José Ortega y Gasset: Pensador de la Circunstancia Española
José Ortega y Gasset, una de las figuras más importantes de la filosofía española, estudió la licenciatura en Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid. Marchó a Alemania y estudió en las universidades de Leipzig, Berlín y Marburgo; en la última fue discípulo del gran neokantiano Hermann Cohen. Fue catedrático de Metafísica de la Universidad de Madrid y fundó la Revista de Occidente, donde incorporaba al pensamiento español lo más sustancioso de la ciencia europea y de las obras clásicas. La consecuencia filosófica personal fue el florecimiento de una escuela filosófica: la Escuela de Madrid.
La vida y la obra de Ortega fueron lo más opuesto a la imagen típica del filósofo habitual, alejado del mundo. En el caso de Ortega, filosofía y vida están tan íntimamente unidas que prácticamente son inseparables. En este sentido, fue un filósofo comprometido con los problemas de su entorno, de su país, de su historia. La producción literaria de Ortega es muy copiosa. Señalemos: España Invertebrada, Kant y ¿Qué es filosofía?.
La circunstancia española es el punto central de su filosofía. En 1897, el joven Ortega fue testigo de un acontecimiento histórico de la mayor trascendencia: la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Este acontecimiento llevó a Unamuno, Pío Baroja, Machado y al propio Ortega a plantearse el problema de la decadencia moral de España. Para él, todo el problema viene desde la época de la Restauración. También los problemas de España radicaron en el individualismo de los hombres y de las regiones de España, que no han sentido una inquietud común por los asuntos nacionales. Para salvar a España, hay que regenerarla; hay que meditar sobre su problema y educar para una nueva forma de vida. Para que esta misión pueda ser llevada a cabo con éxito, Ortega propondrá la necesidad de la existencia de una élite intelectual que, tomando lo mejor del mundo occidental, fomente la organización de una minoría encargada de la educación política de las masas.
Contexto Filosófico de Ortega y Gasset
Su admiración por la cultura europea es patente desde Alemania, donde le cautiva el neokantismo. Pronto entenderá que tal planteamiento filosófico peca de idealismo, el cual considera Ortega que ha de ser superado. Para lo cual será importante la influencia del vitalismo de Nietzsche, a partir del cual pergeñará su propuesta raciovitalista. Los existencialismos de Heidegger y Sartre, autores que Ortega compartía en su generación, la del 14, configuran su contexto filosófico más cercano.
Los tres autores guardan una clara afinidad. La descripción orteguiana de las categorías de la vida supone un proyecto muy cercano al análisis heideggeriano de la existencia humana. Coincide con el filósofo francés en la visión de la vida como un quehacer, pero no angustioso. Asimismo, la influencia del historicismo de Dilthey fue decisiva en el concepto orteguiano de razón vital e histórica.
En El tema de nuestro tiempo, Ortega llama a una renovación en filosofía que supere el abismo entre razón y vida. España se encontraba en un estado de coma, y tal situación exigía una misión intelectual que toda Europa había anticipado, y que Ortega reconoce como El tema de nuestro tiempo. España se aferraba a los jirones de la tradición; el resultado era una nación de hombres y mujeres que se comportaban igual que sus abuelos. Ortega empleó una dudosa combinación aritmética para buscar un fundamento científico a la tesis de que toda generación representa una cierta altura histórica, que bajo su mandato impone un nuevo imperativo. Él ofrece como premisa filosófica para su generación la tarea de sobreponerse a la dicotomía entre el racionalismo desvitalizado y el vitalismo carente de toda inteligencia.
En el capítulo final, “La doctrina del punto de vista”, nuestro autor sostiene que cada hombre y cada pueblo debe llegar a la verdad a su propia manera. Desde el momento en que no existe un camino preestablecido, cada proyecto revela una faceta más de la verdad total, que finalmente será percibida solo gracias a una yuxtaposición de todas las perspectivas. Esta suma general puede ser Dios. En 1923, el concepto de la razón vital comenzaba a perfilarse como la piedra angular sobre la que Ortega llevaría a cabo la renovación de la razón humana: cambiar la razón pura por una razón que surge por y para la vida, la razón vital. El tema de nuestro tiempo cierra la etapa que hemos denominado perspectivismo y abre la nueva etapa del raciovitalismo. El objetivo último de esta obra era superar el racionalismo, y en este intento va a estar a la altura de los principales pensadores europeos, separándose de sus maestros neokantianos. Los valores de la cultura son la ciencia, el arte y la justicia. Son los valores de la razón.
