Lenguaje y sociedad en Nietzsche

El conocimiento en Nietzsche

A. Lenguaje y verdad



En Sobre verdad y mentira  en sentido extra moral, Nietzsche define la verdad de la cultura occidental, de la moral, como un conjunto de metáforas, metonimias, antropomorfismos en resumen una suma de relaciones humanas, que después de un prolongado uso se consideran firmes, canónicos vinculantes. En fin las verdades son sólo ilusiones. Las verdades son inventos de los seres humanos que de tanto repetirse, al final acaban siendo aceptadas como tales.

B. Los conceptos, necrópolis de intuiciones



Nietzsche dice que la forma primera de conocer es la intuición.
La intuición es el conocimiento directo, inmediato e individual. Este conocimiento lo proporciona el sistema perceptivo.

La única forma de captar la vida es la intuición. La vida, que es insondable, sólo se llega a conocer, paradójicamente, por la esencia. Los sentidos, los sentimientos  y los instintos son los instrumentos de la intuición del primer ser humano. Con ellos tomaba contacto con la realidad.

Nace el lenguaje. Pero el lenguaje  sólo sirve para expresar pensamientos, y debería también expresar las intuiciones del mundo. ¿El lenguaje es la expresión adecuada de la realidad?, ¿expresa correctamente las intuiciones? NO. El lenguaje sólo crea metáforas, o sea las relaciones de las cosas con los humanos de modo que la cosa en sí, la verdadera realidad sigue desconocida, totalmente inconcebible (como decía Kant)

En el momento que metemos una intuición, por ejemplo el color amarillo, dentro de una palabra del lenguaje, o sea que hacemos una metáfora (poner una figura  pero no una realidad), al ver el color del sol decimos “es amarillo”, la intuición originaria queda oculta tras la palabra, se trata, por tanto de un primer  falseamiento, una primera mentira que nos inventamos.

El origen del lenguaje es un pacto de mentiras, “una designación de las cosas uniformemente valida y obligatoria”.
La palabra es una metáfora aceptada socialmente.

El problema de alejarse de la vida y la realidad con la palabra aumenta cuando se transforma en concepto.
El concepto se forma cuando abandonamos las “diferencias individuales” de cada cosa, y todas las cosas las reducimos a una palabra o concepto.
Es el abandono de lo individual, de lo único de lo irrepetible. Es el mayor alejamiento de la realidad. La intuición de la realidad se falsea en la metáfora(el lenguaje y la palabra) y la metáfora se falsea aún más en el concepto.
La abstracción hace posible el concepto, que es la racionalidad y no la intuición  el nuevo origen del conocimiento. Se sustituye la realidad por el concepto, la intuición por la razón . Como dice Nietzsche: “los conceptos (son) necrópolis   de intuiciones” Cuanto más abstracto es un concepto, cuanto más universal, es más falso. La Metafísica Tradicional tiene los conceptos más abstractos: “ yo”, “ mundo” , “Dios”, “ causalidad”, etc, o sea, tiene las mayores abstracciones.

C. La mayor fabulación



La mayor fabulación es la ciencia y la filosofía, porque son conocimientos llenos de conceptos abstractos. El mundo de la verdad científica o filosófica no es cognoscible, simplemente, porque es falso, porque no lo hay.

El concepto falsea el fenómeno y lo convierte en un “en si”, en  una esencia, en una sustancia. Pero tampoco hay tales cosas. No hay nada detrás de ellas…

La consecuencia de todo es que el conocimiento no está encaminado al conocer, paradójicamente, sino a conseguir poder sobre las cosas. El conocimiento es la mayor fabulación  para controlar y dominar la realidad, no para conocerla, para saber lo que es.

La voluntad de poder está en el origen del conocimiento. El conocimiento es un poder que momifico  las intuiciones, poder para imponer unos conceptos, que eliminan toda perspectiva creativa y plural del mundo, fruto de las intuiciones particulares, y reducen la realidad a un conjunto de metáforas falsas, verdades consensuadas, necrópolis de conocimientos.

Con esta teoría del conocimiento Nietzsche critica a la filosofía, a la ciencia y a la religión, y considera a los filósofos, los científicos  y los teólogos, intermediarios entre el mundo  y los humanos como los farsantes, engañadores de la humanidad.

Rechaza a los filósofos, sobre todo a los que niegan el devenir del mundo, el cambio, y desacreditan el testimonio de los sentidos, y se fundamentan en los conceptos más abstractos, en los más “vacíos”, que culmina en el concepto supremo, en el concepto de Dios. La Metafísica presenta el mundo  al revés.

Y rechaza  a los científicos que niegan las creencias –lo indemostrable.- Su ansia de verdad descansa en un prejuicio: la verdad es mejor que la falsedad. Pero dice Nietzsche que tanto una como la otra son necesarias para afirmar la vida.

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