René Descartes: Vida y Contexto Histórico
Biografía de Descartes
Descartes nació en 1596 en Francia. Su padre era consejero del rey en el Parlamento de Bretaña y lo envió al colegio de La Flèche con los jesuitas, donde estudió lógica, filosofía y especialmente matemáticas. Comenzó a estudiar derecho, pero lo abandonó debido a su fascinación por la geometría. A la edad de 22 años, se unió al ejército y luchó en la Guerra de los Treinta Años. Fue en su retiro del ejército que llegó a intuir el fundamento del conocimiento. A través de la geometría, desarrolló una ciencia y una filosofía sólidas. Después de su retiro del ejército, viajó por toda Europa.
En septiembre de 1649 se trasladó a Suecia, invitado por la reina Cristina, para enseñarle filosofía. El 11 de febrero, murió de un ataque de fiebre en el mismo país.
Obras Destacadas
Entre sus obras destacan Reglas para la dirección de la mente, Discurso del método o Principios de la filosofía, entre otras.
La Revolución Científica y la Búsqueda de un Nuevo Método
Crítica al Método Científico Tradicional
Descartes, como otras grandes mentes de la Europa de la época, llegó a la conclusión de que la ciencia no seguía un método adecuado. Descartes dejó claro en su Discurso del método que, tras pasar años en la universidad, no creía en nada que no tuviera un fundamento fiable. Al mismo tiempo, en Inglaterra, Francis Bacon pretendía crear un nuevo método para la ciencia, el Novum Organum; y en Italia, sin un objetivo, Galileo desarrollaba lo que sería el método científico moderno. Estos tres autores de diferentes países, que vivieron entre los siglos XVI y XVII, sin llegar a un acuerdo, llegaron a la misma conclusión: la ciencia necesitaba cambiar.
El Giro Copernicano y Galileo Galilei
La revolución científica se inició con el paso del geocentrismo al heliocentrismo, realizado por Copérnico. Copérnico logró hacer cálculos precisos y presentó un modelo para explicar el movimiento de los planetas que permitía predicciones exactas. Muchos astrónomos adoptaron este modelo por su simplicidad. A pesar de no saber si era la Tierra o el Sol lo que se movía, asumieron que era la Tierra, ya que era más simple.
Un siglo después, Galileo decidió defender el modelo copernicano. Sin embargo, después de que la Iglesia se negara, tras largos debates internos, a aceptar que era la Tierra la que se movía, fue juzgado.
El Método de Galileo
Ante el peligro de ser quemado en la hoguera, Galileo retrocedió y reconoció que la Tierra estaba en el centro del universo, como creía Aristóteles. Mientras tanto, estudió el movimiento de los cuerpos que caen y aplicó experimentos y matemáticas. Durante su investigación, creó su propio método, utilizado por futuros científicos, dando así origen a la ciencia moderna. Este método combinaba, por un lado, la observación, la experiencia (el empirismo), y por otro, el razonamiento, la deducción y la matematización.
Francis Bacon y el Empirismo
Al mismo tiempo, en Inglaterra, Francis Bacon probó un método basado exclusivamente en la recopilación de datos, la inducción (el empirismo), por lo que se le puede considerar el primer «empirista». Aplicándolo, logró grandes resultados.
Descartes y el Racionalismo
Descartes, en Francia, intentó construir una ciencia basada en la razón y solo en la deducción. Creía en este método porque le había ido bien en matemáticas y trató de generalizarlo a toda la ciencia. Con el tiempo, vio que no era una buena idea, pero sus reflexiones conducirían a una nueva filosofía centrada en el ser humano y su mente. Se convirtió en el primer autor racionalista.
Interconexión de los Métodos
Es decir, tratando de descubrir una nueva ciencia, surgieron el empirismo (Bacon), el racionalismo (Descartes) y la ciencia moderna (Galileo). Por lo tanto, los tres están interrelacionados, ya que la ciencia moderna se basa en el racionalismo y el empirismo.
Diferencias entre Empirismo y Racionalismo
Por un lado, la ciencia moderna adoptó una nueva visión del universo y tomó las matemáticas como eje del conocimiento, situándose también en un interés práctico del conocimiento, no teórico. Por otro lado, el empirismo se basa en la experiencia, en los sentidos. Sostiene que la verdad se alcanza a través de la observación y la inducción. Mientras que el racionalismo adopta la razón como principal fuente de conocimiento y la considera universal, necesaria e independiente de la experiencia. El modelo de ciencia a seguir es la matemática, común a la ciencia moderna, y se llega a la verdad mediante la deducción.
El Método Filosófico de Descartes
La Necesidad de un Nuevo Método
Varios racionalistas, principalmente Descartes, tras repasar todos los principios filosóficos de las teorías de épocas anteriores, siempre basadas en la razón, concluyeron que era necesario un nuevo método filosófico.
