Conceptos Clave del Pensamiento Marxista y Ortega y Gasset

Dialéctica

Para Marx, la dialéctica es el proceso mediante el cual cambia la realidad histórica y social. Heredado de Hegel, este método se basa en el conflicto entre contrarios (tesis, antítesis y síntesis), pero Marx lo aplica al mundo material, no al pensamiento abstracto. Es una forma de interpretar la historia como un desarrollo continuo marcado por contradicciones internas, especialmente entre clases sociales.

Materialismo Histórico

Es la teoría marxista que explica la evolución de las sociedades a partir de sus condiciones materiales, sobre todo de los modos de producción. La historia humana no está guiada por las ideas o la religión, sino por las necesidades económicas y los intereses de clase. Los cambios en la base económica de una sociedad provocan transformaciones en su estructura social y política.

Praxis

La praxis es la acción práctica del ser humano que transforma el mundo. No es solo trabajar o actuar, sino intervenir conscientemente en la realidad para modificarla. La praxis tiene valor crítico y revolucionario, porque no se limita a contemplar el mundo, sino que lo cambia. Además, es el criterio último de verdad: si una idea no se puede aplicar en la práctica, carece de valor.

Alienación

Marx entiende la alienación como el proceso por el cual el trabajador se siente extraño frente a su trabajo, a los productos que genera y a sí mismo. En el capitalismo, el trabajo pierde su valor humano y se convierte en una imposición externa. Esta situación provoca también una alienación social (entre personas), política (con respecto al Estado) y religiosa (como consuelo frente a la miseria material).

Infraestructura

Es la base económica de la sociedad, compuesta por las fuerzas productivas (trabajo, tecnología, recursos) y las relaciones de producción (vínculos sociales según la propiedad de los medios). Esta infraestructura determina la organización general de la sociedad. Cuando cambia, arrastra consigo todos los demás elementos sociales.

Superestructura

Engloba los sistemas jurídicos, políticos, religiosos e ideológicos que surgen de la infraestructura económica. Aunque depende de la base material, la superestructura también puede influir sobre ella en una relación de reciprocidad dialéctica. No es un simple reflejo mecánico, sino un elemento activo en la transformación social.

Fuerzas Productivas

Son los elementos materiales y humanos que permiten producir bienes: recursos naturales, herramientas, conocimientos técnicos y fuerza de trabajo. Su evolución está ligada al desarrollo científico y técnico. Según Marx, a cada nivel de desarrollo de estas fuerzas le corresponde un tipo de organización social y política.

Relaciones de Producción

Son las formas en que los individuos se organizan para producir, intercambiar y distribuir bienes. Marx distingue relaciones técnicas (con las herramientas) y sociales (entre personas), y considera que estas últimas dan lugar a clases sociales: explotadores (propietarios) y explotados (no propietarios).

Trabajo

Es la actividad fundamental que define al ser humano. A través del trabajo transformamos la naturaleza y nos realizamos como especie. En una sociedad justa, el trabajo debería ser fuente de libertad y creatividad, pero en el capitalismo se convierte en una mercancía que causa alienación.

Plusvalía

Es la ganancia que obtiene el capitalista gracias al trabajo no remunerado del obrero. El salario del trabajador vale menos que lo que produce con su fuerza de trabajo, y esa diferencia es apropiada por el empresario. La plusvalía es la base de la explotación en el sistema capitalista.

Lucha de Clases

Es el motor de la historia según Marx. Toda sociedad se divide entre clases con intereses opuestos. El conflicto entre estas clases (dominantes y dominadas) es lo que provoca el cambio social. En el capitalismo, la lucha entre burgueses y proletarios debe llevar, tras una fase de dictadura del proletariado, a una sociedad sin clases.

Mundo

Para Ortega, el mundo no es simplemente lo que nos rodea, sino el conjunto de realidades que afectan al sujeto. El mundo se define por su relación con el yo: no es independiente ni neutro, sino una circunstancia que condiciona la vida. Vivir es estar en el mundo y reaccionar ante él desde nuestra situación concreta.

Circunstancia

Es todo aquello que rodea e influye en el sujeto: el entorno físico, social, cultural e histórico. Ortega afirma que el yo no existe de forma aislada, sino en relación con su circunstancia. “Yo soy yo y mi circunstancia” resume esta idea. No podemos separarnos de nuestro contexto vital; es en él donde vivimos, pensamos y decidimos.

Perspectiva

Cada persona ve el mundo desde su propia posición, lo que Ortega llama perspectiva. Esto no significa que la verdad sea imposible, sino que la verdad es el resultado de la suma de todas las perspectivas. Conocer es siempre ver desde un lugar determinado, y no hay conocimiento absoluto fuera de toda perspectiva.

Razón Vital

Frente a la razón pura de la ciencia moderna, Ortega propone una razón adaptada a la vida. La razón vital reconoce que el conocimiento debe partir de la vida concreta de las personas. No se trata de elegir entre el yo o el mundo, sino de entender que la realidad surge de su interacción: vivir es razonar desde la vida misma.

