Ortega y Gasset: Crítica al Racionalismo y Relativismo desde el Perspectivismo

La Verdad, el Perspectivismo y la Crítica al Racionalismo y Relativismo en Ortega y Gasset

TEXTO 1

Bajo el nombre «verdad» se oculta un problema sumamente dramático. La verdad, el reflejar adecuadamente lo que las cosas son, se obliga a ser una e invariable. Mas la vida humana, en su multiforme desarrollo, es decir, en la historia, ha cambiado constantemente de opinión, consagrando como «verdad» la que adoptaba en cada caso. ¿Cómo compaginar lo uno con lo otro? «La» verdad, pues, no existe: no hay más que verdades «relativas» a la condición de cada sujeto. Pero esta renuncia a la verdad, tan gentilmente hecha por el relativismo, es más difícil de lo que parece a primera vista. Se pretende con ella conquistar una fina imparcialidad ante la muchedumbre de los fenómenos históricos; mas ¿a qué costa?

Explicación del Texto 1

El problema fundamental del primer texto es la relación entre verdad y relativismo. Ortega y Gasset expone que la verdad trata de ser única e invariable, mientras que la vida humana, que está en constante cambio, ha adoptado distintos tipos de verdades en la historia de la humanidad. La duda que aparece es la posibilidad de la existencia de una verdad absoluta sobre una historia cambiante. La respuesta que proporciona el filósofo es la inexistencia de una única verdad absoluta, sino diferentes verdades relativas a cada individuo. Por otro lado, y como hemos mencionado en la introducción, critica al relativismo, ya que entiende que como renuncia tan fácilmente a la verdad, pierde imparcialidad real. Este texto está conectado con la filosofía perspectivista del autor. El conocimiento y la verdad son dependientes del punto de vista del sujeto. Ortega rechaza el racionalismo absoluto y el relativismo radical, ya que coincide con la idea de que la verdad no es única pero tampoco es independiente del sujeto, pero no todo es relativo sin orden. Cada vida humana aporta una parte a la verdad total.


TEXTO 2

Siguiendo un procedimiento inverso, el racionalismo, para salvar la verdad, renuncia a la vida. Siendo la verdad una, absoluta e invariable, no puede ser atribuida a nuestras personas individuales, corruptibles y mudadizas. Habrá que suponer, más allá de las diferencias que entre los hombres existen, una especie de sujeto abstracto, común al europeo y al chino, al contemporáneo de Pericles y al caballero de Luis XIV. Descartes llamó a ese nuestro fondo común, exento de variaciones y peculiaridades individuales, «la razón», y Kant, «el ente racional».

Explicación del Texto 2

El filósofo español describe la estrategia del racionalismo para tratar de salvar la verdad, que es renunciar a la vida real. Para él, la razón sería la base de una verdad que es única e inmutable eliminando diferencias individuales e históricas, por lo que se aleja de la vida concreta. Ortega critica una vez más el racionalismo porque minusvalora la vida concreta e histórica del humano. La propuesta del autor sobre la razón vital implica aceptar la vida y sus circunstancias, y esto es lo más importante en la búsqueda de la verdad. El problema filosófico es la tensión entre la verdad universal y la individualidad humana. Critica al racionalismo por priorizar la verdad absoluta, única e inmutable, a costa de negar o minimizar la diversidad y particularidad de la vida humana individual. Para sostener una verdad que no cambie y que valga para todos, el racionalismo presupone un sujeto abstracto y universal.


TEXTO 3

Desde el punto de vista del racionalismo, la historia, con sus incesantes peripecias, carece de sentido, y es propiamente la historia de los estorbos puestos a la razón para manifestarse. El racionalismo es antihistórico. En el sistema de Descartes, padre del moderno racionalismo, la historia no tiene acomodo o, más bien, queda situada en un lugar de castigo. «Todo lo que la razón concibe —dice en la Meditación Cuarta— lo concibe según es debido, y no es posible que yerre. ¿Dónde, pues, nacen mis errores? Nacen simplemente de que, siendo la voluntad mucho más amplia y extensa que el entendimiento, no la contengo en los mismos límites, sino que la extiendo también a cosas que no entiendo. De suerte que el error es un pecado de la voluntad, no un azar, y aun tal vez un sino de la inteligencia. Si no fuera por los pecados de la voluntad, ya el primer hombre habría descubierto todas las verdades que le son asequibles; no habría habido, por tanto, variedad de opiniones, de leyes, de costumbres; en suma, no habría habido historia. Pero como la ha habido, no tenemos más remedio que atribuirla al pecado. La historia sería sustancialmente la historia de los errores humanos. No cabe actitud más antihistórica, más antivital. Historia y vida quedan lastradas con un sentido negativo y saben a crimen.

