Karl Marx: Vida y Obra
Vida
Karl Marx nació en Tréveris (Prusia Renana) en 1818. Inició sus estudios de Derecho en la Universidad de Bonn, trasladándose muy pronto a la de Berlín, donde entró en contacto con los «jóvenes hegelianos» de la izquierda. En 1843, año en que fue cerrada por orden del gobierno la «Gaceta Renana», revista en la que Marx había empezado a escribir, marchó a París para ponerse en contacto con los movimientos socialistas y, especialmente, con Proudhon. Su estancia en París duró dos años. En este tiempo, fundó los «Anales Franco-Alemanes», comenzó a estudiar a los economistas clásicos y conoció a su inseparable colaborador Friedrich Engels. En 1845, Marx fue expulsado de Francia y se estableció en Bruselas. Por esta época, ingresó en la Liga de los Comunistas, a la que pronto cambió el lema de «todos los hombres somos hermanos» por el de «proletarios del mundo, uníos». Enseguida, Marx se hizo con el control de la Liga y, a petición del II Congreso de esta, Marx y Engels redactaron el «Manifiesto del Partido Comunista», publicado por primera vez en 1848. Después de una breve estancia en Alemania, de donde volvió a ser expulsado, se estableció definitivamente en Londres. En 1864, comenzó una nueva etapa de la vida de Marx, centrada especialmente en sus luchas contra las desviaciones de la «ortodoxia socialista» que él propugnaba. En este año, participó en la formación de la I Asociación Internacional de Trabajadores (la Primera Internacional). Como directivo de la misma, dedicó mucha actividad a luchar contra los seguidores de Proudhon (socialistas utópicos) en Francia, los de Lassalle (socialdemócratas) en Alemania, y los anarquistas de Bakunin. En el Congreso de 1872 en La Haya, Marx consiguió que Bakunin y sus anarquistas fuesen expulsados de la Internacional; y también que la sede de la asociación se trasladase a Nueva York, para evitar nuevas infiltraciones de los seguidores de Proudhon y Bakunin. A partir de 1873, Marx se retiró casi por completo de la vida pública, dedicándose a continuar El Capital, cuyo primer libro había publicado en 1867. Murió en Londres en 1883.
Obras Principales
- Suyas exclusivamente: Manuscritos Económico-Filosóficos, Tesis sobre Feuerbach, Miseria de la Filosofía, El Capital (volumen I).
- En colaboración con Engels: La Ideología Alemana, La Sagrada Familia, Manifiesto Comunista, El Capital (volúmenes II y III).
- Exclusivas de Engels: Anti-Dühring, Dialéctica de la Naturaleza.
Coordenadas del Marxismo
Crítica al Liberalismo Político
El liberalismo político es una ideología que considera al individuo y su libertad como el principio fundamental de la vida política, social y económica. Históricamente, el liberalismo busca hacer realidad el valor absoluto del hombre, pero en la práctica, durante la Revolución Industrial, contradice sus propios principios. Logra que los individuos sean iguales en el orden político, pero la desigualdad crece en los demás órdenes.
Crítica al Socialismo Utópico
Ante la contradicción práctica del liberalismo, reaccionaron los primeros socialistas, siendo quizás el más importante Proudhon, considerado líder del socialismo francés. Marx lo critica duramente tras conocer sus teorías.
Para Marx, los movimientos socialistas fueron «feudales» y «utópicos» porque, según él, se fundan en aspiraciones alejadas de la realidad sociológica. El marxismo, sin embargo, se fundamenta en las leyes internas de la historia y alega, al contrario del socialismo premarxista, que la sociedad no puede reformarse, sino que debe ser destruida.
Ideas Filosóficas de la Época
Las dos grandes tendencias que confluyen en Marx son el idealismo alemán y el materialismo.
- Hegel: Marx toma de Hegel la dialéctica y la teoría del Estado. Para Hegel, el pensamiento y la realidad histórica siguen las leyes dialécticas que incluyen en sí mismas la contradicción. Todo ser determinado (tesis) contiene en sí una negación (antítesis) y acaba en su superación (síntesis); la síntesis es la negación de la negación. Marx opina que Hegel «pone la dialéctica al revés». No hay que partir de las ideas, sino de la producción material de la vida de los hombres. Así, hablará de la burguesía como tesis, del proletariado como antítesis y de la sociedad sin clases como síntesis. Marx hará de la lucha de clases el verdadero motor en el devenir de la humanidad. En cuanto a la teoría del Estado, para Hegel el Estado es una encarnación de la antítesis; para Marx, el Estado es solo una etapa en la evolución de la sociedad sin clases y sin Estado.
