El hombre como ser autónomo para para Kant

En resumen, el giro copernicano hace mención al hecho de que sólo podemos comprender el conocimiento a priori si admitimos que sólo conocemos los fenómenos y no las cosas en sí mismas 

REVOLUCIÓN COPERNICANA EN FILOSOFÍA

Revolución

En Astronomía

En Filosofía

Problema a explicar

el movimiento aparente de los astros

el conocimiento a priori

Antes de la “revolución”

la Tierra en el centro del Universo y el Sol girando a su  alrededor

el sujeto llega al conocimiento cuando se somete a las cosas;
 el sujeto es pasivo


Objeto  ————›
   Sujeto
 

Consecuencia

no se puede explicar el movimiento aparente de los astros

no se puede explicar el conocimiento a priori

Después de la revolución

el Sol en el centro del Universo y la Tierra girando a su alrededor

el sujeto impone  carácterísticas a las cosas que se van a experimentar; 
el objeto se pliega al sujeto en la experiencia de conocimiento
 

Sujeto   ————›
   Objeto
 

Consecuencia

se puede explicar el movimiento aparente de los astros

se puede explicar el conocimiento sintético a priori

Ética:Son materiales aquellas éticas que afirman que la bondad o maldad de la conducta humana depende de algo que se considera bien supremo para el hombre:
Los actos serán, por tanto, buenos cuando nos acerquen a la consecución de tal bien supremo, y malos cuando nos alejen de él. Las éticas materiales suponen que hay bienes, cosas buenas para el hombre, y determinan cuál es el bien supremo o fin último del hombre (el placer para Epicuro, la felicidad virtuosa para Aristóteles, etc.) Según cuál sea el bien supremo, la ética establece normas o preceptos con el fin de alcanzarlo.

            Toda ética material tiene contenido, en este doble sentido: 1) hay un bien supremo 2) se proponen los medios para alcanzarlo.

            Kant rechaza las éticas materiales, pues presentan deficiencias. En primer lugar, son empíricas, es decir, a posteriori. Su contenido está extraído de la experiencia. Esto impide que sus principios sean universales, pues sólo lo a priori puede serlo. En segundo lugar, sus preceptos son hipotéticos o condicionales. No valen absolutamente, sino sólo de modo condicional para conseguir un cierto fin. Esto impide también que sean universalmente válidas. Por último, son heterónomas. Es decir la voluntad es determinada a obrar de un modo u otro por el deseo o inclinación a algo (placer, por ejemplo)

            Visto lo anterior, Kant afirma que una ética que pretende ser universal y racional no puede ser material, ha de ser, por lo tanto, formal. La ética ha de estar vacía de contenido, es decir: 1) no debe establecer ningún bien o fin que haya de ser perseguido, y 2) no nos dice lo que hemos de hacer, sino cómo hemos de actuar.

            La ética formal se limita a señalar cómo debemos obrar siempre, se trate de la acción concreta de que se trate. Un hombre actúa moralmente, según Kant, cuando actúa por deber. El deber es, según Kant, “la necesidad de una acción por respeto a la ley” es decir, el sometimiento a una ley, no por la utilidad o la satisfacción que su cumplimiento pueda proporcionarnos, sino por respeto a la misma.

 epistemología: La filosofía crítica de Kant quiere establecer los fundamentos del conocimiento, de la razón como condición necesaria para fundamentar la acción humana, la ética y la política. Esta tarea la lleva a cabo en la obra “La crítica de la razón pura” (KrV) de 1781. Kant recibíó la influencia del Racionalismo, con el fundamento del conocimiento y la verdad desde el innatismo de la razón. Del Empirismo recibíó la experiencia como el inicio del conocimiento a través de las impresiones sensibles. Pero ambas desembocan respectivamente, en el dogmatismo y el escepticismo.  En la revisión del cómo conocemos y cómo actúa nuestro conocimiento, Kant lo estructura en tres partes: la sensibilidad, el entendimiento y la razón. La sensibilidad es la capacidad de recibir representaciones y ser afectados por los objetos; la estructura que organiza nuestra experiencia con las formas a priori del espacio y del tiempo, mediante la intuición empírica, es decir la conciencia de un objeto presente dado a un sujeto. Pero el conocimiento es intuición más concepto. Tenemos, pues, una segunda facultad llamada entendimiento. El entendimiento, es la capacidad de pensar lo dado en la intuición empírica. Como pensar es juzgar, necesitamos conceptos a priori llamados categorías. Kant retoma la doctrina de Aristóteles y establece cuatro Cantidad, Cualidad, Modalidad y Relación. Todo nuestro pensamiento está reflejado en los juicios que se derivan de las categorías Por ello puedo establecer juicios sobre fenómenos. Pero estas categorías no son aplicables a algo más allá de la experiencia. Estamos en la tercera parte de la obra de Kant, la razón donde veremos cómo funciona la metafísica. La razón nos muestra que al igual que se da la idea que algo aparece o se nos presenta fenómenos, hay algo que no aparece y a esto le llama nóumeno o “cosa en sí”. Luego si en la sensibilidad se muestra las intuiciones empíricas, el entendimiento muestra categorías, en la razón se muestran ideas. La idea es un concepto de la razón, que no se refiere a intuiciones empíricas, sino al Alma, Mundo, Dios como ideas trascendentales.

Los postulados de la razón son principios prácticos que funcionan como condiciones para que sea posible la vida moral. Son hipótesis teóricas que no constituyen un conocimiento teórico sinó un acto de fe racional, de tal manera que el hombre pueda creer en la posibilidad de alcanzar el bien supremo.

Son tres los postulados:

1. La inmortalidad del alma

El hombre ha de creer que es posible la adecuación entre la voluntad y la ley (santidad) a través de un progreso indefinido. Como la santidad no es realizable siendo finitos, se hace necesario suponer la existencia y permanencia indefinida de la persona: la inmortalidad del alma. Es una exigencia de la razón pura práctica que no puede ser demostrara racionalmente.

2. La existencia de Dios

La existencia de Dios permite conciliar la moralidad y la felicidad. Normalmente estamos divididos entre lo que debemos hacer (ley moral) y lo que deseamos o nos gustaría hacer (felicidad). Es más, actuar moralmente supone, en muchos casos, arruinar nuestra felicidad, por ser la virtud más esforzada y árida que el deseo.

Por este motivo, postulamos la existencia de una causa de la naturaleza que en sí armonice y contenga (como idénticas) la felicidad y la moralidad o virtud. Esta causa es Dios.

Dios garantiza la felicidad de un obrar virtuoso.

Como vemos, Kant no piensa que la existencia de Dios pueda ser demostrada racionalmente (es sólo una idea pura de la razón). Dios puede ser pensado, pero no conocido. Es la razón práctica la que nos conduce a presuponer su existencia como un ideal de la razón práctica. La religión proviene de la moralidad, no al revés. Y ésta moralidad es autónoma por encima de cualquier consideración.

3. La libertad

Ya habíamos visto que la libertad es la condición de posibilidad de la moralidad: sin libertad las obligaciones morales (el obrar o no conforme al imperativo categórico) no tendrían sentido . Se ha de suponer, por lo tanto que el hombre es libre, que puede vencer todos los obstáculos que le impidan cumplir la ley moral para conseguir la felicidad.

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