La influencia de la sociedad medieval en el pensamiento filosófico y teológico

En el siglo 13 la sociedad medieval llegó a su plenitud, la iglesia y sus instituciones contribuyeron a la formación cultural y científica. Esto favoreció que los pensadores cristianos entraran en contacto con los filoárabes y las enseñanzas de Aristóteles. La producción filosófica se dio en 3 factores. La aparición de órdenes mendicantes como los dominicos y franciscanos, que promovieron el estudio de la filosofía y teología. Las traducciones de Aristóteles y los filoárabes. Muchas de las obras de los filoárabes se tradujeron al latín. Creación de las universidades, que se originaron por primera vez en el conjunto de saberes de las ciencias, agrupadas en 4 ramas: Arte, teología, medicina y derecho. La más prestigiosa es la Universidad de París. La metafísica y antropología de Aristóteles fueron objeto de debate en la Universidad de París. El averroísmo latino defendía 3 postulados: no hay creación porque Dios es causa final, no hay inmortalidad del alma porque no se vive sin materia y no hay conexión entre fe y razón. San Agustín rechazó las ideas aristotélicas. Él presenta el problema de los universales, si estos conceptos existen o solo se dan en la mente de quien los piensa. Tomás utiliza la ética de Aristóteles y de las virtudes, pero se amplía con la moral de San Agustín como orden dispuesta por Dios en todas las cosas creadas. Todo el saber se transmite mediante traducciones en los monasterios, donde se enseñaba la teología y los 7 artes liberales. Trivial y quadrivium. En 1248 comienza una vida dedicada al estudio, docencia e investigación. Todas sus obras son escritas por motivos de docencia. Hizo comentarios sobre las escrituras, que eran parte obligatoria de la enseñanza teológica. Hay numerosos autores, en función de las necesidades de los docentes. Aristóteles incide en el gran debate de su recepción. Formando así, una gran obra e influencia capital. Las cuestiones disputadas aparecen en grandes obras de investigación. Cada cuestión se divide en artículos y cada artículo plantea un problema, y después 2 soluciones contrarias. Después se dan los argumentos a favor de la inadecuada. Quodlibetales. Tiene una estructura semejante pero se realiza como sesión pública con todos los alumnos y profesores de la universidad, el magister respondía a dichos problemas. Obras sistemáticas, opúsculos, eran muy numerosos. Tratados breves y técnicos sobre cuestiones concretas como por ejemplo, la eternidad del mundo. Y las sumas, eran tratados sistemáticos de filosofía y teología.

Etapas del pensamiento

Agustinismo 1248-1259. Sigue este pensamiento tradicional. Defiende el iluminismo agustiniano sin tener en cuenta la posibilidad de la eternidad del mundo. Período de transición, su concepción de la esencia y del ser es la de Avicena. Concluye la Suma contra gentiles y comienza la Theologiae. Aristotelismo averroísta. 1269-74 escribe la mayor parte de su obra y continúa la Suma Teológica. Comenta sus obras más importantes de Aristóteles. Suma Teológica. Santo Tomás tuvo la idea de crear una mayor obra de teología al enseñar usando las Sentencias de Pedro Lombardo, que era una obra desordenada, relativa y poco filosófica. Fue una obra inmensa que recogió toda la teología de Santo Tomás, hablando de varios temas. Incluye las 5 vías para demostrar la existencia de Dios. Utiliza el quaestio como técnica.

Tema

Lo más importante es lo que Tomás introduce entre demostración quia, porque, del efecto a la causa, y propter quid, en razón del qué, deducción a partir de la esencia o concepto de algo. Es necesario conocer qué es algo, su esencia, y a partir de ahí derivar otro conocimiento. Este tipo de demostración no cabe acerca de la existencia de Dios, debido a que no tenemos un conocimiento suficiente de tal esencia para derivar su existencia. La esencia de Dios para Tomás incluye su existencia, él es puro ser subsistente y por ello, para un intelecto capaz de comprenderlo será evidente que existe, pero la insuficiencia de nuestro conocimiento lo impide. Suma 2. Es importante tener en cuenta que es un texto de 1266 del periodo de transición de Tomás. Eso explica la presencia de elementos aristotélicos y platónicos. En la 3ª vía aún pesan los conceptos avicenianos aunque ya matizados por la tesis de Averroes. Tomás polemiza contra los agustinos y admite la posibilidad de un mundo creado y eterno, aunque por fe sepamos que no es eterno. Tal posibilidad en las vías no es contemplada. No obstante, siguen siendo compatibles con las tesis de Tomás. Las vías tienen una estructura lógica común. Desarrollan su argumentación en 4 pasos similares, toman como punto de partida la constatación sensible de la existencia de algo real, afirman que eso real tiene que tener una causa que lo justifique, niegan que la serie de causas puedan ser infinitas, concluyen en que la existencia de Dios es una primera causa. Lo que consta por los sentidos. Hay que partir de los efectos de los fenómenos que no son dados sensiblemente y luego buscar la causa y razonarlo. Las 5 vías son: hay cosas que se mueven, hay orden en las causas, hay seres que nacen y mueren, hay grados de perfección, hay orden en la naturaleza y regularidades constantes. El efecto remite a su fundamento causal. Está presente la teoría de Aristóteles de la potencia y el acto. No se puede ir hasta el infinito. Si negamos una primera causa en virtud de la cual las demás, no habría ninguna causalidad. Tomás sostiene que hay dos tipos de explicaciones, causales y genéticas y sistémicas. En las vías Tomás utiliza la explicación sistémica, explica no tanto la génesis de lo que existe, sino la realidad en su actualidad, las causas que están operantes. Podemos concluir que aún hoy en día son dignas de consideración, ya que son un ejemplo del esfuerzo humano por transcender lo empírico e intentar elevarse al principio de todo lo real.



