Socrates, Platón y Aristóteles: Las Bases del Pensamiento Occidental

Fundamentos de la Filosofía Clásica Griega

El Debate Político: De la Polis Ideal a la República

Hace muchos siglos, en la antigua Grecia, los sabios comenzaron a hacerse una gran pregunta: ¿cómo debería organizarse una sociedad para que todos pudieran vivir bien y ser felices? Así nació la filosofía política.

Para los primeros en escribir sobre estos temas, lo político y lo ético iban de la mano: una persona buena ayudaba a crear una ciudad justa, y una ciudad justa ayudaba a que sus ciudadanos fueran felices.

Platón y el Estado Ideal

Platón criticaba la democracia de su época por gobernar sin tener en cuenta la preparación. Para él, esto hacía que gobernaran personas ignorantes, manipuladas por oradores llamados demagogos, que usaban palabras bonitas para engañar al pueblo. Por eso, Platón creía que solo los filósofos, los que buscan la verdad y conocen el Bien, deberían gobernar.

Platón soñó con el Estado Ideal, una sociedad perfecta sin corrupción ni conflictos, donde cada persona cumpliera la función que más se ajustara a su naturaleza. Había tres clases sociales, como tres partes del alma:

  • Los Productores: Movidos por el deseo, eran agricultores, comerciantes y artesanos; su virtud era la moderación.
  • Los Guerreros: Valientes y sin posesiones, defendían la ciudad; su virtud era la valentía.
  • Los Gobernantes (Filósofos-Reyes): Los más sabios, guiados por la razón, estudiaban filosofía y no buscaban riqueza; su virtud era la prudencia.

En este mundo perfecto, la educación era esencial. El Estado debía formar a todos los niños, observando quién tenía alma racional, irascible o apetitiva. Así se descubriría quién debía ser gobernante, guerrero o productor. Si alguien destacaba, podía ascender de clase; lo importante era el mérito, no el nacimiento.

Platón veía la justicia como el equilibrio entre todas las partes: que cada persona hiciera su trabajo sin entrometerse en el de los demás, igual que en el alma, donde la razón guía.

Aristóteles: El Animal Político (Zoon Politikon)

Un tiempo después, su discípulo Aristóteles siguió sus pasos, pero fue más realista. Mientras Platón soñaba con un mundo perfecto, Aristóteles quería entender el mundo real.

Estudió más de 150 constituciones de distintas ciudades para ver cómo funcionaban en la práctica. Concluyó que el Estado no es algo inventado, sino natural, porque solo en comunidad se puede alcanzar la plenitud.

Aristóteles pensaba que el ser humano es un animal político por naturaleza (zoon politikon): necesita vivir en sociedad para desarrollarse y alcanzar la felicidad.

Para Aristóteles, existían formas correctas de gobierno, que buscaban el bien común, y formas corruptas, que buscaban el beneficio propio:

  • Si gobernaba uno solo: Monarquía (recta) o Tiranía (corrupta).
  • Si gobernaban pocos: Aristocracia (recta) u Oligarquía (corrupta).
  • Si gobernaban muchos: República o Politeia (recta) o Democracia (corrupta).

A diferencia de Platón, Aristóteles no rechazaba la democracia, pero advertía de sus peligros: el pueblo podía dejarse manipular, gobernar sin preparación o actuar sin respetar las leyes, convirtiéndose en un «tirano colectivo».

Por eso propuso un sistema equilibrado: la República, donde gobierna la clase media, se respeta la ley, se evitan los extremos de riqueza y pobreza y se busca el bien común. Era, para él, la forma más justa y estable.

Así, Platón soñó con la ciudad perfecta y Aristóteles construyó un modelo posible. Entre ambos dejaron una gran lección: que la política no solo trata de mandar, sino de buscar la felicidad y la virtud de todos los ciudadanos.

Antropología y la Naturaleza del Alma (Psique)

Hace mucho tiempo, en la antigua Grecia, los filósofos empezaron a mirar la naturaleza: los ríos, los árboles, las estrellas. Pero llegó Sócrates, un hombre con mucha curiosidad que quiso entender la mente y el alma.

Sócrates y el Conocimiento de Sí Mismo

Sócrates creía que lo más importante de la vida era conocerse a uno mismo. Decía: «Conócete a ti mismo». Para él, muchas de nuestras ideas no son realmente nuestras. Vivir una vida examinada significaba pensar por uno mismo, pensar sobre lo que está bien y lo que está mal, y actuar de manera justa. Según Sócrates, conocerse ayuda a crecer, ser buena persona y hacer el bien en la sociedad.

