Explorando la Razón Pura: La Contribución de Kant al Conocimiento Humano

La Filosofía Trascendental de Kant: Fundamentos del Conocimiento y Límites de la Razón

Kant, en su teoría del conocimiento, somete a juicio a la razón con el objetivo de establecer el fundamento y los límites de lo que puede afirmarse con legitimidad desde la razón. La razón debe ser examinada, criticada, debe ser sometida a un tribunal: el de la propia razón, el de la razón pura.

Crítica al Racionalismo y al Empirismo

Para ello, Kant hace una crítica del racionalismo y del empirismo. El racionalismo mantiene la posibilidad de un conocimiento científico, universal y necesario; sin embargo, olvida la importancia de la experiencia sensible, lo que conduce al solipsismo. Para salir de él, echa mano de la existencia de Dios, lo que produce una teologización de la verdad. Por lo tanto, para Kant, el racionalismo no puede completar un sistema filosófico aceptable.

Por otro lado, el empirismo descubre una verdad incontrovertible a través de la experiencia sensible; aun así, no lleva a cabo un examen adecuado de la razón como ordenadora y clarificadora del material dado por los sentidos. El empirismo queda abocado a una posición en la que la ciencia no parece posible y todo se resuelve recurriendo al hábito y la costumbre. Kant no podrá tampoco admitir esta posición.

El Punto de Partida: El Conocimiento Científico

Así pues, Kant parte del conocimiento científico. Los seres humanos somos capaces de hacer ciencia, y la prueba más representativa de ello es la obra de Isaac Newton, donde se encuentran afirmaciones que gozan del estatuto de conocimiento universal y necesario. Este filósofo elaborará una filosofía que será síntesis de racionalismo y empirismo, ya que la razón hace que lo dado por los sentidos pueda ser conocido de modo universal y necesario.

El Giro Copernicano en la Filosofía

A la hora de establecer su metodología filosófica, Kant hace uso del giro copernicano, ya que Copérnico tuvo en cuenta la posición del sujeto observador al examinar el conocimiento, considerando las condiciones y características de esa posición.

Tipos de Juicios y el Conocimiento Científico

Para saber si un conocimiento es científico, Kant diferenciará las características de este, estableciendo diferentes tipos de juicios:

  • Juicios analíticos: Aquellos donde el predicado del juicio está contenido en el concepto del sujeto y están basados en el principio de identidad. Son verdaderos, pero no amplían el conocimiento.
  • Juicios sintéticos: Aquellos donde el concepto del predicado no está contenido en el concepto del sujeto y encuentran su fundamento en la experiencia.

Kant realiza otra distinción de juicios:

  • Juicios a priori: Aquellos cuya validez es independiente de la experiencia; son juicios universales (válidos en todo tiempo) y necesarios (no pueden ser de otro modo).
  • Juicios a posteriori: Aquellos que dependen de la experiencia y son particulares, ya que no podemos decir que sean verdaderos más allá del tiempo y lugar donde se verifican.

Los juicios analíticos son a priori y los sintéticos a posteriori.

El problema surge cuando Kant se plantea cuál de estos dos tipos de juicios merecen el nombre de ciencia, tomando como modelo el saber físico-matemático de Newton. Si la ciencia estuviese constituida por juicios analíticos, sería la repetición constante de lo mismo; y si estuviese constituida por juicios sintéticos, quedaría reducida a la probabilidad ya señalada por Hume. Por lo tanto, Kant señalará que los juicios de la ciencia tienen que ser juicios sintéticos a priori. En la ciencia, deben existir juicios que sean a priori, universales y necesarios y, al mismo tiempo, sintéticos, que aumenten nuestro conocimiento.

