Artículo 2: La Posibilidad de Demostrar la Existencia de Dios
Este artículo aborda si realmente se puede llevar a cabo la demostración de la existencia de Dios.
Respuesta:
Tomás se basa en la teoría de San Juan para afirmar que se puede llegar a la causa a través de los efectos, por lo que el principio de causalidad es la vía para demostrar, según Tomás, la existencia de Dios. Si hay un efecto, también habrá una causa que lo provoque. Al proceso que va desde el efecto hasta la causa se le llama “quia” o a posteriori. Mientras que hay otra demostración que se llama “propter quid” o a priori, que se basa en partir de la causa para llegar al efecto; asimismo, parte de Dios para demostrar su existencia (argumento ontológico de San Anselmo). Esta demostración es repudiada por Tomás.
Dificultades:
Primera dificultad:
Los antidialécticos dicen que no hace falta demostrar la existencia de Dios porque se trata de un dogma de fe y, por tanto, lo que es fe no necesita demostración.
Segunda dificultad:
Quienes se basan en que nuestro entendimiento es limitado y no asimila lo infinito, ya que Dios es lo infinito. Obviamente, no se puede partir de Dios para demostrar su existencia. A esto se le denomina “vía de negación” y dice que de Dios sabemos únicamente lo que no es; no es el mal ni sus manifestaciones (teología negativa).
Tercera dificultad:
Quienes dicen que es imposible demostrar que algo es infinito si se parte de lo finito; dicho de otra manera, si se parte de los efectos (lo finito), es imposible demostrar las causas (lo infinito).
Soluciones:
A los antidialécticos, Tomás les dice que la existencia de Dios no es un dogma de fe, sino algo a lo que se puede enfrentar la razón (preámbulo de fe).
Tomás utiliza la afirmación y dice que todo lo que percibimos como algo perfecto nos lleva a Dios, ya que él es la causa de esa perfección existente que nosotros somos capaces de percibir.
Frente a la tercera dificultad, Tomás dice que no conocemos con certeza la causa, pero sí conocemos que existe.
En resumen, dice que se puede demostrar la existencia de Dios partiendo de los efectos, lo que ha hecho.
Artículo 3: Las Cinco Vías para Demostrar la Existencia de Dios
Este artículo intenta demostrar mediante la razón la existencia de Dios.
Respuesta:
La respuesta la lleva a cabo mediante cinco vías:
1ª) Vía del cambio o del movimiento:
Se basa en los principios aristotélicos del movimiento (el movimiento es el paso de la potencia al acto). Lo que se mueve no puede ser la causa de su propio movimiento, ya que es movido por algo. La causa de ese movimiento es quien lo provoca. Si se recurre a una serie infinita de motores o actos, no existiría el movimiento porque no habría un primer principio; por lo tanto, ha de existir un primer motor que mueve sin ser movido: Dios.
2ª) Vía de la causalidad eficiente:
Todo lo que existe no puede ser causado por sí mismo. Si eliminas la causa, también eliminas el efecto. Si la serie de causas eficientes fuera infinita, no existiría una primera causa y, por lo tanto, tampoco existirían los efectos intermedios ni el efecto último que observamos. Pero existen efectos; por lo tanto, debe existir una primera causa eficiente incausada, a la que llamamos Dios.
3ª) Vía de la contingencia:
Lo que es pero puede dejar de ser es contingente. Decimos que es imposible que todas las cosas hayan existido siempre como contingentes, porque si en algún momento nada existió, ahora tampoco existiría nada. Pero existen cosas; por lo tanto, no todo es contingente. Debe existir algo necesario, cuya existencia no dependa de otro, y ese es Dios.
4ª) Vía de los grados de perfección:
Existe una gradación de perfección en las cosas, basada en su participación en el ser. Cuanto más ser tienen, más perfectas son. Pero esta gradación implica la existencia de un ser que es la causa de toda perfección, el ser máximamente perfecto por excelencia, y ese es Dios.
5ª) Vía de la finalidad:
Las cosas naturales, incluso las que carecen de conocimiento, actúan con un fin. Esto demuestra que son dirigidas por algo inteligente. El hombre actúa con un fin, pero su fin último es otorgado por alguien superior a él. Por lo tanto, debe existir un ser inteligente que dirija todas las cosas naturales hacia su fin, y ese es Dios.
Dificultades:
Primera dificultad:
Dios no existe porque existe el mal, y se supone que él es infinitamente bueno.
Segunda dificultad:
Se basa en el principio de parsimonia (la navaja de Ockham), que postula que no se deben multiplicar las entidades sin necesidad. Según esta objeción, la naturaleza basta para explicar la existencia de los seres naturales, por lo que Dios no es necesario y, por tanto, no existe.
Soluciones:
A quienes objetan la existencia de Dios por la existencia del mal, Tomás responde que el mal existe porque Dios permite ciertos males para obtener de ellos un bien mayor.
A quienes argumentan que Dios no es necesario para explicar la naturaleza, Tomás responde que Dios es la causa primera que otorga a la naturaleza su ser y sus operaciones; por lo tanto, la naturaleza por sí sola no basta para explicarse.
Con este artículo, Tomás concluye la demostración de la existencia de Dios.