Para enseñar, Sócrates creó un método llamado Dialéctica, basado en el diálogo. Tenía dos fases:

  1. La Ironía: Fingía no saber nada y hacía preguntas sobre justicia o felicidad, mostrando que la persona no sabía tanto como pensaba.
  2. La Mayéutica: Ayudaba a que el alumno «diera a luz» sus propias ideas, porque creía que la verdad ya estaba dentro de cada uno.

La Psique en Platón: Inmortalidad y Reminiscencia

Uno de sus discípulos, Platón, llevó estas ideas más lejos. Propuso la Teoría de las Ideas, que separa dos mundos:

  • El Mundo Sensible: El que percibimos con los sentidos, que cambia y es imperfecto.
  • El Mundo Inteligible: Invisible, perfecto y eterno, donde existen las Ideas de la Justicia, la Belleza y el Bien.

Para Platón, el alma es inmortal y divina, mientras que el cuerpo es mortal y nos distrae con deseos y placeres. El alma, antes de nacer, conoció las Ideas y, al vivir en un cuerpo, las olvida. Conocer es recordar esas verdades (anamnesis o reminiscencia).

El alma tiene tres partes:

  • Racional: Que busca la verdad y debe gobernar.
  • Irascible: Que siente emociones y valentía.
  • Apetitiva: Que desea placer y riqueza.

Cuando la razón manda, el alma está ordenada y justa.

La Psique en Aristóteles: Forma y Función

Aristóteles, discípulo de Platón, pensaba diferente. Para él no existen dos mundos separados. El alma no es eterna ni separada del cuerpo, sino que forma parte de él. Todo ser vivo tiene alma, que es su forma interna.

Aristóteles distingue tres tipos de alma, según su función:

  • Vegetativa: En plantas; permite crecer y reproducirse.
  • Sensitiva: En animales; permite sentir y moverse.
  • Racional: En humanos; permite pensar, elegir y vivir conscientemente.

El ser humano es un animal racional y social, capaz de usar la razón para controlar los deseos y tomar decisiones. Dentro del alma racional, hay dos funciones:

  • Intelecto (nous): Que comprende verdades universales y capta ideas.
  • Facultad Deliberativa: Que permite elegir y actuar con conciencia.

Así, mientras Platón veía el alma como algo eterno y separado, Aristóteles la entendía como la vida y la razón unidas al cuerpo, un equilibrio entre pensamiento, emociones y acción. Ambos ayudaron a los griegos a reflexionar sobre quiénes somos, cómo debemos vivir y qué es la felicidad, sentando las bases de la psicología y la filosofía del ser humano.

De la Polis al Imperio: Filosofía y Cultura en el Helenismo

Después de las conquistas de Alejandro Magno, el gran imperio griego cambió por completo. Las pequeñas polis, donde antes los ciudadanos decidían las leyes y participaban en la política, fueron desapareciendo. En su lugar nació un gran imperio helenístico, tan enorme que los ciudadanos ya no sentían que tenían poder. Esto hizo que los ciudadanos se sintieran solos y perdidos, sin saber cuál era su papel en este nuevo mundo.

Los filósofos comenzaron a buscar algo diferente: ya no querían cambiar la sociedad, sino que querían aprender a ser felices dentro de ella. Se preguntaban cómo conseguir la paz interior (ataraxia) y cómo vivir sin miedo ni sufrimiento.

En ciudades como Alejandría, el conocimiento fue evolucionando. Se estudiaba la astronomía, la medicina y las matemáticas mientras iban surgiendo nuevas ideas sobre la vida. De esa época nacieron dos grandes caminos:

  • El Estoicismo: Creado por Zenón de Citio, que enseñaba a vivir con razón y calma, aceptando el destino, para llegar a tener paz interior.
  • El Epicureísmo: Creado por Epicuro, buscaba la felicidad en los placeres simples, como la amistad, y en la ausencia de dolor (aponía).

Así, durante el helenismo, los griegos aprendieron que la verdadera felicidad no se encuentra en el poder político, sino en la tranquilidad del alma.

Historicidad de los Problemas Filosóficos

La historicidad de los problemas y concepciones de la filosofía significa que las ideas y los temas de los filósofos dependen de la época. Cada época tiene sus problemas, los resuelve de manera diferente y cada filósofo ve de diferente manera qué es la filosofía. Por eso decimos que la filosofía no es fija, sino que va evolucionando con la historia.

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