Contexto Histórico de Platón
El siglo V a.C. fue la época de mayor esplendor para Atenas. Bajo el liderazgo de Pericles, Atenas se convirtió en la potencia hegemónica del Mediterráneo después de su victoria sobre los persas. Todo esto cambiaría con las Guerras del Peloponeso. La muerte de Pericles supuso la pérdida de la hegemonía político-económica de Atenas y el inicio de la decadencia de la Polis. Después de más de 25 años de guerra, Esparta derrotó a Atenas y le impuso condiciones muy duras, entre ellas el gobierno de los Treinta Tiranos. A la tiranía le sucedió una guerra civil, que tuvo como consecuencia la reinstauración de la democracia. En esta situación se produjo la condena de Sócrates. Platón vivió circunstancias históricas convulsas y su filosofía respondió a la decadencia y el desorden que le tocó vivir. Su interés principal era crear un Estado verdaderamente justo.
Contexto Cultural de la Época Platónica
Se pasó del planteamiento heroico a lo humano. El modelo heroico fue sustituido por un ideal más cotidiano, realista y naturalista. En las artes se produjo un giro hacia el realismo, la sensualidad y el naturalismo. Surge la comedia de Aristóteles, muy distante de la tragedia anterior. Heráclito y Tucídides fundaron la historiografía. También se produjo un auge de la oratoria y la retórica. Por último, cabe destacar el gran desarrollo de las matemáticas y el interés por fundamentarlas teóricamente. Platón mostró gran interés por las matemáticas y la astronomía.
Contexto Filosófico y Predecesores de Platón
Platón tuvo por primer maestro a un discípulo de Heráclito. Platón toma de Heráclito la concepción del mundo sensible como perpetuo fluir y continuo cambio, pero para él este mundo no es real. Más influencia ejerció Parménides. Las Ideas de Platón tienen las mismas características que el ser de Parménides. Es precursora de la teoría del conocimiento de Platón, con la distinción entre la vía de la verdad y la vía de la opinión. El pitagorismo fue un referente continuo: la importancia de las matemáticas, la inmortalidad del alma, la reencarnación, la concepción dualista del ser humano y la consideración del cuerpo como cárcel del alma. En menor medida influyó el *Nous* de Anaxágoras. Platón rechaza que Anaxágoras recurriera a las causas mecánicas para explicar los procesos naturales y no a una inteligencia ordenadora. De los atomistas toma la concepción de la materia como algo caótico y en continuo movimiento. La influencia más profunda y determinante es la de Sócrates: el intelectualismo moral, la razón frente a la opinión, la filosofía como diálogo, la preocupación por la política y la educación, y el desinterés por la naturaleza.
La Realidad para Platón: El Mundo de las Ideas
Para Platón lo real es aquello que *ES*, es decir, aquello que permanece inmutable, que no cambia, que no perece, que permanece siempre igual a sí mismo.
Los Dualismos Fundamentales en la Filosofía Platónica
Dualismo Ontológico: Los Dos Mundos
Este dualismo postula la existencia de dos mundos: el mundo sensible, que es una copia imperfecta del mundo inteligible, y que se representa por las sombras y los objetos en la caverna; y el mundo inteligible, que Platón considera el mundo real, el de los entes matemáticos y las Ideas. Platón parece entender estas Ideas siempre como una única forma de algo múltiple. Para él, las Ideas no son simplemente conceptos o representaciones mentales, sino que son realidades que existen con independencia de las cosas; más aún, son la realidad misma.
Dualismo Gnoseológico: Los Niveles del Conocimiento
En este dualismo, Platón estructura el conocimiento en dos niveles: el conocimiento sensible, ligado a los sentidos y a la experiencia sobre las cosas cambiantes; y el conocimiento inteligible, que se obtiene sobre los conceptos y esencias universales e inmutables (las Ideas). Este dualismo distingue dos tipos de conocimiento: la *doxa*, que es una creencia imperfecta sobre la que no puede haber acuerdo universal y se corresponde con el mundo sensible; y la *episteme*, que es el conocimiento racional que se obtiene a través del trabajo teórico de la razón sin apoyo empírico. Se corresponde con el mundo inteligible y se divide en dos facultades superiores: la *Dianoia*, que es el pensamiento que se ocupa de las matemáticas, y la *Noesis*, que es la inteligencia y se ocupa del saber supremo asociado a la filosofía. El método de conocimiento que utiliza Platón es la dialéctica: la *dialéctica ascendente*, que es el paso del mundo sensible al mundo inteligible, y la *dialéctica descendente*, que es el paso del mundo inteligible al mundo sensible. Platón explica este dualismo por medio de la alegoría de la línea y el mito de la caverna.
Dualismo Antropológico: Cuerpo y Alma
En este dualismo, el ser humano está compuesto de cuerpo y alma, realidades radicalmente distintas y separadas. Platón dice que el cuerpo es una realidad inferior, detestable, una cárcel para el alma, a la que condiciona con sus deseos, apetitos y pasiones. El alma es la parte superior y excelsa, y para que alcance el auténtico conocimiento debe liberarse de las cadenas del cuerpo. En el mito de la caverna, tanto las cadenas como la propia cueva, oscura y falaz, pueden interpretarse como la dimensión corporal del hombre, que le impide conocer la verdad. El mundo exterior, la luz, los seres naturales y el sol, se corresponden con la dimensión anímica, superior y racional del hombre.
