La ética de Kant: la razón práctica y el deber moral

Kant señala que el ser humano no solo vive de conocimientos, también hace un uso práctico de la razón. No es solo un ser que conoce, sino que es un ser que actúa y que utiliza su razón para guiar y orientar su acción.

La concepción ética de Kant aparece en sus obras Crítica de la Razón Práctica y Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Para Kant, la ciencia y el conocimiento no son nada si no contribuyen a hacer más humano, auténtico y moral nuestro comportamiento, y esto es responsabilidad de la razón práctica. Kant va a criticar la ética de las filosofías precedentes, cuyo objetivo era alcanzar la felicidad humana (Aristóteles, a partir de una acción equilibrada; Epicuro, a partir de los placeres sencillos; los estoicos, a partir del dominio de las pasiones…).

Características de las éticas precedentes, según Kant:

  1. Éticas a posteriori: establecen los bienes que se quieren conseguir y los medios para lograrlos, a partir de la experiencia. Son éticas empiristas, y por lo tanto, no pueden ser universalmente válidas.
  2. Éticas egoístas: se basan en el interés por lograr la propia felicidad.
  3. Éticas que formulan mandatos hipotéticos: es decir, condicionales. Por ejemplo, “si quieres vivir tranquilo, no te compliques la vida”: ¿es esto ético?
  4. Éticas heterónomas: los mandatos morales no los establece el propio sujeto, sino la costumbre, la religión o la sociedad.
  5. Éticas materiales: son listados de normas o preceptos, con contenidos concretos de acción moral.

Características de la ética de Kant:

  1. A priori: los mandatos morales no derivan de la experiencia, sino de la razón. La experiencia nos informa de lo que sucede, pero no de lo que debería suceder. Frente al emotivismo moral de Hume, según el cual, el sentimiento que nos produce una experiencia determina que consideremos que algo es ético o no.
  2. Desinteresada: la acción moral no debe responder a una finalidad particular. Hay que tratar a las otras personas como fines y no como medios para conseguir un objetivo.
  3. Fórmula imperativos categóricos: mandatos morales válidos para todos e incondicionales. No se vincula con ningún fin de la acción, sino con la intención de la acción. El deber ha de ser un criterio universal, válido para todos, independiente de los intereses particulares, y ha de derivarse de la razón.
  4. Autónoma: ha de ser el propio sujeto quien, a partir de la razón, descubra por sí mismo los mandatos morales. Reivindica la libertad y emancipación del ser humano.
  5. Formal: carece de contenido concreto. Kant no nos proporciona mandatos morales, sino el criterio para establecer que una acción es moral. Dicho criterio es el imperativo categórico: la norma que guía tu acto ha de ser una norma universal, un modelo de conducta que le sirva a cualquier hombre.

El Ser y el Deber Ser:

Kant distingue entre el Ser y el Deber Ser. No podemos decidir qué es bueno o malo a partir de lo que sucede, sino a partir de lo que debería suceder. Si viviésemos en una sociedad en la que todos se matasen entre sí a la menor oportunidad, ello no implicaría que el asesinato fuese moralmente aceptable.

Kant distingue entre:

  • Actuar de acuerdo al deber: legalmente. No copiar en un examen porque sabes que si te pillan te suspenderán.
  • Actuar por amor al deber: moralmente. No copiar en un examen porque sabes que no es ético y estarías faltando al respeto al profesor y a tus compañeros.

Hemos de actuar por amor al deber, y nunca en vistas al beneficio que nos aporte una acción. Una acción moral no puede ser interesada, ya que el egoísmo no es moral. Hay que actuar por deber, independientemente de que perjudique nuestros intereses particulares. La moralidad tiene más que ver con la intención, con la buena voluntad, que con las consecuencias de los actos, que en la mayoría de los casos resultan imprevisibles.

Los postulados de la Razón Práctica:

Aunque el alma, el mundo y Dios no pueden ser objeto de demostración científica, se convierten en imprescindibles para que la moralidad y el deber tengan algún sentido. Kant considera a las ideas trascendentales de la Razón Pura postulados de la Razón Práctica (enunciados que no pueden ser demostrados). Son ideas de las cuales no tenemos ninguna certeza, pero hemos de presuponer su existencia:

  1. La libertad humana: aunque los fenómenos naturales están determinados mecánicamente por las leyes de la naturaleza, hay que presuponer la libertad humana. Poder decidir sobre las propias acciones, aunque sea un hecho indemostrable, es imprescindible si queremos hablar de comportamiento moral.
  2. La inmortalidad del alma: la inmortalidad se vuelve imprescindible para que en última instancia tenga sentido la exigencia de la moralidad. El comportamiento correcto pocas veces se recompensa y a menudo se sufren injusticias. Solo presuponiendo la inmortalidad del alma podemos confiar en que nuestra virtud será recompensada justamente con una existencia feliz, después de la muerte física.
  3. La existencia de Dios: no podemos tener ningún conocimiento de Dios, pero es necesario presuponer su existencia, para poder garantizar el sentido de la existencia humana. Solo Dios puede avalar que aquellos que son dignos de alcanzar la felicidad, la obtengan.

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