Obras Clave de René Descartes (1596-1650)
A continuación, se presenta un recorrido por las obras más influyentes de Descartes, que sentaron las bases de su pensamiento filosófico:
- Reglas para la dirección del espíritu (escritas antes de 1628): Son 32 reglas que Descartes redactó antes de su partida a Holanda. Aunque nunca las terminó, ya que más tarde las redujo a cuatro principios fundamentales, se publicaron póstumamente.
- Tratado del mundo o Tratado de la luz (1633): En esta obra, Descartes defendía la postura heliocéntrica de Galileo y Copérnico. Sin embargo, para evitar problemas con la Inquisición, no se publicó hasta después de su muerte. En 1637, separó parte de su contenido en tres ensayos: Geometría, Meteoros y Dióptrica, a los que añadió una introducción, el célebre Discurso del Método, que posteriormente fue publicado de forma independiente.
- Meditaciones metafísicas (1641): Esta obra generó numerosas objeciones. Descartes las dio a conocer a través del jesuita Marin Mersenne y solicitó a diversos científicos que respondieran a ellas, lo que enriqueció el debate filosófico de la época.
- Principios de filosofía (1644): Una obra sistemática que abarca su metafísica, física y moral.
- Las pasiones del alma (1649): Descartes dejó esta obra en la imprenta antes de su viaje a Estocolmo, donde fallecería.
La Doctrina Filosófica de René Descartes
El 10 de noviembre de 1619, durante una campaña militar, Descartes experimentó la inspiración que daría origen a su innovadora doctrina filosófica. Sus pilares fundamentales son:
Unidad del Saber
Para Descartes, todas las ciencias son manifestaciones de un único saber universal, interconectado y coherente.
Unidad de la Razón o del Entendimiento
La razón es una facultad única y universal, inherente a todos los seres humanos. La razón opera a través de dos mecanismos principales:
Mecanismos de la Razón
- Intuición: La captación inmediata y clara de ideas simples y verdades evidentes.
- Deducción: El proceso de inferencia que permite pasar de unas ideas a otras, estableciendo relaciones lógicas entre ellas.
Unidad del Método
Descartes postula que un método es verdadero si tiene en cuenta los mecanismos de funcionamiento del pensamiento. Propuso un método universal basado en cuatro reglas:
Reglas del Método Cartesiano
- Regla de la Evidencia: No admitir como verdadero nada que no se presente a la mente de forma clara y distinta, sin posibilidad de duda.
- Análisis: Consiste en dividir cada una de las dificultades que se examinan en tantas partes como sea posible y necesario para su mejor resolución. Se corresponde con la intuición, llegando a las ideas simples.
- Síntesis: Consiste en conducir ordenadamente los pensamientos, empezando por los objetos más simples y fáciles de conocer, para ascender poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de los más complejos. Se corresponde con la deducción.
- Regla de la Enumeración (o Revisión): Realizar recuentos tan completos y revisiones tan generales que se esté seguro de no haber omitido nada.
Este método, tradicionalmente aplicado solo en las matemáticas, debe ser universalizado según Descartes, ya que garantiza resultados totalmente seguros en todos los ámbitos del conocimiento.
La Duda Metódica de Descartes
Descartes busca reconstruir sus conocimientos desde cimientos absolutamente seguros. El punto de partida debe ser indudable, y para ello, es necesario eliminar todo aquello que no constituya una verdad absoluta antes de proceder a la reconstrucción del saber.
Razones de la Duda Metódica
Descartes somete a duda todo conocimiento por las siguientes razones:
- Engaño de los sentidos: Los sentidos pueden engañarnos, por lo que todo conocimiento sensitivo debe ser puesto en cuestión.
- Confusión entre sueño y vigilia: No podemos distinguir con certeza si estamos despiertos o soñando, lo que pone en duda la realidad de nuestras percepciones.
- Errores de razonamiento: Incluso al razonar, podemos cometer paralogismos (razonamientos falsos), lo que cuestiona la validez de nuestras deducciones lógicas.
- Hipótesis del Genio Maligno: La posibilidad de que un espíritu maligno, sumamente poderoso y astuto, nos engañe sistemáticamente en todo lo que pensamos.
La Primera Verdad: El «Cogito»
Aunque la duda metódica parece desembocar en el escepticismo, Descartes encontró una verdad indudable e inquebrantable:
«Estoy pensando.»
No hay error en el acto mismo de pensar; el error puede residir en el contenido de lo que se piensa.
El Primer Principio: «Cogito, ergo sum» (Pienso, luego existo)
De esta primera verdad se deriva el célebre principio: «Pienso, luego existo.»
Lo que existe es el «yo pensante» (res cogitans), no el yo como persona individual o cuerpo. Todos los conocimientos que se presentan a la mente con la misma claridad y distinción que la existencia del «yo pensante» deben ser admitidos como verdaderos, ejemplificando así la primera regla del método cartesiano.
La Teoría de las Ideas en Descartes
De la existencia del «yo pensante» (res cogitans) se debe deducir la existencia de otras realidades, ya que la existencia del pensamiento no excluye la posibilidad de otros tipos de conocimiento.
