Introducción a la Metafísica: Origen, Objetivo y Renovación

Introducción a la metafísica

Surgimiento

La palabra «Metafísica» se originó en la antigua Grecia. Aunque proviene de la frase griega «Tá meta tá fysiká» que significa «lo que está más allá de la física», su uso se consolidó cuando Andrónico de Rodas, un escolara del Liceo de Aristóteles, la empleó para agrupar escritos que iban más allá de la física. Aristóteles originalmente los llamó «Filosofía Prima». Otros términos como «Dialéctica», «Lógica» y «Filosofía Primera» también se han utilizado para referirse a la Metafísica, especialmente en diferentes corrientes filosóficas. No hay diferencia entre Metafísica y Lógica, ya que la realidad y el pensamiento están intrínsecamente relacionados.

Objeto de estudio

1. Estudio del Ente en Cuanto Ente: Aristóteles también entendía que su objeto era el «ente en cuanto ente y sus atributos esenciales». Esto significa el estudio de las propiedades generales que constituyen algo como un ente, independientemente de su naturaleza específica, como la existencia, la esencia, las causas y las sustancias.

2. Estudio de Objetos Inmateriales: En otro sentido, la Metafísica se relaciona con el conocimiento de objetos inmateriales que no se pueden percibir a través de los sentidos, como el alma y Dios, pero que son accesibles mediante la razón natural.

3. Estudio de las Cosas en Sí Mismas: En un tercer enfoque, se trata del conocimiento de las cosas tal como son en sí mismas, en contraposición a cómo aparecen o se presentan a nosotros como fenómenos o apariencias. Este enfoque se relaciona con la idea de que sólo podemos conocer los fenómenos, no las cosas en sí mismas.

Crisis y Renovación(2)

● La Filosofía de la Existencia (a menudo llamada «existencialismo»), con pensadores como Heidegger, Jaspers y Sartre.

● La Metafísica del Ente o del Ser, incluyendo el Neotomismo, Nicolás Hartmann, Lavelle, Alexander, Whitehead, Blondel, entre otros.

Ramas

La Metafísica, según una división clásica formulada por Wolff en el siglo XVIII, se divide en dos grandes partes:

1. Metafísica General (Ontología): Esta parte se enfoca en el estudio del «ente en cuanto ente», es decir, en las propiedades generales que constituyen algo como un ente, independientemente de su naturaleza específica.

2. Metafísica Especial: Esta parte se divide en tres ramas:

a. Cosmología Racional o Filosofía de la Naturaleza: Estudia la esencia del mundo en general, incluyendo la materia y los seres vivos.

b. Psicología Racional o Filosofía del Espíritu o Pneumatología: Se centra en el estudio del alma y la mente.

c. Teología Racional: Su objeto de estudio es Dios, es decir, el fundamento último de todo ente.

Crisis y Renovación

La Metafísica experimentó una crisis en el siglo XIX debido a varios factores, incluyendo la crítica de Kant, el avance de las ciencias naturales, la falta de uniformidad y objetividad en la Metafísica, y el surgimiento del positivismo. Sin embargo, a principios del siglo XX, hubo un renacimiento de la Metafísica.

Este renacimiento se caracterizó por:

● La tendencia a basar la Metafísica en la experiencia y los principios autónomos de las ciencias en lugar de depender completamente de principios apriorísticos.

● La aceptación de la naturaleza hipotética y problemática de la Metafísica en lugar de afirmaciones apodícticas.

● La renuncia a la construcción de sistemas rígidos y la disposición a considerar principios específicos para cada región del ente en lugar de generalizar de manera forzada.

Se identificaron cuatro grandes grupos de tendencias en la restauración de la Metafísica:

● La Metafísica de la Vida, representada por filósofos como Bergson, Simmel y Klages.

● La Metafísica de la Esencia, defendida por Husserl y Scheler.

 Repartido de “Experiencia y metafísica”

Naturaleza de los seres: Teoría de las causas, concepto de causa, tipos.

Aristóteles sostiene que toda ciencia busca explicar las cosas a través de sus causas. Llama causa al principio del cual algo procede.

Identifica cuatro causas fundamentales:

● Causa material: la sustancia de la que algo está hecho.

