Teoria de la iluminacion de san agustin de hipona resumen

EL SER HUMANO Y EL PROBLEMA DEL MAL MORAL. LA LIBERTAD. El ser humano es concebido al estilo platónico como un alma en un cuerpo, estorbo o cárcel para ella. El alma es creada por Dios a partir del alma de los padres (traduccionismo), es superior al cuerpo, simple e inmortal; el verdadero “yo” que debe aspirar a su unión Con Dios, para llegar a la auténtica felicidad, la participación del sumo bien (Dios). Esa unión exige la virtud y el amor a la verdad absoluta, pero no es fácil, porque el hombre –que arrastra las consecuencias del pecado original- posee una inclinación natural hacia el mal.
La felicidad perfecta es propia de los bienaventurados en la otra visa,, que lograrán la visión beatífica de Dios.Dios ha dotado al ser humano de libre albedrío, con el que puede decidir. Cuando el hombre elige el pero camino se produce el mal moral (pecado), del que solo él es responsable. Dado que en el hombre hay una inclinación natural hacia el mal, Dios la compensa con la gracia, que le empuja hacia el bien, pero ni naturaleza ni gracia determinan sus decisiones. En consecuencia, ni el mal antológico ni el mal moral son reales ni imputables a Dios (ser absolutamente bueno). El mal no es una esencia, es solo una privación o carencia de bien y una consecuencia inevitable del libre albedrío.La libertad consistiría en hacer siempre un buen uso del libre albedrío: elegir siempre el bien y no querer nunca el mal. En realidad, el hombre no puede querer el mal en sí, porque el mal absoluto no existe, pero por debilidad, indecisión o ignorancia puede optar por bienes corporales o terrenales, en vez de buscar los superiores o divinos. Solo la gracia de Dios puede ayudarle a elegir lo correcto: el libre albedrío por sí solo no puede llevar a la virtud.

FILOSOFIA DE LA HISTORIA. LAS DOS CIUDADES. La historia humana manifiesta que en todas las sociedades hay una lucha entre “los que aman a Dios hasta el desprecio de si mismos” y “los que se aman a si mismos hasta el desprecio de Dios”. Metafóricamente, la ciudad de Dios, celeste, y la ciudad terrestre.La historia de la humanidad es el producto de libre albedrío humano (elecciones humanas), pero también de un plan divino, pues dios no abandona a sus criaturas al azar. Y refleja la lucha de la ciudad de los hombres y la ciudad de Dios, y culminará con el triunfo de la ciudad de Dios.


AGUSTÍN DE HIPONA


LAS RELACIONES ENTRE LA FE Y LA RAZÓN.Según San Agustín, tanto la razón como la fe colaboran en la comprensión de la verdad única cristiana, por lo que no admite el suso de la razón por sí sola, sin ayuda de la fe: “Comprende para creer, cree para comprender”. La razón debe ponerse al servicio de la fe, porque el ser humano necesita la iluminación divina para hallar la sabiduría. TEORIA DEL CONOCIMIENTO (GNOSEOLOGÍA).En cuanto a la teoría del conocimiento, se inclina hacia el racionalismo, siguiendo la corriente platónica. El conocimiento sensible es inestable, cambiante, y por ello no es conocimiento auténtico. Las verdades deben ser universales, inmutables y necesarias, y solo el conocimiento intelectual puede captarlas. El autor acepta la existencia de conocimientos innatos aunque, por motivos religiosos, rechaza la teoría de la reminiscencia platónica, ya que no puede admitir la preexistencia del alama. Esas ideas innatas y verdaderas, solo pueden provenir de un ser con similares características y que es el origen de todos los conocimientos: Dios, que ilumina al hombre en su interior, por lo que éste debe mirar dentro de sí, de su intimidad. El conocimiento auténtico lleva al hombre más allá de sí mismo, hacia Dios, en cuya inteligencia divina se encuentran las ideas o formas arquetípicas de todas las cosas. Sin tal iluminación, no sería posible captar la verdad, de donde se deduce que buscar la sabiduría, la verdad, es buscar a Dios: filosofía y teología están unidas. EL MUNDO DE DIOS.Las verdades eternas e inmutables que hay en el ser humano, prueban la existencia de un ser asimismo eterno e inmutable, Dios. El es el Bien y el “sol” que todo lo ilumina –clara influencia platónica-. Es “lo apetecido por todos y todos apetecidos por él”; el creador del mundo según los arquetipos eternos (modelos o ideas) que están su inteligencia: frente al concepto de emanación de Plotino, se introduce en filosofía el término de “creación”. En un acto de voluntad, el mundo ha sido creado por Dios de la nada y de una vez por todas, sin sucesión en el tiempo, porque Sios no está sujeto a los cambios  temporales, solo la realidad por él creada, de la que él es principio y final, alfa y omega. El mundo es bueno al provenir de un Dios bueno. Los seres creados imitan los modelos perfectos de lamente de Dios, pero ono pueden compartir su perfección porque no son divinos, loo que explica la existencia necesaria de mal ontológico. Esto no significa que Dios sea culpable del mal, ni que haya un principio o ser absolutamente maligno sino que el mal carece de entidad al ser definido como ausencia de bien, uy el bien perfecto solo corresponde a Dios.

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