Antología de Santo Tomás

Santo Tomás

S. XIII Escolástica tomista (que es y cómo se transite el mensaje)

Teoría del conocimiento en Santo Tomás

Unos de los mayores problemas a los que se enfrenta Santo Tomás es el de la contradicción que existe entre la verdad revelada y la verdad filosófica asumiendo a su modo la teoría de la doble verdad averroísta o de Averroes (filósofo árabe s.XII, musulmán creyente y monoteísta)

Santo Tomás defenderá la independencia de la razón respecto de la fe que el agustinismo identificaba “creo para entender, entiendo para creer”. Hay dos formas de alcanzar la verdad, racional y revelada, en contra del agustinismo.

No obstante, es posible conciliarlas distinguiendo tres tipos de verdad:

1. Verdades teológicas


. Aquellas que solo podemos conocer por revelación, son evidentes pero no para el hombre. Evidente: de forma clara a la mente. Verdades evidentes para Dios pero no para el hombre, como la Santísima Trinidad.

2. Verdades filosóficas


. Son solo accesibles a través de la razón. Como por ejemplo todas aquellas que se refieren a las leyes de la naturaleza.

3. Verdades teológico-filosóficas


. Son aquellas que han sido reveladas pero son accesibles por la razón. La primera verdad, Dios existe. Según Santo Tomás, Dios es una verdad revelada que se puede demostrar.

Las verdades que son teológicas o filosóficas dependiendo del modo al que accedemos a ellas. Para Santo Tomás hay una verdad, la revelada, pero hay dos vías de acceso: la fe y la razón, por lo que no puede haber incompatibilidad entre ellas, y sí la hay si llegamos a conclusiones opuestas a la fe, entonces habrá que revisar el razonamiento ya que es la razón la que se equivoca, no la revelación.

Convencido de la autonomía de la razón, el conocimiento para Santo Tomás consistirá en la investigación de la realidad a partir de las facultades de conocimiento y no de la revelación y/o de la Iluminación como en San Agustín. Para Santo Tomás o existen las verdades innatas, Santo Tomás va a ser el continuador del Empirismo aristotélico, hasta él o Averroes había dominado el platonismo en filosofía.

Santo Tomás à Aristóteles. Según Santo Tomás no habita el cuerpo, el alma es la que guarda la verdad.

No hay conocimiento innato, el conocimiento empieza con los sentidos y es desde éstos desde donde nos tenemos que elevar por abstracción a los conceptos universales elaborados por el entendimiento siguiendo el siguiente esquema:

Los sentidos captan el objeto sensible, concreto. “La especie sensible impresa”

Con los datos que proporcionan los sentidos, la imaginación elabora la imagen correspondiente “el fantasma o especie sensible expresa”

El entendimiento agente recibe esa imagen y desnudándola de todo lo que tiene de particular reconoce lo universal o esencial, “especie inteligible impresa o forma substancial”

Por último, el entendimiento posible o paciente elabora con los datos que le proporciona el intelecto agente el “concepto universal o especie inteligible expresa”

El entendimiento paciente es el que tiene la capacidad abstractiva y se denomina paciente porque está en potencia respecto a la especie impresa que recibe del entendimiento agente.

El intelecto paciente se encarga de combinar, relacionar, juzgar, negar, afirmar o comparar objetos para formar juicios universales que posibiliten el conocimiento científico. Además se ocupa de la conversión al fantasma o aplicación al concepto concreto del concepto universal. El entendimiento o conoce directamente a los seres concretos sino indirectamente a través de su conocimiento directo de lo universal.  

Ontología

Sigue a Aristóteles.

La reflexión ontológica de Santo Tomás gira en torno a lo que supone la idea cristiana de creación, término totalmente desconocido en el mundo griego y que en principio resulta incompatible con la tradición aristotélico-averroísta que defiéndela eternidad del mundo. En su obra Opúsculo “sobre la eternidad del mundo”, Santo Tomás sostiene que el concepto cristiano de creación no excluye de modo necesario la posibilidad de la eternidad del mundo. Si la causa del mundo (Dios) es eterna, ha podido causar desde la eternidad todo cuanto hay, Dios es acto puro, no está en potencia respecto a nada. Si es acto puro ha estado actuando desde la eternidad de modo que el mundo ha sido creado por Dios donde la eternidad, es eterna pero tiene principio. En cualquier caso la Idea de creación obliga a Santo Tomás a establecer con claridad la diferencia que existe entre Dios y sus criaturas, para ello se ve obligado a recurrir al platonismo, concretamente al del filósofo árabe Avicena (s. XI d.C.) A la distinción que Avicena hace entre seres contingentes y seres necesarios, distinción que lleva implícita la Idea de Creación, las criaturas son contingentes en tanto Dios es necesario.

