El Pensamiento Platónico
Platón se revisa a sí mismo y emplea con frecuencia los mitos, inventados por él, para exponer su pensamiento acerca de los temas más trascendentales. El tema platónico fundamental es la Teoría de las Ideas. Para facilitar su comprensión, lo expondremos en los siguientes temas:
- La Teoría de las Ideas (visión de la realidad)
- La Teoría del Conocimiento (cómo acceder a las Ideas)
- Su concepción del ser humano
- La ordenación política del Estado ideal
La Teoría de las Ideas
Para Platón, la búsqueda de la organización justa e ideal de la vida social y política exige abordar cuestiones filosóficas básicas: establecer cómo es la realidad y cómo el ser humano puede acceder a ella por medio del conocimiento. La Teoría de las Ideas reúne la concepción de Parménides (la auténtica realidad es eterna e inmutable) y la afirmación de Heráclito sobre el perpetuo fluir de las cosas. La palabra griega eidos, de la que deriva ‘idea’, significa ‘algo que se ve’ o ‘forma’.
Las Ideas existen separadas de las cosas: son realidades trascendentes que nos permiten explicar y conocer este mundo. Las cosas se relacionan con las Ideas mediante participación o imitación. Tienen carácter normativo (describen cómo deben ser las cosas) y están jerarquizadas y ordenadas.
Mundo Sensible
Las cosas son entidades finitas (nacen y mueren), mutables, cambiantes, ininteligibles, particulares y concretas.
Mundo Inteligible
Las Ideas son entidades eternas (permanecen), inmutables (no cambian con el tiempo), inteligibles (se pueden pensar y solo pensar), y universales.
La Teoría del Conocimiento
Para transmitir algunas de sus teorías más complejas, Platón recurre a la metáfora o el mito. El más famoso es el de la caverna, descrito en el libro La República, que nos plantea cuatro escenas respecto al conocimiento: desde los sentidos comienza un proceso de ascenso a las Ideas. Será tarea del filósofo realizar el camino de vuelta y enseñar a los demás las Ideas que ha contemplado.
La Dialéctica del Conocimiento
El ser humano se encuentra entre el mundo de abajo y el de arriba: el cuerpo pertenece al mundo sensible (imperfecto, perecedero) y el alma al inteligible (perfecto, eterno).
El mito presenta al hombre encadenado en el interior de la caverna, confundido en un mundo lleno de sombras y apariencias, que interpreta como la auténtica realidad. El alma dispone de la inteligencia, lo que le permite ascender en el camino del conocimiento: hacia la luz, la auténtica realidad y la liberación. Este proceso es tortuoso porque el alma humana aspira a lo inteligible, mientras que el cuerpo se inclina por lo sensible y no puede por sí mismo ascender hacia las Ideas.
Platón nos comenta que la liberación de los prejuicios no puede cumplirse hasta que se produzca la separación del alma y el cuerpo, lo cual ocurre con la muerte. Llegará a definir la filosofía como el arte de saber morir.
El relato de la caverna presenta la dialéctica: un recorrido por las diferentes fases del conocimiento que nos sitúa ante los diferentes grados de perfección de lo que existe. Partiendo de la percepción de las sombras de los objetos, encontraremos al final del camino la verdadera realidad y la Idea del Bien.
Los Grados del Conocimiento
Para Platón, el conocimiento es el acercamiento a la verdad. La verdad reside en el Mundo de las Ideas. Platón nos expone los diferentes niveles del conocimiento, que son:
- La opinión (doxa): Es el conocimiento del mundo sensible, basado en la experiencia de los objetos.
- La ciencia (episteme): Es el conocimiento racional del Mundo de las Ideas, un conocimiento que solo poseen los más sabios.
Tenemos cuatro escenarios en este proceso de acceso al conocimiento:
- A-D (Imaginación): Representa las sombras e imágenes. A este escenario le corresponde la imaginación, que permite interpretar las sombras.
- D-C (Creencia): Representa los objetos del mundo sensible (animales, plantas, etc.). A este escenario le corresponde la creencia.
- C-E (Razón Discursiva): Incluye los objetos inteligibles. Le corresponde la razón discursiva.
- E-B (Razón Intuitiva): Representa los objetos inteligibles que el alma aprehende sin recurrir a lo físico. Le corresponde la razón intuitiva.
La Antropología Platónica
Platón concibe al ser humano como una entidad formada por un alma y un cuerpo: el dualismo platónico. El alma pertenece al ámbito de las Ideas, y el cuerpo al mundo de los seres físicos. El alma es afín a las Ideas, inmaterial e inmortal. La unión del alma con el cuerpo es un estado accidental; Platón considera que esta unión es antinatural.
El alma se divide en tres partes:
- La razón (alma racional): Se encuentra en el cerebro y le corresponde el pensar. Es inmortal.
- El ánimo (alma irascible): Está en el tórax y no se puede separar del cuerpo. Es mortal.
- El apetito (alma concupiscible): Está situado en el abdomen. Es mortal.
La Ciudad Ideal de Platón
Según Platón, la propia naturaleza nos predispone para un determinado tipo de tarea. Existirían individuos formados de oro, otros de plata y otros de bronce, y a cada uno le corresponde una función específica definida por sus diferentes capacidades.
La Justicia en el Estado
Educación y Selección de los Mejores
Platón reivindica la educación para fomentar una sociedad mejor, pero solo debe aplicarse a las clases superiores (los guardianes y gobernantes), ya que su prudencia depende de la buena marcha de la sociedad. La teoría política de Platón gira en torno a dos principios: uno de tipo estructural y otro funcional.
Principio de Correlación Estructural entre Alma y Estado
El Estado posee tres clases sociales: los trabajadores (relacionados con el apetito), los guardianes (con el ánimo) y los gobernantes (con la razón). Estos tres grupos se corresponden con las tres partes del alma.
Principio de Especialización Funcional entre Alma y Estado
Los guardianes se dedican a la defensa, los trabajadores a la producción y los gobernantes al gobierno.
Jerarquía de los Regímenes Políticos
Platón sugiere un Estado aristocrático de los mejores, es decir, el gobierno de los más prudentes.