La Crítica de la Razón Pura: Estructura y Contenido

Kant desarrolla su filosofía trascendental para mostrar cómo son posibles este tipo de juicios en su obra Crítica de la Razón Pura, la cual dividirá en tres partes:

Estética Trascendental

En ella, la labor del sujeto parece consistir en aportar claridad y orden a la mente respecto a todas las sensaciones que recibe. Las formas con las que organizamos las sensaciones son el espacio y el tiempo, condiciones “trascendentales” que el sujeto aporta y que nos permiten percibir la realidad como fenómeno; son las formas a priori de la sensibilidad. Las matemáticas constituyen un saber universal, y sus ámbitos como la geometría o la aritmética se fundamentan en formas a priori.

Kant concluye que lo conocido no es la realidad en sí misma, sino el fenómeno: el fruto del encuentro entre lo material dado a los sentidos y la forma, aportada por el sujeto, para que el conocimiento sea posible.

Analítica Trascendental

La Analítica Trascendental afirma que el entendimiento posee una serie de estructuras, llamadas categorías o conceptos puros, que tienen la virtud de dar unidad, inteligibilidad, claridad y sentido a las impresiones sensibles. Es como un programa de ordenamiento y clasificación que el entendimiento posee de forma innata. Estas categorías son objetivas y hacen posible el conocimiento del objeto.

Una vez que se comprende que el material de las sensaciones, inicialmente caótico, diverso y múltiple, es moldeado primero por el espacio-tiempo (sensibilidad) y luego por las categorías (entendimiento), y que el resultado es el conocimiento humano capaz de señalar leyes objetivas del universo, podemos llegar a comprender el idealismo trascendental. En este, el objeto de conocimiento es dado y construido, es fenómeno y no cosa en sí (noúmeno, la realidad en sí misma que queda más allá del conocimiento).

Lo conocido no es la realidad tal cual, sino la realidad para uno mismo, tal como se ha reflejado en el espejo de nuestras facultades de conocimiento, las cuales son activas y, como tales, filtran, traducen y configuran esa realidad para hacerla susceptible de ser conocida. El problema de la metafísica es que las categorías no pueden aplicarse más allá del ámbito de la experiencia sensible, es decir, más allá de los fenómenos.

Dialéctica Trascendental

Y por último, la Dialéctica Trascendental, un proceso dialéctico que busca alcanzar concepciones cada vez más globales de las cosas. En este caso, es la razón la que busca entenderlo todo y alcanzar un conocimiento absoluto. Para ello, se basa en una serie de ideas:

  • La idea del alma (yo), que es la síntesis incondicionada de todos los conocimientos fenoménicos de nuestra experiencia interna.
  • La idea del mundo, síntesis de todos los conocimientos fenoménicos de nuestra experiencia externa.
  • La idea de Dios, que es la síntesis de todas las síntesis (de lo externo y lo interno), el Ser que da sentido a todo lo que existe, incluidos el Yo y el Mundo.

Conclusión: Límites de la Razón y Uso Regulativo de las Ideas

Kant llega a la conclusión de que la metafísica no es ciencia, ya que el conocimiento científico no es posible cuando las condiciones trascendentales del conocimiento (a priori) se aplican a algo de lo que no tenemos experiencia sensible. La metafísica siempre está dando vueltas a los mismos temas sin llegar a ninguna conclusión clara, por lo que Kant señala los límites de la razón y del conocimiento: la eternidad del mundo, la existencia de Dios, etc.

Pero Kant no desprecia la metafísica por ello; afirma que, mientras haya hombres, habrá metafísica. El error se encuentra en tomar las ideas de la razón y darles un uso constitutivo, como si representaran realidades. Sin embargo, se puede hacer un uso regulativo de estas ideas, para que sirvan como guías orientadoras de la razón mediante la filosofía del «como si…» con la que pensamos y concebimos la realidad como si tales ideas tuvieran un referente ontológico que da sentido, unidad y finalidad a todas las conclusiones parciales de nuestro conocimiento.

De este modo, Kant no afirma la existencia de estas realidades, pero tampoco las niega, dejando una puerta abierta para su tratamiento no cognoscitivo en su estudio de la moral y del uso práctico de la razón.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *