La Confrontación Filosófica entre Nietzsche y Platón
La relación de la filosofía de Nietzsche con la de Platón es de oposición. Nietzsche es el principal representante de la escuela vitalista, es decir, de la forma filosófica de entender la realidad de tipo irracionalista y vital, entendiendo lo vital como lo instintivo y lo opuesto a la razón. Platón, por el contrario y como heredero de Sócrates, hace hincapié en el poder de la razón, la cual identifica con la virtud. En el panorama que Platón presenta, lo instintivo conducirá inevitablemente al vicio, y toda forma de irracionalidad se opondrá a la naturaleza más excelsa del hombre.
No es de extrañar, por tanto, que uno de los blancos de la crítica nietzscheana sea precisamente Platón, en tanto que se representa la orientación racionalista del pensamiento. Estos planteamientos antagónicos derivarán en numerosas oposiciones entre las dos filosofías. Así, mientras Nietzsche propone una filosofía inmanente e inmediata, Platón, por primera vez en la historia, propone lo trascendente e inteligible como lo auténticamente real.
No podría ser de otra manera: Nietzsche, imbuido por una interpretación personal de la mitología arcaica griega, se separa radicalmente de todo lo que suponga clasicismo. Y es que entiende este como una forma de decadencia de los tiempos primigenios. No obstante, en el mundo que Platón vivió, la decadencia de las polis exigía un último esfuerzo racionalizado para fundamentar la convivencia.
Así, desde una perspectiva histórica, Nietzsche es heredero de la corriente romántica e individualista que se opone al hombre-masa que ya se cernía sobre Europa. Por su parte, Platón vive una época en la que el apogeo de las polis ya había tocado fondo (solo una generación después, Filipo tomaría toda Grecia, acabando con la independencia de las ciudades). La consecuencia es que tanto él como su sucesor Aristóteles intentarían arreglar ese sistema político herido ya de muerte. Nietzsche, por su parte, se desentiende de la discusión pública y razonada como medio para salvaguardar la vida pública. De hecho, la Ilustración, para él, busca recuperar para el hombre un sentido moral auténtico que se opondrá al racionalismo de Platón y a la «política civilizada».
Crítica Nietzscheana a la Moral Tradicional
Su crítica de la moral es ante todo un diagnóstico cultural de la civilización de Occidente, a la que considera decadente y en vísperas de su ruina.
El principal error de la moral tradicional es su «antinaturalidad», es decir, el ir contra la naturaleza, contra la vida. La base filosófica de esta moral contranatural es el platonismo, que acabó convirtiéndose en la metafísica cristiana. Características de esta moral:
- Es una ciencia sin fundamento: no se cuestiona a sí misma.
- Es antinatural: se opone a la vida.
- Olvida al individuo.
- Se apoya en ideales falsos.
- Arraiga en lo irracional: ideales de ensueño.
- Moral de rebaño e hija del miedo.
Nietzsche afirma: «Mi principio: no se dan principios morales. La vida es voluntad de poder.» Distingue dos tipos de moral:
- Moral de los señores: Propia de los espíritus elevados. Es la moral propia del «superhombre», la del que ama la muerte de Dios.
- Moral de los esclavos: Es la inversión de los valores. Es pasiva. Representa la subversión de los valores que nace con el judaísmo y que hereda el cristianismo.
Nietzsche estudia a partir de aquí la historia de la cultura occidental y constata un creciente ascenso de los valores débiles frente a los fuertes. Para superar esta decadencia de los valores cristianos, Occidente va a proponer al «Superhombre», libre de toda servidumbre religiosa.
Marco Histórico del Pensamiento de Nietzsche
Nietzsche, nacido en 1844 y fallecido en 1900, fue reconocido como un loco o visionario. Vivió la segunda mitad del siglo XIX, marcada, desde el punto de vista histórico, por la unificación alemana, promovida por Bismarck.
Contexto Político y Social
Prusia y Austria dividían el territorio. Tras expulsar a Austria de la Confederación Germánica, se creó la Confederación Alemana del Norte. Se aprobó una constitución que aportó una estructura federal bajo la presidencia de Guillermo I. Tras la victoria de Prusia en la batalla de Sedán, se creó el Segundo Imperio, incorporando los estados del sur, lo que modificó el mapa de Europa. Alemania encontró su lugar a costa de Prusia y Francia, mientras Gran Bretaña se expandía colonialmente.
Socialmente: El proceso de unificación dio lugar a un desarrollo económico y un cambio social. La población pasó del campo a la ciudad y la economía agraria se transformó en industrial. La burguesía, que controlaba las finanzas y la industria, quedó dividida en alta burguesía (que intentaba mantener el estatus social) y baja burguesía (que intentaba modificar el sistema y alcanzar mayor igualdad social). Los trabajadores industriales se organizaron para obtener mejoras laborales y derechos políticos. El desarrollo científico y tecnológico frenó la lucha obrera, generando numerosos puestos de trabajo.
Panorama Cultural y Filosófico
Culturalmente: Destacan los avances tecnológicos y sanitarios, que convivieron con movimientos como el positivismo, el evolucionismo o con la aparición de pensadores como Freud o Marx. Nietzsche, Freud y Marx supusieron la renovación del pensamiento occidental. Fue la época del Realismo literario de Victor Hugo y de la crítica a la sociedad a través de las vanguardias. En la segunda mitad del siglo XIX, surgieron el Expresionismo de Van Gogh y el Impresionismo de Degas, y la música destacó por Wagner.
La filosofía alemana estuvo marcada por el idealismo hegeliano, contra el que surgió el irracionalismo de Schopenhauer. También es relevante la filosofía de Dilthey, que buscó comprender el entorno para salvar al hombre de la esclavitud de la razón. El cambio radical en el pensamiento de la época fue obra de Freud, Marx y Nietzsche, quienes influirían decisivamente en las corrientes posteriores.