Pruebas cartesianas de la existencia de Dios

René Descartes. Edad Moderna (S. XVII)


Por los errores cometidos en la explicación a cerca de la realidad y en el conocimiento de la misma, propone la llamada duda metódica.

Gnoseología cartesiana


La duda metódica.

Los sentidos cometen errores, nos engañan, luego el único camino a la verdad es la razón, el problema es que la razón se oscurece cuando aparecen los prejuicios. Para evitar errores es preciso aplicar la duda, que no es la duda escéptica,  a través de cuatro hipótesis:


1ª h del engaño permanente de los sentidos

Puesto que los sentidos nos han engañado alguna vez no pueden convertirse en principio de conocimiento verdadero.


2ª h del sueño

Hay sueños que son más nítidos que lo que vivimos despiertos, durante la vigilia, por lo que es difícil determinar qué es la verdad, si lo vivido en la vigilia o lo vivido en el sueño.


3ª h del Dios engañador

Existen verdades como son las matemáticas que lo son en sueño y despiertos pero podría suceder que Dios, siendo todopoderoso, quiera engañarnos haciéndonos asentir a la verdad de razonamientos que en realidad no lo son.


4ª h del genio maligno

Suponiendo que Dios no tiene razón alguna para engañarnos, podría suceder que un genio maligno dotado de un inmenso poder nos condujera siempre al engaño. El objetivo principal ha de ser la claridad y distinción que nos permite discernir lo verdadero de lo falso. Comenzando por la duda, propone en su obra Discurso del método cuatro reglas que el entendimiento ha de tener presentes:

-1ª r de la evidencia

: Consiste en no admitir como verdadera cosa alguna que no se presente como evidente, hay pues que evitar la precipitación y el prejuicio, solo así se obtienen ideas claras y distintas. La inmediatez de la idea se convierte  en el criterio de verdad para Descartes.


2ª r del análisis

Consiste en dividir cada una de las dificultades que vayamos a examinar en tantas partes como sea posible para resolverlas o entenderlas con mayor facilidad, se trata de dividir lo complejo en sus elementos simples para obtener la claridad y distinción necesarias para el conocimiento correcto, adecuado.


3ª r de la síntesis

Consiste en conducir con orden nuestra reflexión comenzando por los objetos más simples y fácilmente cognoscibles para ascender poco a poco al conocimiento de lo más complejo. Se trata de formar una cadena de intuiciones parciales de elementos simples cuyo resultado será una intuición total, evidente y libre de errores.


4ª r de enumeración completa

Consiste en realizar recuentos tan completos y revisiones tan amplias que podamos estar seguros de no omitir ningún elemento imprescindible  del problema. Se trata por tanto de realizar una comprobación de todo el proceso para obtener una evidencia del conjunto, lo que nos permitirá deducir conocimientos nuevos.

El verdadero conocimiento está sujeto a la intuición o contemplación directa de las verdades evidentes y a la deducción o serie de actos que la mente ejecuta para inferir de la idea clara y distinta, nuevas ideas. Para establecer la validez del método, es necesario encontrar una verdad que sea tan evidente que su negación no solo sea falsa sino también contradictoria. Si pongo en tela de juicio absolutamente todo lo que hasta ahora he tenido por verdadero, dudo.

Metafísica cartesiana


Antropología


El yo.

