El Empirismo: Fundamentos en la Ilustración
El empirismo surgió como una corriente filosófica fundamental en los siglos XVII y XVIII, en pleno auge de la Ilustración. Filósofos como Locke, Berkeley y Hume defendieron que el conocimiento proviene de la experiencia y rechazaron la idea de que la razón, por sí sola, puede dar certeza absoluta, como proponían los racionalistas. Según este enfoque, la mente humana es una tabla rasa en la que se imprimen las experiencias; por ello, todas las ideas son esencialmente copias atenuadas de las impresiones directas. De este modo, la razón se concibe como dependiente y limitada al mundo empírico.
Contexto Histórico, Filosófico y Cultural
En la Inglaterra de los siglos XVII y XVIII se vivió un profundo cambio sociopolítico. La Revolución Gloriosa de 1688 rompió con el absolutismo de otras partes de Europa, instaurando el parlamentarismo moderno y garantizando libertades políticas, económicas y religiosas que favorecieron a la burguesía y a la Iglesia anglicana. Este ambiente propició no solo el surgimiento del capitalismo sino también el desarrollo del pensamiento basado en la experiencia, elementos esenciales para la consolidación del empirismo.
David Hume: Perfil de un Filósofo Empirista
David Hume, nacido en 1711 en Edimburgo, se inclinó hacia la filosofía a pesar de haber sido encaminado hacia el derecho y el comercio por su familia. Su obra más destacada, el Tratado sobre la naturaleza humana (reformulado luego en la Investigación sobre el entendimiento humano), expone un escepticismo radical ante la posibilidad de obtener conocimiento sin recurrir a la experiencia. Aunque sus ideas le dificultaron el acceso a cargos académicos, su legado abarcó también la diplomacia y la historiografía, cerrando su vida en 1776 con una influencia perdurable en el pensamiento moderno.
Hacia una Nueva Ciencia del Ser Humano
En sus escritos, Hume propone la creación de una nueva ciencia fundamentada en la observación y el método experimental, en contraposición al método deductivo cartesiano. Para él, la ciencia del entendimiento humano debe centrarse en lo observable, eliminando abstracciones metafísicas que se alejan de la experiencia. Este enfoque busca erradicar falacias y establecer una base sólida para el conocimiento al limitarse exclusivamente al mundo fenoménico.
Conceptos Centrales en la Filosofía de Hume
Impresiones e Ideas: El Origen del Conocimiento
Una de las contribuciones más importantes de Hume es la distinción entre dos tipos de percepciones:
- Impresiones: Son las percepciones directas, vivaces y fuertes que recibimos a través de los sentidos.
- Ideas: Son copias más débiles y menos vívidas de estas impresiones.
Esta diferenciación implica que ninguna idea puede existir sin una impresión previa, lo que rechaza la idea de que existan conceptos innatos. Además, Hume clasifica las impresiones en dos grupos: las que provienen de la sensación directa y aquellas generadas por la reflexión sobre emociones y pasiones; y distingue entre ideas más estables (como la memoria) y las más volátiles (producidas por la imaginación).
Crítica Humeana a la Metafísica Tradicional
Hume extiende su análisis crítico a nociones fundamentales de la metafísica tradicional:
- El «yo» y la sustancia: A diferencia de Descartes, quien postulaba una sustancia pensante inmutable, Hume argumenta que el «yo» es simplemente una colección de percepciones en constante cambio. No existe una identidad fija, sino que la continuidad de la persona surge de hábitos y asociaciones de ideas.
- La causalidad: Aunque observamos secuencias de eventos, Hume muestra que no percibimos directamente una conexión necesaria entre causa y efecto. La creencia en la causalidad se basa en la costumbre y la repetición habitual, sin que exista una impresión empírica de esa conexión.
Hume frente al Racionalismo y el Idealismo
David Hume, como filósofo empirista, se distancia claramente de las corrientes racionalistas e idealistas, especialmente de pensadores como Platón y Descartes.
- Rechaza la existencia de ideas innatas, afirmando que todo conocimiento proviene exclusivamente de la experiencia sensible. Esto lo enfrenta directamente con Platón, quien considera que el conocimiento es una reminiscencia de ideas previas, y con Descartes, quien sostiene que las ideas innatas permiten demostrar la existencia de Dios.
- Niega la validez de las ideas abstractas que no tienen su origen en una impresión sensorial. Conceptos como la Idea platónica o la sustancia cartesiana carecen de significado para él, ya que no se basan en ninguna experiencia concreta. Según Hume, cualquier idea que no derive de una impresión es inválida.
- Invierte la jerarquía del conocimiento establecida por los racionalistas: mientras Platón y Descartes consideran que la razón es superior a los sentidos, Hume defiende que solo los sentidos nos permiten conocer la realidad. La razón, en su opinión, debe ser controlada por la experiencia, ya que sus abstracciones pueden alejarnos del conocimiento verdadero.
Impacto y Relevancia del Pensamiento de Hume
El empirismo, y especialmente las ideas de Hume, marcaron un antes y un después en la historia del pensamiento. Al centrar el origen del conocimiento en la experiencia y cuestionar conceptos tradicionales como el «yo» inmutable y la causalidad necesaria, se establecen las bases para una aproximación crítica y experimental en la filosofía y la ciencia moderna. Este legado invita a reconocer tanto los alcances como las limitaciones de la razón, subrayando la importancia de la observación empírica en la construcción del conocimiento.