Ontologia de ortega

Problema del conocimiento


En el capítulo X de El tema de nuestro tiempo, Ortega plantea que el antagonismo entre cultura y vida debe desparecer para encontrar una síntesis entre ambos. Así se superará tanto el escepticismo relativista, que da paso a lo concreto a costa de eliminar la verdad objetiva, como el error racionalista de dar prioridad a la cultura, negando la vida.
Ortega pretende superar el dilema entre conocimiento absoluto y relativo. El primero, identificado con el racionalismo, plantearía la dificultad de ignorar la peculiaridad del sujeto; el relativismo, en cambio, vendría a ser un escepticismo que no va más allá de lo concreto. Su alternativa es una síntesis que encontraría en la perspectiva la parte de verdad que cada sujeto posee. Al reflejar el punto de vista del individuo, esta forma de reconocimiento es más real que la visión absoluta, que, para Ortega, sólo produce abstracciones que no se corresponden con la auténtica realidad. Sólo Dios alcanzaría esta absoluto, pero no entendido como una única verdad válida, sino como la suma de las verdades parciales de los seres humanos. El conocimiento perspectivista de la realidad necesita superar las exigencias de la razón pura y alumbrar una razón vital que reconoce el carácter temporal e histórico de la verdad. Ortega plantea el descubrimiento de una realidad radical distinta a la presentada hasta entonces. Esa nueva realidad radical es la vida pues sobre ella se asienta todo lo demás. Ortega llega a la conclusión de que la vida es la realidad más indudable del universo a través de la Filosofía que es “conocimiento del Universo, o de todo cuanto hay” (entendiendo por esto último mas de lo que en realidad existe, como seres fabulosos, cuentos….) se plantea problemas últimos y primeros, que son muy generales, por ejemplo, el hombre (diferencia con la ciencia, cuyos planteamientos son parciales). Esta disciplina, que es la Filosofía, consiste en ir descubriendo, desvelando (aletheia) el ser (ontología) de las cosas y a través de la palabra (logos) transmitir a otros (intersubjetividad) lo que hemos desvelado, descubierto, conocido (diferencia con la mística que no es expresable). Para hacer Filosofía hay que seguir un camino, el asedio filosófico, que consiste en ir ahondando, profundizando poco a poco y en este camino hay que ser autónomos y debemos tener en cuenta que todo esta relacionado entre sí (pantonomía)
,y rechazar las suposiciones (imperativo de autonomía)
. Lo que Ortega descubre es algo novedoso, una realidad radical, originaria, fundamental, sobre la que se asienta todo lo demás y al ser algo nuevo también habrá de serlo el lenguaje que se utilice para hablar de ello y caracterizarlo; Ortega se encuentra en una situación primeriza como los griegos. Esa realidad radical es la vida, el fundamento sobre lo que se asienta todo lo demás: el pensar, el amar, el filosofar…

Y esa vida consiste en la mutua interrelación del yo con las cosas, con el mundo

(Ortega deja muy claro que no es una coexistencia del yo con las cosas, lo que implicaría, siguiendo el significado habitual del término, que el yo y el mundo estarían uno al lado del otro, pero sin relacionarse). Esta importancia que le da a los dos elementos, yo y el mundo, le aleja y a la vez le acerca a las dos corrientes filosóficas tradicionales como son el Realismo de los antiguos, el de los griegos y el Idealismo moderno iniciado por Descartes en el siglo XVII. Lo que le acerca es que del Realismo recoge el no poner en duda la existencia de las cosas del mundo exterior y del Idealismo, la importancia del yo, de la conciencia;
Pero lo que le aleja es que del Realismo rechaza la excesiva importancia que le da a las cosas, convirtiendo al yo como algo secundario y del Idealismo rechaza la excesiva importancia que le confiere al yo, haciendo desaparecer las cosas, el mundo, lo que le produce una soledad terrible y ahogo, claustrofobia (según Ortega la tarea de su tiempo es superar el Idealismo, que considera una grave enfermedad que no deja que el hombre se desarrolle). Por tanto,  defensa de la vida, entendida ésta como la mutua influencia del yo y las cosas, elementos imprescindibles.

Problema del hombre

Ortega formula esta teoría sobre la vida como realidad radical para separarse de la concepción ontológica tradicional. Esto implica la búsqueda de nuevas categorías con las que podamos comprender la vida, ya que las de la filosofía tradicional no nos sirven. Ortega entiende por categorías aquellos conceptos en los que se expresa los caracteres comunes de toda la vida humana. La vida (dejando al margen el aspecto biológico), tal y como la entiende Ortega, tiene las siguientes categorías:
Es conciencia, darse cuenta, sentirse vivir (así, no hay vida en el demente), encontrarse en el mundo siendo éste lo que le afecta, lo que le influye para bien o para mal y que está ahí, a su alrededor, sentirse interesado y ocuparse en algo concreto con una finalidad.
Este encontrarse en el mundo es imprevisto, ya que no es algo que hayamos elegido, nos encontramos aquí de repente sin saber cómo, no es algo que hayamos elegido, nos sentimos arrojados al mundo y de antemano no sabemos qué hacer, debemos ir decidiendo libremente de acuerdo a nuestras ideas, así nuestra vida es un drama, por eso se da la necesidad de decisión en todo momento, no hay posibilidad de no decidir, lo cual convierte al individuo en totalmente responsable de sus actos