Por contingente se entiende que es pero podría no ser, que no tienen en sí mismo su razón de ser, que debe su ser a otro, que es “ab allio” (desde otro) frente al ser necesario, por necesario se entiende que es y no puede no ser, ha sido siempre, es y será, que tiene en sí mismo su razón de ser , no debe su ser a otro, que es “a se” (desde sí mismo) o “per se” (para sí mismo). Como en el Ser de Parménides. De hecho Santo Tomás habla de la aseidad de Dios, Dios es el único ser necesario, luego Dios es el creador de todo cuanto hay. En él está precontenido todo, lo cual no puede significar ni que todo está en Dios (sería caer en el panteísmo) Para evitar caer en el panen o pante. Santo Tomás recurre a la distinción avicénica entre esencia y existencia. Por esencia entiende aquello que hace que una cosa sea lo que es y no pueda ser otra cosa. Por existencia se entiende la actualización de la esencia, la esencia es pura potencialidad capaz de llegar a existir mediante la recepción de la existencia, acto por el cual se actualiza, se hace actual. La forma está en potencia. En Aristóteles la forma está en acto. Según Santo Tomás esencia y existencia no coinciden, son realidades distintas ya que las criaturas son contingentes, la existencia les ha sido dada “por Dios” mientras en Dios, esencia y existencia coinciden. Idea que hace referencia y se apoya en el platónico Anselmo de Canterbury (s. XI) construye en el siglo II un argumento a favor de la existencia de Dios, un argumento deductivo.

Argumento ontológico de San Anselmo a favor de la existencia de Dios


Afirmaciones generales, todos los hombres tienen en su mente la Idea de Dios, incluso el necio, es el inculto o ignorante. Todos entendemos por Dios, el ser más perfecto que hay, aquel por encima del cual nada cabe pensarse.

¿Qué es más perfecto existir en la mente o en la mente y la realidad? En la mente y la realidad porque de no existir en la realidad y en la mente podría haber un ser más perfecto que Dios que existiera en la mente y la realidad y que por tato sería Dios. Dios necesariamente existe, no solo en la mente sino que también existe en la realidad.

1ª conclusión: Dios existe. 2ª conclusión: Dios existe necesariamente. Dios en esencia y existencia coinciden ___. Dios no puede no existir; esto es lo que le interesa a Santo Tomás. En Dios esencia y existencia coinciden, es un ser necesario y no debe su existencia a nadie, es radicalmente distinto de las criaturas, pero en él está precontenido todo, puesto que en su mente se hallan  las esencias arquetípicas y ejemplares, Aristóteles lo llama formas y Platón Ideas. La creación consiste en la actualización por parte de Dios, de una forma que se halla en su mente y de la cual participa la criatura que llega a ser. En Santo Tomás recupera el concepto platónico de participación ontológica, de sus textos se deduce que por participación podemos entender que se tiene de forma limitada, particular e imperfecta algo que en Dios se encuentra de modo total, ilimitado y perfecto. Podemos entender también que el objeto participante posee junto a sí una forma añadida y que por tanto es un compuesto de materia y forma. Con independencia de cómo debemos interpretar la participación, de ella concluye Santo Tomás que es posible ___ del participante a lo participado por un proceso abstractivo, proceso que en Santo Tomás permite demostrar racionalmente la existencia de Dios.

Teología tomista (Coincide con la metafísica aristotélica)

A través de su obra, Santo Tomás afirma que en las enseñanzas de su sagrada escritura (la Biblia) existe el misterio y lo indemostrable pero también lo inteligible y lo demostrable. Distingue dos teologías que siendo específicamente diferentes pueden concordar y complementarse.