- La Izquierda Hegeliana: La escuela hegeliana se dividía en derecha e izquierda. La derecha estaba compuesta por discípulos de Hegel. La izquierda hegeliana, en la que se incluía Marx, optó por el método dialéctico y afirmó la necesidad de hacer racional lo real.
- Feuerbach: Marx acepta a Feuerbach porque reduce la esencia de la religión a la esencia del hombre individual, pero le parece que no es suficiente, ya que la religión es un producto social.
- Hess: Hess le proporciona a Marx otra base de su doctrina. En el régimen capitalista, el hombre se aliena en la mercancía; el obrero crea riquezas de las que resulta despojado. La religión y la metafísica son la expresión espiritual de la miseria material.
Doctrinas Económicas
Los antecedentes del análisis marxista de la economía incluyen el mercantilismo, los fisiócratas y la economía política clásica de Adam Smith.
La Crítica Marxista: Teoría de las Alienaciones
El término alienación significa para el marxismo una ruptura en el hombre o entre los hombres. Según el marxismo, todas las miserias del hombre se reducen a cinco alienaciones fundamentales, de las cuales la alienación económica es la causa de las demás.
- Alienación religiosa: Marx considera acertada la crítica de Feuerbach a la religión, pero la religión es una fantasía existente, por lo que no basta con negarla en la teoría, sino que es necesario suprimirla en la práctica. Para ello, hay que eliminar la situación de miseria material que es la causa de que la religión exista. La religión es una solución irreal de la miseria material y amortigua las desgracias del hombre. Además, la religión impide considerar la privación económica como mal supremo.
- Alienación filosófica: Marx critica a la filosofía porque no construye la historia, sino que se limita a interpretarla; ofrece soluciones abstractas y teóricas a problemas reales. Así, Marx no rechaza toda la filosofía, sino aquella que consiste en el estudio de temas que no tienen consecuencias prácticas en el orden social y económico.
- Alienación política: El Estado y el derecho son una alienación, según Marx, porque encubren la división de clases sociales bajo una falsa unidad. El Estado defiende los intereses de la clase dominante y el derecho es un aparato decorativo del poder. Pero no es posible resolver esta alienación sin la supresión de la alienación social: la división en sociedad de clases.
- Alienación social: Existen dos clases: burguesía y proletariado. El enriquecimiento de la burguesía va ligado al empobrecimiento y aumento del proletariado. La lucha de clases es la condición del progreso, pero la alienación social no puede eliminarse solo con la revolución política; es necesario destruir la alienación económica.
- Alienación económica: Marx considera que es el sistema capitalista de producción el que aliena al hombre, dando origen a las demás alienaciones. El trabajo del obrero en el sistema capitalista es un trabajo alienado. Se distinguen varias formas de alienación del hombre en el trabajo:
- Con relación al producto que fabrica: Una vez que el obrero lo crea, el producto le es arrebatado; el fruto de su trabajo no le pertenece.
- Con relación al acto de la producción: La actividad productiva del obrero tiene carácter forzado, no es libre; es un trabajo vendido, al igual que su producto.
- Con relación al hombre genérico: El trabajo es un simple medio de subsistencia.
- Con relación al hombre con el hombre: El obrero entrega su trabajo y a sí mismo a otro hombre. Así nace la división en dos clases de hombres: el obrero y el capitalista. La alienación económica afecta a ambos, que pierden su esencia humana, la cual es realizarse por el trabajo.
El Capital
En El Capital, Marx pretende demostrar que el régimen capitalista es condenable como sistema de explotación humana y que está lleno de contradicciones internas.
Teoría del Valor-Trabajo
Marx defiende que el valor de una mercancía depende únicamente del trabajo necesario para producirla. Sin embargo, en el sistema capitalista, el precio de la mercancía puede cambiar, mientras que su valor (trabajo acumulado en ella) es fijo. El precio no es más que la expresión monetaria del valor de cambio. Esta contradicción fue el motivo por el que Marx rechazó inicialmente la teoría, aunque después la aceptó, pues le sirvió para descubrir el misterio del capitalismo y cómo provocar su desaparición.
