Santo Tomás de Aquino: Las Cinco Vías y la Armonía entre Razón y Fe

La Escolástica y la Síntesis entre Razón y Fe

Durante la Edad Media, la Escolástica se enfrentó al objetivo de armonizar la razón filosófica con la fe cristiana. Desde los primeros siglos, los pensadores cristianos acudieron a la filosofía para explicar las verdades reveladas, inicialmente influidos por Platón. Sin embargo, el gran cambio llegó con la recuperación de la obra de Aristóteles gracias a traducciones árabes y latinas. Aunque el aristotelismo de Averroes fue rechazado por la Iglesia por considerarse incompatible con los dogmas cristianos, Tomás de Aquino consiguió integrarlo en una visión plenamente cristiana. Esta síntesis es lo que se entiende por filosofía cristiana: una filosofía que usa la razón para aclarar verdades que también pertenecen a la fe.

El Conocimiento de Dios y los Preámbulos de la Fe

Tomás afirma que la existencia de Dios no es evidente para nosotros, a pesar de ser una verdad evidente en sí misma. Por ello es necesaria una demostración racional. Esta demostración pertenece a los llamados preámbulos de la fe, verdades que la razón puede alcanzar sin necesidad de la revelación. Pero para demostrar la existencia de Dios hay que seguir el método adecuado: el que sostiene Aristóteles, según el cual todo conocimiento comienza con los sentidos. El ser humano no puede partir de la esencia divina, que es desconocida, sino únicamente de los efectos que esta causa primera deja en el mundo.

Tipos de Demostración: A Priori y A Posteriori

Tomás distingue dos tipos de demostración:

  • A priori (propter quid): de la causa al efecto.
  • A posteriori (quia): del efecto a la causa.

La existencia de Dios solo puede demostrarse a posteriori. Por eso rechaza la prueba ontológica de San Anselmo, que pretendía derivar la existencia de Dios de la idea de un ser perfecto. Para Tomás no se puede incluir la existencia dentro de la definición de algo.

Las Cinco Vías de Santo Tomás de Aquino

Como alternativa, propone las cinco vías, que comparten una misma estructura lógica:

  1. Parten de un hecho observable del mundo.
  2. Aplican el principio de causalidad.
  3. Afirman que no puede haber una regresión infinita de causas.
  4. Concluyen que debe existir una causa primera, identificada como Dios.

Primera vía: El movimiento

Se basa en el hecho de que todo lo que se mueve es movido por otro. Nada puede pasar de la potencia al acto por sí mismo, como enseña Aristóteles. Si no hubiera un Primer Motor inmóvil, no habría movimiento en absoluto.

Segunda vía: Las causas eficientes

Todo lo que existe tiene una causa que le da el ser. No es posible una cadena infinita de causas eficientes, porque entonces nunca habría comenzado el proceso de causación. Debe existir una Causa Incausada, origen de todas las demás.

Tercera vía: La contingencia y la necesidad

En el mundo encontramos seres contingentes: existen, pero podrían no haber existido. Si todo fuera contingente, habría habido un momento en el que nada existiera. Y de la nada, nada surge. Por tanto, debe existir un Ser Necesario, que no recibe su existencia de otro y que fundamenta la existencia de los seres contingentes.

Cuarta vía: Los grados de perfección

Observamos diversos grados de perfección en las cosas: unas son más buenas, verdaderas o nobles que otras. Todo grado presupone un máximo que sirve de medida. Por ello debe existir un Ser Perfectísimo, causa de toda perfección.

Quinta vía: El orden del mundo o finalidad

Los seres naturales actúan orientados a fines, incluso sin poseer inteligencia. Esta conducta finalista no puede explicarse sin una inteligencia ordenadora. Por tanto debe existir un Ser Inteligente que dirige todas las cosas hacia su fin: Dios.

Conclusión: La Integración de la Filosofía Cristiana

Finalmente, Tomás responde a las objeciones de la Suma Teológica: el mal no excluye la existencia de Dios, y las causas naturales no bastan para explicar el orden del universo. Sus vías muestran que la razón puede llegar a Dios como causa primera del ser, del movimiento y del orden del mundo.

En conclusión, Santo Tomás de Aquino demuestra que la existencia de Dios puede ser conocida por la razón mediante demostraciones a posteriori basadas en la experiencia. Sus cinco vías muestran que el movimiento, la causalidad, la contingencia, los grados de perfección y el orden del mundo exigen una causa primera, que identificamos con Dios. Así, Tomás logra armonizar fe y razón, estableciendo una filosofía cristiana fundamentada racionalmente.

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