Ideas

Son pensamientos conscientes, elaborados y discutibles. Ortega distingue las ideas de las creencias porque estas últimas son más profundas y no suelen cuestionarse. Las ideas pueden cambiar, propagarse o debatirse, mientras que las creencias son estructuras de fondo que dan sentido a nuestra vida diaria.

Creencias

Son convicciones profundas que sostenemos sin darnos cuenta. No las formulamos ni razonamos, pero sobre ellas se apoya nuestra vida. Ortega afirma que “las ideas las tenemos, pero las creencias nos tienen”. Por ejemplo, no necesitamos pensar que los muros son impenetrables: actuamos como si lo supiéramos de forma natural.

Razón Histórica

Es un modelo de pensamiento que valora la historia como parte esencial del ser humano. Frente al cientificismo, que ve la razón como algo atemporal, la razón histórica muestra que la razón misma está condicionada por la historia. El conocimiento debe comprender los procesos y no solo los hechos estáticos: ver cómo las cosas han llegado a ser.

META

Ortega y Gasset rechaza la metafísica tradicional entendida como un sistema abstracto separado de la experiencia concreta. Propone en su lugar una “razón vital”, es decir, una forma de pensar que parte de la vida como realidad primaria e irrenunciable. La vida no es algo que se posea, sino algo que se vive desde dentro, en interacción constante con el entorno: “Yo soy yo y mi circunstancia”. Esta afirmación sintetiza su postura: el ser humano no puede desligarse de su contexto ni de su experiencia inmediata.

Nietzsche

Por su parte, realiza una crítica más radical: no solo rechaza la metafísica tradicional, sino que la destruye como una construcción decadente del pensamiento occidental. Niega la existencia de un “mundo verdadero” más allá del mundo sensible y afirma que las verdades eternas, los ideales y las esencias son invenciones de una mentalidad débil que busca consuelo. Para Nietzsche, estos conceptos metafísicos no solo son falsos, sino nocivos, porque niegan la vida.

Conclusión

Ambos filósofos critican la metafísica clásica, pero difieren en su respuesta. Ortega la sustituye por una filosofía centrada en la vida concreta y contextual, mientras que Nietzsche la dinamita desde una posición de ruptura total, basada en la voluntad de poder y la afirmación de la vida sin necesidad de justificación trascendente.

COONO

Ortega critica el racionalismo puro y el relativismo. Propone un perspectivismo vital e histórico: cada individuo aporta una visión parcial desde su circunstancia, que contribuye a una verdad más rica. Nietzsche también es perspectivista, pero más radical. Cree que la razón y la verdad objetiva son ficciones útiles creadas por motivos sociales o vitales, no verdades reales.

Conclusión

Ambos coinciden en el perspectivismo, pero Ortega cree en una verdad alcanzable desde múltiples visiones, mientras que Nietzsche considera que no existe ninguna verdad objetiva.

ANTRO

Ortega ve al ser humano como un proyecto: no tiene esencia fija, sino que construye su vida a través de elecciones dentro de una circunstancia concreta. Cada individuo debe realizar su proyecto vital en interacción con los demás y con el mundo. Esta vida no es solo individual, también es histórica y social: compartimos cultura, lenguaje y sociedad.

Nietzsche

Comparte la idea de que el ser humano no tiene una esencia fija, pero su visión es más dinámica y combativa. Plantea la evolución del ser humano a través de tres figuras simbólicas: el camello (sumisión), el león (rebeldía) y el niño (creación). El ideal es el superhombre, aquel que rompe con la moral establecida y crea sus propios valores en una vida auténtica y poderosa. Rechaza la antropología dualista (cuerpo/alma) y apuesta por una unidad vitalista.

Conclusión

Ambos filósofos niegan una naturaleza humana fija. Ortega defiende que el ser humano elige y construye su vida en función de su circunstancia y responsabilidad, mientras que Nietzsche defiende una transformación constante orientada hacia la creación de sí mismo como superhombre, en lucha contra lo establecido.

MORAL

Ortega propone una ética de la autenticidad: ser moral es ser fiel al propio proyecto vital. Vivir éticamente implica responsabilidad por las decisiones que tomamos, y esas decisiones deben ayudarnos a convertirnos en quienes realmente somos.

Nietzsche

Rechaza frontalmente la moral tradicional judeocristiana, a la que considera una moral de esclavos: valores impuestos por los débiles para controlar a los fuertes. En su lugar, defiende la moral de señores, basada en la afirmación de la vida, el poder y la creación de valores propios. Cada individuo debe inventar su moral si quiere vivir auténticamente.

Conclusión

Ortega defiende una moral basada en la fidelidad a uno mismo y la responsabilidad; Nietzsche apuesta por una ruptura total con los valores heredados y la creación individual de nuevos valores. Ambos comparten una crítica a la moral tradicional, pero divergen en el grado de ruptura.

POLI

Ortega critica la “rebelión de las masas” y defiende una élite intelectual que guíe a la sociedad. Cree en una aristocracia basada en la cultura y la responsabilidad. Nietzsche rechaza la democracia y el igualitarismo, defendiendo una élite de superhombres creadores de nuevos valores.

Conclusión

Ambos critican la masa y exaltan la élite, pero Ortega busca formar y educar a la sociedad, mientras Nietzsche apuesta por individuos excepcionales que rompen con ella.

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