Teología revelada


. Parte de las verdades de la fe, que son indubitables, se apoya en la creencia y lo que busca es llegar a la comprensión y clasificación del dogma sin desvirtuar.

Teología natural


. Busca el conocimiento de lo divino pero al margen de lo ya dado, al margen de la revelación, partiendo para ello de la razón. El primer problema es si existe Dios.

Hay una tercera teología:

Teología esencial


. Cuyo objetivo es el estudio de la naturaleza o esencia de Dios.

La teología natural supone el conocimiento de la filosofía de Santo Tomás, es la parte de la filosofía que elabora con mayor profundidad y en la que demuestra su originalidad como pensador. Santo Tomás admite que Dios no es lo primero en el orden del conocimiento aunque esté convencido de que lo es en la revelación y en el orden del ser. El conocimiento comienza en los sentidos y para éstos la existencia de Dios no es evidente, por eso habrá que llegar a su conocimiento partiendo de lo que se nos presenta de forma más inmediata, las criaturas, cosas creadas.

Partiendo de la creación Santo Tomás constituye cinco argumentos, las llamadas vías tomistas son argumentos inductivos que comparten la misma estructura:

1.  Observación de hechos

2. Exposición de un principio metafísico

3. Negación de la posibilidad de llevar el proceso a lo infinito

4. La conclusión

Las cinco vías se apoyan en el modelo de argumento que usa Aristóteles y son:

1ª: Movimiento


. Si observo la realidad veo que las cosas están en movimiento o cambio pero para que algo se mueva ha de recibir el movimiento de un motor que a su vez ha recibido movimiento de un motor que a su vez debe su movimiento a uno anterior, así hasta el infinito “ad infinitum” tenemos entonces una serie infinita de motores movidos lo que no es posible porque la serie ha de tener un principio, por lo que tiene que existir un primer motor, motor inmóvil que dotando a la serie de movimiento, no se mueva, Dios.

2ª: Causalidad


. Vemos que en este mundo sensible existe un orden de causas eficientes; pero no vemos ni es posible que algo sea causa eficiente de sí mismo, porque de lo contrario sería anterior a sí mismo, lo cual es imposible. Ahora bien, no es posible que en el orden de causas eficientes se proceda hasta el infinito… Luego es necesario suponer una causa eficiente primera, que todos llaman Dios.

3ª Contingencia


. Nos encontramos con cosas que tienen posibilidad de existir y de dejar de existir, pues algunas se engendran y se corrompen. Ahora bien, lo que tiene posibilidad de no existir alguna vez no existe. De ahí que si todas las cosas tuviesen esa posibilidad de no existir, alguna vez no habría existido nada, y por consiguiente ahora tampoco, pues de la nada no procede nada. Pero dado que ahora existe algo, es que no todas las cosas tienen posibilidad de existir y de no existir, que algo ha de ser necesario, y esto, en última instancia, es Dios.

4ª Perfección o grado de ser


. Encontramos en este mundo cosas más o menos buenas, más o menos verdaderas, más o menos nobles, y otras cualidades así. Ahora bien, el más y el menos se dicen de cosas diversas según la diversa aproximación a lo que es máximo en ese orden. Por eso ha de haber algo que sea óptimo, nobilísimo, máximamente verdadero y, por consiguiente, máximo ser. Y como lo que es máximo en un género es causa de todo lo que se contiene bajo ese género, ha de haber un máximo ser causa de la bondad, de la verdad, de la nobleza y de las demás cualidades por el estilo; y este es Dios.

5ª Finalidad


. Vemos que algunas cosas que carecen de conocimiento, esto es, los cuerpos naturales, obran con intención de fin… Ahora bien, las cosas que no tienen conocimiento no tienden a un fin si no son dirigidas por algún cognoscente e inteligente. Luego existe algún ser inteligente que dirige todas las cosas naturales a un fin; que es lo que llamamos Dios.

A pesar de su apariencia probatoria, tanto Hume como Kant criticarán estos argumentos sosteniendo que no hay motor alguno en la naturaleza para terminar o suspender la serie de motores movidos, causas causadas, acaban en un punto determinado, solo lo habría si previamente y de forma tácita se admite que el mundo no es infinito sino creado. Introducimos una tesis de la teología revelada, no de la natural.