● Causa formal: la esencia que define la identidad y la forma de algo.

● Causa eficiente: el agente que produce algo.

● Causa final: el propósito o fin por el cual se realiza algo.

Estas causas son esenciales para comprender cualquier entidad, y la causa formal tiene un papel destacado al determinar la naturaleza y las actividades de un ser. Aristóteles llama a esta teoría «hilemorfismo,» que significa la combinación de materia y forma en los seres. Además, destaca la importancia de la causa final, que implica que todo ser busca alcanzar su propósito. Esta teoría permite explicar los cambios en la naturaleza y reconciliar la permanencia y el cambio en los seres, superando las limitaciones de las teorías anteriores de los filósofos.

Potencia y acto(2)

Aristóteles utiliza esta distinción para superar el problema planteado por Parménides, quien argumentaba que el «no-ser» no puede convertirse en «ser». Aristóteles sostiene que el «ser» no es solo lo que es en el momento presente (ser en acto) sino también lo que tiene el potencial de llegar a ser (ser en potencia). Esto le permite explicar el cambio y el movimiento como el proceso de pasar del «ser en potencia» al «ser en acto».

Modos de ser

Aristóteles se propone estudiar el concepto de ser en su totalidad, pero reconoce que el término «ser» se usa de diferentes maneras. Se refiere a sustancias, cualidades, relaciones y más. Sin embargo, todos estos usos se relacionan con un principio fundamental. Aristóteles busca entender cómo todas estas formas de ser se relacionan entre sí y tienen un origen común.

Sustancia y accidente

Aristóteles introduce dos conceptos fundamentales en su sistema filosófico: sustancia y accidente. Sustancia se refiere a los objetos o entidades concretas, como la Tierra, el Fuego o los seres vivos, incluyendo sus partes. También se refiere a la causa inmanente del ser en las cosas que no pueden ser atribuidas a un sujeto, como el alma. Por otro lado, el accidente se refiere a lo que se encuentra en algo y puede atribuirse a ello con verdad, pero no necesariamente ni en la mayoría de los casos. Puede ser inherente a algo sin ser parte esencial de la sustancia. Los accidentes contribuyen a los aspectos de una sustancia, pero su desaparición no altera fundamentalmente la entidad individual. Esta distinción entre sustancia y accidente es esencial en la metafísica aristotélica y se utiliza para explicar cambios que no involucran la creación o destrucción de seres, sino la modificación de sus aspectos.

Potencia y acto

Aristóteles sostiene que el concepto de ser puede entenderse de dos maneras fundamentales sin contradicción:

● «Ser en acto» (energía o entelequia) se refiere a lo que un ser es actualmente, en el presente. Por ejemplo, un árbol es un ejemplo de «ser en acto». Se relaciona con la sustancia individual.

● «Ser en potencia» (dynamis) se refiere a la capacidad de un ser para llegar a ser algo en el futuro, aunque aún no lo sea en el momento actual. Por ejemplo, una semilla es «ser en potencia» de un árbol.

Cambio, tipos de cambio, movimiento.

Aristóteles explica el cambio o movimiento de los seres utilizando tres principios:

● Materia o sustrato: Lo que permanece en el cambio, en particular en los cambios sustanciales, se llama «materia primera».

● Privación de una forma: La ausencia de una forma que aún no se ha adquirido en el cambio.

● Forma que se adquiere: La forma que se obtiene después de perder la forma anterior.

Aristóteles distingue dos tipos de cambios:

● Cambio sustancial, que implica la generación y la corrupción de un ser.

● Cambio accidental, que es una modificación en algunos aspectos de un ser sin cambiar su sustancia.

Aristóteles utiliza la noción de acto y potencia para explicar el movimiento. La materia actúa como potencia, y la forma actúa como acto. El movimiento es el proceso dinámico entre potencia y acto. Aristóteles argumenta que el movimiento es una especie de acto imperfecto debido a la naturaleza de la potencia. Esta teoría del movimiento se aplica tanto a los cambios sustanciales como a los cambios accidentales, lo que permite comprender la generación y corrupción de sustancias, así como cambios en cualidades, cantidades y desplazamientos. Aristóteles también introduce conceptos relacionados como lugar y tiempo, definiendo el lugar como el límite del cuerpo envolvente y el tiempo como la medida del movimiento en términos de antes y después. El tiempo no es el movimiento en sí, sino algo inherente a él.

