Leyes de la dialectica de la conexion

Alienación e ideología en la filosofía de Marx

Marx nació a principios del siglo XIX, viéndose influenciado en su pensamiento por los siguientes elementos de su contexto histórico.

En primer lugar, la consolidación del capitalismo como sistema económico, consistente en la separación de capital y trabajo, lo que generaba grandes capitales y una gran masa de trabajadores sin propiedad que vivían en pésimas condiciones.

El liberalismo comprendía la libertad de empresa, de contratación, de producción, de precios y de mercado. El motor de la economía era la obtención de plusvalías, en un mercado regido por las leyes de la oferta y la demanda. La fuerza de trabajo es un producto más del mercado.

También marx, se ve influenciado por el positivismo científico, que rechazaba la certeza de cualquier conocimiento que no estuviera avalado por la experiencia científica, así como por la filosofía de Hegel, que pretende superar la aporía creada por Kant entre fenómeno y noúmeno. Se resume en lo siguiente:

Todo lo real es racional y todo lo racional es real.

La realidad es una, el espíritu absoluto, que se manifiesta de tres maneras que están relacionadas.

La realidad es dialéctica, los tres polos de la misma realidad (espíritu, sujeto y objeto)
Existen y se producen mutuamente en una permanente relación.

Marx reinterpreta en su materialismo dialéctico la dialéctica hegeliana. Así, la realidad es una, pero es material (susceptible de ser captada por el conocimiento sensitivo-racional del hombre), la realidad es dialéctica, es decir, tiene tres polos, Objeto, Sujeto e Idea, que coexisten relacionados y sometidos a las leyes de la dialéctica. Puesto que la realidad es material, el polo desencadenante de la relación es el objeto, que en contraste con el sujeto genera la idea, que transforma el objeto a través del sujeto, etc.

Las leyas de la dialéctica son las siguientes:

Ley de lucha de contrarios. Los tres polos de la realidad están permanentemente en lucha de contrarios. De la confrontación surge lo nuevo.

Ley de la negación de la negación. El objeto es la tesis, que es negado por por el sujeto, que es la antítesis y ambos son negados por la idea, que es la síntesis.

Ley del salto cualitativo. la acumulación de cambios cuantitativos da lugar a un cambio cualitativo cuando aquellos alcanzan su punto nodal.

Desde que aparece el hombre, en el proceso dialéctico se introduce un elemento (la acción consciente del hombre), que altera, inevitablemente, en un sentido u otro la marcha de la realidad. Desde ese momento, la realidad es para marx, historia. Por ello introduce marx el concepto de materialismo histórico. La historia es por tanto el resultado de la interacción dialéctica entre el objeto (mundo), el sujeto (los hombres) y las ideas (los productos ideológicos). La relación concreta, histórica, entre sujeto y objeto se da en un determinado modo de producción, y es transformadora y productiva; es una relación de producción (trabajo).

La aplicación del análisis anterior lleva a marx a plantear que el trabajador en el modo de producción capitalista se encuentra alienado. El fundamento de esto está en el análisis del trabajo. Según la dialéctica, sujeto, objeto y producto constituyen una unidad que se complementa mutuamente y se da sentido. En el modo de producción capitalista esa unidad se rompe y se produce una pérdida de realidad en el sujeto trabajador al apartarle del producto.

En alienación, marx utiliza dos términos sinónimos a los que da sentidos distintos.

Enajenación


Se refiere a lo que ocurre cuando en la relación sujeto-objeto, el sujeto transfiere al objeto algo de sí mismo, que pierde cuando el objeto pasa a otras manos.

Alienación


Se refiere a la enajenación forzosa y destructiva. En el modo de producción capitalista el objeto pasa a manos del capitalista. El fundamento de este análisis está en la plusvalía.

La plusvalía es el beneficio que genera el proceso de producción, y que se logra gracias al trabajo humano, que al transferir al objeto parte de sí aumenta su valor. Si esta plusvalía no permanece en manos del productor se produce una alienación. El salario (precio de mercado de la fuerza de trabajo) no equivale al valor añadido al producto por el trabajador, puesto que el capitalista es el que se lleva las plusvalías.

En el modo de producción capitalista se produce una triple alienación. En primer lugar el producto queda alienado al pasar a manos del capital; en segundo lugar, el trabajo queda alienado, ya que deja de ser el medio de realización del sujeto en relación con el objeto, para convertirse en un simple medio para satisfacer las necesidades primarias de forma precaria y así recuperar su fuerza de trabajo, pero no para realizarse como hombre en todas las facetas. El hombre queda deshumanizado.; por último, también se produce una alienación del sujeto, al ser desposeído de su objeto y de su trabajo, quedando reducido a una mercancía, cuyo valor se determina por las leyes de la oferta y la demanda.

La sociedad (sujeto), en relación con la materia y los medios de producción (objeto), generan ideas. Estas ideas son la conciencia de una sociedad de sí misma, y se expresan en los valores morales, la filosofía, el arte, etc. Estos productos ideológicos constituyen la ideología. En una concepción idealista esos productos se consideran neutrales, frutos de una evolución autónoma y desencarnada de las relaciones de producción, y se define como conjunto sistemático de ideas dotadas de una existencia y un papel histórico en el seno de una sociedad. Sin embargo, Marx afirma que la ideología de una sociedad en el capitalismo, en el que las relaciones de producción generan alienación, es una ideología igualmente alienada y alienante. No representa la conciencia de toda la sociedad, sino la que impone la clase dominante. La ideología es por tanto, una representación falseada y falsificadora de las condiciones en las que se desarrolla.

La ideología viene a justificar el resultado histórico de las relaciones de producción, presentándolas como necesarias e inmutables (ocultando su carácter histórico); perfectas y razonables (ocultando su carácter dialéctico), y comunes para todos (ocultando su carácter de clase).

Por ello la ideología tiene una función social importantísima, al representar una relación imaginaria entre los individuos en sus condiciones de vida reales, reproducir la realidad de una manera deformada, cohesionar la estructura social, y servir a la clase dominante para perpetuar las condiciones de dominación sobre la clase dominada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *