Problema de la Ontología
Platón nació en Atenas en la primera mitad del siglo IV a.C. y su maestro fue Sócrates. Realizó tres viajes a Siracusa, donde tuvo contacto con el orfismo y la filosofía pitagórica. En su primera etapa, algunas de sus obras más importantes fueron la Apología de Sócrates y el Menón; en el segundo periodo destacan Banquete, Fedón, Fedro y la República; y por último, el tercer periodo con su obra Timeo.
En la vida de Platón destacan sus tres analogías: la analogía del Bien y del Sol, la analogía de la Línea y la analogía de la Caverna. Según Platón, el mundo se divide en el mundo inteligible de cosas verdaderas, la ciencia verdadera (episteme), y el mundo sensible de cosas opinables (doxa).
En el mundo sensible, los objetos son sombras de objetos sensibles o fantasmas, denominados ta phantasmata, cuya forma de conocimiento es la conjetura sensible, denominada eikasia. También existen, por encima de esto, los objetos sensibles, en especial objetos vivos (ta zoa), cuya forma de conocimiento es la creencia sensible, denominada pistis.
Después, en los dos mundos en los que se subdivide el mundo inteligible: primero, el mundo inferior, donde los objetos inteligibles son hipótesis (hypothesis) o ideas humanas o ideas matemáticas (ta mathematika), con su forma de conocimiento, el razonamiento discursivo humano, denominado dianoia. Luego, un mundo superior a este, donde los objetos son las formas inteligibles y objetivas o ideas no humanas objetivas, con los principios (ta eide y archai), que dependen de la forma de conocimiento como el razonamiento intuitivo (nous).
Son cuatro tipos de entes con cuatro tipos de pensamientos, entre los que Platón establece semejanzas y diferencias. Los mundos se van relacionando hasta llegar a la Forma del Bien en Sí, causa primera y única de todas las formas inteligibles y objetos sensibles.
Así se cumplía el proceso de la reminiscencia y la dialéctica ascendente que lo envuelve. Por último, la psyche recupera la sinopsis olvidada por el contacto con la materia y puede reordenar todo su conocimiento personal y del mundo.
Problema de la Divinidad
Platón nació en la primera mitad del siglo IV a. C. en Atenas y fue discípulo de Sócrates. Realizó tres viajes a Siracusa. En su primera etapa destacan la Apología de Sócrates y el Menón; en la segunda etapa destacan Fedro, Fedón, Banquete y la República; y su última etapa destaca el Timeo.
Lo divino en la teoría del recuerdo (anamnesis) son las herramientas que tiene el hombre para reconocer lo divino en la realidad y en sí mismo a través de los objetos sensibles, la introspección del alma y el estudio de la filosofía platónica.
En la analogía del Bien y del Sol se compara lo divino entre los entes verdaderos del mundo inteligible, donde destaca la Forma del Bien en Sí, y entre los entes opinables del mundo sensible, donde destaca el sol. El sol hace posible el crecimiento de los demás entes sensibles, es una copia o mímesis del mundo inteligible.
En la analogía de la Línea, la división de los mundos sensible e inteligible, donde la causa de todos ellos es el mundo primero del mundo inteligible, cuyo pensamiento es real y verdadero (nous), y se pasa de la hipótesis a la aprehensión intelectiva de las formas o ideas. La psyche sabe qué hipótesis es verdadera a través de la forma inteligible que es su causa. A través del nous se asciende de una forma a otra superior que determina su finalidad hasta llegar a la Forma del Bien en Sí, causa primera de todas las formas inteligibles y de todos los objetos sensibles.
En el Timeo, la figura divina, como artesano, copia las formas en la materia prima. En la analogía de la Caverna, la parte exterior de la caverna simboliza la divinidad inteligible, y los objetos exteriores a la cueva representan las formas del mundo inteligible y la Forma del Bien en Sí (en especial el sol).
En la antropología, el alma humana es la encarnación de un elemento divino en su cuerpo material. En la estructura tripartita, el elemento racional debe recordar y provoca que se recupere el carácter divino del alma.
Por último, en conclusión, la ética y la política de Platón reflejan lo divino en el comportamiento humano y en la organización de la ciudad (polis). El bien (areté) implica el recuerdo del alma, y la serie de leyes e instituciones de la polis suponen el recuerdo de lo divino.
Problema de la Política
Platón nació en la primera mitad del siglo IV a. C. en Atenas y fue discípulo de Sócrates. Realizó tres viajes a Siracusa. En su primera etapa destacan la Apología de Sócrates y el Menón; en la segunda etapa destacan Fedro, Fedón, Banquete y la República; y su última etapa destaca el Timeo.
Lo divino en la teoría del recuerdo (anamnesis) son las herramientas que tiene el hombre para reconocer lo divino en la realidad y en sí mismo a través de los objetos sensibles, la introspección del alma y el estudio de la filosofía platónica.
En la analogía del Bien y del Sol se compara lo divino entre los entes verdaderos del mundo inteligible, donde destaca la Forma del Bien en Sí, y entre los entes opinables del mundo sensible, donde destaca el sol. El sol hace posible el crecimiento de los demás entes sensibles, es una copia o mímesis del mundo inteligible.
