La contingencia de los seres creados según Santo Tomás

Ontología Tomista:


El cristianismo afirma que todo el universo ha sido creado por Dios y esta opinión le lleva a la idea de la “Contingencia de los seres creados” (los seres pueden existir o no según la voluntad de Dios). En primer lugar ST hace una distinción entre el Ser necesario (Dios) de los seres creados (contingentes). El Ser, la realidad, es Dios, es acto puro, simplicidad absoluta, en el que se dan la esencia y la existencia juntas. Los seres creados son seres contingentes a los que explica utilizando el hilemorfismo aristotélico de que todos los seres con compuestos de materia y forma, potencia y acto, a los que añade la esencia y la existencia, y la simplicidad. Hay dos clases de seres: -Inmateriales: el alma, Dios… En estos la esencia implica la existencia. Dios no podría ser un ser “perfecto” y no existir. En este caso no sería perfecto. –Materiales. En todos estos hay:
Materia, que es potencia para ser cualquier entidad o cosa.
Forma, que es acto. La cosa concreta (los seres inmateriales no tienen forma).
Esencia, lo que estos seres son en realidad.
Existencia, estos, a diferencia de Dios, pueden existir o no pues son contingentes. Para STA, siguiendo a Aristóteles, lo que radicalmente distingue las realidades es la composición de esencia y existencia: todos los seres son creados, contingentes, están compuestos de esencia y existencia. Existen, pero no pueden existir. Su existencia no pertenece necesariamente a su esencia. Solo hay un ser necesario: Dios, que no puede no existir y cuya esencia se identifica con la existencia. ­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­

Primera vía: movimiento: 1)

Hay cosas que se mueven, es decir, que cambian. No se trata sólo del movimiento en sentido físico, sino en sentido metafísico, es decir, como paso de la potencia al acto.
2) Todo lo que se mueve, cambia, muda o transforma es movido por otro, ya que nada se mueve más que cuando está en potencia respecto a aquello para lo que se mueve. En cambio, mover requiere estar en acto, ya que mover no es otra cosa que hacer pasar algo de la potencia al acto. Por ejemplo, el fuego hace que un leño -que está caliente sólo en potencia- pase a estar caliente en acto. Pero no es posible que una misma cosa esté, a la vez, en potencia y en acto. Es imposible que una misma cosa sea motor y móvil. Todo lo que se mueve es movido por otro.
3) Si lo que mueve a otro es, a su vez, movido, es necesario que lo mueva un tercero, y a éste otro. Mas no se puede seguir indefinidamente, porque así no habría un primer motor, y, por consiguiente, no habría motor alguno, pues los motores intermedios no mueven más que en virtud del movimiento que reciben del primero, lo mismo que un bastón nada mueve si no lo impulsa la mano. Es necesario llegar a un primer motor que no sea movido por nadie.
4) Este primer motor que no es movido por nadie es el que todos entienden por Dios. Dios existe.


B) Segunda vía: casualidad eficiente: 1)


  Por experiencia sabemos que hay en el mundo sensible un orden determinado entre las causas eficientes, pues están subordinadas entre sí para la producción de un efecto común.
2) Pero no se da que una cosa sea causa de sí misma, ya que habría de ser anterior a sí misma, y es imposible.
3) Esa serie de causas eficientes, subordinadas entre sí, no se puede prolongar indefinidamente, porque siempre que hay causas eficientes subordinadas, la primera es causa de la intermedia, y ésta causa de la última. Cada una de estas causas actúa por influjo de las causas que la preceden. Si no existiese una causa primera, tampoco existiría la intermedia, ni la última. Si se prolongase indefinidamente la serie de causas eficientes, no habría causa eficiente primera y no habría efecto último. Es necesario que exista una causa eficiente primera.
4) Esta causa eficiente primera, que no es causada por ninguna otra, a la que están subordinadas todas las demás causas; es decir, esta causa primera se denomina Dios. Dios existe. 

C) Tercera vía: contingencia de los seres:  1)

En la naturaleza hay seres que pueden existir o no existir, pues hay seres que no tienen en sí mismos la razón de su existencia, sino que están condicionados por otros seres, y, por tanto, hay posibilidad de que existan y de que no existan. Estos seres reciben el nombre de seres contingentes.
2) Es imposible que los seres contingentes hayan existido siempre, ya los seres contingentes, que tienen la posibilidad de existir y de no existir, reciben la existencia, no por sí mismos, sino por otro ser que ya existe. Así, pues, los seres contingentes son, por esencia, efecto, seres que piden causa, seres que alguna vez han comenzado a existir causados por otro. Es imposible y absurdo que haya una serie infinita de seres contingentes. Los seres contingentes exigen la existencia de un ser que no haya comenzado a existir; un ser no causado, que exista por sí mismo; un ser que ha existido siempre. A este ser se le llama ser necesario.
3) Pero el ser necesario, o tiene la existencia por sí mismo, o la ha recibido de otro ser necesario superior. Si el ser necesario ha recibido su existencia de otro ser necesario superior, es imposible aceptar una serie indefinida de seres necesarios.
4) A este ser necesario, que no tiene la existencia recibida de otro, sino que existe por sí mismo es al que todos llaman Dios. Dios existe.

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