Cuanto más dudemos de nuestro conocimiento más evidente se hará que hay un sujeto que duda. Tanto es así que si dejásemos de pensar, aunque todo lo que hubiésemos pensado fuese verdadero, no tendríamos razón alguna para pensar que habíamos existido. De lo único que estamos ciertos, es de que tengo un alma que piensa y de que es independiente de mi cuerpo puesto que pensamiento y cuerpo son pensados por mi, cosas distintas. No puedo dudar de que dudo, de que pienso, sí puedo dudar de que tengo cuerpo, y la idea de que pienso no proviene de experiencia alguna por lo que es innata. De ahí la idea “cogito ergo sum” -> Pienso luego existo. El motivo por el cual Descartes mantiene la independencia el cuerpo y el alma es defender la libertad del hombre ya que la concepción materialista del mundo no deja espacio a la libertad y por tanto, a los valores espirituales del ser humano. Constituye dos substancias independientes: “res extensa” y “res cogitans”. Esta independencia plantea el problema de la comunicación entre ellas, cuerpo y alma son independientes pero hay un yo que los une, el mismo yo que piensa, sufre, habla, crece, se alimenta, etc… esa unidad es por una parte accidental pero la experiencia indica que es una unidad íntima que coordina ambas substancias. El problema es que sigo sin poder afirmar la existencia del cuerpo con seguridad, de modo que sé que existo porque pienso, pero sigo sin saber si hay alguna idea clara y distinta que me permita afirmar la existencia del mundo y con él, de mi cuerpo. Será la idea Dios la que permita afirmar la verdad de nuestras afirmaciones a cerca del mundo, la que llama “res infinita”. Tenemos entonces las tres substancias: Dios, alma y mundo, pero de momento solo hemos podido demostrar la “res cogitans”.

Teología


“Res infinita”

Como dudamos, deducimos que no somos perfectos.
De ser perfecto, en vez de dudar, conoceríamos.
La idea de perfección no puede venir ni de la nada ni de nosotros mismos pues somos seres imperfectos. Su origen ha de encontrarse en alguna naturaleza más perfecta que nosotros que haya puesto la idea de perfección en nosotros y esa naturaleza no puede ser otra que Dios.
Esta primera prueba se apoya en la idea de infinitud; si tenemos la idea de infinitud es porque un ser más perfecto la ha puesto en nosotros.

En la segunda prueba, se observa que el yo que percibo como existente carece de alguna de las perfecciones que conoce. Es necesario que exista un ser más perfecto del cual el yo  haya adquirido todo lo que sabe y tiene. La existencia está contenida en la idea de Dios. Es imposible concebir a Dios como un ser inexistente. Descartes se basa en el argumento ontológico de San Anselmo.
La existencia de Dios más que demostrada, es intuida. Se presenta como una idea clara y distinta a la que debemos asentir. Ahora bien, si aplicamos la duda metódica de Descartes tenemos que plantearnos si no es nuestro genio maligno quien nos la presenta como tal verdad cuando en realidad no lo es.  En cualquier caso, una vez demostrada la existencia de Dios, Descartes lo convierte en la garantía de que los objetos pensados por ideas claras y distintas son reales.  La realidad del Mundo. Si apoyamos nuestro conocimiento del mundo en la razón, ésta nos proporciona nociones acerca de la realidad de cuya verdad podemos estar seguros, puesto que, si Dios existe y es sumamente perfecto, podemos asumir que Él ha colocado ideas verdaderas en nosotros. Dios no tiene interés alguno en mantenernos engañados y confusos.

Después de demostrar la existencia de Dios y del yo, Descartes va a defender la existencia del Mundo, porque lo que sabemos acerca de él lo sabemos gracias a Dios. Ya tenemos la existencia de 3 sustancias:

Dios → res infinita                                    Yo → res cogitans                                     Mundo → res extensa

(Realidad espacial)

Descartes concibe el Mundo como una máquina que se reduce a materia o extensión, y que recibe su movimiento de Dios. Dios es la primera causa del movimiento en el Mundo.

Ética cartesiana


Propone una moral provisional que le sirva mientras dure el proceso de formación teórica del saber, una moral que le ayude a ser decidido en sus acciones y a vivir lo más feliz posible, una moral que quede formulada en su Discurso del método
. Se reduce a los principios:

Obedecer las leyes y costumbres de su país conservando la religión en que le han instruido y dirigíéndose en lo demás por la oposición de los más sensatos.

Ser diligente a la hora de actuar siguiendo los conocimientos más probables.

Vencerse a sí mismo y afrontar las limitaciones que el entorno nos impone, se trata de cambiar nuestros deseos antes de pretender cambiar al orden del mundo.

