El Cogito y el Criterio de Verdad en Descartes
Para entender la filosofía de Descartes hay que tener en cuenta una idea fundamental surgida en él durante su juventud, que marca el abandono de las matemáticas a favor de la filosofía. Descartes buscaba una ciencia universal, similar a las matemáticas. Estuvo en una secta conocida como los Rosacruces, un grupo de filósofos, escritores y científicos del siglo XVI que querían desvelar la disciplina, la verdad o el secreto de la naturaleza. Su objetivo era hallar la explicación del origen y la naturaleza de la realidad. Estudió música porque creía encontrar en ella mensajes o fórmulas matemáticas. Sin embargo, estas se le presentaron insuficientes, lo que le llevó a dar el salto a la filosofía. Aquí, tal vez, podría encontrar la verdad, hallar aquello de lo que estaba absolutamente seguro. Es el primer filósofo moderno; su filosofía tiene lo que podríamos llamar un carácter existencial, no es un filósofo profesional, sino que forma parte de una búsqueda personal. Para él, la filosofía no es una profesión, sino un camino de vida, una forma de ser en el mundo.
Duda y Certeza: La Noción del Método Cartesiano
Mediante su obra *Meditaciones Metafísicas*, Descartes descubre la necesidad de detenerse y reflexionar. «Meditar» supone detener la marcha de la existencia cotidiana para reflexionar; quiere encontrar la certeza absoluta, es decir, quiere encontrar aquello sobre lo que se está absolutamente seguro. Desechará todo lo falso y lo que no ofrece certeza completa. Va a iniciar así un «camino de la duda»; la duda ya no es el enemigo de la fe o aquello que destruye la verdad. Es el método moderno, e incluso el psicoanálisis. Para dudar es necesario seguir un procedimiento, un método que requiere unas reglas. Su primera obra, *Reglas para la dirección del espíritu*, nos expone cuatro sencillas reglas. Nos dice que el buen sentido (la inteligencia) es lo mejor repartido en el mundo, es decir, todos somos seres inteligentes capaces de pensar, pero no todos lo hacemos correctamente; este es el objetivo del método: mostrar la forma correcta de usar nuestro «buen sentido», la forma correcta de pensar.
Las Reglas del Método Cartesiano
- Regla del Análisis: Cuando se quiera estudiar o comprender una cuestión o problema complejos, debemos separar las diferentes partes o elementos que lo componen; simplificar para así resolver cada parte más pequeña antes de enfrentarse al problema completo.
- Regla de la Síntesis: Una vez resueltas o comprendidas cada parte pequeña, debemos unirlas para analizar así el problema o la cuestión al completo.
- Regla del Criterio de Certeza: El problema es determinar cuándo nos hallamos ante una idea verdadera, es decir, reconocer una idea verdadera de otras falsas. Una idea es *verdadera* cuando es una idea «clara y distinta». Por «clara» podemos entender una idea que comprendemos perfectamente, de la que no guardamos sospecha o duda alguna (lo contrario de «clara» es «oscura»), es decir, nos resulta transparente o evidente. Por «distinta» podemos entender una idea que no se confunde con otras, que podemos distinguirla de otras ideas y ocupa su lugar en el proceso de un argumento o pensamiento (lo contrario de «distinta» es «confusa»). Las afirmaciones básicas de la geometría son un ejemplo de una idea *clara y distinta*.
- Regla de la Precaución: Una vez terminado todo lo anterior, una vez que hemos analizado la cuestión o problema planteados, debemos revisar de nuevo todo el proceso hasta estar seguros de no cometer ningún error.
Y ¿por qué necesitamos un método? Porque poner en duda lo requiere, es decir, poner en duda todo lo que sabemos hasta encontrar aquello de lo que estamos absolutamente seguros. Para Descartes es fundamental, y estas reglas nos marcan la forma de hacerlo. La duda va a seguir unos pasos, unos grados de intensidad, llamados niveles de la duda.
