La cultura y el hombre: reflexiones filosóficas

La cultura tiene tres componentes:

Subjetivo: son los valores y actitudes, organizados jerárquicamente, expresan las opciones fundamentales de una comunidad, sus respuestas básicas ante el límite, ante los demás en el tiempo y en el espacio y ante la naturaleza.

Objetivo: las valoraciones y las actitudes fundamentales toman forma de cosmovisión, es decir, respuestas a las preguntas sobre el ser, deber ser y sobre el hacer.

Objetivado: esa cosmovisión se plasma en conductas observables o en bienes materiales. Este es el componente visible de la cultura; objetos reales.

El hombre podía hacerse 4 interrogaciones cardinales:

Que es lo que yo puedo saber? (problema metafísico)

Que es lo que yo debo hacer? (problema moral)

Que me cabe esperar? (problema religioso), pero las tres podrían resumirse en ésta última:

Que es el hombre? (problema antropológico)

CONCIENCIA AUTOREFLEXIVA de sí mismo. (La reflexión es reflexionarse sobre sí).

1autoreflexivos, están curvados deque puede mirarse e interrogarse a sí mismo.

2No puede evitar hacerlo, es capaz de plantearla y no puede no hacerlo ya que es una pregunta necesaria, el hombre desde que es el se ha hecho preguntas de sí mismo y no lo puede impedir.

Enfoque sobre el hombre

Estructural, se considera al hombre como una unidad de cuerpo y alma, una estructura interdependiente y codeterminada.

Funcional, se destaca la inteligencia sentiente, una facultad que combina el sentir y el inteligir, permitiendo al hombre abrirse al mundo como realidad.

Metafísica, el hombre se presenta como un ser esencialmente abierto a las cosas, aprehendiéndolas como realidades y constituyendo un mundo a través de su inteligencia sentiente.

Los conceptos básicos de la persona son:

La reflexión completa, que implica la intencionalidad en nuestros actos y la conciencia de nosotros mismos;

La autoposesión, que nos permite ser dueños de nuestros actos y responsables de ellos;

Y la autodeterminación, que nos otorga la libertad de decidir, modular nuestros actos y llevar a cabo nuestras decisiones para lograr nuestra realización personal

Dimensiones de la persona:

Dimensión social: El hombre es un ser social, conectado con otros, buscando ayuda y comunicación. Esta interacción con los demás es esencial para su realización plena y se modula a través de la convivencia. La sociedad actúa como un medio para su desarrollo, y su individualidad se construye en relación con los otros.

Dimensión individual: A pesar de ser social, la persona es individual y única, no se disuelve en la naturaleza. La individualidad se desarrolla a medida que se establecen relaciones con los demás. La comunicación con otros fundamenta la individualidad, y el proceso de individualización implica ser uno mismo pero con referencia a los demás.

Dimensión histórica: Las posibilidades que el individuo tiene se reciben de una tradición, una historia particular. Estas posibilidades se proyectan hacia el futuro en un camino de crecimiento histórico, pero también pueden implicar retrocesos. El hombre es libre y novedoso en su actuar histórico, y su crecimiento es un proceso dinámico y cambiante, marcado por su interacción con la tradición y su libertad para elegir su camino. Estas dimensiones son interconectadas y afectan profundamente el ser del hombre.

Diferencia entre ética y moral

Si bien ambas son reflexivas en distintos niveles y formas, la ética intenta reconstruir el ethos en un procedimiento análogo, y la moral intenta orientar la acción mediante razonamientos que relacionen las reglas con la situación concreta para saber qué hacer en cada caso.

Las notas de persona

Inmanencia: La intimidad interior y creativa de cada individuo, única e incomunicable, que se desarrolla y crece constantemente, definiendo el yo de manera irrepetible.

Manifestación: La capacidad de mostrar esta intimidad al mundo a través de palabras y acciones, marcando un segundo nacimiento en el ámbito humano. La manifestación en sociedad se denomina cultura, siendo el cuerpo la condición esencial para esta expresión.

Libertad: Una característica radical del hombre, que le confiere el poder de ser el origen de sus acciones y tener el dominio sobre su propio ser y voluntad.

Capacidad de dar: La habilidad de compartirse a uno mismo y lo que se crea, siendo efusivo en la expresión. El amor se considera el regalo esencial, implicando un dar total de uno mismo.

Capacidad de aceptar: La disposición para acoger en la intimidad propia lo que se recibe de los demás, mostrando apertura y receptividad.

Diálogo: La acción de dar y recibir, llevando al intercambio inteligente de palabras y riquezas interiores. Implica compartir la intimidad y estar dispuesto a escuchar, creciendo en compañía de otros a través de la comunicación genuina.

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