Conocimiento sensible Kant

Teoría del conocimiento

Sensibilidad y entendimiento


Kant distingue en el hombre dos facultades o capacidades de conocimiento:
La sensibilidad y el entendimiento.
La sensibilidad, facultad por la cual las cosas nos son dadas, es intuitiva; siente de manera directa e inmediata; pero resulta pasiva o receptiva: recibe estímulos, se deja impresionar o afectar por algo exterior a ella. El entendimiento, facultad por la cual pensamos las sensaciones, es activo: produce espontáneamente representaciones por sí mismo; pero resulta discursivo, procede por pasos.

Intuiciones


Son los actos u operaciones de la sensibilidad Para Kan la intuición siempre es sensible, nunca intelectual. El ser humano, carece de una intuición intelectual de las cosas, que tendría las ventajas de una y otra facultad: sería inmediata y directa, como la sensibilidad, y activa, como el entendimiento. Las intuiciones se dividen en empíricas y puras.

Intuiciones empíricas


Son las sensaciones y percepciones, la experiencia sensorial causada por la realidad exterior. Esta experiencia se desintegraría en un caos si no estuviese unificada u organizada por las intuiciones que Kant llama puras.

Intuiciones puras


Son el espacio y el tiempo. Independientes de la experiencia, las intuiciones del espacio y del tiempo son condiciones que hacen posible la experiencia. No proceden de la experiencia, sino que la preceden, y se aplican a la experiencia, imponiéndole orden o estructuración.

El fenómeno


Es la unidad formada por las intuiciones empíricas y por las intuiciones puras;
Es la experiencia sensorial en el espacio y en el tiempo. El fenómeno no es la apariencia ni es la realidad: es algo que se manifiesta a la sensibilidad, un esto-aquí-ahora indeterminado, que todavía no ha sido pensado por el entendimiento.

Los conceptos


Son las operaciones o actos del entendimiento. Se dividen en dos clases: conceptos empíricos que en Kant no tienen importancia alguna, y conceptos puros o categorías.

Conceptos puros


Son doce conceptos básicos con los que organizamos la experiencia. Son formas vacías del entendimiento que proporcionan conocimiento si se aplican a la experiencia y se llenan con ella. No son imágines o representaciones de nada concreto, sino esquemas para la construcción del conocimiento partir de datos de experiencia. Gracias a estos conceptos, podemos entender los fenómenos, podemos pensar lo que sentimos y experimentamos. Con relación a la experiencia, las categorías, a nivel del entendimiento, cumplen el mismo papel que el espacio y el tiempo a nivel de la sensibilidad. Independientes de la experiencia –puro-, las categorías preceden a la experiencia –“a priori”- como condiciones que la hacen posible.

El objeto


Es lo que conocemos. Resulta de categorizar los datos de experiencia en el espacio y en el tiempo; resulta de pensar los fenómenos según esos conceptos puros o categorías. Kant también llama fenómeno al objeto de conocimiento.

Cosa en sí


Es la realidad misma, incognoscible, aunque pensable. Se distingue del objeto. Conocemos objetos, pero no las cosas en sí de la realidad, pues al intentar conocerlas, las modificamos con las estructuras de nuestra sensibilidad (espacio y tiempo)  y de nuestro entendimiento (categorías). Pero tiene sentido hablar de cosas en sí y pensar en ellas como estando detrás de los fenómenos, pues el fenómeno ha de ser siempre aparición o manifestación de algo: sería absurdo que hubiera fenómeno sin que nada se manifestara.

El yo como objeto y como cosa en sí


La teoría kantiana no hace ninguna excepción con el yo; el yo no gaza de ningún privilegio en relación con los demás objetos del conocimiento. Así, yo me conozco en la introspección como objeto fenoménico, no como cosa en sí; no me conozco como soy, sino como aparezco ante mí, como me experimento en el espacio y en el tiempo.

Teoría de la ciencia. Desde su teoría del conocimiento, Kant explica por qué las matemáticas y la física son posibles como ciencias. La matemática es posible por las formas “a priori” de la sensibilidad: la intuición “ a priori” del espacio hace posible los juicios sintéticos a priori de la geometría y la intuición “a priori” del tiempo hace posible los juicios sintéticos a priori de la aritmética. No debe confundirse la lógica con la matemática: la lógica es analítica, no amplía el conocimiento, y tiene que ver con el entendimiento y con los conceptos;
La matemática es sintética, amplía el conocimiento, y tiene que ver con la sensibilidad y las intuiciones, aunque a nivel puro o “a priori”, y no empírico.

La física es posible por los conceptos puros del entendimiento. Las categorías hacen posible los juicios sintéticos a priori de la física, sus primeros principios, sus leyes generales, ya que esos principios se derivan de ellas.

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