Explorando los Límites del Conocimiento Científico y las Cosmovisiones Históricas

Límites del Saber Científico-Técnico

Límites de la Tribu

El saber científico está condicionado por nuestras capacidades cerebrales en interacción con el medio físico y social, por el grado de evolución de las mismas y por el nivel de desarrollo social, político, económico y cultural de los grupos humanos en los que vivimos.

Además, en nuestra sociedad es habitual considerar la ciencia como un saber definitivo. En el siglo pasado se analizó y se llegó a la conclusión de que sus afirmaciones pueden sostenerse como probables, pero no como verdaderas.

Karl Popper, en su crítica al razonamiento inductivo, sostuvo la incorrección lógica de formular enunciados universales a partir de enunciados particulares. Popper propuso entonces que el principio de verificación debería ser sustituido por el de falsación, mediante el cual habremos de revisar una afirmación universal en cuanto no se cumpla en uno de los casos posibles. Las teorías científicas, desde este punto de vista, ya no pueden ser afirmadas como indudablemente verdaderas, y pueden ser descartadas como falsas en cuanto se descubran casos en los que fallen.

Límites de la Caverna

El ser humano, con una trayectoria vital, unos intereses, una educación, perteneciente a una cultura, heredero de unas tradiciones, de unas creencias o de la ausencia de ellas, con una ideología y con una visión del mundo y de los demás seres humanos.

Límites de la Plaza Pública

Se ha ocupado de la argumentación y de la persuasión. La ciencia y la retórica se excluyen mutuamente, pues se pensaba que donde hay conocimiento científico no cabe la retórica.

En la actualidad, hay estudiosos que sostienen que el discurso científico no busca solo, ni principalmente, exponer investigaciones o descubrimientos, sino que pretende convencer de la bondad y superioridad de sus métodos y persuadir para obtener colaboración.

Límites del Teatro

Thomas S. Kuhn incorpora a la reflexión sobre la ciencia los aspectos históricos y sociológicos con los que aquella convive. Los científicos reciben una formación determinada, investigan de acuerdo con unos supuestos, se comunican entre sí, comparten una forma de ver el mundo y un lenguaje propio. Y, todo ello lo hacen en un marco metodológico y conceptual mucho más amplio que el de la sola disciplina científica a la que se dedican. Llama “paradigmas científicos” a cada uno de esos marcos generales y “revoluciones científicas” a los cambios de paradigma que ocurren cada cierto tiempo.

Paul Feyerabend defiende que la supremacía de la que disfruta hoy el saber científico es injustificada, pues no pasa de ser una forma más de explicación de una parcela de la realidad, en nada superior a otras, como los mitos o las concepciones mágicas.

Conceptos Fundamentales y Cosmovisiones

Cosmología

Término de origen griego que significa ‘tratado’ o ‘estudio del orden y la estructura del universo’. Procede de Christian Wolff, quien la entendió como el estudio del universo en su totalidad y la consideró como una parte de la metafísica. En la actualidad se usa también para referirse a una disciplina científica, muy ligada a la astronomía, a la física y a las matemáticas, que se ocupa principalmente de construir modelos del universo que sean coherentes con los datos astronómicos y físicos que poseemos. En sentido filosófico, puede considerarse como equivalente a “filosofía de la naturaleza”.

Cosmogonía

Narración mítica que pretende dar respuesta al origen del universo y de la propia humanidad. Cuando una visión del universo implica elementos míticos o aportaciones religiosas, suele tratarse de una cosmogonía y en cada cultura puede incluir elementos muy diferentes.

Cosmovisión

Una cosmovisión es una interpretación coherente y sistemática del mundo, una forma de ver y comprender la realidad en su conjunto. El filósofo Thomas S. Kuhn consideraba que cada cosmovisión construye un paradigma (un modelo más o menos completo del mundo que se corresponde con los conocimientos científicos aceptados como verdaderos en cada momento histórico).

Cosmovisiones Científicas

Las cosmovisiones científicas son modelos de interpretación del universo que se derivan de los conocimientos científicos disponibles en cada etapa histórica. Podemos clasificar diversas cosmovisiones:

  • La ciencia y la filosofía antiguas, al tratar de comprender el universo, contribuyen a configurar una cosmovisión finalista o teleológica.

  • Científicos y filósofos ayudan a conformar la noción de ciencia moderna y con ella aparece la cosmovisión mecanicista.

  • En el mundo contemporáneo, que muestra la complejidad de la realidad, se habla de una nueva alianza entre la ciencia, la filosofía y el resto de saberes, y de una nueva cosmovisión o paradigma que busca entender profundamente la estructura y el comportamiento de la materia.

Cada cosmovisión científica trata de responder a las preguntas por el origen, composición, evolución y sentido del universo.

Cosmovisión Teleológica

Una cosmovisión es teleológica cuando considera que todos los seres que pueblan el universo, y también el universo en su conjunto, tienden a un fin. Todo lo que sucede es resultado de procesos que apuntan al logro de determinados objetivos. El orden que observamos actualmente en el universo no es resultado del azar.

Cosmovisión Aristotélica

Es la cosmovisión teleológica más importante. Para él, el universo es finito y ordenado. Está formado por ocho esferas principales concéntricas, introducidas unas dentro de otras, y en el centro está la Tierra. Su cosmovisión es geocéntrica.

  • Mundo supralunar: formado por las esferas de los planetas conocidos, la esfera de las estrellas móviles y finalmente la esfera de las estrellas fijas. Esta región del universo está formada por una materia especial llamada éter, que es incorruptible.

  • Mundo sublunar: se extiende desde la esfera de la Luna hasta el centro, donde se encuentra la Tierra. Está formado por cuatro elementos (fuego, tierra, agua, aire) y en él se producen cambios; es decir, los seres del mundo sublunar nacen y perecen.

Aristóteles distinguió cuatro causas:

  • Causa material, que responde a la pregunta de qué está hecha una cosa.

  • Causa formal, que define lo que es propiamente una cosa.

  • Causa eficiente, que señala a qué o quién ha producido una cosa.

  • Causa final, que indica el ‘para qué’, la finalidad o télos de una cosa.

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