La Doble Realidad de las Ideas
Toda idea posee una doble realidad:
- Realidad formal: La idea en cuanto que es un acto mental, algo que existe en mi mente.
- Realidad objetiva: Es el contenido representativo de la idea, aquello que la idea representa.
Clases de Ideas
Descartes clasifica las ideas en tres tipos principales:
- Adventicias: Aquellas que parecen provenir de nuestra experiencia externa (ej. la idea de un árbol, de un sonido). Descartes subraya el «parecen» porque no tenemos certeza de su existencia externa.
- Facticias o Ficticias: Aquellas que la mente construye o combina a partir de otras ideas (ej. la idea de un centauro, de una sirena).
- Innatas: Ideas que el pensamiento posee por sí mismo, inherentes a la razón y que no provienen de la experiencia ni son construidas (ej. la idea de Dios, de infinito, de perfección, de sustancia).
Pruebas de la Existencia de Dios y la Idea del Infinito
La existencia de Dios es crucial en el sistema cartesiano y es demostrable a partir de la idea de Dios, apoyándose en el argumento ontológico de San Anselmo, entre otros.
- No tenemos experiencia sensible del infinito, por lo que la idea de infinito no puede ser adventicia.
- Tampoco es facticia, ya que no se puede construir lo infinito a partir de lo finito.
- Por lo tanto, la idea de infinito debe ser innata.
Lo que existe infinitamente es Dios, lo que implica la existencia de realidades externas más allá del «yo pensante». Descartes aplica el principio de causalidad a la idea de infinito (la causa de la idea de infinito debe ser algo infinito), a diferencia de Tomás de Aquino, quien lo aplicaba a realidades sensibles. También aplica el principio de causalidad al «yo pensante» (la causa de mi existencia como ser pensante imperfecto debe ser un ser perfecto).
Dios es la garantía de la existencia del mundo exterior, ya que nos ha dotado de facultades cognitivas y, al ser perfecto, no puede engañarnos. Sin embargo, Dios solo garantiza la existencia de las cualidades primarias de los objetos (extensión, figura, tamaño y movimiento), no las cualidades secundarias como los colores o los sonidos, que son subjetivas.
La Teoría de las Sustancias en Descartes
Para Descartes, una sustancia es aquello que existe de tal manera que no necesita de ninguna otra cosa para existir, salvo Dios.
Clases de Sustancias
Descartes distingue tres tipos de sustancias:
- Sustancia Infinita (Dios): Es la sustancia primera y perfecta, que no necesita de nada más para existir.
- Sustancias Finitas:
- Sustancia Pensante (Res Cogitans): Es el alma o la mente. Es inmaterial, indivisible y su atributo principal es el pensamiento.
- Sustancia Extensa (Res Extensa): Es el cuerpo o la materia. Es material, divisible y su atributo principal es la extensión (ocupar un lugar en el espacio).
El ser humano no es meramente una sustancia corporal; también posee alma. Por lo tanto, el hombre está constituido por:
- Cuerpo (Sustancia Extensa): Sujeto a las leyes físicas y a las variaciones de los accidentes.
- Alma (Sustancia Pensante): No está sujeta a las leyes físicas, es inmaterial, libre y la sede del pensamiento.
El alma y el cuerpo, aunque de naturalezas distintas, están unidos e interactúan en el ser humano a través de la glándula pineal, ubicada en el centro del cerebro, según la hipótesis cartesiana.
El Empirismo: Una Perspectiva Contrastante
Aunque el documento se centra en Descartes (racionalismo), es útil contrastar su pensamiento con el empirismo, una corriente filosófica opuesta en muchos aspectos.
Características Fundamentales del Empirismo
- Niega la existencia de ideas innatas.
- Afirma que todo nuestro conocimiento procede de la experiencia, es decir, del conocimiento sensitivo.
Limitación del Conocimiento Empírico
El conocimiento humano no puede ir más allá de la experiencia sensible; si lo hiciera, carecería de certeza. Esto implica:
- Extensión: Nuestro conocimiento se limita a lo que la experiencia nos proporciona.
- Certeza: Solo podemos estar seguros del conocimiento derivado directamente de la experiencia.
Génesis del Conocimiento en el Empirismo
La experiencia se origina mediante un método analítico, que consiste en descomponer el conocimiento hasta llegar a las ideas simples (impresiones). Posteriormente, estas ideas simples se asocian para formar otras más complejas, un proceso que, en cierta medida, recuerda al racionalismo en su búsqueda de elementos básicos.
El valor del conocimiento depende de su génesis, es decir, de cómo se haya obtenido. En este sentido, el psicologismo evalúa el valor del conocimiento en función de los procesos psicológicos que lo originan.
Conclusión: El Empirismo y el Escepticismo
El empirismo, en sus vertientes más radicales, a menudo desemboca en el escepticismo, al limitar la certeza del conocimiento a la experiencia inmediata y cuestionar la posibilidad de verdades universales o necesarias.