La Política en Platón: Hacia el Estado Justo
Pero no debemos olvidar que el objetivo último de la filosofía de Platón es la política: la creación de una ciudad más justa que Atenas, donde se condenó a muerte a su maestro, Sócrates.
En la *República* de Platón debe haber tres tipos de ciudadanos:
- Alma Racional (*gobernantes-filósofos*)
- Alma Irascible (*guardianes*)
- Alma Concupiscible (*productores*)
La justicia se alcanza cuando hay armonía entre estas tres clases sociales, según su naturaleza y capacidad. Platón también clasifica los tipos de gobierno:
- *Monarquía*: el gobierno perfecto, liderado por el rey-filósofo.
- *Timocracia*: donde gobiernan los guardianes, basada en el honor.
- *Oligarquía*: donde gobiernan unos pocos, basada en la riqueza.
- *Democracia*: un mal gobierno en el que el pueblo tiene el poder, propenso al desorden.
- *Tiranía*: el peor gobierno, donde un demagogo concentra todo el poder.
Finalmente, Platón destaca la importancia de la educación, por medio de la cual se llega al conocimiento máximo (la Idea del Bien), convirtiendo a la persona en filósofo para llevar a cabo la dialéctica descendente.
Comparación con Aristóteles y la Vigencia del Pensamiento Platónico
Ontología: La Naturaleza de la Realidad
Platón ve la realidad dividida en dos mundos: mundo sensible y mundo inteligible. El mundo inteligible es lo real y el mundo sensible es una copia imperfecta del mundo inteligible. Sin embargo, para Aristóteles solo existe un mundo y se trata del mundo sensible. Existen dos sustancias o seres. Lo real, para Aristóteles, es la sustancia primera, es decir, lo individual y concreto, a diferencia de las Ideas platónicas.
Gnoseología: El Origen del Conocimiento
Para Platón, fundamentalmente, el conocimiento está basado en la razón. Para él, las Ideas están en el alma y el camino del conocimiento es el recuerdo (*anámnesis*). Su método dialéctico es el ascendente y descendente, pues son las Ideas las que proporcionan el conocimiento verdadero. Para Aristóteles, todo su conocimiento se basa en la realidad material, los sentidos y la experiencia, por lo que era empirista. Para él, lo que podemos conocer, lo conocemos a través de los sentidos.
Antropología: La Composición del Ser Humano
La antropología de Platón es dualista: el alma es el principio del conocimiento y tiene tres partes, cada una con una virtud asociada. La de Aristóteles es monista. El ser humano está formado por cuerpo y alma, pero ambos forman una sola sustancia.
Ética: El Camino hacia el Bien
Para Platón existe un intelectualismo moral: quien conoce el Bien, realizará buenas acciones. Aristóteles considera que la virtud no solo es consecuencia de la inteligencia, sino también de la voluntad. El Bien supremo, que es la felicidad, se consigue por medio de la práctica de las virtudes.
Política: Modelos de Gobierno y Sociedad
Platón propone una utopía política. Para Aristóteles, existe el realismo político, donde analiza 148 constituciones y observa los hechos reales. Califica los gobiernos en función de su interés (común o particular). Busca la estabilidad, que se logra en una sociedad donde predomina la clase media.
La Influencia y Vigencia del Pensamiento Platónico
La influencia de Platón ha sido extraordinaria y perdura hasta nuestros días. Nos centraremos en tres aspectos clave de su legado: la importancia de la educación, el valor de las matemáticas y la relevancia del diálogo.
La Alegoría de la Caverna y la Realidad Virtual
Internet y las redes sociales guardan una sorprendente relación con la alegoría de la caverna platónica. Estas plataformas, aunque tecnológicamente avanzadas, pueden ser vistas como ‘sombras’ que nos impiden acceder a una realidad más profunda. En la actualidad, es crucial que nos ‘quiten las cadenas virtuales’ y nos impulsen a salir de nuestra ‘caverna digital’ para completar un proceso de educación y discernimiento crítico.
La Educación como Pilar Fundamental
La importancia de la educación, un pilar fundamental en la filosofía platónica, sigue siendo innegable. La escolarización obligatoria hasta los 16 años es un claro ejemplo de cómo la sociedad actual reconoce su valor. La educación es hoy un factor clave para el desarrollo de la personalidad y tiene como finalidad la formación de ciudadanos críticos y participativos en el sistema.
El Legado de las Matemáticas
Por otro lado, el valor otorgado a las matemáticas en la actualidad es innegable. La ciencia moderna, tal como la conocemos, se fundamentó al poder expresarse las magnitudes físicas en fórmulas matemáticas. El mundo contemporáneo sería impensable sin la aplicación constante de los principios matemáticos.
El Diálogo como Herramienta Filosófica y Democrática
Para finalizar, nos centraremos en el diálogo platónico, una herramienta que permite contraponer argumentaciones y alcanzar la verdad. Por ello, la filosofía y la democracia, en su esencia, van unidas.