. Y al decidir proyectamos lo que vamos a ser (importa menos lo que hemos sido), por tanto, la vida es temporeidad, futurización, decidimos para el futuro, vivir es anticipación y proyecto. Cuando decidimos siempre es ante una serie limitada de posibilidades (no podemos elegir cualquier cosa), lo que marca mi circunstancia, que es todo aquello que no soy yo y es concreta y personal, lo que hace que cada uno vea la vida desde una perspectiva distinta, la cual es parte esencial de la verdad, que no es algo acabado y estático, sino por hacer y dinámica, integrada por los diferente puntos de vista particulares y todos tienen cabida, excepto el que se presenta como único, el verdadero y trata de imponerse a los demás. La importancia de la perspectiva reside en buscar el bien común reconociendo el valor de las perspectivas de cada uno, en vez de disputar deberíamos integrar nuestras vidas en generosa colaboración espiritual. Ortega centra esta idea en la España de su época. El hombre de antemano no es nada, está por hacer, la vida no tiene naturaleza, esta desnaturalizada y se va constituyendo con su circunstancia.
Esta postura la recoge la célebre frase de Ortega:

Yo soy yo y mi circunstancia

Las circunstancias no son siempre las mismas, es decir, el hombre está inmerso en un determinado tiempo y en un determinado lugar. Ortega llega a la conclusión de que aquello que hace variar las cosas es el tiempo por lo que la vida humana va en función del tiempo histórico.
Además nuestras ideas proceden de nuestra razón por lo que la vida también va en función de nuestra razón.

Ética y Política

Razón e historia están al servicio de la vida; ante esta relación Ortega defiende que podemos comprender la vida mediante la razón vital (Raciovitalismo) y en concreto por la razón histórica.
El hombre está inmerso en un determinado lugar, por tanto, para entenderle no sirve la razón pura, que es a priori y su objetivo es lo estático, lo universal, lo hecho (factum), sino la razón histórica, que es a posteriori y su objetivo es lo dinámico, lo particular lo que se va haciendo (fieri); la Vida por eso es, en definitiva, razón vital.
De ahí que el pensamiento de Ortega en su última etapa se denomine Raciovitalismo porque la razón está al servicio de la vida. La vida supone que un yo tiene que vivir en unas determinadas circunstancias, no como algo fijo, sino atendiendo a su entorno. Éstas limitan el horizonte humano. Por ello hay en la circunstancia unos elementos que la sociedad nos transmite, que constituyen los supuestos de la vida humana, y que Ortega denomina creencias. Frente a las creencias están las ideas o pensamientos sobre las cosas. Las ideas son los pensamientos que cada ser humano elabora sobre lo que le rodea, las respuestas que damos a los problemas que hemos decidido afrontar. Cuando las ideas son aceptadas por la comunidad se convierten en creencias. No es la Naturaleza la que nos determina a ser de una manera u otra, sino la Historia.Las circunstancias, además de influir en la vida, limitan el horizonte humano, lo que permite al hombre acceder al mundo. Es entonces y en esa vida de cada uno cuando nos encontramos con individuos de nuestra misma edad, coetáneos, con los que tenemos algún contacto vital (algo en común, ideas, costumbres…), es nuestra generación que está en relación con otras generaciones que son contemporáneas. Cada generación transmite la tradición a la siguiente y si esta la acepta, aunque siempre haya alguna innovación se estará en una época cumulativa, en caso contrario que se dé una rebeldía de la nueva generación se estará en una época polémica o eliminatoria. Todo funciona bien en la sociedad que forman las diferentes generaciones si cada elemento hace lo que debe, de esta manera habrá orden: la minoría selecta o élite, los preparados intelectualmente gobiernan, y la mayoría ignorante o masa obedece, lo cual revela por parte de Ortega la defensa de un gobierno aristocrático. Una aristocracia no de sangre, no hereditaria sino de los mejores intelectualmente. Por el contrario, si hay ausencia de orden las masas populares se desorientan y pueden producir dos efectos: o rebelión de las masas contra el poder político o el acceso al poder de los hombres mal dotados o malformados o ansiosos solo de poder (dictadura). El gobierno que defiende  Ortega puede ser posible en una sociedad futura, plenamente instruida, culta y bien formada en la responsabilidad. En ella los gobernantes serian espontáneamente seleccionados entre los mejores sin necesidad de un sistema democrático propiamente dicho. Sería una especie de posdemocracia.Como conclusión, aludir a la falta de esencia del hombre y de la sociedad que son ante todo historia y se van haciendo y en este irse haciendo es importante vivir de acuerdo con las ideas que son de uno mismo y a las creencias que son de carácter colectivo, tienen un carácter social, constituyen los supuestos de la vida dejando al margen lo que en nuestra época piense la gente, colectividad anónima e irresponsable, de manera que el hombre pueda desarrollar

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