Platón y la Alegoría de la Caverna: Conceptos Fundamentales para Comprender su Filosofía

Encadenados

Expresión que alude a quienes viven prisioneros en la caverna. Por ello, Platón también llama a la caverna «prisión». Esta imagen representa a quienes viven en la ignorancia al opinar que los seres sensibles inferiores (sombras) son lo real. Es la situación de los hombres antes de su educación.

Cadenas

Las cadenas representan los hábitos y prejuicios que el hombre adquiere desde el nacimiento como consecuencia de su carácter corpóreo y que le impiden conocer lo inteligible. Al nacer, el alma olvida lo que ha conocido en su vida celeste y, por la acción del cuerpo en el que se aloja, se acostumbra a valorar que lo conocido por los sentidos es lo real. Para superar esa opinión, tiene que liberarse del «encadenamiento» al que el cuerpo y sus sentidos la someten, y que le impiden conocer del modo que naturalmente le corresponde, mediante la inteligencia. Esa liberación se consigue gracias a la educación.

Utensilios y Figurillas

Según la alegoría de la caverna, los dos tipos de objetos que transportan quienes pasan detrás del tabique. Los «utensilios» representan a los seres artificiales. Las «figurillas», a los seres naturales, incluido el cuerpo humano. Ambos forman el tipo superior de seres sensibles.

Ignorancia

Es el estado en que se encuentran aquellos hombres que consideran a los sentidos como fuente de conocimiento verdadero.

Forzado

Expresa la necesidad de obligar al prisionero para que inicie la deshabituación de la vida que ha llevado (estar sentado y encadenado mirando sombras) y conozca otros seres. Esta imagen representa la necesidad de forzar al hombre para que avance en su educación.

Sufriera

Según la alegoría de la caverna, el prisionero sufre al levantarse y girarse porque está acostumbrado al inmovilismo. Una vez en el exterior, su sufrimiento, lejos de atenuarse, se acrecienta. Esta imagen representa el sufrimiento asociado al proceso educativo. Este es básicamente un proceso de liberación del alma, liberación dolorosa porque implica luchar contra los hábitos y la tendencia del cuerpo a considerar que la realidad es lo que ofrecen los sentidos y perseguir solo lo que le produce placer. Por ello, el sufrimiento aumenta cuando se trata de conocer lo inteligible.

Tenerla en Vista: La Dialéctica Platónica

Este proceso educativo de ida y vuelta del hombre liberado simboliza la dialéctica, concepto que usa Platón con varios sentidos:

  • Sentido Amplio

    Proceso de conocimiento con dos fases. Primero, el camino de ascenso de lo sensible a lo inteligible. Incluye el proceso educativo por el que se superan los distintos niveles de conocimiento. Este es el sentido que tiene en la alegoría de la caverna. Así, la dialéctica permite pasar primero de la multiplicidad de lo sensible a la multiplicidad de las Ideas, y después a las Ideas superiores que las unifican hasta llegar a la Idea del Bien, último principio unificador. Tras llegar a la Idea del Bien se inicia el proceso de descenso: en la alegoría de la caverna está representado por el camino de vuelta del prisionero. El filósofo que ha conocido el Bien vuelve a educar a los otros, es decir, la dialéctica lleva al compromiso. En este camino se reconoce el verdadero lugar que corresponde a cada tipo de conocimiento, y se reconocen las relaciones de dependencia entre los seres.

  • Sentido Estricto

    Ciencia dialéctica, la filosofía con la que se alcanza la sabiduría, el conocimiento de la Idea del Bien.

El Camino del Alma: Educación y Conocimiento en Platón

Este ascenso representa la educación del futuro filósofo hasta llegar a la contemplación de la Idea del Bien (representado en el mito por el sol). Es el paso de la ignorancia (la opinión de que lo sensible es lo real, las sombras) al conocimiento más elevado (estudio supremo, el sol). Solo los filósofos recorren ese camino completo; por eso los filósofos son los llamados a gobernar en el sistema político que desarrolla Platón. El resto, al quedarse en estadios intermedios, debe dejarse regir por los conocedores del Bien. La educación ocupa un lugar central en el Estado ideal porque mejora a los ciudadanos. Quienes conozcan el Bien, obrarán bien (intelectualismo moral), por eso solo una educación que enseñe qué es el Bien, mejorará a los ciudadanos. Por la misma razón, solo los conocedores del Bien, los filósofos, serán buenos gobernantes. La educación es un ejercicio en el que el maestro guía al hombre para que con sus capacidades recuerde por sí mismo la verdad que ya tiene en sí (innatismo). Por ello, la educación es «el arte de volver la capacidad de conocer del alma del modo más fácil y eficaz» para que conozca lo que es. Esa concepción se opone a la concepción sofista, que entiende la educación como un proceso por el que el maestro «transmite» unos contenidos y técnicas.

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