Progresar al máx en nuestro conocimiento de la vdd siguiendo el método racional por él propuesto./Dk afirmó q hay tres verdades que nos ayudan a dirigir bien nuestra conducta:

Dios existe y todo depende de él. 2ª. La naturaleza del alma es más noble que la del cuerpo.

El universo refleja la grandeza de Dios./a esto añadió que como los individuos solo pueden subsistir formando parte de una sociedad es preciso preferir los intereses del conjunto antes que los particulares en su tratado Las pasiones del alma
. La razón debe evitar el mal uso de las pasiones pero no eliminarlas porque en sí mismas son positivas, consideró además que la virtud principal es la generosidad que entiende como el hábito de usar adecuadamente la voluntad.

Hume


(XVII)

Gnoseología


Según Hume tenemos dos conceptos fundamentales a la hora de conocer, lo que llama impresiones e ideas:

-Impresiones. Serían aquellos elementos de conocimiento primeros o más intensos, que recibimos por los sentidos, o los más presentes e inmediatos a nuestros sentidos. Por ejemplo: conocemos a una persona y su rostro que no conocíamos antes, esa primera visión tiene una huella más intensa que si quiero recordar ese rostro pasado un día.

-Ideas. A diferencia de las impresiones son menos intensas, copias disminuidas del original al conocer cualquier realidad eterna al sujeto y que se vinculan al recuerdo o la memoria de la huella o impresión original vinculada siempre al presente.

Esta teoría del conocimiento está escrita dentro de su libro “Tratado de la naturaleza humana”. Hume considera que el recuerdo vinculado a las ideas, se fundamenta casi siempre en la ley de asociación de la memoria, que dice que cuando un recuero ligado a otro recuerdo por una semejanza conceptual, aparecerá en nosotros ese segundo recuerdo de modo involuntario sin que lo hayamos querido. Por ejemplo: si alguien menciona un amigo de ambos (de quien lo menciona y de mi) al que no vemos hace mucho, inmediatamente me acordaré con una idea del rostro de ese amigo que tenemos en común.  Existen dos conceptos fundamentales dentro de la teoría del conocimiento:

-Verdades de razón. Son las verdades provenientes de las matemáticas: geometría y aritmética. Estas verdades son incuestionables y no llevan nunca a error.

-Verdades de hecho. Son aquellas verdades referidas a la relación externa conocida por las impresiones e ideas y que pueda llevarnos a error, a veces. Por ejemplo: si ponemos las manos sobre el fuego, las retiraremos al instante porque sentiremos dolor vinculado al tacto. Será una verdad de hecho ligada a la experiencia empírica llevada a efecto.

Hume dice lo siguiente de estas dos verdades: “cualquier juicio que no sea de verdades de razón o matemáticas o sobre verdades de hecho o experiencia, arrojémosla al fuego, no tiene sentido hablar de ella”.

Hume es conocido también por la afirmación vinculada a la teoría de la probabilidad según la cual: “No podemos determinar que un hecho acontecido regularmente todos los días vaya a suceder en el futuro de igual modo”. Por ejemplo, por el hecho de que todos los días salga el sol por el horizonte y lo vemos salir, no podemos afirmar de modo absoluto y veraz (cierto) que mañana saldrá el sol. Esa afirmación es probable, no cierta ni veraz absolutamente. Por tanto, Hume establece la teoría de la probabilidad referida a la experiencia. Además, será el creador de la crítica al principio de causalidad como conexión necesaria entre causa y efecto. Hume considera teniendo en cuenta el conjunto de impresión, que la causa de una relación con un efecto consiguiente en el tiempo, nunca es una conexión necesaria entre causa y efecto. Habitualmente vemos por medio de las impresiones que a una causa le sucede un efecto, creemos que el futuro sucederá igual. Por ejemplo: cuando una bola de billar golpea y pone en movimiento otra bola de billar, decimos que la primera es causa del movimiento de la segunda. Hume dice en este ejemplo que no vemos la conexión necesaria entre la primera bola y el movimiento de la segunda bola. Tampoco vemos la impresión momentánea del choque entre la primera y la segunda bola. Solo vemos que una bola pone en movimiento a otra que estaba parada. En definitiva, Hume pone en cuestión:

-La idea de conexión necesaria entre causa y efecto.

