Filosofía Aristotélica: La Ciencia y lo Necesario
La Noción Aristotélica de Ciencia y lo Necesario
Aristóteles sostiene que solo existe ciencia de lo universal y necesario. La ciencia explica la realidad deduciendo lo particular de lo universal. El silogismo es la estructura formal que permite realizar esa conexión, y la lógica es el instrumento fundamental de la ciencia.
Existen distintos tipos de conocimiento:
- Experiencia: Conocimiento de cosas concretas, pero sin indagar el porqué de las cosas.
- Ciencia: El conocimiento de las causas y principios de las cosas, la captación de la esencia del ser y de sus principios indemostrables.
- Inteligencia: Es el conocimiento de los primeros principios, indemostrables e imposibles de obtener a través de la experiencia. De ellos solo se tiene intuición.
Tipos de Ciencias según Aristóteles
Ciencias de lo necesario:
- Matemáticas: Tienen por objeto el estudio de la cantidad.
- Filosofía Natural: Estudio sobre la naturaleza.
- Filosofía Primera: Se ocupa de la primera causa del movimiento (teología) y del ser en tanto ser (ontología).
- Lógica: Estudia las formas válidas de razonamiento.
Conocimiento de lo posible (Ciencias de lo contingente):
- Ciencias Prácticas: Se refieren a la conducta humana.
- Ciencias Poéticas: Relacionadas con la producción o creación.
Virtudes Aristotélicas: Prudencia y Moderación
La Prudencia y la Moderación en Aristóteles
Las funciones de la parte racional del alma son la función productiva, práctica y contemplativa. A cada una de ellas le corresponde una virtud propia. El conocimiento productivo se relaciona con la función productiva, mientras que a la función práctica le corresponde la virtud de la Prudencia. Mediante ella estamos en condiciones de elegir las reglas correctas de comportamiento. Ocupa un lugar intermedio entre el saber productivo y la ciencia. No es una ciencia, ya que la ciencia trata de lo universal, mientras que la Prudencia se ocupa de lo particular. La Prudencia es el resultado de una larga experiencia y es una virtud fundamental de la vida ética del hombre, porque sin ella difícilmente podremos adquirir las virtudes éticas.
La Interconexión de Prudencia y Moderación
Para Aristóteles, la Moderación salvaguarda la Prudencia y la preserva de la perturbación que el placer y el dolor ocasionan en los juicios morales. La virtud se encuentra en el término medio entre dos extremos deficientes, uno por exceso y otro por defecto. Por tanto, la Moderación será lo que permita al ser humano alcanzar el resto de las virtudes. En resumen, la Prudencia y la Moderación constituyen dos caras (una del plano de las virtudes morales y otra del plano de las virtudes intelectuales prácticas, respectivamente) para el dominio de los deseos irracionales. Nuestros impulsos están situados en el alma sensitiva, que no es racional, pero puede ser influida por los dictados de la razón y puede ser guiada por ella gracias a las virtudes. La virtud moral de la Moderación hace recto el fin que se propone el hombre en su acción, mientras que la Prudencia hace rectos los medios para este fin.
Síntesis del Pensamiento Ético Aristotélico
En el fragmento del texto que se comenta de la Ética a Nicómaco, libro VI, Aristóteles plantea su visión ética. La ética aristotélica distingue entre virtudes intelectuales y virtudes morales. Es una ética eudaimonista que considera que la razón guía la actividad moral del hombre, la cual conduce a la consecución de un fin que el autor identifica con la felicidad. La felicidad es un fin en sí mismo y consiste en la realización plena de lo que es propio del ser humano. En el caso del hombre, la felicidad consiste en la actividad intelectual, la virtud más adecuada a la naturaleza desiderativa y racional del alma.
Contextualización del Pensamiento Cartesiano
Descartes: La Reforma del Entendimiento
René Descartes se percató de la necesidad de una reforma del entendimiento para que la nueva ciencia, basada en las matemáticas, pudiera triunfar. Para llevar a cabo esta reforma, creó un método fundamentado en la matemática, que facilitaba lo complejo. Descartes dividió su Discurso del Método en seis partes:
- La primera parte es una autobiografía intelectual, donde pone en duda todos los conocimientos aprendidos y propone un nuevo método para llegar a un saber seguro. Realiza una rotunda crítica de las ciencias y de la filosofía escolástica.
- Tras este rechazo, admite que solo las matemáticas y el conocimiento deductivo nos llevan a la evidencia. Aclara que no pretende reformar la enseñanza oficial y toma la decisión radical de dudar de forma metódica y provisional de todo lo que sabe, exponiendo las cuatro reglas del método.
Estructura y Contenido del Discurso del Método
En la tercera parte, Descartes crea una moral provisional mientras se mantiene en la duda. La cuarta parte es el capítulo central del Discurso del Método. A partir del célebre «Pienso, luego existo» (Cogito, ergo sum), establece la existencia de Dios. La existencia de Dios nos garantiza la evidencia de nuestras ideas y la existencia del mundo, puesto que Dios, al ser infinitamente bueno y veraz, no puede permitir que nos engañemos. En el quinto capítulo, explica la formación del mundo y establece las principales funciones del ser vivo. En el sexto, reflexiona sobre el alcance de la investigación científica.