Descartes, después de años de estudio en la universidad, llegó a la conclusión de que este conocimiento estaba mal fundado, por lo que viajó por Europa en busca de conocimiento fuera del aula. Sin embargo, cuanto más se familiarizó con la variedad de opiniones y costumbres de cada país, llegó a la conclusión de que eran tan diversas y contradictorias como las de los filósofos que estudió, por lo que decidió no confiar en nada que su propia razón no considerara válido, y así decidió seguir su propio método para alcanzar conocimientos ciertos: la ciencia. Volvió así al viejo problema del método de búsqueda de la verdad. Como tuvo mucho éxito en matemáticas, propuso un sistema de representación, conocido como el eje de coordenadas cartesianas. Además, intentó generalizar el modelo de las matemáticas a todas las ciencias. Las matemáticas se basan en deducciones, en razonamientos.
Las Cuatro Reglas del Método Cartesiano
El método de Descartes consta de cuatro reglas que surgen de una síntesis de lógica, geometría y álgebra:
- La regla de la evidencia: no aceptar como verdadera una idea que no se sepa con evidencia que es verdadera;
- La regla del análisis: descomponer los problemas complejos en preguntas tan simples como para que la razón pueda establecer con evidencia si son verdaderas o no;
- La regla de la síntesis: una vez alcanzadas las verdades simples, ordenar los pensamientos y reconstruir lo más complejo, deduciendo lo complejo a partir de lo simple;
- Por último, la regla de la comprobación: revisar todos los pasos para descartar errores.
Este momento es fundamental en la ciencia.
La Duda Metódica Cartesiana
Aplicación y Alcance de la Duda
Este método es aplicado a todos los conocimientos, excepto a la moral y las costumbres, en las que aceptaba como válidas las del reino en que residiera. De acuerdo con la primera regla, decidió no aceptar nada de lo que no estuviera absolutamente seguro, por lo que dudó sistemáticamente de todo, lo que se llama «Duda metódica cartesiana«.
Fases de la Duda
- En primer lugar, dudó de los sentidos, ya que en ocasiones nos engañan, y al dudar, nos pueden engañar siempre.
- En segundo lugar, dudó de la capacidad para distinguir la vigilia del sueño, puesto que en ocasiones los sueños parecen tan reales que se cree que lo soñado es real, por lo que no hay criterios fiables para determinar la realidad de las cosas.
La Hipótesis del Genio Maligno
Por último, dudó de la capacidad de la inteligencia para establecer razonamientos, ampliando este proceso de duda con la hipótesis del «genio maligno«, una mente superior que nos llevaría voluntariamente al engaño.
La Duda como Paso Provisional
Después de dudar de estas tres razones, el argumento cartesiano llegó al escepticismo absoluto, dudando hasta de la capacidad de la razón humana para el conocimiento verdadero. Sin embargo, la duda cartesiana es provisional, ya que el escepticismo es un paso previo para alcanzar lo indudable.
El «Cogito Ergo Sum»: La Primera Certeza
La Intuición de la Propia Existencia
El proceso de la duda llevó a Descartes a una única idea de la que no se podía dudar: la intuición de la propia existencia. El sujeto que piensa, mientras duda, es. Es decir, aunque los sentidos lo engañaran, fuera un sueño o existiera un genio maligno, hay una certeza de que está dudando, está pensando, así que existe. Esa es la primera certeza: piensa, y de ahí razona que existe. Por lo tanto, «cogito ergo sum» (pienso, luego existo).
Las Sustancias Cartesianas y la Clasificación de Ideas
Mente y Cuerpo: El Dualismo Cartesiano
Como consecuencia, se tiene la certeza de la existencia de la mente (del alma), pero no del cuerpo. Está seguro de que piensa, pero no de la existencia de un cuerpo, puesto que eso puede ser un engaño de los sentidos o un sueño. Esto llevó a Descartes a diferenciar la mente que piensa del cuerpo, como dos sustancias totalmente distintas, al igual que el dualismo platónico. Para Descartes, una sustancia es aquello que existe de tal manera que no necesita de ninguna otra para existir. Si la mente puede existir y el cuerpo ser otro, la mente es una sustancia diferente del cuerpo, es una «sustancia pensante«, una res cogitans, y los contenidos del interior de la mente son las Ideas. El concepto de idea, al contrario que Platón, lo entendía como algo que está dentro de la mente.
La Existencia de Dios como Sustancia Perfecta
Si es consciente de la imperfección, es porque tiene la idea de la perfección. Y esta no proviene ni del mundo que lo rodea ni de sí mismo, puesto que duda, y al dudar, es imperfecto. Por lo tanto, un ser más perfecto tuvo que haberla puesto en él: Dios. Ese ser es el creador, porque él mismo no se podría haber creado, ya que se habría hecho perfecto, y no lo es. Entonces, aparte de la sustancia pensante e imperfecta, existe otra sustancia perfecta, infinita (res infinita), y ambas son ideas innatas, se encuentran en la mente: la idea de mente que piensa y la de Dios.
Clasificación de las Ideas
Para concluir, Descartes clasificó las ideas en:
- Innatas: las que no provienen de la realidad exterior ni son generadas por la mente.
- Adventicias: las que proceden del exterior.
- Ficticias: las ideas nuevas que toman como base algunas de las ideas exteriores.