Teología esencial


. Una vez demostrada la existencia de Dios podemos intentar determinar sus atributos, para lo cual Santo Tomás propone tres vías:

1. Vía afirmativa . Consiste en afirmar en Dios todo lo que de positivo observamos en su creación

2. Vía negativa . Consiste en negar en Dios todo lo que de negativo observamos en su creación

3. Vía de la eminencia


. Consiste en atribuir a Dios en grado sumo todas las perfecciones que encontramos en su creación.

Antropología tomista

Del mismo modo que las vías tomistas se apoyan en el argumento usado por Aristóteles para demostrar ___ del primer motor, la antropología tomista aunque subordinada a la teología cristiana, aplica al hombre la teoría hilemórfica de modo que la naturaleza humana es un compuesto de materia 1ª y forma substancial, el alma. La ___ tomista a cerca del alma difiere de la tradicional en la Escolástica de origen platónico-agustiniano, porque el alma de Santo Tomás ni está en el cuerpo como en una cárcel ni habita, sino que el alma configura la materia informándola directamente, dando lugar a un ser único, no dual en el que la unidad cuerpo-alma es substancial, el alma confiere al hombre todas sus determinaciones, tanto su corporeidad como su operatividad sensitiva, vegetativa e intelectiva. El alma da forma al cuerpo. Al morir el cuerpo, deja de estar informado por el alma y se corrompe, dejan entonces de actuar las operaciones sensitivas, vegetativas e intelectivas. El cuerpo también pertenece a la esencia del hombre, pero siendo así ¿cabe hablar de la inmortalidad del alma? Si el mismo se que reacciona deja de hacerlo, muere. Santo Tomás afirma que el alma es incorruptible y por tanto, inmortal. La razón es que el alma es una forma subsistente, espiritual, capaz de conocer la existencia de las cosas, si fuera material solo podría conocer aspectos concretos de los objetos, sin embargo, sabemos que el alma conoce universales. Además, el alma tiene un deseo natural de persistir, deseo que al ser implantado por Dios no puede ser vano, dicho deseo se concreta en el movimiento de la criatura racional hacia Dios, fin último de la existencia humana, porque la contemplación divina es lo que proporciona al hombre felicidad.

Ética tomista

Santo Tomás afirmará que el fin último de la vida humana es la contemplación intuitiva de Dios, como Aristóteles, está convencido de que el hombre tiende por naturaleza a la consecución de la felicidad (eudaimonismo ético) pero en Santo Tomás ésta consiste en la bienaventuranza o visión directa de Dios. La felicidad propuesta por Aristóteles, piensa Santo Tomás es imperfecta porque puede alcanzarse en esta vida, se trata de una felicidad basada en la contemplación racional, filosófica de un principio metafísico abstracto. (Primer motor) La felicidad que propone Santo Tomás es perfecta porque incluye la visión beatífica de Dios, es decir, un ver a Dios y un conocerle como él es, eso sí, por obra y gracia del mismo Dios. La visión beatífica de Dios es un don divino. Dios es el gran ordenador del universo que ha infundido una ley en cada ser, su ley natural, manifestación de la ley eterna que está en Dios. El concepto de ley natural Santo Tomás la toma de los estoicos, por ley entiende el precepto de la razón dirigido al bien, distingue tres formas de leyes:

1. Ley eterna


. Producida por la razón divina está en Dios, rige la totalidad del universo  puesto que está en la razón divina, puede ser conocida parcialmente como ley natural por el hombre que recibe su capacidad racional de Dios. Toda norma de la razón humana deriva de la ley eterna.

2. Ley natural


. La que Dios infunde en cada criatura, es evidente universal e inmutable. Coincide con las leyes físicas en los seres no inteligentes y con la ley moral en los seres inteligentes, la ley moral es reflejo de aquella parte de la ley eterna que hace referencia a la conducta humana.

3. Ley humana positiva


. Constituye el conjunto de disposiciones particulares descubiertas por la razón humana, no puede ir nunca contra la ley natural.

La existencia de la ley natural y la ley eterna no anula la libertad humana, el hombre como ser libre puede no seguir la ley natural (Estoicos) Del hombre depende la elección y aunque su disposición natural es la de perseguir el bien para alcanzar la felicidad, la limitación de su entendimiento puede llevarle a elegir la opción menos adecua. No obstante, la conducta humana se rige por la conciencia y por la virtud.


