Sensibilidad y entendimiento Kant

Los problemas que Kant resuelve(el conocimiento y la realidad, el ser human, la ética y la política)se pueden recoger en 3 preguntas: ¿Qué puedo conocer?¿Que me cabe esperar?¿Que debo hacer?   El conocimiento humano comienza en la experiencia
Dice Kant-, pero esto no implica que todo lo que conocemos se derive de la experiencia.

Primero hemos de tener percepciones sensibles, pero a continuación podemos pensar y descubrir verdades sin recurrir a la experiencia. O sea: empezamos a conocer porque tenemos experiencias, pero los conocimientos que después adquirimos no son siempre derivados de la experiencia. En muchos casos descubrimos cosas sin que sean meras copias de las impresiones experimentadas. Primer punto en que Kant corrige a los empiristas.

Segundo punto: Hume afirmaba que estamos metidos dentro de nuestra esfera de percepciones, o sea, que sólo percibimos apariencias de cosas (fenómenos), no cosas en sí mismas, y esto implica que no sabemos nada de las cosas en sí mismas. Es cierto que no podemos saber qué son las cosas en sí mismas -replica Kant-, pero esto no implica que no podamos pensar que existen cosas en sí mismas. O sea, existen fenómenos (lo que vemos, oímos, etc.) pero también noúmenos (cosas en sí mismas, que no vemos ni oímos, pero que podemos pensar). Así que en cierto modo estamos metidos dentro de la esfera de las percepciones, pero en cierto otro modo podemos pensar más allá de ellas.

Tercer punto: el Empirismo asegura que no hay ideas innatas. Es verdad -dice Kant- pero esto no implica que al nacer seamos tablas rasas, ya que nacemos con la capacidad de pensar y de organizar las percepciones. Esta capacidad es innata, consiste en las formas de la sensibilidad y en las categorías del entendimiento. El sujeto no pone el contenido de las cosas que percibe, pero sí pone el modo de percibir y de pensar las cosas. Este modo de percibir y de pensar es previo a cualquier experiencia, es «transcendental».Aquí Kant distingue entre «transcendente» y «transcendental». Lo primero se refiere a lo que «se sale de». 


Por ejemplo, el Cielo cristiano es transcendente, ya que transciende o traspasa los límites de la vida terrenal. En cambio, «transcendental» se refiere a las condiciones de posibilidad. Una condición de posibilidad es aquello que permite que algo sea posible. Por ejemplo, para oír necesito oídos. Los oídos son la condición de posibilidad de mis audiciones. 

Una cosa es oír algo y otra cosa es lo que hace posible oír algo. Esto que «hace posible» es lo 

transcendental.

En resumen, la tesis de Kant afirma que el conocimiento humano, que comienza en la experiencia es «posible» porque hay algo previo a la experiencia: una capacidad innata para organizar los datos sensoriales y para pensarlos (unas «formas» transcendentales de la 

sensibilidad y del entendimiento).

Kant bautiza su tesis como «filosofía transcendental» o idealismo transcendental. La expresión «idealismo transcendental» quiere decir que el sujeto es quien pone las condiciones de posibilidad del conocimiento. No es un idealismo empirista, como el de Berkeley, es decir, no es que el sujeto haga existir al ser que percibe, sino que el modo en que lo percibe determina su aspecto. Los hombres vemos y pensamos el mundo en función del modo en que captamos y organizamos mentalmente lo que vemos.

«¿qué puedo conocer?»

LOS JUICIOS:


Kant denomina conocimiento «a posteriori» al que se deriva de la experiencia, y a los enunciadosque afirman algo empírico los llama «juicios a posteriori». Por ej., «este perro tiene las orejas marrones» es un juicio «a posteriori», porque afirma algo sacado de la experiencia. Y llama conocimiento «a priori» al que adquirimos sin acudir a la experiencia. Por ejemplo, «este perro más ese otro perro son dos perros» lo que afirma se puede saber que es verdad sin necesidad de ir a verlo.


Las matemáticas son un tipo de cocimiento «a priori». Ahora bien, según Hume este conocimiento se refiere a «relaciones de ideas», relaciones, por ejemplo, de identidad. «Dos es dos», esto es verdad, pero no aporta información nueva, no dice nada del mundo, no trata de «cuestiones de hecho», es una tautología.Según Kant, las proposiciones matemáticas son “a priori” pero no por ello son siempre tautologías.Por tanto, los juicios matemáticos pueden ser «juicios sintéticos a priori».  «A priori»: que no se derivan de la experiencia; “sintéticos”: que aportan información nueva, que sintetizan diversas nociones en una sola proposición.

Hay, pues,diferentes tipos de juicios:

• Si se refieren al origen del conocimiento:

– «A posteriori»: se originan en la experiencia.

– «A priori»: no se originan en la experiencia.

• Según la información que aportan:

– Analíticos: no aportan información nueva.

– Sintéticos: dan información nueva.

Así pues, puede haber los siguientes tipos de juicio:

– Juicios analíticos a priori: son aquellos que no dan información nueva (analíticos) y que no necesitan la experiencia para saber si son verdaderos o falsos (a priori). Ejemplos: «3=3», «los alumnos son los alumnos». «el pan es pan, el vino es vino».

– Juicios sintéticos a posteriori: son aquellos que sí aportan información nueva (sintéticos) y que se comprueban en la experiencia. Ejemplos: «Este pan es de centeno», «el vino de Portugal es de buena calidad», «los alumnos son muy estudiosos».

– Juicios sintéticos a priori: son los que aportan información nueva (sintéticos) pero no se derivan de la experiencia, sino que se pueden verificar a priori. Ej. «la distancia más corta entre dos puntos es la recta», «6 es 2 y 4».      La tesis de Kant es, pues, que hay juicios sintéticos a priori (contra lo que dijo Hume), pero esto abre un nuevo problema: ¿cómo es posible esto de que se descubra información sin acudir a la experiencia.


¿Que debo hacer?(ética)


A su juicio, el concepto clave de la ética es el deber. O dicho de otro modo. Que la acción tenga un sentido ético no depende de que busque el placer, la felicidad, una recompensa celestial o la simpática amistad de los demás. Una acción es moral porque se hace por deber. La bondad moral no depende de que logremos una meta feliz pero tampoco -insiste Kant- de los sentimientos de simpatía, como creen Hume y los filósofos del sentido común, no consiste en un asunto de gusto, sino de razón. Es decir: cuando comprendemos racionalmente qué debemos hacer, según una buena intención, y actuamos según esta «razón», sin que importen los sentimientos, entonces es cuando actuamos bien.

La ética se expresa mediante «imperativos» prescriptivos, no mediante fórmulas descriptivas.  Un imperativo es una orden, una exhortación, un consejo, un «haz esto», un «debes comportarte de tal modo».  Estas fórmulas son imperativas, imponen una orden o consejo, apelan al deber. Hay dos tipos de imperativo:

– Imperativos hipotéticos: En estos imperativos lo que debes hacer queda condicionado por otra cosa, estos imperativos parecen éticos, ya que aconsejan moralmente, y sin embargo no lo son -asegura Kant- ya que no dejan libertad a la persona: porque, para actuar bien, está prisionera de un premio o de un castigo.

– Imperativos categóricos: no están condicionados. Ordenan o aconsejan hacer algo pase lo que pase, sin condiciones de nada ni de nadie. La razón moral es autosuficiente y el hombre moral es autónomo.

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