Explicación del Texto 3

En este texto Ortega trata de dar una explicación a cómo para el racionalismo la historia carece de sentido, al hilo de lo que podemos leer en el texto anterior. La historia se entiende como resultado de errores humanos pero para el racionalismo tratan esa variedad histórica como un atentado contra la razón. En este caso, una vez más, esta visión es rechazada por el filósofo español. Según él la vida, la historia y la razón están directamente relacionadas entre sí, ya que no puede existir la razón sin apreciar el devenir histórico. El problema es el conflicto entre la razón pura y la historia humana real. Critica cómo el racionalismo (la idea de que todo puede explicarse con la razón) ve la historia como algo molesto, como una serie de errores que no deberían haber pasado. Para pensadores como Descartes, si usáramos bien la razón, no habría equivocaciones, ni distintas opiniones, ni cambios en las costumbres. Por eso, desde su punto de vista, la historia no tiene valor por sí misma, sino que es solo la historia de nuestras equivocaciones.


TEXTO 4

La tradición moderna nos ofrece dos maneras opuestas de hacer frente a la antinomia entre vida y cultura. Una de ellas, el racionalismo, para salvar la cultura niega todo sentido a la vida. La otra, el relativismo, ensaya la operación inversa: desvanece el valor objetivo de la cultura para dejar paso a la vida. Ambas soluciones, que a las generaciones anteriores parecían suficientes, no encuentran eco en nuestra sensibilidad. Una y otra viven a costa de cegueras complementarias.

Explicación del Texto 4

Ortega y Gasset relata que el racionalismo y el relativismo tienen unos enfoques parciales que no muestran la verdadera realidad, por lo que son insatisfactorios. Uno lo que hace es negar la vida para salvar la cultura, y el otro exactamente lo contrario, negando la cultura para salvar la vida. El resultado de esto es que desembocan en teorías incompletas. Esto da lugar a una propuesta de Ortega de superar el racionalismo y el relativismo cuyas posturas están incompletas, mediante un pensamiento que se basa en el respeto de tanto la vida como la cultura. De aquí resulta uno de los pilares de su pensamiento, que es la idea de la síntesis entre razón y vida, núcleo de su perspectiva filosófica.


TEXTO 5

El conocimiento es la adquisición de verdades, y en las verdades se nos manifiesta el universo trascendente (transubjetivo) de la realidad. Las verdades son eternas, únicas e invariables. ¿Cómo es posible su insaculación dentro del sujeto? La respuesta del racionalismo es taxativa: solo es posible el conocimiento si la realidad puede penetrar en él sin la menor deformación. El sujeto tiene, pues, que ser un medio transparente, sin peculiaridad o color alguno, ayer igual a hoy y mañana; por tanto, ultravital y extrahistórico. Vida es peculiaridad, cambio, desarrollo; en una palabra: historia. La respuesta del relativismo no es menos taxativa. El conocimiento es imposible; no hay una realidad trascendente, porque todo sujeto real es un recinto peculiarmente modelado. Al entrar en él la realidad se deformaría, y esta deformación individual sería lo que cada ser tomase por la pretendida realidad. El sujeto, ni es un medio transparente, un «yo puro» idéntico e invariable, ni su recepción de la realidad produce en ésta deformaciones. Los hechos imponen una tercera opinión, síntesis ejemplar de ambas. Cuando se interpone un cedazo o retícula en una corriente, deja pasar unas cosas y detiene otras; se dirá que las selecciona, pero no que las deforma. Esta es la función del sujeto, del ser viviente ante la realidad cósmica que le circunda.

Explicación del Texto 5

En el presente texto el autor expone las preguntas enfrentadas de racionalismo y relativismo sobre el conocimiento. El racionalismo exige que el individuo sea un medio transparente y que obvie la historia para acceder a la verdad, mientras que el relativismo cree que el conocimiento está deformado por el sujeto. La idea de Ortega es que el sujeto selecciona la realidad pero no la deforma, ilustrando el perspectivismo: La verdad se consigue a través de las vidas particulares de cada individuo, que recibe la realidad a su manera, pero no la destruye. La razón tiene que ser vital e histórica. El problema es cómo es posible conocer la verdad si cada persona percibe la realidad de forma distinta.


