Platón y Aristóteles: Contrastes Filosóficos y Relevancia Contemporánea

Comparación Filosófica: Platón vs. Aristóteles

Aristóteles, a pesar de ser discípulo de Platón, difiere de él en muchos conceptos, aunque conserve algunas influencias innegables.

Ontología: La Naturaleza de la Realidad

En el plano de la Ontología, la diferencia fundamental es que la apreciación de la realidad por parte de Platón le lleva a una división de la misma en dos mundos: el inteligible y el sensible. Por parte de Aristóteles, la realidad está formada solo por uno de ellos: el sensible. El inteligible está, por tanto, para Platón, constituido por las ideas y el sensible por las cosas materiales. Para Aristóteles, se concentran en un mundo, en una realidad: en la naturaleza.

Epistemología: El Origen del Conocimiento

Desde el punto de vista epistemológico, Platón es racionalista y Aristóteles empirista. Platón defiende que todas las ideas residen en el alma, que nacemos con ellas y las “recordamos” a través del conocimiento mediante un camino ascendente que explica con el símil de la línea, la Dialéctica. Este camino lo divide en cuatro grados: la imaginación, la creencia, el pensamiento y la inteligencia. Aristóteles, sin embargo, al ser empirista, explica que no nacemos con conocimientos, sino que los adquirimos mediante la experimentación y la observación.

Antropología: La Composición del Ser Humano

En relación con la antropología, ambos son dualistas, pues conciben al hombre como un compuesto de cuerpo y alma. Sin embargo, así como para Aristóteles dicho compuesto es indivisible, ya que el alma no puede existir sin el cuerpo ni el cuerpo sin el alma, Platón hace una clara división de los mismos.

Ética: La Concepción del Bien

En cuanto a la ética, la diferencia más destacada es su idea respecto al concepto de Bien. Para Platón, el Bien es la verdad suprema, la cual solamente son capaces de alcanzar los verdaderos filósofos. Para Aristóteles, el Bien es la felicidad y el fin de la acción humana. Por tanto, para Platón el Bien debe estar siempre iluminado por la luz de la razón, y para Aristóteles el Bien siempre será una virtud.

Política: Regímenes Ideales y Prácticos

Para concluir, en el plano político también tienen teorías dispares. Aristóteles cree que, en teoría, lo mejor es la monarquía, pero es muy complicado que esta sea justa; así que el mejor régimen político a la hora de llevarlo a la práctica es aquel que mezcla oligarquía y democracia. Aristóteles se muestra como un filósofo mundano y realista que, a diferencia de Platón, no propone utopías ni ideas que no se puedan poner en práctica.

La Vigencia del Pensamiento Aristotélico Hoy

A pesar de la antigüedad de Aristóteles, sus enseñanzas y escritos se pueden aplicar fácilmente a la vida de hoy.

El Carácter Social del Ser Humano

En primer lugar, hablemos del carácter social del ser humano. Para Aristóteles, no existía un ser humano si no tenía su comunidad; su vida dependía de esta y vivía por y para ella. Si a un bebé lo dejamos en un medio salvaje sin ningún tipo de cuidado, ese bebé tendrá todas las posibilidades de morir. Sin embargo, no solo nos tenemos que fijar en estos casos tan extremistas. En un adolescente que ya puede subsistir por sí mismo (independientemente del factor económico), si no se rodea de personas que le ayuden en su proceso de madurez, no se convertirá nunca en una persona racional y autónoma. Todos necesitamos de otros para vivir. Cuando nos levantamos, nos levantamos en una cama que alguien ha fabricado, en una casa que alguien ha construido, y comemos con algo que alguien ha elaborado o recogido. No estamos solos en ningún momento; vivimos en comunidad y necesitamos de esta.

La Finalidad en la Naturaleza y la Acción Humana

Por otro lado, tenemos la concepción finalista y mecanicista de la naturaleza. Aristóteles afirma que todo cuanto nos rodea tiene una finalidad, y es algo que también vemos hoy día. Nosotros creemos que todo pasa por algo y está para algo; creemos en que las acciones buenas tienen como finalidad hacernos mejores personas, que sonreír alegrará el día al que está al lado, que nos compramos ropa para estar a gusto con nosotros mismos, que comemos aquello que nos sentará bien, etc. Es decir, que obramos en busca de una finalidad. Modificamos el petróleo para poder obtener plástico, este lo usamos para fabricar bolígrafos y estos para escribir y que, de alguna manera, el conocimiento perdure.

Felicidad y Conocimiento

Ligado a este punto, podemos encontrar también la felicidad ligada al conocimiento, pues todo lo que hacemos lo hacemos para conseguir una felicidad y una satisfacción personal, a la que llegamos porque la conocemos. Pongamos por ejemplo el caso de un estudiante de bachillerato que quiere hacer medicina. Estudiar medicina y conseguir graduarse es una de las cosas que más feliz le puede hacer. Pero no es el hecho de ser médico, sino que, si profundizamos, se trata de ser feliz porque tiene los conocimientos de la medicina. Estos conocimientos son los que realmente le van a hacer feliz, porque si le das el título sin haber hecho ninguna carrera y sin ningún esfuerzo, no se va a sentir satisfecho, pues realmente no sabe nada ni sobre medicina ni sobre lo que consiste estudiarla. Una vez sea médico, esta persona se va a sentir bien consigo misma cuando consiga cumplir la última meta de su deseo: curar personas. En este momento no habrá mayor grado de felicidad, pero es que, si analizamos una vez más, veremos que esta vuelve a estar total e incondicionalmente ligada con el conocimiento de la sanidad.

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