Tipologías de Gobierno: De Aristóteles a la Ilustración y la División de Poderes

Las Formas de Gobierno en la Filosofía Política Clásica y Moderna

2. Las Distintas Formas de Gobierno Según Aristóteles

El interés fundamental de la filosofía política aristotélica es determinar cómo es posible que el individuo alcance su plenitud y felicidad dentro de la sociedad. En la obra Política, Aristóteles considera que el objetivo del Estado es garantizar el bien común, que se identifica con el bien individual, y las leyes que posibiliten la consecución de los fines de los seres humanos.

Para Aristóteles, las leyes de la ciudad derivan universalmente de la propia naturaleza humana. En este sentido, defendía que lo normal es que unos dominen sobre otros y que algunos sean esclavos, o que la riqueza derive naturalmente de actividades como el pastoreo, la pesca, la agricultura… pero Aristóteles considera el dinero, y en especial la especulación, como una fuente ilegítima de riqueza.

Aristóteles analizó varias Constituciones de las polis griegas con el objetivo de determinar cuáles son las leyes y las formas de gobierno más adecuadas. Para Aristóteles, podemos considerar las Constituciones como apropiadas o perjudiciales según favorezcan el bien común o procuren el interés individual del que gobierna:

Clasificación Aristotélica de las Formas de Gobierno

Gobiernos que Procuran el Bien Común (Puros)Gobiernos que Procuran el Interés Particular (Corruptos)
Gobierno de UnoMonarquíaTiranía
Gobierno de VariosAristocraciaOligarquía
Gobierno de MuchosDemocracia (Politeia)Demagogia o Democracia Extrema

La Monarquía, la Aristocracia y la Democracia moderada son gobiernos que cuentan con la aceptación del pueblo y respetan las leyes. La Tiranía, la Oligarquía y la Democracia extrema (o demagogia) son gobiernos que no respetan las leyes y buscan solo el propio interés y el enriquecimiento.

La democracia moderada es considerada por Aristóteles la mejor forma de gobierno, a diferencia de Platón. La sociedad perfecta sería similar a las polis griegas: una ciudad no excesivamente numerosa y no muy grande, con pocas desigualdades económicas entre sus ciudadanos, autosuficiente militar y económicamente, y capaz de atender las necesidades culturales y educativas. Aristóteles estima que la monarquía y la aristocracia son buenas formas de gobierno, pero para sociedades con características diferentes a las polis griegas, con una extensión territorial mayor o más tradicionales.

La demagogia, en cambio, sería una forma corrupta o degradada de la democracia, que conduce a un gobierno tiránico en el que los demagogos embaucan al pueblo acudiendo a sus emociones, miedos y pasiones, adulando con promesas hasta gobernar por su propio interés en nombre del pueblo.

3. Tipologías Modernas de las Formas de Gobierno

A partir de la Ilustración, la filosofía comienza a reivindicar el papel del pueblo en la política. Los individuos se habían limitado a ser siervos o súbditos, pero a partir del periodo moderno se reivindicará su papel como ciudadanos.

La experiencia histórica ha demostrado que la libertad y el bienestar de la población no dependen tanto de quién gobierne sino del control que ejercen los ciudadanos sobre el poder político, su participación en este y su limitación.

Mientras que las tipologías clásicas se centraban en el sujeto que ejerce la autoridad, el criterio moderno es el nivel de participación de los ciudadanos en el poder. De este modo podemos distinguir:

  • Ausencia total de participación del pueblo en el poder:

    Propio de sistemas totalitarios, como dictaduras. Los ciudadanos no tienen ninguna vía de representación o de influencia en las instituciones, no intervienen en las leyes ni ejercen ningún control sobre el gobierno.

  • Participación limitada del pueblo en el poder:

    Propio de sociedades en las que el poder político está dividido o compartido entre varios sectores, como el sistema feudal en el que los poderes intermedios (clero, nobleza y Cortes populares) limitaban y controlaban el poder de la monarquía.

  • Participación regulada del pueblo en el poder:

    El pueblo ostenta el poder de forma efectiva y lo ejerce en la constitución de las leyes mediante instituciones como el Parlamento. Propio de sistemas democráticos.

3.1. Montesquieu y la División de Poderes

Montesquieu (1689-1755) es un filósofo francés perteneciente a la Ilustración, conocido por su propuesta de la división de poderes (que ya había anticipado John Locke).

Para Montesquieu, la organización política ideal debe ser consecuente con las dos necesidades básicas de toda sociedad: compaginar la mayor libertad posible para los ciudadanos con una autoridad que imponga sus decisiones. Para garantizar la compatibilidad de los dos aspectos propone limitar el poder descentralizándolo, de modo que se distribuya en varias instituciones independientes, lo que está en la base de la actual división entre el poder ejecutivo, poder legislativo y poder judicial que aplican todos los actuales sistemas democráticos.

Montesquieu plantea dos formas de organización política:

  • República:

    En la República el poder puede ostentarlo todo el pueblo (democracia) o algunas personas capacitadas (aristocracia), guiados en ambos casos por los principios de la libertad, la igualdad y el respeto de los derechos. Pero cuando la libertad se vuelve excesiva o se vulneran los principios anteriores, o cuando el poder se vuelve arbitrario o la nobleza hereditaria, ambos sistemas políticos se corrompen.

  • Monarquía:

    En la Monarquía uno solo posee todo el poder, pero debe gobernar de acuerdo a las leyes establecidas, con el apoyo del pueblo y la ayuda de poderes intermedios subordinados. Si la Monarquía no respeta los derechos del pueblo degenera en despotismo y tiranía.

3.2. J.J. Rousseau: Soberanía y Gobierno

Rousseau (1712-1778) distingue entre tres formas puras de gobierno, que se diferencian por la distinta combinación entre soberanía y gobierno, es decir, entre quien posee el poder y quien lo ejerce:

  • Democracia:

    Soberanía y gobierno coinciden en manos del pueblo, que se gobierna a sí mismo. Para Rousseau se trata del gobierno ideal y perfecto pero más propio de dioses que de hombres, pues los requisitos que exige (virtud política, búsqueda del bien común…) son irrealizables en el conjunto de la población. Podría ser una forma de gobierno adecuada en comunidades pequeñas, con una estructura social sencilla e igualitaria sin diferencias morales ni económicas.

  • Aristocracia:

    La soberanía recae en los ciudadanos pero el gobierno lo ejerce en su nombre una élite de ciudadanos especialmente capacitados. Este gobierno puede ser hereditario o ser elegido por el pueblo, siendo esto último más conveniente pues garantiza una mayor competencia política de los gobernantes.

  • Monarquía:

    El pueblo es soberano, no súbdito, y delega el poder en manos de un monarca, que debe gobernar en su nombre preservando sus derechos y libertades, por lo que su poder debe ser limitado y no absoluto. Para Rousseau es la forma de gobierno más eficaz, capaz de coordinar muchos intereses y a distintos sectores en sociedades complejas y desiguales, aunque está expuesto al peligro del absolutismo.

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