-La afirmación de que entre causa y efecto hay una relación directa y necesaria. En las 2 bolas de billar si por costumbre o habitualmente contemplamos que una bola de billar pone en movimiento a otra creemos que hay conexión necesaria entre ambos aunque no lo haya.

/////

En el caso de Hume, como máximo representante del Empirismo, el conocimiento comienza en los sentidos y solo puede extenderse hacia lo que pertenece al ámbito de los sentidos.
El conocimiento humano tiene su origen en lo sensible;
Construimos las ideas a base de experimentar.
Las ideas no son más que un reflejo de nuestras percepciones originales. Es pura inducción.  Todas las ideas, en tanto copias de impresión, son, por naturaleza, débiles y oscuras, en especial las más abstractas. Se tiende a confundirlas con otras ideas semejantes, por el contrario toda impresión es fuerte y vivaz, y no es tan fácil cometer un error respecto a ella. Las impresiones son lo primero genéticamente hablando, pero además son más precisas e intensas, de modo que deben convertirse en nuestro criterio de verdad;
Una idea será verdadera cuanto más se ajuste a una impresión. (Así, cuando tengamos la más mínima sospecha de que se está empleado un término oscuro, sin significado o sin contenido, no tendremos más que preguntar de qué impresión se deriva dicha idea. De no poder asignarle una, podremos afirmar nuestra sospecha de que esa idea no expresa verdad.) Todas nuestras impresiones e ideas pueden ser simples o complejas.

Las simples no admiten separación ni distinción, son las más valiosas desde el punto de vista cognitivo, por eso entre las impresiones simples y las ideas simples hay una gran semejanza. Una impresión simple es un color.
Las impresiones o ideas complejas son aquellas que sí admiten distinción y separación. Son divisibles en impresiones e ideas simples, así que, para establecer su verdad lo mejor es establecer a qué impresiones simples responden. Una impresión compleja es cualquier objeto./Las impresiones simples son un criterio válido para establecer la verdad de nuestras afirmaciones acerca de la realidad, lo que Hume denomina “cuestiones de hecho”. Una cuestión de hecho es un razonamiento que relaciona entre sí hechos observables;
el oro es amarillo
. Una cuestión de hecho es un juicio sintético a posteriori (=que depende de la experiencia), por tanto, su contrario puede ser verdad, es posible. Estos juicios son aquellos en los que el sujeto no contiene al predicado, de modo que es necesario recurrir a la experiencia para establecerlos. La relación existente entre sujeto y predicado es contingente, probable; se da pero podría no darse. Los juicios analíticos o relaciones de ideas son a priori, basta analizar el sujeto para conocer el predicado. La relación entre sujeto y predicado es necesaria.
Los juicios analíticos conducen a verdades absolutas pero no amplían nuestro conocimiento de la verdad.

Si el conocimiento humano se apoya en las percepciones inmediatas, la configuración de ideas generales, no tienen fundamento en la experiencia sino en los principios del entendimiento humano, que nos llevan a conformar ideas por su semejanza, continuidad, etc. La observación frecuente, de hecho, de la misma Naturaleza nos lleva a englobarlos bajo una misma idea, ya sea debido a su semejanza, a la continuidad, a la contigüidad de esos hechos o a la aplicación del principio de causalidad.
La causalidad es una noción que no parece responder a impresión sensible alguna. Por lo que el principio de causalidad que fundamenta el conocimiento científico carece de la validez gnoseológica que habitualmente le damos.

