Origen y evolución de la filosofía

Origen del término

La palabra filosofía proviene del griego y significa literalmente ‘amigo o amante (files) de la sabiduría (Sofía)’. Así pues, etimológicamente, la filosofía consiste en el deseo de conocer. Casi todas las culturas comparten este deseo. Sin embargo, cuando hablamos de filosofía, hablamos de una peculiar forma de saber: el que es racional, sistemático y crítico. Y este, según los estudiosos, no se ha dado desde siempre y en cualquier lugar, sino que tiene fecha de nacimiento. Es tradicional situar el nacimiento de la filosofía en unas coordenadas espacio temporales muy concretas: Jonia (colonia griega en Asia Menor), siglo VI a. C. En ese momento y lugar, el ser humano observa lo que le rodea, maravillado y extrañado, pero por primera vez convencido de la existencia de una explicación racional capaz de desvelar el orden y el sentido oculto de todo ello. En ese momento podemos hablar de la aparición de la filosofía. Se atribuye a Pitágoras de Samos el haber sido el primero en emplear el término ‘filósofo’, al lanzar un paralelismo entre la situación del espectador de los juegos olímpicos y la condición del ‘amante del saber’. A diferencia de los atletas, que buscan la fama y la gloria, o los comerciantes, que van allí movidos por el lucro, nos encontramos con aquellos otros, los espectadores, que acuden a los juegos simplemente para contemplar, deseosos de conocer y entender cuanto tiene lugar en la arena. Con Platón, siglo y medio después, el concepto de ‘filósofo’ servirá para contraponerlo al de ‘sabio’, atributo del que presumían los llamados sofistas, destacados expertos en oratoria y retórica, quienes, por otro lado, defendían que no existían verdades absolutas. Platón los califica de ‘falsos filósofos’ y afirma que la labor que caracteriza a la auténtica filosofía es la de la búsqueda de la verdad, el bien y la belleza.

Del pensamiento mítico al logos

La filosofía surge como un tipo de conocimiento distinto al mitológico, en torno al siglo VI a. C., con los pensadores de la escuela de Mileto. Por ello, el origen de la filosofía suele caracterizarse con la expresión el paso del mito al Logos. No existe, sin embargo, un acuerdo entre los investigadores sobre las razones por las que la filosofía y el pensamiento racional aparecen en Grecia y no antes o en otro lugar. A continuación, presentamos algunas de ellas:

  • ‘Milagro’ griego: Defendida por John Bumet, considera que el pensamiento racional apareció sin origen previo gracias a la genialidad de los griegos.
  • Como resultado de la evolución del pensamiento mítico: Según Francis Mac- donald Cornford no todo en el mito es arbitrario, sino que constituyen también un intento intelectual de acercarse a la realidad y darle sentido. Por ello, no hay una barrera estricta entre mito y filosofía, sino que constituirían dos formas sucesivas y complementarias de conocimiento.
  • Debido a factores culturales y económicos: Las polis griegas fueron una organización política de pequeños estados independientes. La experiencia de la democracia, la prosperidad económica estimulada por el comercio, y el uso popular de un alfabeto fonético, que permitía reproducir por escrito el habla de la calle, supusieron una explosión cultural y de la vida pública.

Lo cierto es que, exista o no una relación real entre una y otra forma de pensamiento, si anteriormente la realidad era explicada por medio de narraciones fabulosas, ahora los datos que nos llegan a través de los sentidos empiezan a ser racionalizados según principios o leyes. Los fenómenos u objetos del mundo dejan de entenderse como producto de la voluntad de los dioses y comienzan a ser comprendidos según su naturaleza. Con el pensamiento filosófico se trata de analizar la observación de la naturaleza (physis) por medio del logos, el cual se caracteriza por su carácter:

  • Racional, porque se basa en argumentaciones lógicas y en observaciones de la experiencia. La filosofía no se limita a señalar que las cosas son de una determinada manera, sino que trata de descubrir por qué son precisamente así.
  • Sistemático, ya que exige que todas sus afirmaciones estén relacionadas y jerarquizadas, de forma que la explicación de cuestiones particulares se base en la de aspectos más generales. En filosofía, los conocimientos están ordenados y, dentro del sistema que forman, no se admiten incoherencias.
  • Crítico, pues no admite nada sin un examen racional y sostiene que todo conocimiento puede ser rechazado si se argumentan razones.

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