Conceptos Fundamentales de la Filosofía Kantiana: Juicios, Ética y Razón

Clasificación de los Juicios en la Filosofía Kantiana

Para Kant, existen diferentes tipos de juicios:

  1. Juicios analíticos: Son aquellos en los que el predicado está incluido en el concepto del sujeto. Por ejemplo, «el triángulo tiene tres lados». Son universales, necesarios y explicativos (o no extensivos). Son a priori, pues no hace falta la experiencia para establecer la conexión entre sujeto y predicado. No sirven a la ciencia para avanzar en el conocimiento.
  2. Juicios sintéticos: Son aquellos en los que el predicado no está contenido en el concepto del sujeto. Son extensivos, pues el predicado añade algo a lo que sabíamos al conocer el sujeto.

Hasta ahora se pensaba que los juicios sintéticos son a posteriori, pero Kant afirma la posibilidad de elaborar juicios sintéticos a priori; es decir, juicios que satisfacen las condiciones científicas al ser extensivos.

Los Juicios Sintéticos a Priori en Kant

Los juicios sintéticos son aquellos en los que el predicado no está contenido en el concepto del sujeto. Son extensivos, pues el predicado añade algo a lo que sabíamos al conocer el sujeto.

Hasta ahora se pensaba que los juicios sintéticos son a posteriori, pero Kant afirma la posibilidad de elaborar juicios sintéticos a priori; es decir, juicios que satisfacen las condiciones científicas al ser extensivos.

La Crítica Kantiana a la Metafísica

La metafísica pretende establecer las esencias de la realidad más allá de lo establecido por la experiencia sensible. Se ocupa de lo suprasensible, de las ideas trascendentales (Mundo, Alma, Dios), a las que trata como realidades últimas que dan sentido y finalidad a todo lo que ocurre. Sin embargo, ese conocimiento metafísico, como conocimiento científico, no es posible, pues es imposible construir juicios sintéticos a priori desde una razón que va más allá de la experiencia y que no se apoya en la sensibilidad. La metafísica no es posible como ciencia porque en su ámbito no hay fenómenos sensibles (percepciones) desde los que construir juicios, sino que sus ideas se forman en el vacío, a modo de pensamientos que son producto de la «especulación racional», pero no constituyen un conocimiento con características científicas.

La metafísica nunca llegará a ser una ciencia. Cuestiones como la libertad humana, la inmortalidad del alma o la existencia de Dios jamás podrán ser demostradas. La razón pura, como fuente de conocimiento, no puede resolverlas, pero la inclinación del ser humano por estos temas es tan fuerte debido a su ansia de generalidad.

Crítica de Kant a las Éticas Materiales

  1. Las normas que las constituyen son hipotéticas y no categóricas. Por lo tanto, las leyes morales pueden cambiar, y eso, para Kant, es absurdo. Si algo caracteriza a las leyes morales es que nos dicen lo que debe ser ahora y siempre, sin excepción posible.
  2. Las éticas materiales son consecuencialistas. Es decir, para saber qué es bueno, deben recurrir a la materia que solo puede ser conocida por la experiencia. Y esa materia es el placer que producen, ya sea a uno o a muchos. El problema es el mismo: la experiencia no es infalible, puede variar y, con ella, variarían lo que es bueno o malo. De nuevo, las éticas materiales no son éticas.
  3. Las éticas materiales son heterónomas. Es decir, qué sea bueno o malo depende de algo ajeno al sujeto moral: Dios, la sociedad, el Estado, la naturaleza…

La Ética Formal Kantiana

La ética formal debe ser universal y necesaria, válida para todos y para siempre.

Sus principios son:

  • La ley moral tiene un carácter racional y a priori.
  • La virtud es una buena voluntad para cumplir por deber la ley moral de la razón.
  • Las normas o imperativos morales deben tener forma categórica y no hipotética; deben obligar de manera absoluta y no condicional.
  • Las normas o imperativos morales tienen un carácter universal, cumpliendo el principio de universalidad. Deben ser máximas que puedan convertirse en leyes morales universales y necesarias, es decir, han de poder valer para todos los seres humanos. La razón dicta la ley moral, y la voluntad debe quererla y cumplirla por deber o respeto a esa ley, apoyándose ese deber en el requisito de la universalidad.

El Imperativo Categórico Kantiano: Características de un Imperativo Moral

Kant formula el imperativo categórico como el modelo o la forma que el ser humano debe aplicar en su comportamiento.

  1. Obra solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne en ley universal.
  2. Obra como si la máxima de tu acción debiera tornarse, por tu voluntad, ley universal de la naturaleza.
  3. Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin y nunca solamente como un medio.

Los Postulados de la Razón Práctica en Kant

Los postulados de la razón práctica son supuestos que dan una explicación del deber moral. Aunque de por sí son indemostrables teórica y científicamente, sin ellos carecería de sentido la moralidad.

El primero sería el de la libertad humana, pues no podemos obrar moralmente más que si somos libres, y solo si somos libres podremos considerarnos hacedores de leyes universales.

El segundo postulado es la inmortalidad del alma, que la razón teórica se ha visto incapaz de demostrar, pero que aparece ahora como una exigencia práctica para que la moralidad tenga sentido pleno.

El tercer postulado es «la existencia de Dios» como un ser infinitamente justo, bueno y poderoso, que desea y quiere establecer una relación entre virtud y felicidad, siendo la felicidad una consecuencia de la realización de la virtud.

Kant y el Empirismo: Coincidencias y Discrepancias

Kant coincide con la crítica al racionalismo: todo conocimiento tiene como origen y límite los sentidos, en la imposibilidad de la metafísica como ciencia y en que de la experiencia no puede haber conocimiento seguro (ni universalidad ni necesidad, problema de la inducción).

Kant discrepa en que todo lo que hay en el conocimiento procede de la experiencia; en el rechazo de toda metafísica; en el escepticismo (imposibilidad de que haya juicios que aumenten nuestro conocimiento, sintéticos, y seguros, a priori); en el utilitarismo («la mayor felicidad para el mayor número»); en la concepción negativa de la religión; en la ética basada en los sentimientos; y en la negación de la idea del yo.

Relación entre el Pensamiento de Platón y Kant

Kant coincide con Platón en que ética y política deben ir de la mano; en el desdoblamiento de lo real en apariencia y esencia; en la existencia de conceptos no derivados de la experiencia sensible; y en que la inmensa mayoría está presa de la ignorancia y de los prejuicios.

Kant discrepa con Platón en el modelo totalitario de gobierno; en que la misión del Estado es procurar la virtud de sus súbditos; en la ética material e intelectualista; en que es posible conocer las cosas en sí; y en que la razón accede a las verdades sin ningún apoyo en los sentidos.

Ideas Kantianas con Menor Vigencia Actual

  1. Su idea de la buena voluntad: de acuerdo con ella, comportamientos como inmolarse para salvar a su pueblo tendrían que ser categorizados como éticos.
  2. Kant suprimió en su constitución republicana el derecho a la desobediencia civil. Hoy día, en la teoría política, este derecho está adecuadamente sancionado en figuras jurídicas como la de «refugiado político».
  3. No tiene mucha vigencia su concepción del deber por el deber, desconectado de la felicidad y del placer.
  4. Kant participa de la idea de la Ilustración de un progreso inacabable de la humanidad. La posteridad ha revelado su carácter precario, sobre todo en la convicción del progreso moral como una consecuencia del avance tecnocientífico.
  5. Su opción por el sufragio censitario tuvo muchos partidarios en el liberalismo de la época, pero hoy día es políticamente inaceptable.
  6. Kant abogó por las libertades solamente formales, pero olvidaba así otro tipo de derechos, como los cívico-políticos o los económico-sociales. Solo así se puede acabar con toda diferencia entre estamentos.

Comparativa: Kant y Tomás de Aquino

Conocimiento

Tomás de Aquino es un pensador medieval y, por tanto, en la cuestión del conocimiento, sigue unas coordenadas realistas: conocer es copiar en la mente la realidad tal cual, de un modo pasivo y receptivo. Por el contrario, Kant, filósofo moderno y, en consecuencia, idealista, defiende que la realidad no existe independientemente del sujeto que la conoce. En Tomás de Aquino, la preocupación principal es ontológica, mientras que Kant se interesa principalmente por el conocimiento de las cosas. Respecto a la convicción tomista de que todo conocimiento se inicia en los sentidos, Kant comparte este punto de partida, aunque lo complementa.

Metafísica

Kant considera que la metafísica no es posible como ciencia. Tomás de Aquino, por su parte, piensa lo contrario. En el tema de la existencia de Dios, ambos son creyentes, pero mientras Tomás de Aquino cree en la posibilidad de su demostración, Kant se muestra abiertamente contrario.

Ética

Respecto a la ética, encontramos de nuevo una clara oposición. Kant lleva a cabo una revolución total. Distingue entre dos tipos de éticas: las materiales y las formales. Es el fundador de la ética formal, por lo que todas las éticas anteriores a él pertenecen a la categoría de materiales. La ética de Tomás de Aquino, como ética material que es, fija un bien supremo (Dios) y un medio para alcanzarlo: el amor.

Política

En la política, existen semejanzas y diferencias. Dentro de las primeras, estaría la convicción tomista de que el gobierno de uno solo es el mejor. Según Tomás de Aquino, lo mejor es lo que se da en la naturaleza, y en esta, todo gobierno es unipersonal. Kant, por su parte, deposita en el monarca ilustrado el protagonismo de las reformas. No obstante, existe una diferencia importante: para Kant, se trata de una fórmula de gobierno transitoria. También existe una diferencia en la concepción paternalista que Tomás de Aquino tiene de los gobiernos. Los reyes se ocupan de buscar la felicidad para sus gobernados. Kant, por el contrario, piensa que la felicidad es asunto de cada cual, y al Estado no le corresponde más que una función negativa.

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