Ortega y Gasset: Filosofía, Vida y la Realidad de la Circunstancia

La Concepción Filosófica de Ortega y Gasset

Ortega y Gasset entiende por filosofía el conocimiento del universo o de todo lo que hay. La filosofía se origina debido a una actitud necesaria al intelecto, puramente teorética, ya que se plantea —sin suponer que tenga solución— un problema absoluto ajeno a todo fin práctico. La filosofía, además, debe ser autónoma (porque renuncia a fundarse en supuestas verdades anteriores a la filosofía), así como universalista (porque trata de abarcar la totalidad de los seres). Para alcanzar estos fines, la filosofía ha de fundamentarse en datos evidentes e indudables, por lo que deberá determinarse primero cuál es la realidad radical cuya existencia es evidente e indubitable.

Crítica al Realismo e Idealismo: La Vida como Realidad Radical

En relación con la pregunta por la realidad radical, Ortega critica tanto el realismo como el idealismo. El realismo antiguo, representado por Aristóteles, sostiene ingenuamente que las cosas existen independientemente del yo, siendo las cosas y el hombre sustancias; por el contrario, el idealismo moderno, que tiene en Descartes su origen, afirma que lo único que existe independientemente es el yo y sus ideas, ya que el pensamiento es lo único verdaderamente indudable. Para Ortega, ni las cosas existen independientemente del yo ni el yo existe independientemente de las cosas, sino que la realidad radical —en la que se dan tanto el yo como las cosas, coexistiendo sujeto y mundo— es la vida, es decir, el quehacer del yo con las cosas.

Vivir: Quehacer, Proyecto y Circunstancia

Vivir es saberse viviendo y encontrarse en el mundo haciendo algo con las cosas. Esta ocupación en algo que es la vida se orienta hacia una finalidad que nosotros decidimos. La vida no se nos da hecha y fijada, sino que hay que hacerla. Por consistir la vida en un quehacer, es necesariamente anticipación y proyecto, y, puesto que este proyecto es decisión nuestra, vivir es tener que elegir entre las posibilidades que se nos ofrecen. Estas posibilidades no son ilimitadas y abstractas, sino que dependen de nuestra circunstancia concreta y determinada. «Yo soy yo y mis circunstancias», porque la vida es la convivencia del yo con las circunstancias, es decir, con todo lo que no es yo y con lo que el yo se encuentra: su cuerpo, su temperamento, la sociedad en la que vive, los demás, la generación a la que pertenece, las creencias, las cosas… Ahora bien, si la vida es decidir lo que se va a hacer desde las circunstancias en las que nos encontramos, la vida ha de ser necesariamente temporal y abierta al futuro. La sustancia de la vida es tiempo y cambio, y, por ello, solo es accesible desde un nuevo concepto de la razón fundado en la vida.

Raciovitalismo: La Razón Vital e Histórica

Para comprender adecuadamente la realidad radical de la vida, es necesario, a juicio de Ortega, superar el racionalismo. Desde Grecia y hasta el triunfo del racionalismo moderno y la razón matemática, se ha entendido la razón como captación de lo universal e inmutable. Pero la realidad radical es la vida y, como la vida es temporal y cambiante, la razón pura no sirve para conocerla. El error del racionalismo ha conducido al irracionalismo vitalista, que niega que la razón sea una fuente válida de conocimiento y afirma la vida contra la razón, como hacía Nietzsche. Ortega sostiene, como alternativa a ambas posturas, un raciovitalismo cuyo concepto central es la razón vital, que debe sustituir a la razón pura, que es solamente una forma de razón, por encima de la cual se encuentra la razón vital. La razón es una función de la vida, es la vida dando razón de sí misma y comprendiéndose. Solo la razón vital, es decir, la vida dando cuenta de sí misma, puede conocer la vida. Además, la vida es inevitablemente temporal e histórica, siendo el pasado una circunstancia más del presente. El ser humano no es naturaleza, como el resto de seres, sino historia. Por tanto, la razón vital ha de ser necesariamente una razón histórica. La razón pura del racionalismo y las ciencias piensan esencias eternas y universales, por lo que no sirve para pensar y comprender la temporalidad, historicidad y singularidad de cada vida y de la historia en su conjunto.

El Perspectivismo Orteguiano

Por otra parte, la realidad siempre es contemplada desde el punto de vista o perspectiva que cada uno ocupa. Una realidad que no es vista o vivida desde ninguna perspectiva es un concepto absurdo. Cada vida es un punto de vista único del universo y, por este motivo, la perspectiva es una característica esencial de la realidad misma. El perspectivismo de Ortega se aleja tanto del escepticismo relativista (que niega la posibilidad del conocimiento al advertir la diversidad de opiniones) como del dogmatismo racionalista (que pretende conocer la realidad en sí sin tener en cuenta la diversidad de perspectivas que ofrece).

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