Teoría del alma. Alma: Entelequia primera de un cuerpo natural que posea órganos.

Aristóteles se aparta de la concepción platónica del alma y la considera como un principio de vida que es inherente a los seres vivos y un componente de la naturaleza animada. Para Aristóteles, el alma es un atributo de la naturaleza animada, que a su vez es un aspecto de la naturaleza en general. Esto establece una continuidad entre naturaleza, vida y alma.

Aristóteles distingue tres tipos o partes del alma:

● Alma nutritiva: Esta parte del alma está asociada con la función de nutrición, crecimiento y reproducción. Es propia de las plantas y es inseparable de su naturaleza.

● Alma sensitiva: Esta parte del alma permite la percepción sensible, el deseo y el movimiento local. Los seres vivos que se mueven, como los animales, poseen esta parte del alma. Algunos animales también tienen la capacidad de imaginación y memoria.

● Alma intelectiva o entendimiento: Esta es la parte más elevada del alma y permite el pensamiento científico y práctico. Es responsable del conocimiento teórico que busca la verdad por sí misma y del conocimiento práctico que busca la verdad con fines prácticos.

Aristóteles considera que los diferentes tipos de almas forman una jerarquía en la que el alma nutritiva es la más básica, seguida por el alma sensitiva y, finalmente, el alma intelectiva. Cada nivel superior presupone el inferior, pero no al revés. Esta teoría del alma de Aristóteles implica una serie de principios vitales en todos los niveles de la vida, lo que se podría describir como un «animismo biológico».

Estoicos

Resistencia ante la adversidad: Se destaca la importancia de mantener la fortaleza y la calma en medio de las dificultades y adversidades de la vida. Aunque las adversidades puedan ser intensas, una persona fuerte no se doblega ante ellas y las supera.

Libertad interior: La verdadera libertad no implica la ausencia de sufrimiento, sino la capacidad de elevar el alma por encima de las aflicciones y encontrar satisfacción en uno mismo. La libertad se encuentra en la capacidad de controlar las propias opiniones, deseos y acciones, independientemente de las circunstancias externas.

Igualdad y humanidad: Se promueve la idea de que todas las personas, independientemente de su estatus social o posición en la sociedad, comparten una humanidad común. Se enfatiza que los títulos y las etiquetas, como «caballero», «liberto» o «esclavo», son construcciones sociales y que todos los seres humanos tienen un valor igual.

Autocontrol y dominio propio: Se subraya la importancia de controlar las emociones y los pensamientos, y de actuar con sabiduría y moderación. El control sobre uno mismo es visto como una fortaleza que permite a las personas enfrentar la vida con serenidad.

La importancia del alma: Se enfatiza que el alma es un refugio interior donde se puede encontrar la paz y la fortaleza. Mantener el equilibrio entre el mundo interior y exterior es esencial para mantener una mentalidad fuerte y serena.

Determinación y adaptabilidad: Se insta a las personas a adaptarse a las circunstancias y a asumir los papeles que les toca desempeñar en la vida, ya sea un papel corto o largo. La clave está en interpretar ese papel de la mejor manera posible.

Estoicos(2)

Libertad interior vs. externa: Se distingue entre las cosas que están bajo nuestro control, como nuestras opiniones y deseos, que son libres por naturaleza, y aquellas que no están bajo nuestro control, como el cuerpo, las riquezas y la reputación, que pueden ser ajenas y frágiles.

La filosofía griega nació como un contraste a la mentalidad mítica en las colonias griegas de Asia Menor y estuvo estrechamente vinculada a las ciudades-estado. Durante su época clásica, especialmente en Atenas, el filosofar era una expresión de la libertad ciudadana.

Los filósofos concebían que la perfección humana se alcanzaba en armonía con la ciudad-estado. Sin embargo, las guerras del Peloponeso y las conquistas de Alejandro Magno llevaron al declive de las polis y a la mezcla cultural en su imperio. La desconfianza en la política creció, y los filósofos se centraron en cuestiones morales y en la búsqueda de la felicidad individual en una sociedad cambiante.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *