La Estructura Moral de las Personas
Imaginar posibilidades + elegir entre ellas + justificar la elección = Estructura moral de las personas. Un ser amoral es aquel que actúa automáticamente y no es dueño de sus actos ni responsable de ellos. Las personas podemos comportarnos moral o inmoralmente.
Nacemos con un temperamento, un conjunto de sentimientos y pasiones difíciles de modificar, con un talante y con un carácter que se debe cambiar. Según Zubiri y Aranguren, hay dos tipos de propiedades: por naturaleza y por apropiación. El ser humano, por realidad moral, tiene la apropiación. Hábitos: buenos (virtudes), malos (vicios).
La Conciencia Moral
Conciencia Moral: capacidad de percatarse de que unas formas de vida, valores o principios son más humanizadores, moralmente mejores que otros. Es, pues:
- 1. La capacidad de captar los principios por los que distinguimos lo moralmente bueno y malo.
Para tomar decisiones necesitamos aplicar los principios generales a juicios concretos sobre una situación dada. La conciencia realiza también esta segunda función, la de formular juicios prácticos teniendo en cuenta los principios generales y datos de la situación. La mejor forma de comprender lo que exige es aplicándolo.
La conciencia tiene una tercera función: la autocrítica. Actúa como un juez que alaba unas acciones y desaprueba otras, castigándolas en este último caso con el remordimiento.
Libertad y Determinismo
La Libertad Externa consiste en que nadie nos impida trasladarnos y actuar como nos parezca oportuno, dentro de lo que permitan las leyes y costumbres del país.
La Libertad Interna consiste en poder decidir por uno mismo sobre las cuestiones que nos afectan: es la libertad de querer una cosa u otra, también llamada libertad de la voluntad.
Si la libertad interna es la facultad de la voluntad para actuar en un sentido u otro sin ser determinada por algo ajeno a ella, debe ser capaz de iniciar una serie de causas sin que el acto por el que se inicia la serie tenga una causa, ya que entonces el acto no sería libre.
Determinismo vs. Libre Albedrío
Dos actitudes:
- La de quien está convencido de que nada acontece sin causa, actitud que es determinista si pretende explicar también causalmente la conducta humana.
- La conciencia espontánea que tenemos de actuar en ocasiones libremente, aunque estemos condicionados a obrar en un sentido u otro.
Estar condicionado es distinto de estar determinado. Estar condicionado significa que no se tiene una libertad absoluta y total, pero se conserva la libertad suficiente como para saberse responsable de los propios actos. La libertad está condicionada por el temperamento, el medio social, la educación, la economía y la política.
Perspectivas Históricas y Tipos de Determinismo
Los estoicos, en el siglo IV a.C., consideraron indispensable averiguar cuál es el orden del cosmos para saber cómo hemos de comportarnos en él y para ello recurrieron a la doctrina de Heráclito. Según él, todo se explica por alguna razón y, como la serie de razones no puede ser infinita, ha de haber una razón primera que es la ley que rige el universo, y entendieron que esta ley también era el destino. Dos mundos: la libertad interior, en nuestras manos, y el mundo exterior que no depende de nosotros.
Los reformadores protestantes insistieron en que el ser humano carece de libre albedrío y está predestinado. Los teólogos católicos, en cambio, intentaron contrarrestar el determinismo, manteniendo que Dios y el hombre son conjuntamente los autores de los actos humanos.
Intentan explicar la conducta humana mediante el reduccionismo. Ejemplos:
- Monismo Fisicalista: universo = materia y movimientos de los cuerpos son mecánicos.
- Determinismo Fisiológico: los actos que llamamos libres son actos condicionados muy elaborados.
- Determinismo Psicoanalítico: Freud entiende el obrar humano movido por el inconsciente.
- Determinismo Económico: explica las diferentes formas de producción y de la economía.
- Determinismo Genético: ven en nuestra dotación genética todas nuestras actuaciones.
- Determinismo Psicológico: nuestra conducta está regida por el móvil que ejerce mayor atracción sobre nuestra voluntad, y por eso nuestro comportamiento es racional y no arbitrario.
Nuestra libertad está condicionada.
Libertad de Elección y Autonomía Kantiana
La Libertad de Elección está condicionada porque nuestra voluntad no esté ya determinada, que no sea arbitraria y que haya buenas razones para elegir una y no otra.
Kant propone que las personas podemos elegir no solo los medios, sino también los fines: somos autónomos. Kant llama a esto ley de libertad o ley moral, y el hecho de que tengamos conciencia de ella prueba que nos damos nuestras propias leyes, que somos libres.
Es bueno asumir dos perspectivas:
- La de los acontecimientos externos a la voluntad de las personas que la ciencia puede intentar explicar como efectos, causados por fenómenos que les preceden en el tiempo; así hablamos de leyes naturales.
- La de la voluntad humana, capaz por sí misma de iniciar una serie de efectos, y que es libre. Así podemos hablar de leyes de la libertad, dadas por seres racionales. Nos permiten organizar nuestra vida y nuestra convivencia.
Madurez Moral Kantiana
La idea kantiana de la madurez moral es un proceso que comienza con la heteronomía moral y culmina con la autonomía moral. Se distinguen 3 niveles:
- Nivel Preconvencional: lo que satisface sus intereses.
- Nivel Convencional: la persona considera justo lo que concuerda con las leyes de su sociedad.
- Nivel Postconvencional: las personas distinguen entre las normas de su sociedad y los principios morales universales. Son personas autónomas y su comportamiento se rige por los principios que su propia conciencia reconoce universalmente vinculantes.
Responsabilidad y Ética
Responsabilidad significa la defensa de una cosa en un juicio o la justificación de una acción que ha sido puesta en entredicho.
La Responsabilidad Moral es un fenómeno subjetivo de la conciencia moral. Esto significa que es el sujeto que actúa el que se siente responsable de su acción. Ser responsable moralmente de una acción significa:
- Que quien actúa lo ha hecho con libertad, admitir que esa acción podía no haberse realizado.
- Que quien actúa es capaz de responder de la acción realizada, aduciendo las razones o motivos que le han impulsado a actuar de esa forma concreta.
- Asumir las consecuencias que se deriven de la acción realizada.
La ética de la convicción es la que sigue una persona que procura actuar de acuerdo con principios y valores moralmente buenos, pero se desentiende de las posibles consecuencias de sus actos. La ética de la responsabilidad pone todo el énfasis en las consecuencias previsibles de una acción, dejando en segundo plano los principios o valores en los que se ha inspirado.