Teoría de la Plusvalía
Marx comienza por distinguir dos formas de trabajo: el trabajo-acción (la fuerza de trabajo vendida por el obrero y pagada por el patrono) y el trabajo-resultado (el producto del trabajo). El valor de estas dos formas de trabajo no es igual; entre los dos valores aparece la plusvalía, que está en el origen del beneficio empresarial. El aumento de la jornada laboral es la forma más sencilla de plusvalía, la que se llama plusvalía absoluta. Pero existe otra forma: reduciendo el valor de las sustancias necesarias para el mantenimiento de la fuerza de trabajo, la plusvalía relativa. Así, el obrero queda alienado porque se le separa de los medios de producción y de los productos de su trabajo; en definitiva, de sí mismo, pues para el marxismo el hombre se crea a sí mismo a partir del trabajo.
Contradicciones del Capitalismo
- La baja tendencial de la tasa de ganancia.
- La ley de proletarización constante.
- El fenómeno de las crisis periódicas.
Materialismo Histórico y Materialismo Dialéctico
Materialismo Histórico
Marx designó con el nombre de materialismo histórico a su método de interpretar la historia en base a las condiciones materiales de producción. El materialismo histórico es un método que consiste en buscar la causa final y la fuerza propulsora de todos los acontecimientos históricos en el desarrollo económico de la sociedad. Así, el marxismo alega que los únicos factores determinantes en la historia son los factores económicos. El marxismo considera que la realidad no es el ser, sino el movimiento; lo real sería la historia.
Por otro lado, la causa última de las modificaciones sociales no deben buscarse en las cabezas de los hombres, sino en la transformación de los modos de producción. Las superestructuras (conjunto de ideas que configuran la conciencia, así como la política y el derecho) son efectos de la estructura económica.
Origen del Capitalismo y la Familia
- Origen del Capitalismo: Según Marx, el capitalismo surge como consecuencia de un «robo primitivo» que separó al hombre de los medios de producción y subsistencia.
- Origen de la Familia: El marxismo reduce a la familia a un momento del proceso de producción. La familia monógama nace por la concentración de la riqueza en el padre y por el deseo de transmitirla a los hijos mediante la herencia.
Revolución Proletaria y Sociedad Comunista
La época capitalista se caracteriza, según Marx, por dividirse en dos bandos: burguesía y proletariado. La clase obrera se va haciendo cada vez más numerosa. Pero este proletariado solo es tal cuando adquiere la conciencia de clase, cuando conoce su situación. La aniquilación de la burguesía por su antítesis (el proletariado) tiene que realizarse mediante la revolución proletaria, destinada a destrozar el opresor Estado burgués.
La revolución proletaria, según Marx, no provocaría inmediatamente la sociedad sin clases, sino la dictadura del proletariado, que consiste en la institución de un Estado que represente los intereses del proletariado como clase dominante. El nuevo Estado se extinguiría solo cuando se acabasen las alienaciones del hombre. El paraíso comunista no es para Marx una sociedad en la que todo es de todos; Marx quiere abolir la propiedad por completo. Es una sociedad sin propiedad privada, sin Estado, sin clases, sin religión, etc.
Materialismo Dialéctico
El materialismo dialéctico es un sistema filosófico que afirma que la materia constituye la esencia de todo lo real y que esta materia está regida por una dialéctica de la naturaleza con leyes propias. Marx critica al materialismo anterior por considerar la materia como algo inerte e inmóvil. El materialismo dialéctico considera que la materia posee en sí misma el principio del movimiento.
Aunque Marx se limita a tratar la dialéctica de la historia, también consideró la dialéctica del hombre con respecto a la naturaleza. Las propiedades fundamentales de la materia son: infinitud en el espacio, eternidad en el tiempo y el movimiento. El proceso evolutivo del mundo es un proceso dialéctico. Las leyes fundamentales de la dialéctica son:
- Ley de tránsito de la cantidad a la cualidad: Todo proceso evolutivo tiene dos fases: una en la que solo se dan cambios cuantitativos, y una segunda en la que, debido al cambio cuantitativo, se produce un salto por el que la cosa cambia cualitativamente. Esta ley es aplicable a la evolución de la naturaleza y de la sociedad.
- Ley de la unidad y la lucha de contrarios: La lucha de contrarios es la causa del movimiento y de los cambios en la naturaleza.
- Ley de la negación de la negación: La realidad se desarrolla mediante un proceso triple: tesis, antítesis y síntesis, que el marxismo denomina afirmación, negación y negación de la negación.
La Ideología
En La Sagrada Familia y La Ideología Alemana, obras de Marx en colaboración con Engels, se realiza una crítica de los filósofos alemanes contemporáneos. Marx y Engels consideran el materialismo histórico como la verdadera ciencia y realidad. Los fundamentos de la historia son los individuos reales, su acción y sus condiciones materiales de vida. Lo que los individuos son depende así de las condiciones materiales de su producción. La ideología tiene un papel secundario como superestructura de lo económico. La praxis se reduce a la producción y la teoría se reduce a la praxis.
El Liberalismo Político de John Locke
Contexto Filosófico y Biografía
Frente al racionalismo continental (ideas innatas, primacía de la razón sobre los sentidos) surge en Inglaterra un movimiento opuesto, conocido como empirismo (negación de las ideas innatas, primacía de la experiencia). Sus máximos representantes fueron Locke, Berkeley y Hume. El empirismo encuentra en la razón unos mecanismos o leyes psicológicas que organizan o combinan las sensaciones para formar ideas. Lo real son las sensaciones; las ideas son construcciones del sujeto.
Además de ser un gran teórico del conocimiento, John Locke desarrolló una importante teoría política que se conoce como liberalismo. La vida y obra de Locke (1632-1704) es, en parte, la antítesis de la de Hobbes (el gran teórico inglés del absolutismo político). Locke estudió en Oxford. No le interesaba la escolástica, pero admiraba a Descartes. Se dedicó a las ciencias (física y química) y finalmente estudió medicina. En 1666, entró al servicio del conde de Shaftesbury, jefe del partido liberal. Viajó a Francia, donde mantuvo contactos con cartesianos y científicos. Tras ser acusado Lord Ashley Cooper de conjura, Locke se vio obligado a huir a Holanda. En 1689, escribió su primera Carta sobre la Tolerancia. Cuando la «Gloriosa Revolución» puso en el trono a Guillermo de Orange, regresó a Inglaterra. Llevaba consigo los manuscripción de sus dos obras más importantes: Dos Tratados sobre el Gobierno Civil (justificación de la revolución) y Ensayo sobre el Entendimiento Humano.
Crítica al Absolutismo Político
Debe recordarse que los sistemas políticos vigentes en Europa durante el siglo XVII eran absolutistas y monárquicos. En ellos, el poder del monarca era, además de irrevocable, indivisible, es decir, ostentado exclusivamente por el rey. Esta situación cambió por primera vez en Inglaterra con la Revolución de 1688, que supuso el triunfo del Parlamento frente al rey y la primera quiebra del absolutismo político en Europa. Es en este contexto de lucha contra el absolutismo en el que debemos entender la obra política de Locke.
Dos eran las teorías que justificaban el absolutismo y que Locke combatió:
- La teoría del origen divino del poder: Defendida por Filmer en Inglaterra y Bossuet en Francia. Para Filmer, la autoridad política tiene su origen en el poder patriarcal dado a Adán por Dios, que los monarcas tienen por sucesión hereditaria. Para Bossuet, toda autoridad proviene en última instancia de Dios, quien, como ser todopoderoso, puede dar y quitar el poder según su voluntad. Si Dios consiente que el monarca gobierne, este tiene derecho a hacerlo.