Descartes como Científico: El Método Universal
Descartes postula la existencia de un método universal único para todas las ciencias, oponiéndose así a la filosofía aristotélica. Al desarrollar todas las posibilidades de la geometría analítica y un método de carácter matemático para interpretar la realidad, Descartes adopta una actitud contraria a las supersticiones. El filósofo racionalista, con sus ideas claras y distintas, vence a la superstición.
Contexto Histórico del Siglo XVII y la Obra de Descartes
La invención de la imprenta y la recuperación de la cultura antigua transformaron la sociedad europea y permitieron su dominio global. La imprenta y la brújula generaron cambios importantísimos en la sociedad, expandiendo la cultura y facilitando el descubrimiento de continentes. Esto llevó a la aparición de estados nacionales y monarquías absolutas. El optimismo renacentista da paso en el siglo XVII a una profunda crisis: el Barroco. Las universidades entran en decadencia y la vida intelectual se traslada a las Academias. La filosofía escolástica ha perdido fuerza. Llega la ciencia moderna, abandonándose la concepción geocéntrica para adoptar el heliocentrismo.
Contexto Filosófico: Racionalismo vs. Empirismo
La búsqueda de un método que hiciera progresar el saber humano se bifurcó en dos corrientes filosóficas distintas: el racionalismo, que desarrolló un método deductivo, y el empirismo de Bacon, partidario de un saber fundado en la experiencia e inductivo. El racionalismo se basa en el ideal de ciencia deductiva, siguiendo el modelo matemático. La razón obedece a reglas estrictamente necesarias: unas cosas se deducen de otras, como en matemáticas o en lógica. Dios garantiza la correspondencia entre el pensamiento y la realidad, un Dios perfecto y veraz que no puede engañarnos. La idea de libertad se vuelve problemática en un sistema rígido y riguroso como el mecanicismo. La libertad es vista como la ilusión derivada de conocer nuestros deseos, mientras ignoramos las causas que los determinan.
Síntesis del Pensamiento Cartesiano: El Método y el Cogito
Resumen del Discurso del Método (Parte IV)
En el fragmento del texto que se comenta del Discurso del Método, parte IV, René Descartes plantea su disposición filosófica acerca de la posibilidad de argumentar racionalmente sobre los postulados de la metafísica, y lo hace desde presupuestos racionalistas. El racionalismo cartesiano confiere una importancia primordial a la razón como fuente autónoma del pensamiento. Nuestro autor distingue entre razón teórica y racionalidad práctica. Puesto que la razón es única, interesa conocer su estructura y funcionamiento. A juicio de Descartes, dos son los modos de conocimiento: la intuición y la deducción. La intuición es una especie de luz natural, y por medio de ella captamos de forma evidente conceptos emanados de la razón misma. La deducción no deja de ser una intuición sucesiva de las naturalezas simples. Esa pretendida unicidad del saber científico lleva al autor a considerar la posibilidad de aplicar el método matemático a la filosofía, por lo que, partiendo de la evidencia y mediante el análisis, síntesis, enumeración y comprobación, nos permite llegar a un conocimiento cierto: el cogito cartesiano.
La Existencia de Dios y del Mundo en Descartes
En el fragmento del texto que se comenta del Discurso del Método, parte IV, René Descartes parte de la evidencia de la existencia del cogito. Esta certeza de mi yo-pensamiento será el principio metodológico del cual deducir las otras verdades. Encontrada la certeza primera y el criterio de certeza, era necesario hacer de aquella un principio productor de otras verdades. La autoconciencia revela la naturaleza de la res cogitans, una cosa que piensa, duda, se equivoca, y si duda es imperfecta. Por otro lado, no podría comprender que soy imperfecto si no tuviese ya la idea de perfección, la idea de Dios. Una idea no puede derivar sino de un ser que tenga un grado de existencia o de perfección igual o mayor que el que la idea posee. Por tanto, la idea de Dios es externa, innata. El autor señala tres pruebas de la existencia de Dios, que existe como causa de la idea de Dios en mí. De la idea de Dios, el autor concluye la existencia de la realidad material; un Dios bueno y veraz, que no puede engañar, se convierte en garantía de la existencia de la res extensa… el mundo. Dios se convierte en garante último de la verdad y objetividad del pensamiento.
La Dualidad Cartesiana: Alma y Cuerpo
La Noción Cartesiana de Alma y Cuerpo
El alma no es sino pensamiento; es una sustancia finita cuyo único atributo es el pensamiento, que incluye imaginar, razonar, etc., todos ellos actos conscientes. Pensamiento y conciencia tienen la misma extensión. Por eso Descartes llama al alma res cogitans (cosa pensante). El cuerpo es extensión: la extensión es su único atributo. Los modos propios del cuerpo son la figura y el movimiento. Hay muchas cosas que hacen que la percepción de los sentidos sea oscura y confusa. Pero todo lo que percibimos claramente está en los cuerpos. Las cualidades secundarias no sabemos con qué se corresponden exactamente, solo sabemos que hay algo en los cuerpos que excita esas ideas. Descartes emplea como sinónimos las palabras sustancia y cosa: la sustancia es lo existente, no necesita de nada más que de ella misma para existir. Solo Dios es sustancia, puesto que las criaturas necesitan de Dios para existir. La relación entre alma y cuerpo es peculiar. Descartes habla de dos tipos de sensaciones: las externas, mediante las cuales captamos los otros cuerpos, y las internas, mediante las cuales captamos desde dentro. El alma y el cuerpo conectan en la glándula pineal.