TEXTO 6

Desde distintos puntos de vista, dos hombres miran el mismo paisaje. Sin embargo, no ven lo mismo. La distinta situación hace que el paisaje se organice ante ambos de distinta manera. Lo que para uno ocupa el primer término y acusa con vigor todos sus detalles, para el otro se halla en el último y queda oscuro y borroso. Además, como las cosas puestas unas detrás de otras se ocultan en todo o en parte, cada uno de ellos percibirá porciones del paisaje que al otro no llegan. ¿Tendría sentido que cada cual declarase falso el paisaje ajeno? Evidentemente, no; tan real es el uno como el otro. Pero tampoco tendría sentido que puestos de acuerdo, en vista de no coincidir sus paisajes, los juzgasen ilusorios. Esto supondría que hay un tercer paisaje auténtico, el cual no se halla sometido a las mismas condiciones que los otros dos. Ahora bien, ese paisaje arquetipo no existe ni puede existir. La realidad cósmica es tal, que solo puede ser vista bajo una determinada perspectiva. La perspectiva es uno de los componentes de la realidad. Lejos de ser su deformación, es su organización. Una realidad que vista desde cualquier punto resultase siempre idéntica es un concepto absurdo. Todo conocimiento es desde un punto de vista determinado. El punto de vista ubicuo, absoluto, no existe propiamente: es un punto de vista ficticio y abstracto. No dudamos de su utilidad instrumental para ciertos menesteres del conocimiento; pero es preciso no olvidar que desde él no se ve lo real. El punto de vista abstracto solo proporciona abstracciones.

Explicación del Texto 6

En este fragmento, Ortega usa una metáfora del paisaje, para tratar de explicar que cada ser humano percibe la realidad de manera diferente, ya que no hay un paisaje único más allá de perspectivas particulares que no deforman la realidad, sino que la constituyen, reafirmando la corriente perspectivista del autor. El problema es la relación entre la verdad, la perspectiva individual y la realidad.


TEXTO 7

La individualidad de cada sujeto era el indominable estorbo que la tradición intelectual de los últimos tiempos encontraba para que el conocimiento pudiese justificar su pretensión de conseguir la verdad. Dos sujetos diferentes —se pensaba— llegarán a verdades divergentes. Ahora vemos que la divergencia entre los mundos de dos sujetos no implica la falsedad de uno de ellos. Al contrario, precisamente porque lo que cada cual ve es una realidad y no una ficción, tiene que ser su aspecto distinto del que otro percibe. Esa divergencia no es contradicción, sino complemento.

Explicación del Texto 7

Este texto reafirma el pensamiento de Ortega y Gasset en torno a su crítica a la tradición que observaba la individualidad como un obstáculo para el conocimiento y la verdad. Sin embargo, como podemos comprobar en los textos expuestos y en su teoría, la individualidad y los distintos puntos de vista no son defectos, sino riquezas imprescindibles en la búsqueda de la verdad, ya que cada percepción completa la realidad total. El problema es la relación entre la verdad y la diversidad de puntos de vista individuales.

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TEXTO 9

Cada individuo es un punto de vista esencial. Yuxtaponiendo las visiones parciales de todos se lograría tejer la verdad omnímoda y absoluta. Ahora bien: esta suma de las perspectivas individuales, este conocimiento de lo que todos y cada uno han visto y saben, esta omnisciencia, esta verdadera «razón absoluta», es el sublime oficio que atribuimos a Dios. Dios es también un punto de vista; pero no porque posea un mirador fuera del área humana que le haga ver directamente la realidad universal, como si fuera un viejo racionalista. Dios no es racionalista. Su punto de vista es el de cada uno de nosotros; nuestra verdad parcial es también verdad para Dios. ¡De tal modo es verídica nuestra perspectiva y auténtica nuestra realidad! Solo que Dios, como dice el catecismo, está en todas partes y por eso goza de todos los puntos de vista y en su ilimitada vitalidad recoge y armoniza todos nuestros horizontes. Dios es el símbolo del torrente vital, al través de cuyas infinitas retículas va pasando poco a poco el universo, que queda así impregnado de vida.

Explicación del Texto 9

Ortega y Gasset plantea que cada persona tiene un punto de vista esencial y verdadero acerca de la realidad, y que a pesar de que los seres humanos tengan límites en su percepción, esto no quiere decir que deforme la realidad. Esta idea lleva a la siguiente, y es que la verdad absoluta no se puede alcanzar por un solo individuo, sino que esta verdad surgiría de todas las perspectivas individuales en conjunto. El autor usa la figura de Dios, ya que según él Dios es el símbolo de esa omnisciencia, conociendo toda la realidad gracias a que reúne todas las perspectivas individuales de los mortales. Gracias a estas ideas podemos identificar de manera sencilla el problema filosófico fundamental del texto, que es el problema del conocimiento y de la verdad, y si es posible alcanzar la verdad absoluta. Como hemos tratado anteriormente, la visión del filósofo español es que esto no es posible desde una única perspectiva, sino mediante la reunión de todas. Estas ideas se relacionan directamente con el perspectivismo del autor. Según él toda la verdad es parcial y no hay un único punto de vista para llegar al conocimiento, sino que cada uno aporta algo al todo, la verdad absoluta.

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