Crítica a la causalidad

Hume es el primero en formular un principio que sostiene que para el mundo fenoménico no son validas las deducciones, los juicios analíticos, frente al Racionalismo. Humeentiende que nuestras percepciones son cada una de ellas un elemento separado que la mente se encarga de asociar; ninguna percepción está relacionada con otra. Sin embargo, el principio de causalidad establece una relación de necesidad entre la causa y el efecto; a determinada causa le siguen necesariamente determinados efectos. Pero nada hay en las causas que al analizarlas establezca la necesidad de lo que llamamos efecto, cada hecho es distinto de su causa.
En las cualidades empíricas del efecto no es posible descubrir ni su causa ni sus posibles efectos. De la causalidad no tenemos experiencia o impresión alguna. En el caso de la relación causa, cada efecto es un hecho distinto de su causa, la experiencia consiste en que recordamos haber tenido ejemplos frecuentes de la existencia de una especie de objetos, recordamos también que los individuos pertenecientes a otra especia de objetos han acompañado siempre a los primeros y que han existido según un orden regular de contigüidad y sucesión entre ellos. Somos nosotros quienes establecemos una relación causal entre los primeros y los segundos, es la costumbre, el hábito asociativo de la mente, el que conecta entre sí una impresión o idea con otra. De la causalidad no podemos afirmar nada seguro.
Ahora bien, esto no significa que la causalidad no sea un principio canónico de la mente, resulta útil porque es un modelo o norma que seguimos en nuestra explicación de la realidad con el objeto de que nuestros conocimientos sean aceptables. Exactamente lo mismo pasa con los objetos metafísicos…

Metafísica de Hume

Crítica a las substancias o carácterísticas generales de la metafísica

La observación de que hay hechos que se repiten en el tiempo y espacio nos llevan a pensar que bajo ellos hay una realidad que mantiene la identidad bajo la pluralidad, sin embargo, solo tenemos impresiones de hechos concretos y particulares nunca de esa identidad a la que llamamos substancia, de modo que el concepto metafísico de substancia es un concepto oscuro, no responde a impresión alguna ni nos proporciona un conocimiento fiable a cerca de la realidad. Sucede lo mismo con el Dios, el yo y el mundo.

Antropología


Crítica al yo.

Con frecuencia tendemos a pensar que existe un sujeto que mantiene nuestra propia identidad, sujeto al que llamamos yo, pero como idea tendría que derivarse de una impresión precedente. No solo no hay experiencia del yo sino que contradice el hecho fundamental del carácter atómico de nuestras percepciones. Lo único que tenemos realmente son percepciones concretas, singulares de estados anímicos semejantes o continuos en el tiempo, es la tendencia de la mente a conectar dichas percepciones la que elabora la noción del yo. Pero en entendimiento humano es incapaz de de descubrir conexión alguna entre dichas percepciones, el yo se reduce a un haz o colección de diferentes percepciones que la mente por su tendencia natural a sintetizar nos lleva a imaginar como algo simple, idéntico. La creencia en la identidad personal rebosa en mucho lo que la experiencia nos aporta más si cabe que la creencia en la relación causal, el yo es una ficción de la mente que consiste en dotar de existencia algo de lo que no tenemos noticia alguna. Decía Kant que la lectura de Hume le despertó de la ilusión trascendental, entendiendo por ello lo que está más allá de lo sensible. Ilusión trascendental: la creencia del ser humano a afirmar la existencia de seres a cerca de cuya existencia no tiene noticia o impresión alguna.

Teología

Al igual que el yo, la idea de Dios no responde a ningún conocimiento empírico;
Cae fuera de los límites del entendimiento humano, por lo que habrá que relegarla al ámbito de la pura fe (separación de fe y razón)
. No hay argumento a priori que pueda llevarnos a postular la existencia de Dios, ya que carecemos de experiencia acerca de la necesidad de los seres y no es contradictorio pensar en su posible inexistencia, de todos los seres puedo pensar su posible inexistencia. La idea de ser necesario no parece corresponderse con ninguna impresión. Tampoco poseemos datos sobre el ser de Dios, sus operaciones o sus atributos, por lo que difícilmente podemos basar su existencia en la infinitud o necesidad que le presuponen los argumentos a priori (Argumento ontológico de San Anselmo).