Niveles de la Duda Cartesiana
- Duda sobre los conocimientos recibidos: Descartes pone en duda todo lo que ha aprendido en los libros y que sus maestros le han enseñado. No está diciendo que todo eso sea falso; lo que afirma es que no podemos estar absolutamente seguros de la verdad de esos conocimientos recibidos. Si esto es así, los ponemos en duda y los dejamos a un lado; debemos seguir caminando (pensando) sin la ayuda de esas enseñanzas. Dudar, pensar correctamente, es un camino solitario.
- Duda sobre la percepción sensorial: Lo siguiente que pone en duda Descartes es todo aquello que percibimos por los sentidos y que en ocasiones consideramos cierto («debo verlo para creerlo»). Muchos animales tienen sentidos mucho más desarrollados y fiables que nosotros. El sol que perciben mis ojos (una bola de luz del tamaño de una moneda) nos muestra una apariencia engañosa. Sabemos que el sol no tiene ese tamaño y esa apariencia que me muestran mis ojos; por lo tanto, los sentidos nos engañan. Debemos seguir dudando y pensando correctamente, no podemos confiar en ellos.
- La Duda Hiperbólica y el Genio Maligno: Pero si los sentidos me engañan, si todo lo que he aprendido hasta ahora no es seguro, entonces he llegado a un punto crítico (esto se denomina «duda hiperbólica»): ya no estoy seguro de nada, porque tampoco estoy seguro de que lo que veo, oigo o toco sea verdadero. Tal vez esté soñando; estoy dormido (mientras soñamos creemos percibir las cosas con la misma intensidad que cuando estamos despiertos), porque no somos conscientes de que estamos soñando hasta que despertamos; los sueños son tan «reales» como la vida «real». Pero Dios, que es bueno, no puede permitir que esto ocurra. Sin embargo, una cosa sí está clara: ahora mismo dudo de que todo sea así, no puedo tener certeza absoluta de todo lo que me rodea. Hemos llegado al límite de la duda.
A pesar de la duda, sí tengo una cosa clara, de algo sí estoy absolutamente seguro: Si dudo, es porque estoy pensando; y si estoy pensando, existo (*cogito ergo sum*). Esta es una idea *clara y distinta*, es el resultado del proceso de la duda. Soy algo cuya actividad y naturaleza esencial es *pensar*; y si pienso, debo existir de alguna forma.
Res Cogitans y Res Extensa: La Dualidad Cartesiana
La duda nos ha llevado al fondo de un pozo, donde hemos encontrado la certeza absoluta. El problema ahora es el «de alguna manera», es decir, estoy seguro de que soy una *res cogitans*, una existencia dotada de pensamiento (capaz de dudar y buscar la certeza). Esta afirmación, «*cogito ergo sum*», es un ejemplo de idea *clara y distinta*. Tenemos un problema: ¿soy algo más que una *res cogitans*? Está claro que los sentidos nos engañan, pero aunque nos engañen, aunque lo que percibimos sea engañoso, falso o algo de lo que no podemos estar seguros, está claro que percibimos cosas, que tenemos sentidos, y si esto es así es porque ahí fuera de mi pensamiento hay algo que produce esas percepciones equivocadas. Si tengo sentidos, es porque soy *res extensa*, un cuerpo o algo que no solo es pensamiento, sino que «ocupa una extensión», un espacio. Sí debo poseer algo parecido a un cuerpo. Entonces, el ser humano se compone de pensamiento y cuerpo. Descartes realizó estudios de anatomía con el fin de analizar el funcionamiento de nuestra *res extensa*.
La Existencia de la Realidad Exterior y Dios
Tenemos dos problemas más: ¿existe la realidad fuera de mi pensamiento? ¿Existe Dios? Soy una cosa que piensa y dispongo de un cuerpo; el resto permanece en la duda. Si soy una *res extensa* y mis sentidos me engañan, esto significa que tengo cuerpo y que ahí fuera hay cosas que son captadas. No sé con exactitud cómo es esa realidad fuera de mí, pero hay una realidad exterior que hay que descubrir (de ahí viene el interés científico de Descartes por la anatomía). Y en cuanto a Dios, como hicieran San Anselmo y Tomás de Aquino, también Descartes se propone demostrar su existencia.
Argumentos para la Existencia de Dios (según el texto)
- 1ª Idea: Descartes rechaza todo aquello de lo que no está seguro: los sentidos nos engañan, el resultado de la enseñanza, no se puede distinguir el sueño de la vigilia.