Movimiento y primer motor

(1ª vía. Contiene las cinco demostraciones de la existencia de Dios que realiza Tomás de Aquino en la Suma de Teología. La primera demostración es llamada vía del movimiento, porque tiene como punto de partida la experiencia física del movimiento y como punto de llegada la existencia de un primer motor inmóvil, causa de ese movimiento. Los dos conceptos fundamentales operantes en esta vía son el de movimiento y motor. Para explicar el movimiento, es decir, cualquier aparición de una nueva realidad, sea un ente completo (por ejemplo, el nacimiento de un perro), sea de una propiedad nueva (un analfabeto aprende a leer). El tránsito del no ser al ser era el problema. Aristóteles dice que la condición de posibilidad del movimiento es la potencia: tiene que haber un sujeto con la capacidad de adquirir la perfección. La potencia es una capacidad de actos, sean de un solo tipo (potencias unívocas), sean de muchos tipos (potencias racionales). Así pues, se necesita, pues, otro principio o causa, además de la pura potencia, que explique tanto el paso de potencia a acto como el que sea este acto y no aquel. Este otro principio es lo que Aristóteles llama causa eficiente o motriz o de dónde procede el movimiento. Concluye, pues, Tomás de Aquino que, si hay tránsito de potencia a acto, tiene que darse toda la serie completa de sus condiciones; es decir, llegar a un primer acto actualizante, pues sin ello, tendríamos actos actualizados, pero sin algo actualizante y, por tanto, aún no tendríamos todas las condiciones de que algo ocurra.



Causa eficiente primera y ser necesario (2ª y 3ª vías)

En consecuencia, Tomás sostiene que tiene que haber, por un lado, los cuatro tipos de causalidad aristotélica (materia, forma, eficiente y fin), pero, por otro (que es lo que ahora nos interesa), tiene que haber un doble tipo de causalidad: causas sensibles y causas suprasensibles. Vemos que es imposible que una causa empírica o un conjunto de ellas sea una explicación suficiente y completa, que excluya toda posible prosecución empírica de la investigación; por eso, toda explicación empírica siempre está abierta: por muchas causas empíricas que se aduzcan, sabemos a priori que la explicación es insuficiente y siempre lo será. Para cerrar el círculo explicativo y dar razón de la contingencia de este mundo, debemos establecer que hay una causa que no es empírica, que no es causada, que no es contingente, porque si lo fuera seguiría exigiendo una causa posterior, y aún no habríamos explicado exhaustivamente los fenómenos. Así pues, el único modo de cerrar el círculo, de tener todas las causas, es aducir una causa incausada, o sea, necesaria en sí (no contingente): una primera causa eficiente y necesaria, que cierre el proceso de indagación, porque dé razón suficiente de los fenómenos.



Ser perfectísimo e inteligencia ordenadora (4ª y 5ª vías)

Recogen la posición fundamental de las dos grandes fuentes filosóficas de Tomás: Platón y Aristóteles. Las ideas están jerarquizadas. Más allá de los géneros supremos están las tres grandes ideas de Platón: el Uno, el Bien y la Belleza. Tomás identifica a Dios con el Ser, el Uno, el Bien y la Belleza, y por otro lado, añade que las ideas de las cosas están en Dios. Por supuesto, cada idea tiene su grado de perfección: el hombre es más perfecto que los animales. En consecuencia, este mundo creado por Dios es visto como un todo jerarquizado, donde los seres que participan de las ideas más imperfectas tienen un grado menor de ser, bondad, belleza, etc., que los que participan de ideas más perfectas. En la cumbre de la creación material está el hombre, que ya toca el reino de lo inmaterial. En suma, cualquier perfección está en Dios de un modo sublime y superior a cualquier conocimiento humano. Y además, todas las perfecciones están unificadas en el ser, que es la máxima de las perfecciones y la que contiene todas las demás. En consecuencia, cuando Tomás contempla que hay fenómenos en la naturaleza, o sea, al margen de lo que nosotros hacemos, que se dan regularmente y que se dirigen a fines, considera que la única explicación posible es que tal orden procede de una inteligencia capaz de concebir ese orden y de imponerlo en la naturaleza. Y piensa que tal inteligencia capaz de concebir un orden cósmico y de realizarlo solo puede ser eso que llamamos Dios, el gran hacedor o arquitecto de lo divino.

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