Tampoco demuestran nada los argumentos a posteriori, porque no poseemos dato alguno acerca de la creación, respecto de la materia podemos afirmar su eternidad como su finitud, ergo carece de sentido sostener que el mundo ha necesitado para existir de una causa anterior a él, porque puede haber existido desde siempre. Las vías tomistas presuponen lo que intentan demostrar; presuponen que el mundo ha sido creado.

Adelantando lo que luego va a constituir la crítica de Kant a las pruebas cosmológicas, Hume insiste en que la progresión infinita o la ruptura de la seria lógica de causas no pueden constituir una explicación satisfactoria del Universo. Por lo que, según Hume, es mejor no mirar más allá del mundo material presente.
Dos siglos después, Wittgenstein dirá ‹‹De lo que no se puede hablar, es mejor callarse››; y Dios cae dentro de ese campo de lo que no se puede hablar (ámbito de la mística, en el que Wittgenstein no solo mete la metafísica sino también la moral, al contrario de Hume).

Religión y moral naturales (de la razón humana) Como ya señalaba Epicuro, el mal que observamos en la realidad no parece compatible con la idea de un Dios providente, sumamente bueno y omnipotente, de ahí que para Hume el mal haya que achacarlo a causas naturales.
Para Hume, hay 4 causas naturales del mal:

  • La necesidad
  • La contrariedad entre las leyes naturales y los designios del hombre
  • Las escasas dotes del hombre
  • La falta de precisión en las operaciones de todos los resortes y principios de la gran máquina de la Naturaleza.

La esperanza de poner fin a estos males ha de cifrarse en medios naturales, al alcance de la mano humana. La ociosidad es la madre de todos los males y debemos combatirla con una mayor tendencia a la industria y el trabajo, una mayor inventiva y actividad mental con la constante inclinación a los negocios, y con diligencia y aplicación en el quehacer cotidiano, propuestas todas ellas muy acordes con la sociedad protestante burguesa de la Inglaterra de Hume.

Si la filosofía moral (ética)
puede encontrar su fundamento en la propia constitución natural del hombre, entonces no precisa ya de sanción religiosa alguna. Así, aunque en ocasiones Hume admita que la religión es necesaria para la vida y para la moral, lo cierto es que para él la religión se opone a la moral, y se opone porque el origen de la religión se halla en la perversión de los sentimientos que se hallan en la base de la moral natural, en el deseo de Justicia e Igualdad.

Siempre que en la historia la religión aparece como bandera y fundamento de alguna causa, nos encontramos con guerras, persecuciones, opresión y todas las miserias que las acompañan. Por otra parte, la religión en general —y el monoteísmo en particular— tienden a humillar y a someter al hombre.
Oprime al desdichado creyente dejando vía libre a la barbarie y a la arbitrariedad, contrarias naturalmente al sentido de la justicia y de la igualdad que emanan de nuestra razón, pues éstas solo pueden apoyarse en el sentido común y en la ausencia del temor a poderosos y lejanos dioses (lo que provoca el fanatismo y la superstición).

Cuanto más naturales y cercanos sean los dioses, más cómodos nos sentiremos en nuestro trato con ellos y más fácil nos resultará actuar como ellos. El Naturalismo de Hume es evidente; todo, desde el conocimiento hasta la religión y la moral, se explica por los condicionamientos naturales.
Solo nos es dado conocer lo que depende de la experiencia sensible. Lo transcendente, si es que existe y no es producto de la imaginación, escapa a nuestras posibilidades de entendimiento. También nuestra acción está determinada por el ciego de curso natural
. Todo, pues, depende de la Naturaleza, los valores e ideales humanos responden a una fundamentación natural en la que debemos buscar la Justicia y la Humanidad que mejoran la condición humana.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *