El arte y su influencia en la sociedad

Qué es lo bueno o qué es lo que se debe hacer: comienza el texto diciendo que el hombre sigue sin tener una concepción clara de lo que es el bien, o el deber, pero que a pesar de eso, el hecho de que muchos pensadores hayan reflexionado acerca de ello nos permite entender la importancia del asunto, pues tendremos que responder a todo lo que se ha pensado y a contrargumentar, a la vez que nos cuestionamos si nuestras ideas son preconcebidas y lo hemos adquirido asimilándolo sin darnos cuenta.


Si la belleza está ligada a las artes

Seguidamente nos dice el texto que se discute acerca de en qué consiste la belleza. A continuación nos dice el texto que la relación de la belleza con las artes es uno de los dilemas del estudio de la belleza. Sobre este tema ha reflexionado Platón, quien planteará que no hay que hablar de las cosas bellas, sino que hay que definir qué es lo bello, qué es la belleza. Con ello Platón es el primero en afirmar que la belleza es algo en sí. Y Platón sitúa la belleza como idea última, a la que se llega mediante el conocimiento dialéctico. Es, pues, otro nombre de la idea última, a la que también llama ‘Bien’, ‘Ser’, y ‘Uno’. Además, Platón establece grados de belleza. De menor a mayor: belleza del cuerpo, belleza del alma, belleza de las instituciones y leyes, belleza de los saberes y ciencias, la idea misma de belleza o belleza en sí.


Si la imitación artística contribuye a la educación de los individuos

Continúa el texto preguntándose si la reproducción artística favorece el aprendizaje de los humanos. Sobre esto han reflexionado Platón y Aristóteles. Por un lado, Platón condena muchas artes. Rechaza la poesía dramática porque esta desgracia lo más bajo del hombre: sus pasiones. Y condena las artes imitativas, porque hacen copias (las obras) de copias (las cosas del mundo sensible que son meras copias de las ideas). En Platón la belleza no es engaño, persuasión, pero sí lo es el arte. Platón desconfía de los artistas por su capacidad de seducción: producen placeres y quien controla los mecanismos de placer controla también, al menos en gran parte, la educación de los ciudadanos. Sin embargo, Aristóteles sostiene que de la imitación el ser humano obtiene tres beneficios: placer, conocimiento y purificación de las emociones penosas. Placer: porque el hombre tiende por su propia naturaleza a imitar cosas y acciones. Conocimiento: porque a través de la imitación aprendemos acerca de las cosas imitadas. Purificación: porque en el contexto inofensivo para el espectador del teatro, la tragedia hace posible que el espectador se purgue de las malas emociones. La tragedia provoca así una catarsis de las emociones.


Si el arte debe hacer posible un futuro más justo para todos

A continuación el texto nos afirma que se discute sobre si el arte puede contribuir a un futuro que sea mejor para todo el mundo. Así lo defienden las teorías éticas de inspiración hegeliana: Lukács: el arte refleja la lucha de clases que hay en la sociedad y tiene una función de progreso y también revolucionaria. E. Bloch: el arte es la conciencia del fin utópico que guía la historia de la humanidad hacia la emancipación. Marcuse: el arte expresa el ideal utópico de la sociedad, pero que la propia sociedad mantiene separado de sí misma. Esa separación debe superarla el arte.


Si el arte debe hacer que seamos capaces de atender a las cosas sin reducirlas a meros utensilios

Seguidamente nos plantea el texto si el arte es capaz de mostrarnos los objetos sin que nosotros los tratemos como meros instrumentos. El autor que pensaba esta cuestión es Heidegger quien dice que el ser de las cosas nos lo muestra el arte. La obra de arte no está hecha para ser gastada, consumida. Sino para que nos detengamos en su presencia: nos muestra las cosas dejándolas ser lo que son. En el arte, dejamos de ignorar las cosas (atendiendo solo a su valor utilitario) y hacemos habitable el entorno generando un conjunto de significados: un mundo. Entre las artes destaca la poesía esencial. Poesía esencial es la que, en lo que se dice, deja que se muestre el escabullirse de la verdad, es decir, la que muestra que en el fondo de todo lo que aparece hay algo que no llega a aparecer, que no llega a manifestarse. Y eso que no llega a aparecer hace que siga habiendo nuevas manifestaciones que constituyen distintas épocas.


Relación entre el arte y la irracionalidad

A continuación dice el texto que una de las preguntas propuestas para el debate es el vínculo entre el arte y lo irracional. En este debate cabe destacar a Schopenhauer y Nietzsche. Por un lado, Schopenhauer aborda este tema defendiendo que los fenómenos son apariencia, ensueño. La cosa en sí (la realidad) es la voluntad: una fuerza irracional. De la voluntad surgen todos los seres. En el ser humano la voluntad toma conciencia de sí misma: ella es deseo que nunca se sacia. Por eso es también sufrimiento y hastío. Y por eso, para que no haya sufrimiento la voluntad ha de renunciar a sí misma. Por otro lado, según Nietzsche a partir de la cultura griega, la historia, se puede explicar como la lucha entre dos principios. Dionisio: es el impulso creador, es la vitalidad, la ebriedad, la irracionalidad. Apolo: es la tendencia a dar forma a los impulsos, al orden, a la armonía, a la racionalidad. Según Nietzsche, desde Sócrates ha predominado lo apolíneo y él defiende que se recupere lo dionisíaco.


Si el arte es lo que crea nuestro mundo o lo que nos relaja

Sigue diciéndonos el texto que se debate acerca de si el arte es la base a partir de la cual se constituye nuestra realidad o es algo más bien calmante. Según Nietzsche el arte ayuda a intensificar la vida. Expresa la capacidad creadora de la existencia. Recordemos que según Nietzsche, todos son valores, metáforas, por tanto creaciones poéticas de las voluntades de poder. Por otro lado, según Schopenhauer, la voluntad no puede renunciar a sí misma mediante el conocimiento, porque este será preso de sus objetos (de lo que conoce); la voluntad solo puede renunciar a sí misma mediante el arte, especialmente en la música, porque esta muestra a la voluntad en su infinito fluir. Por ello el arte (especialmente en la música) es un calmante de la voluntad, que permite que renuncie a sí misma y que, por tanto, apaga el sufrimiento.


Conclusión

Finalmente nos dice el texto que quizá falte mucho tiempo para que el ser humano pueda responder a esas preguntas o que jamás lleguemos a encontrar la verdad. Pero en cualquiera de los casos es necesario que intentemos pensar en esas cuestiones que no podemos rechazar. Para ello es preciso darse cuenta de la complejidad de esos problemas y no caer en la autocomplacencia para no aceptar respuestas improvisadas que pueden llevar a la ignorancia.

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