- La teoría absolutista de Hobbes: Sin utilizar argumentos de tipo religioso, Hobbes justifica un poder absoluto de los gobernantes en general y, por tanto, de los monarcas en particular. Según Hobbes, hay una ley que explica el comportamiento de los seres humanos en sociedad: la lucha por la supervivencia. En la situación de naturaleza, el ser humano lleva una vida «solitaria, pobre, malévola, salvaje y corta», consecuencia de «la guerra de todos contra todos» por la supervivencia. Pero esta situación no interesa a nadie. De ahí que el ser humano entregue el poder de defenderse, que tiene en el estado de naturaleza, a un soberano (o Leviatán) para que este, investido de todo el poder y de toda la fuerza, ponga orden y logre la paz. Esto interesa a todos y, por ello, todos aceptan el acuerdo o pacto social de someterse al poder absoluto de un soberano (sea este un rey o un parlamento), concediéndole un poder ilimitado y exclusivo, imprescindible para que pueda lograr la paz y la seguridad de los súbditos.
El Estado de Naturaleza y el Contrato Social en Locke
Locke no estaba de acuerdo con ninguna de estas dos teorías. En la primera parte de los Dos Tratados sobre el Gobierno Civil, rebate la teoría del origen divino del poder, afirmando que Dios no ha distinguido a nadie con el signo de una autoridad natural. La autoridad política, dice Locke, debe distinguirse de otro tipo de autoridades naturales, como la autoridad que tienen los padres sobre los hijos o la autoridad espiritual que tiene el sacerdote sobre su congregación.
Según Locke, en la situación de estado de naturaleza, los hombres son iguales y libres. La ley que rige en esta situación es la ley natural, inscrita en la naturaleza humana por Dios, que otorga a todos los seres humanos el derecho a la vida, a la propiedad y a la libertad. Si estos derechos son violados, el ser humano tiene el derecho a resarcirse y así: «Quien derrama la sangre de un hombre está sujeto a que otro hombre derrame la suya». Pero esta situación se convierte en un estado de guerra cuando, por causa de la codicia humana, no se respetan los derechos individuales naturales. Es entonces cuando, para protegerse de los que violan estos derechos, se consiente en constituir una sociedad política mediante un contrato social cuya finalidad es la protección de los derechos individuales.
Por medio de este contrato, los individuos renuncian a ser los intérpretes de la ley natural y a tomarse la justicia por su propia mano, sometiéndose a un poder legislativo (que elaborará y promulgará las leyes) y a un poder ejecutivo (que se encargará de aplicar la ley y castigar a sus transgresores). Pero este poder que surge del consentimiento de los individuos tiene como finalidad lograr la paz y la seguridad de todos, de modo que, si no lo hace, el pueblo ostenta siempre «el derecho de deshacerse de quienes violen esta fundamental, sagrada e inalterable ley de auto preservación, guiados por la cual entraron en sociedad».
De modo que, para Locke, el pueblo conserva siempre el poder de revocar el poder otorgado (a diferencia de lo que pensaba Hobbes) y disolver la legislatura, si esta atenta contra la vida, propiedad y libertad de los súbditos. El tipo de estado al que da lugar el contrato social es el Estado liberal, en el que el poder de legislar puede entregarse a una asamblea elegida por los ciudadanos, pero también a un monarca (elegido o nombrado por sucesión hereditaria) o a unos pocos. Pero sea quien sea quien ostente este poder legislativo, debe ejercerlo respetando los derechos individuales ya señalados. Si no lo hace, su poder es revocable. Además, el poder de aplicar la ley debe ser independiente del poder de legislar. Este poder ejecutivo deben integrarlo jueces justos e imparciales que se sometan al imperio de la ley. Locke también concibió un tercer tipo de poder al que denominó poder federativo, cuyo papel es la defensa del Estado frente a otros Estados.
Para Locke, el origen del Estado es convencional: surge como consecuencia del consentimiento interesado de los individuos (no por la tendencia natural a la sociabilidad, como sostenía Aristóteles), y el individuo es anterior al Estado (no una parte de él, como pensaba Platón). Además, contrariamente a lo que pensó Hobbes, el contrato social establece obligaciones, pero también derechos, y configura un sistema político liberal (no absolutista) donde el poder está dividido y es revocable por el pueblo. Todos los poderes deben subordinarse al poder legislativo (imperio de la ley) y este debe supeditarse a la ley natural. Estas ideas convierten a Locke en un claro precursor de la democracia liberal y en uno de los pensadores políticos más importantes de todos los tiempos. Fueron acogidas con entusiasmo en Francia por Voltaire y los enciclopedistas, y formaron parte del ambiente intelectual que precedió a la Revolución Francesa y a la Revolución Americana.