En la analogía de la Línea, la división de los mundos sensible e inteligible, donde la causa de todos ellos es el mundo primero del mundo inteligible, cuyo pensamiento es real y verdadero (nous), y se pasa de la hipótesis a la aprehensión intelectiva de las formas o ideas. La psyche sabe qué hipótesis es verdadera a través de la forma inteligible que es su causa. A través del nous se asciende de una forma a otra superior que determina su finalidad hasta llegar a la Forma del Bien en Sí, causa primera de todas las formas inteligibles y de todos los objetos sensibles.
En el Timeo, la figura divina, como artesano, copia las formas en la materia prima. En la analogía de la Caverna, la parte exterior de la caverna simboliza la divinidad inteligible, y los objetos exteriores a la cueva representan las formas del mundo inteligible y la Forma del Bien en Sí (en especial el sol).
En la antropología, el alma humana es la encarnación de un elemento divino en su cuerpo material. En la estructura tripartita, el elemento racional debe recordar y provoca que se recupere el carácter divino del alma.
Por último, en conclusión, la ética y la política de Platón reflejan lo divino en el comportamiento humano y en la organización de la ciudad (polis). El bien (areté) implica el recuerdo del alma, y la serie de leyes e instituciones de la polis suponen el recuerdo de lo divino.
Problema de la Ética
Platón nació en Atenas en la primera mitad del siglo IV a. C., su maestro fue Sócrates. Realizó tres viajes a Siracusa. En su primera etapa destacan la Apología de Sócrates y el Menón; en su segunda etapa destacan Fedón, Fedro, Banquete y la República; en su última etapa destaca el Timeo.
La ética de Platón presupone la teoría del conocimiento y la antropología, donde tiene lugar la estructura tripartita del alma. El alma se compone de un elemento volitivo, uno apetitivo y un elemento racional. Entre estos debe haber equilibrio y armonía para que el hombre tenga un buen comportamiento.
Para que exista armonía en el alma, el Auriga, que es el elemento racional, debe cuidar de los caballos, es decir, del elemento volitivo y del elemento apetitivo. Pero cuando la falta de virtud (areté) surge en el alma y en el comportamiento humano, cuando la psyche olvida su propia esencia, entonces la relación entre estos tres elementos se altera y se aparta del modelo esencial. Los elementos volitivo y apetitivo quedan fuera del control del elemento racional. La razón deja de tutelar a la psyche, y esta se vuelve injusta y enferma.
Para que el alma vuelva a su estructura inicial, el hombre deberá recordar la estructura tripartita del alma para que así el alma sea capaz de controlar el caballo malo, es decir, el elemento apetitivo, y así el alma volverá a actuar de manera justa, virtuosa y saludable al imitar el comportamiento de su modelo formal.
En conclusión, la ética platónica puede ser llamada intelectualismo moral. La anamnesis conduce al alma a la práctica del buen areté. El bien o el mal no dependen de la voluntad, sino del recuerdo o del olvido. La voluntad queda en un segundo plano en la ética platónica.
Problema de la Antropología
Platón nació en Atenas en la primera mitad del siglo IV a. C., su maestro fue Sócrates. Realizó tres viajes a Siracusa. En su primera etapa destacan la Apología de Sócrates y el Menón; en el segundo periodo, Banquete, Fedro, Fedón y la República; en su tercer periodo destaca el Timeo.
La antropología presupone la teoría del conocimiento, donde ocurre el proceso de la reminiscencia (anamnesis) que experimenta la psyche del hombre, y la descripción del mundo de las Ideas o Formas inteligibles, accesible por medio del recuerdo. Donde destaca la analogía de la Línea, que explica la división del cosmos en cuatro mundos, dos sensibles y dos inteligibles, con sus objetos propios y su forma de conocimiento.
Desde el recuerdo del mundo de las Ideas, el hombre recupera una visión ordenada de sí mismo.
Primero se produce la unión entre el cuerpo (soma) y el alma (psyche), que es accidental y transitoria; el cuerpo es solo un accidente temporal. La psyche tiende a liberarse del cuerpo para recuperar su autoconocimiento como Idea y el conocimiento de otras Ideas inteligibles, y cuando contemple la Idea del Bien en Sí, conocerá su esencia (eidos) y su finalidad (telos). Esto se denomina el dualismo antropológico de Platón, donde prevalece el alma.
A continuación, nos referimos a la estructura esencial que la psyche reconoce en sí misma, denominada estructura tripartita del alma platónica, y esto lo señala Platón en el libro IV de la República. Identifica el alma con un Auriga, que es el elemento racional que cuidará del bienestar del hombre, y con un carro tirado por dos caballos: uno bueno, que es el elemento volitivo que ayuda a la razón a cumplir sus decisiones, y uno malo, que es el elemento apetitivo que tiene que ver con los deseos materiales de la psyche y que deberá estar regulado por la razón y por el elemento volitivo.
En conclusión, estos tres elementos: volitivo, apetitivo y racional, se ven afectados por la inmortalidad del alma. Esto presupone la teoría de la reminiscencia, que el alma preexistía en el mundo de las Ideas o Formas inteligibles, que el alma es una Forma inteligible y que reconoció en especial la Forma del Bien en Sí.