- 2ª Idea: El ser humano tiene como naturaleza el pensar; esta naturaleza es la base de todo. La teoría dualista postula una *res cogitans* y una *res extensa*. Aunque el cuerpo no existiera, nos dice que la existencia del alma es la característica esencial del ser humano. Todo está ahí por la actividad del alma, de la mente; si hay realidad, es porque soy *res cogitans*.
- 3ª Idea: En el último párrafo del texto se exponen las demostraciones de la existencia de Dios. El proceso de la duda nos lleva a que la única certeza es que existo como *res cogitans*; he descubierto que tengo ideas, entre ellas la de perfección.
Pensamiento e Ideas: Noción
- Ideas innatas: Disponemos de ellas como elementos naturales de nuestra mente.
- Ideas adventicias: Ideas recibidas del exterior.
- Ideas ficticias: Ideas que no corresponden a la realidad y que construimos uniendo otras ideas.
Obras de Descartes
- a) Obras de juventud: Corresponden a la época en la que Descartes forma parte de los Rosacruces; se trata de opúsculos sobre música y matemáticas.
- b) Obras científicas: Descartes escribe *El Mundo* para defender y divulgar la teoría heliocéntrica de Copérnico. Asimismo, escribe pequeñas obras sobre óptica y anatomía.
- c) Obras filosóficas: Su primera obra es *Reglas para la dirección del espíritu*. Pero su obra más importante es, evidentemente, las *Meditaciones Metafísicas*, obra prohibida por la Inquisición, que sería secuestrada y destruida. Posteriormente, publica su obra más famosa, *El Discurso del Método*, una obra de divulgación de su filosofía que le dará cierta fama en Europa.
Influencias de y sobre Descartes
Influencias de otros autores sobre Descartes
Descartes no tiene ninguna deuda o influencia con filósofos anteriores. No es un filósofo profesional y su filosofía supone una ruptura total con el pasado. El proceso de la duda y la autoconciencia como fundamento de la realidad suponen dos aspectos modernos de Descartes, con los que rompe con el pasado.
Influencias de Descartes sobre otros autores
- a) Leibniz: Se propone ampliar la filosofía de Descartes, intentando descubrir qué es la *res extensa*, y analizar qué hay fuera de mí: fuera hay «mónadas». Una mónada es una existencia única, aislada de las demás; aunque percibe el mundo exterior, está encerrada en sí misma. Cada mónada es un yo al que le llegan ecos de otras mónadas situadas fuera de ella.
- b) Kant: Kant estudió con Wolff, quien era un gran divulgador y admirador de la filosofía de Descartes. Kant desarrolló su propia filosofía original, logrando analizar cómo conocemos la realidad que nos rodea, es decir, la relación entre el yo y el mundo, un problema que Descartes no pudo resolver.
- c) Psicología y la Conciencia: Tal vez no sea exagerado decir que Descartes (y la tradición de filósofos de los que acabamos de hablar) inspiró de alguna forma el origen de la psicología. El gran hallazgo de Descartes es la conciencia, la actividad autorreferida de nuestro pensamiento, que se busca a sí mismo. En este sentido, establece la dirección que seguiría la psicología.
- d) Filósofos del Siglo XX: En el siglo XX, varios filósofos han rescatado a Descartes, no para defender aspectos concretos de su filosofía, sino para reivindicarlo como el filósofo moderno que es.
- Husserl: Escribió un libro titulado *Meditaciones Cartesianas*, donde trata de descubrir el funcionamiento de la *res cogitans*. La *epojé* es el proceso mediante el cual creamos ideas, abstrayendo cualquier rastro de la realidad exterior; es decir, una idea es el resultado de complejos procesos de abstracción o universalización de una realidad que al final desaparece para dar origen a una idea (acerca de esa misma realidad).
- Lacan: Este famoso psiquiatra de los años 70 vio en el proceso de la duda cartesiana (y en los sueños que nos relata Descartes) un ejemplo de manifestación del inconsciente, una forma en la que este se muestra y trata de autoanalizarse mediante el lenguaje.