Conciencia

Acto por el cual aplicamos los principios morales a lo que hacemos.


Virtud

Disposición estable para hacer lo correcto, el bien. La naturaleza de la virtud no es una manera de ser, sino una forma de obrar, basada en el hábito y conjuga la gracia divina con el justo medio aristotélico. Como Aristóteles, Santo Tomás reconoce la existencia de tres afecciones del alma:

– Facultades o potencias. Capacidades en virtud de las cuales nos afecta las pasiones.

– Pasiones. Impulsos, sentimientos o emociones acompañados de placer o de dolor que nos afectan en un sentido u otro.

– Hábitos o costumbres. Nos llevan a comportarnos bien o mal respecto a las pasiones; si nos comportamos bien seremos mesurados, si nos comportamos mal seremos desmesurados. La virtud es la mesura.

Son hábitos que se adquieren por la repetición y el ejercicio, ni son innatos ni se adquieren a través del conocimiento. La virtud no perteneces al ámbito de la episteme, sino de la doxa, porque no hay un único bien, sino que el bien es múltiple y polifacético, es algo peculiar en cada caso y no un concepto común, genérico como la idea platónica, la virtud es el natural obrar del hombre que busca su perfección, su felicidad y puesto que el hombre es un ser racional cuya naturaleza específica consiste en pensar y en querer, es posible distinguir dos grandes grupos de virtudes:

– Dianoéticas. Dependientes de la razón discursiva.

– Éticas. Propias de la razón práctica.

¿De la costumbre? El ejercicio adecuado de la actividad intelectual nos dota de las virtudes dianoéticas, todas aquellas que están relacionadas con la capacidad de reflexión y deliperación, aquellas que nos dicen como es el mundo y cómo explicar ese conocimiento de la forma más adecuada, las virtudes dianoéticas de Santo Tomás son las mismas que las de Aristóteles:

1. “Sophia” Sabiduría o comprensión contemplativa y abstracta de la realidad

2. “Episteme” Ciencia o conocimiento objetivo de aquella que es universal y necesario, por tanto, demostrable

3. “Nous” Inteligencia intuitiva o habilidades para captar los principios más generales o axiomas de la ciencia

4. “Techne” Técnica o arte de saber hacer o producir de manera racional

5. “Phrónesis” Prudencia, razón práctica o juicio que nos permite aplicar los principios racionales o generales o cualquier tipo de situación, nos ayuda a reconocer los medios que nos acercan al bien y la forma de llevarlos a la práctica, entre las virtudes éticas nos encontramos la templanza, la fortaleza, amabilidad, honestidad, etc.. La virtud consiste entonces en decantarse por el justo medio atendiendo a nuestra naturaleza y a lo que haría un hombre prudente y juicioso (Aristóteles)

Política tomista

Santo Tomás introduce en su ética la idea o concepto de ley natural, no solo para garantizar la universalidad de la ley moral sino para garantizar, para asegurar que las leyes humanas sean las mismas para todos los hombres, la ley natural viene a garantizar la igualdad entre los hombres, y por tanto, su igualdad ante la ley. Cuando la ley humana no es justa, es desigual, se debe a una mala interpretación de la ley natural. Santo Tomás está convencido, como Aristóteles, de la sociabilidad intrínseca del ser humano, el hombre es por naturaleza un ser político, social, es por tanto en sociedad como alcanza la perfección, el Estado es una institución natural al servicio del bien común, es una sociedad perfecta, entendiendo por ello aquella sociedad que cuenta con todos los medios necesarios para la consecución de los fines humanos. El Estado es el que puede garantizar la paz, así como la existencia de un gobierno que coordine las actividades humanas y satisfaga adecuadamente las necesidades de la vida, esta autonomía del Estado no alcanza a los fines sobrenaturales, patrimonio de la iglesia; es a la iglesia a quien debe subordinarse el Estado en estos asuntos y es que las leyes positivas del Estado son legítimas y obligatorias cuando respetan la ley eterna y las leyes naturales que tratan de adaptar la ley eterna a las circunstancias particulares de la vida, las leyes del Estado son ilegitimas y deben ser conculcadas cuando no respeten la ley eterna y la ley natural.

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