que es dinamismo y multiplicidad. También refutó el vitalismo irracionalista que sustituía a la razón por la intuición y reducía la vida a impulso irracional. Así, contrastó con el vitalismo nietzscheano y con las ideas de Unamuno, que identificó la vida con los sentimientos y los deseos, por lo que es incomprensible para la razón.
Frente a estas formas de vitalismo, Ortega defendía que la razón cumplía una función imprescindible, pues nos permite comprender la vida y decidir qué hacer con ella. Así planteó un nuevo concepto: la razón vital.
En esta idea de la razón vital, se unen los conceptos de razón y vida. Para Ortega, la razón es una función vital, como ver y palpar. La razón vital es precisa para dar sentido a nuestra vida.
La razón vital también aparece como razón histórica, pues entiende la vida humana en su temporalidad e historicidad. No son dos razones distintas, ya que la vida del hombre se desenvuelve en el tiempo y está siempre por hacer. La historia es imprescindible para conocer la vida humana. La razón histórica nos ayuda descubrir una nueva perspectiva para nuestra vida.
La razón vital se expresa en el pensamiento, actividad con la que tratamos de entender la circunstancia y el yo. El yo debe tratar de comprender la circunstancia y darle sentido: si entiendo mi circunstancia, me entiendo a mí.
Según Ortega, debemos distinguir dos tipos de pensamiento:
-El conocimiento, que nos proporciona un método para solucionar el misterio de la vida a partir de razonamientos. A partir de mis conocimientos tengo una serie de creencias que se aceptan de manera inconsciente.
-El pensamiento en sentido pleno, que produce ideas que nos orientan en el mundo con responsabilidad vital e intelectual. El hombre debe arriesgarse a pensar y actuar con ideas nuevas, que cuestionan las creencias.
El ser humano recurre a la filosofía con la esperanza de alcanzar una explicación de todo lo real. La filosofía nunca parte de creencias ni de verdades supuestas, sino que busca respuestas últimas sin prejuicios.
– La dimensión social de la vida humana
La historia personal de cada uno está conectada con la historia de la humanidad.
Debemos tener conciencia histórica, es decir, tenemos que conocer el pasado, ya que en él encontramos aciertos y errores de los que debemos aprender para mejorar en el futuro.
Ortega recurríó a las generaciones para comprender la historia. Por generación entendíó a un conjunto de personas con aproximadamente la misma edad y que conviven en la misma circunstancia. Entre dos generaciones transcurren aproximadamente 15 años.
Toda generación recibe una herencia del pasado. Si una generación da prioridad a la herencia recibida estaríamos hablando de una época cumulativa. Si, por el contrario, la generación se entrega a su espontaneidad creadora, estaríamos ante una época eliminatoria y polémica. Esta es la que marca los cambios históricos, pues luchan por introducir nuevas ideas y variar los modos de vida. Un ejemplo sería el Renacimiento.
Durante un mismo tiempo cronológico, conviven tres generaciones distintas. Hay que diferenciar entre contemporáneos, que son aquellos que conviven en un mismo tiempo cronológico, y los coetáneos, que pertenecen a la misma generación.
– La rebelión de las masas
De acuerdo con Ortega, en todas las sociedades es posible distinguir entre dos tipos distintos de personas. Por un lado, están aquellos que se esfuerzan por dar lo mejor de sí mismos y por otro lado están los que prefieren dejarse llevar. Los primeros son llamados la minoría selecta y constituyen la élite. La élite siempre tiene en cuenta la ética. El segundo grupo es la masa y es a la que pertenece la mayor parte de la población. Esta diferencia no se basa en el nivel económico ni en el rango aristocrático, sino en el modo en el que se exigen más a sí mismos más de lo que exigen a los demás.
Otra gran diferencia entre la élite y la masa es que los que pertenecen a la élite tratan de encontrar soluciones para ellos de forma original y creativa. En cambio, quienes pertenecen a la masa adoptan las opiniones de otros. Por ello, la minoría selecta es la encargada de mostrar a la sociedad la dirección hacia la que debe dirigirse y la masa debe seguir sus indicaciones. Esta división de papeles ha garantizado el progreso de Europa durante siglos.
Sin embargo, en el primer tercio del Siglo XX ha surgido un nuevo tipo de individuo que antes no existía, el hombre-masa.
El hombre-masa es aquel que carece de proyecto vital, no se exige y cree que solo tiene derechos y no obligaciones, lo que le conduce a una vida mediocre. El hombre- masa cree que ya conoce todo lo que necesita saber y por eso no se esfuerza en aprender ni en formarse. A pesar de su ignorancia, se cree capacitado para opinar en todos los campos y rechaza las orientaciones de la élite.
La rebelión de las masas se produce cuando los hombres-masa se niegan a seguir la dirección que marca la minoría selecta y quieren ocupar una posición de liderazgo que no les corresponde. Esta rebelión era la causante de la profunda crisis que sufría Europa.
Para Ortega, la nacíón es aquella sociedad que tiene un proyecto de vida común por encima de los particularismos de los individuos, los grupos sociales y las regiones. Su propuesta de futuro fue la construcción de una gran nacíón europea en la que se superase la rebelión de masas.
Otros filósofos españoles del Siglo XX
-Xavier Zubiri subrayó que el ser humano, frente a los demás animales, es una inteligencia sentiente, es decir, que está formado por la razón y por los sentimientos. El conocimiento es la aprehensión de las cosas como realidades.
 -Julián Marías defendía que la filosofía es la ciencia de la realidad radical. Se centró en la reflexión sobre las estructuras empíricas de la existencia humana: la condición sexual, la corporeidad, el amor…
-María Zambrano. Su filosofía trata de dar respuesta a tres importantes problemas:
-La razón calculante y dominadora del Racionalismo, que ha de ser superada por la razón intuitiva y poética.
-Dios, que se encuentra ausente en el planteamiento filosófico contemporáneo.
-El valor de la persona, poseedora de una dignidad que deben reconocer y defender los sistemas políticos.
Relaciones con otros autores:
-Descartes: Descartes solo pudo afirmar la existencia de su conciencia y cayó en el solipsismo, es decir, se centró únicamente en el yo. Sin embargo, a Ortega el darse cuenta del pensar le sirve para afirmar la existencia del sujeto y del objeto.
-Leibniz: Las perspectivas orteguianas son similares a las mónadas, diferentes pero todas verdaderas.
-Generación del 98: De ellos hereda la visión negativa de la situación de España. Ortega señalará que el remedio es la europeización de España.
-Romanticismo: El hombre se produce a sí mismo, como una obra de arte. Esta libertad supone la absoluta responsabilidad sobre su construcción.

Nietzsche

Los superhombres son los encargados de crear nuevos valores, del mismo modo que para Ortega solo la minoría selecta debe dirigir la sociedad. Además, ambos toman la vida como nuevo tema filosófico.
-Heidegger: Comparten muchos conceptos, aunque donde Heidegger habla de existencia, Ortega habla de vida.
-Sartre: Para Sartre, el hombre es radicalmente libre, mientras que para Ortega el hombre es libre pero está determinado por la circunstancia. Para ambos el tema fundamental de la filosofía es la vida.
-María Zambrano: Ambos entienden la filosofía española como una solución a la crisis de la filosofía de la modernidad. También desarrolló la diferencia entre creencia e idea.
-Escuela de Frankfurt: A diferencia de la razón científica, que intenta dominar la vida, defienden que la razón debe intentar comprender la vida.


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