Friedrich Nietzsche: Crítico de la Decadencia Moderna
La vida de Nietzsche abarca la segunda mitad del siglo XIX, un periodo convulso de transformación político-social, como el proceso de industrialización, los conflictos sociales entre burguesía y proletariado, o el auge de los nacionalismos. Alemania vive un proceso que va desde su unificación hasta que se ensalza el espíritu alemán; Nietzsche se manifestó crítico. Paralelamente, se va introduciendo en Alemania la democracia, sistema que Nietzsche considera decadente y, por otra parte, se va consolidando la Segunda Revolución Industrial. El movimiento nacionalista germánico culminó en 1871 gracias a Bismarck. Nietzsche fue uno de los adversarios de la Alemania unificada; incluso rechazó la nacionalidad alemana y adoptó la suiza. Frente a los fuertes movimientos sociales y políticos, él defiende el individualismo y la heterogeneidad. El pensamiento de Nietzsche se enmarca en el contexto de una sociedad que el autor considera decadente.
Contexto Cultural del Siglo XIX
Culturalmente, el siglo XIX destaca por:
- La ciencia aporta descubrimientos fundamentales, como la teoría de la evolución de Darwin, las leyes de la genética de Mendel, o el nacimiento de la psicología como ciencia. Nietzsche dedicará parte de su crítica a los científicos, a los que considera siervos del poder.
- En el terreno artístico, es la época de múltiples tendencias y corrientes. En música, destacan Verdi, Brahms o Wagner. La relación entre Nietzsche y Wagner tiene una importancia fundamental, pues Nietzsche veía en el drama musical de Wagner la expresión de su propio pensamiento. Pero posteriormente se produjo una evolución en el músico que le llevó al final de la amistad entre el filósofo y el músico cuando este estrenó su Parsifal, en el que se exaltaban valores típicamente cristianos como el de la renuncia. Nietzsche acusó entonces a Wagner de haberse convertido en alemán.
- En pintura, surgen el naturalismo y el expresionismo, y en literatura, Zola, Balzac y Tolstói.
Contexto Filosófico de Nietzsche
Filosóficamente, la segunda parte del siglo XIX está enmarcada por la aparición de múltiples corrientes de pensamiento opuestas entre sí. Destacan el positivismo de Comte y las corrientes materialistas. A la vez, surgen el neokantismo o la escolástica. Pero quienes socavan los pilares del pensamiento occidental serán Freud, Marx o Darwin. Podemos situar a Nietzsche, Marx y Freud en la filosofía de la sospecha; se proponen un análisis de los conflictos derivados de la estructura de la sociedad y la cultura. Detectan conflictos que son entendidos e interpretados como síntomas de que las explicaciones que la sociedad moderna da de sí misma son formas de falsa conciencia que ocultan y deforman la realidad en beneficio de determinados intereses, posibilitando así su perpetuación.
Temática: La Doctrina del Punto de Vista en Ortega
El texto que analizamos pertenece al capítulo décimo, titulado “La doctrina del punto de vista”, del libro de Ortega y Gasset El tema de nuestro tiempo, publicado con sus obras completas, tras aparecer en la Revista de Occidente. “La doctrina del punto de vista” es el nombre que Ortega da a su posición filosófica acerca de la realidad. En los capítulos anteriores ha explicado cómo la vanguardia de su generación —entendida como una minoría selecta que ha percibido los cambios históricos y ha sido capaz de modificar su sensibilidad para adaptarse a su tiempo— debe cumplir una misión, tiene un tema: sustituir la razón pura por la “razón vital”, o como él mismo traduce: cambiar la relación entre cultura y vida para que sea la primera quien sirva a la segunda. Para ello, la filosofía debe enfrentarse al racionalismo y al relativismo. Para superarlos, Ortega propone en este capítulo la “doctrina del punto de vista”: con ella explica que el conocimiento del ser humano es limitado si tenemos en cuenta que está determinado por sus circunstancias; así pues, podrá conocer la verdad, pero será una verdad parcial a la que accederá desde su propio punto de vista.