Contexto Histórico y Sociopolítico de René Descartes
René Descartes fue un influyente filósofo francés del siglo XVII, cuya vida y obra se desarrollaron durante el Antiguo Régimen. Este periodo estuvo marcado por profundas transformaciones:
- Ámbito Político: Se consolidó el triunfo de la monarquía absoluta sobre el poder de los señores feudales, un proceso que culminaría en el absolutismo. Paralelamente, el feudalismo convivía con el incipiente capitalismo comercial, lo que propició el progresivo ascenso de la burguesía.
- Ámbito Religioso: Tras la Reforma Protestante del siglo XVI, la Iglesia Católica respondió en el siglo XVII con la Contrarreforma. Esta ruptura religiosa, junto con sus implicaciones políticas, provocó la devastadora Guerra de los Treinta Años, conflicto en el que el propio Descartes participó.
- Cambio de Paradigma: Se produjo una notable exaltación del antropocentrismo. El individuo se convirtió en el objeto preferente de conocimiento, y la razón humana pasó a ser la fuente primordial de certeza, desbancando a la fe y a la revelación.
- Revolución Científica: El triunfo de la Revolución Científica, impulsada por figuras como Copérnico, Kepler y Galileo, supuso el cuestionamiento radical de la física aristotélica y la reivindicación de la importancia de las matemáticas para comprender la naturaleza.
El Contexto Filosófico y la Duda Cartesiana
Desde el punto de vista del contexto filosófico que influyó en Descartes, es fundamental señalar que durante la Baja Edad Media había predominado, al menos en la Europa continental, la escolástica, una corriente centrada en el estudio de Dios, el alma y el mundo. Descartes conoció esta tradición, pero la rechazó debido a la gran cantidad de contradicciones que presentaba, proponiéndose encontrar una nueva base sólida para los tres temas metafísicos clásicos.
Posteriormente, en el Renacimiento, emergió la figura de Michel de Montaigne, un filósofo francés caracterizado por su profundo escepticismo. Su pensamiento influyó en Descartes, aunque de manera limitada, puesto que Descartes aceptó la duda no como un fin, sino como un punto de partida metódico para erradicar cualquier error de la filosofía y alcanzar la verdad absoluta.
Así llegamos al siglo XVII y al crucial debate entre racionalistas y empiristas. Descartes es uno de los principales representantes de la corriente racionalista, que se caracteriza por la convicción de que nuestros conocimientos verdaderos de la realidad tienen su origen y fundamento en la razón. Esta facultad descubre en sí misma verdades completamente evidentes, denominadas ideas innatas, a partir de las cuales se deduce el resto de las verdades. Para el racionalismo, el conocimiento, por tanto, no tiene límites.
La Metafísica Cartesiana: Las Tres Sustancias
A partir de la verdad indudable del cogito («pienso, luego existo»), Descartes logró deducir la existencia de tres realidades fundamentales: el «yo» (el alma), Dios y los cuerpos materiales. A estos tres elementos, considerados genéricamente, los denomina sustancias.
Para Descartes, una sustancia es todo aquel ser que percibimos con claridad y distinción y que no necesita de ninguna otra cosa para existir, excepto de Dios. En este sentido, identifica tres tipos de sustancias:
- Sustancia Pensante (Res Cogitans): El Alma o «Yo»
- Atributo esencial: El pensamiento. Es lo que nos permite conocer la existencia del alma.
- Características: Es indivisible, inmortal y el ámbito de la libertad humana.
- Sustancia Extensa (Res Extensa): Los Cuerpos Materiales
- Atributo esencial: La extensión (ocupar un lugar en el espacio). Es lo que nos permite conocer lo material.
- Características: Es mensurable y en ella rige el mecanicismo. Su ámbito de estudio es la física.
- Relación: El alma y los cuerpos materiales son independientes y no se necesitan el uno al otro para existir.
- Sustancia Infinita: Dios
- Atributo esencial: La infinitud.
- Función: Para Descartes, Dios es la garantía de que a las ideas claras y distintas sobre el mundo les corresponde una realidad extramental. Es la sustancia primera y fundamental de la que dependen las otras dos.
Es importante señalar que no podemos percibir las sustancias directamente, sino que lo hacemos a través de sus atributos, que son las cualidades o propiedades esenciales de la sustancia. Un atributo no puede existir por sí mismo, sino que necesita de la sustancia para existir.
La Física Cartesiana: Mecanicismo y Cualidades
Para Descartes, Dios no solo es una sustancia infinita, sino también la garantía de que a las ideas claras y distintas sobre el mundo les corresponde una realidad extramental. Sin embargo, Dios no garantiza que a todas las ideas les corresponda una realidad objetiva. En este sentido, Descartes distingue dos tipos de cualidades en las cosas:
- Cualidades Primarias: Son aquellas que se pueden medir y expresar matemáticamente, como la extensión, el movimiento y la figura. El conocimiento del mundo sensible se limita a las ideas claras y distintas de estas cualidades, que existen objetivamente en los cuerpos.
- Cualidades Secundarias: Incluyen la luz, el color, el olor, el sabor, etc. No son percibidas con la misma distinción que las primarias. Descartes sostiene que no existen en los cuerpos de forma objetiva, sino que son apreciaciones subjetivas. Su verdad, por tanto, no puede ser garantizada por Dios. Aunque no proporcionan un conocimiento seguro, tienen una función utilitaria, ya que nos informan sobre la utilidad de las cosas, enseñándonos lo que nos conviene y lo que nos perjudica.
A partir de las tres cualidades primarias, Descartes deduce su física, que constituye una concepción puramente mecanicista de la naturaleza. Esta explicación de los fenómenos naturales no admite más causas que las derivadas de los movimientos de cuerpos en el espacio. Descartes concibe la naturaleza (la res extensa) como una inmensa máquina, donde el movimiento de una de sus partes es el resultado automático de otros movimientos, que se transmiten de cuerpo a cuerpo. Es como un reloj de cuerda, en el que Dios es el relojero que ha creado el universo de materia inerte y lo ha dotado de movimiento inicial.
En este universo cartesiano:
- La cantidad de materia y de movimiento es constante, ya que Dios es inmutable.
- Lo creado es divisible indefinidamente, y mediante sucesivas divisiones se generan todas las clases de seres existentes.
- El vacío no existe; el movimiento se transmite de un cuerpo a otro por contacto.
- Todos los seres se comportan como máquinas complejas, regidas por leyes universales y necesarias del movimiento, y carecen de libertad.
Esta visión mecanicista, sin embargo, plantea un problema fundamental que Descartes abordará más adelante: el de la libertad humana, que parece contradecir el determinismo de la res extensa.